La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en los años 1940 a 1948
1949
, ISBN 1989-508 , 184 p.
[page-n-1]
[page-n-2]
[page-n-3]
DI PUTACION PROVINCIAL DE VALENCIA
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s c c i ó n &1 C S.
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L. (Instituto ~ i e g o vei&zquer)
C.
de
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MklMur
Mu-
MUMuMuM
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Museo=
fes añw 194O.a 1946', Caa %.zIb&t%
pl
nP4;),,
[page-n-5]
LA LABOR DEL SERVICIO
DE
Y SU MUSEO EN LOS AROS
194Q A 9948
Memoria del Dlrector del S. l. P
1. BALLESTER TORMO
[page-n-6]
SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
Y MUSEO PROVINCIAL DE PREHISTORIA
J. San-Valero Aparisi
F. Jirdnez Nit~ra;i.tü)
*
M. vdn
aa
J. Ak&am Gran
tdaicta !en d Palacio de E Eputaúi'ón de la GemtdM Reino de
e
a
Vakncia (calte d Caballeros, número 2).
e
[page-n-7]
L A LABOR DEL SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA Y SU
MUSEO, EN LOS AÑOS 1940 A 1948
MEMORIA DE LA DIRECCION
+,'l*ú
-
a
I
EL S. 1. P EN LOS ANOS 1940 A 1948
.
La Direccibn del Servicio de Investigación Prehistórica,
qw q m o es sabido viene elevando a la Excma. Dipur
. t s ó i anualmente o por períodos más amplios, cuando
yif
!4$ c&qu?istancias lo ,aconsejasi, Memoria de las actividades
_ &ag,,dladas por el Seryicio, presenta ahora la relativa a1
io comprendido entre 1940 a 1948; período en iuei
que esperar a la narmalizacióa de Ea: viqa da la
t@ón, y ello alcanzado, dar prioridad a ~e;t,e~rnib
pzpba;~~cbnes,
muy especialmente al volum& 11 de
&+<, Prehjsíoria, Levantiaas, tantos aGoa espeado i
a b r a a suplir esta Memoria, en parte? a un rAr-
[page-n-8]
[page-n-9]
Con el nuevo impulso de la Diputación provincial coincidió, desde 1945, la ayuda moral y material que para el
Servicio suponía el que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas acordase craar en el S. 1. P. su Sección
de Prehistoria Valenciana, enlazándole a aquél a través
del Instituto ~ ~ D i e g o V,elázquez>> fijándole la subvende
y
ción de 25.000 pesetas, suma igual a la que por entonces
tenía el Servicio asignada por la Diputación.
Todo ello, en junto, ha hecho posible que, por vez
primera, esta Dirección pudiese disponer $e la eficaz ayuda de elementos técnicos en el S. 1. P. y que hayan eida
sahables las dificultades económicas que cada vez más
entorpecían la impresión del volumen 11 de «Archivo de
Prehistoria Levantina)), tan esperado.
Y expuesto lo que antecede, sobrará razonar la conveniencia de esa feliz conjunción del Consejo y de la Diputación en el mecenazgo de este Servicio, que hasta ahora
había vivida, principalmente, del desinteresado entusiasa
rno científico de sus componentes, romo va dicho.
'
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ACTIVIDADES INTERNAS DEL SERVICIO
Como siempre, comprendemos en este epígrafe cuantas labores realizan las diversas secciones que integran la
vida interna del Servicio, que suelen repetirse con algunas
variantes que interesa destacar; y, de ellas, vamos a ocu,parnos aquí.
MUSEO
L.
.y-
,
Además de acrecentarse 1- fondos del Museo con las
normales aportaciones de Ias errcavacioneg en curso, se
han aumentado también por donativos, entre los que han
de reseñarse, como principales, loa siguientes : un nutrido
lote de cerámica, alguria si&lata ornada, entre gran número de ibérica pintada con temas geométricos y vegetal a , procedente de una cueva y despoblado inmediato, con
una torre, todo llamado del «Mal-PaSol, en término de Castellnovo (Castellón); material obtenido por el donante
D. Ramón Martí ' Garcerán en unas exploraciones que
prmticara y que el &rvicio ha procurado completar en
dos campañas de excavacioaes; y una bella eatola ibérica,
con tnscripción integra, encontrada en Sinarcas, descubricó a D. Pío Beltrán y a nosa piedra para su egtudio y con
asarla a este Museo; pieza que reproducimina I.', tomada de fotografía propia del
publicada ya antes que éste.
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D e los materiak~.d&enidosen las excavaciones prarticadas, que ~ r r i o dse reseñar detenidamente, sólo una
pequeña parte ha podido ser expuesta en el Museo por la
escasez d e local disponible, siendo el resto guardado en
condiciones poco adecuadas &ara su estudio.
También hemos de recoger el ingreso en el A/luseo de
nudS@%:j@$pia
colección, formada en tantos años d e pacientes exploraciones («Covalta», «Czsa del Monte», «Camí
QBIIB, s.Bsisi-anc del Castellets de Carrí,cola y otras).
BF;B p~ecedenteMemoria (1935 a í939), hicimos y a
la
h ; i i t ~ f a la instalación del Servi.cio y Museo, y llega,de
mos a la iconclusión de que, en la imposibilidad de construir por ahora el edificio d e planta que fuera de desear,
y a la espera de que ello sea posible, la solución mcnos
mala, en el caso de tener que aprovechar viejos edificios,
era la de continuar ocupando los entresuelos y sótanos
del antiguo Palacio de la Generalidad, con ciertas indispensables extensiones, c o h o soluci81í rfiarkientánka; ya
que sus balones, abiertos directamente a1 patia central, es
decir, inmediatamente afectados por los carribios de temgeratura y por el polvo que en él se dan, les haría p ~ c d
aptos Dara despachos u oficinas. Las $r;steriorelr obrcis de
ampliación del.Palacio nos ofrecen base páTa pensai. 'en la
posibilidad de una ampliacióh del locál destinado hby A
biblioteoa y salas d e exposición, tan fkiakiifiestainefite irisiifieiontes, ii los entremelos de la nileva eonstrtíceión, y a8n
a parte de los sótanos para fines secundarios, si Sekvicio
y Museo han de quedar medianamente instalados, por lo
que no puede rest6rseles local alguna de los aludidos. E!
aet~al
local; que no permite exponer ni niqiliera la mitad
del material arqueolbgico que l e posee y que se acrecienta
grandemente de ano en hñbi sb compone de las dos salas,
doradas, que suman un área de 157'50 metros cuadrad*
1 dos mtresuelos' fronteras qlie dan 132'95 !&S35
m
más 67'20), o sea entre las cuatra salas 290'45 metros
[page-n-13]
cuítdra&-&.Le-?$bsfitresud~~ au%vcr bdi.i&efkl.tien& iba
del
$fea & d;s$t &&boa k:u~dm$as(95 m&
a3
ptir 'to $u&
todb $ti%@$ &&
'@&t4tieicf&n
algum, de&¢;%na&ría 475%
a SQS
metros, insrafieiente para una lmtaladbsi d$@ditii+a, m&que bastante de momerita para una pravisiaaaj que r m l viera la6 p-tes
eetrechwes.
Ea de esperar que In3 Di-putaeidk acuerde lo necesario
para- hacer eficaz, can un eflsanche del Iosal del Mr~seo,
e grah &i jbredihado mbdiantie la6 &mv~eianes del
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g. 1. P,, qi5e de 0 t h modo: queda in&dita,
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dIk@c&fgi Ph, p.si-!ealxneattir) e i;siventatisGdti de l ~ a &jade pds" ie~aaci~fieit~
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gaor 1?1I Sr. Vida1 Y WPWU&QS (16s de C k ~ d~ la Cac4a
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Cios de E&n Migued de Ld~iii),par AlcSreer y Ph; adeaid~
de tm pradnenta dk aoa'c7ir!~arnantkr-riaree que has
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hmbo desempleSi8ndoia.
Uno de Icrs trabajos islteresantes llevados a efecto por
@ J d - o r Esgi, ha sido el montaje adeicuado de muchas
'
1
[page-n-14]
figuras incompletas de las series ibicitanas, procedentes
d e las colecciones Pérez Cabrero y de D. Francisco Martínez, así como de parte de la d e Ampurias, dándoles, por
tal modo, una mejor presentación.
BIBLIOTECA
La adquisición de libros en estos años, coincidentes en
gran parte con la guerra mundial, ha sido en extremo dificil por el aislamiento nacional producido, la natural suspendón editorial extranjera y reducción y encarecimiento
de la nacional. Con ello huestros envíos de libros al extranjero tuvieron que suspendeirse y, en su consecuencia,
también quedó detenido nuestro cambio establecido con numerosos centros dedicados a actividades arqueológicas; y
las adquisiciones por compra han sido limitadas al mercado
nacional. Con grandes dificultades han podido adquirirse,
como hemos dicho en ~ t r a
ocasión, algunas obras, entre
las que merecen citarse varios fascículos del Corpus Vasorum Antiquorum, especialmente los que completaban la
serie de Italia; bastantes de las publicaciones so,bre cuevas
paleolíticas españolas y francesas, de las ediciones patrocinadas por el Principado de Mónaco; el Realtexikon, de
Ebert, enciclopedia de tan gran interés en una especialidad como ésta; y por intervención del Dr. Starkie, a
través de la Embajada inglesa, fué regalado a esta biblioteca un importante lote de obras d e Guy Brunton y Flinders Petrie, sobre el Egipto predinástico.
Algunas obras no propias de la especialidad, donadas
al Servi'cio, han sido pasadas por éste a la Biblioteca general de la Diputación.
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PUBLICACIONES
Sabido es que, desde su c~eación,viene atendiendo el
Servicio, conforme a los medios económicos con que ha
contado, a la edición de publicaciones que dieran a conocer los resultados de las excaveciones realizadas y de los
estudios hechos en el Laboratorio, según quedó expuesto
antes d e ahora; lo que se ha ido haciendo cada momento
más dificil por el progresivo encarecimiento de las labores
editoriales.
A pesar de ello el Servicio ha aumentado en este pe.
ríodo la aSerie de Trabajos Varios», con las siguientes publicaciones : número 6, aEstudios sobre las cuevas paleolíticas valencianas : Cava Negra de Bellús~,por G. Viñes,
F. Jordá y J. Royo Gómez; aC6va del Parpalló~,por L.
Pericot, S. Alcob6, V. Sos Bainat y M. Vida1 López (dos
ediciones); núm. 7, adlpuntes sobre las estaciones prehistóricas d e la Sierra de Orihirela», por S. Moreno, con
notas de N. P. Gómez; núm. 8, «Sobre un interesante
vaso escrito de San Miguel d e L i r i a ~ ,por P. Beltrbn; número 9, aEl enterramiento en cueva de Rocafort~, por
1. Ballester; y núm. 10, aComunicaciones del S. 1. P. al
primer Congreso Arqueológico del Levantsu, por F. Jordá, L. Pericot, M. Vidal, E. Pla, J. Alcácer, 1. Ballester,
C. Visedo, V. Pascua1 y D. Fletcher.
De la serie de aArchivo de Prehistoria Levantinan,
cuyo primer volumen vfera la luz en 19.29. nada menos,
- ' no obstante los reiterados intentos ,fracasados por falta
1 empeño de su presidente, D. Adolfo R i n d n de
[page-n-16]
del caso, ello no ~ b s t g n @ ~ q ~BQW~mención da los trah
: ~
bajos originales que contiene :
&La Chaa N
- de BiallGs $ f u ' i a d u p ~ i a s
lítims~,por
F. 3mdá.
a I n t ~ r p m t d ~ i s w&m &$ qrt& rm&i&m, de J. B.
s
Poircar.
EL@
C&wa de 1q I j ~ e i n s ~ , L. Prfeimt
por
P L Guieya ftltieraria e ~ ~ o l i t i c a la Loma de loa Fe*
~
de!
regrinos . [Aguaaa)~,de -A, Fsrniindea Avllé;s;
avestigios de un poblado y necrópalie prehkt4xkea b~
.,
Ripdecolm, w r 8. Pilaseca.
~Materiqlcas Saharianm en Yaiekiaw, pa3 .MiVid81 S
L6peq.
aLa primer8 ax@I&a&ón pilafítica en Eapoñaw & l i l c
.
.
Chowmcti.
.
sIdolss oculados valm@isa6s~; 1. Bnllmtet TP-i
por/
a S q b r ~algutlos .cránem amlítjri'os del E. de Esp
de V. L&~eltef~
;4
dos mtaaiond 4 B g á $ c s b lq wgi6n leYaa$baas J .
eíaer Brráu.
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«C&m dsr .ies M m d e m gax E. . PtB BalS@&r.
&Lid cm~truae~i6fi d t & - &
m
M~mfarte
i
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de D. Fie-b~r Va1ii.l
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Estacas férreas.-Vasxz
a1@#ri8,&br:I+
-Ballestde,
Brewit y R. La-ndetr,
«Las manos de rnar-~i
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B ~ ~ S & I
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~ P ~ e h i a t p r ide @61&&dl,se
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u&c.atva~lc+&a @ara1 pgW& &&
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Pa&& &t lb Qe
neralidadn, d~ N. P. ~38@&:gr
@Acercade 10s D P ~ B Pd@
~
tt. e?%-h @@A A*
- tigua~,por A. Beltrán.
. aLas axaa~zwi~m%ei 8aa Mi&$E de !&id dedg N@
de
a l%3>y.,por I. Bailester.
.
[page-n-17]
,
a
aL08 d e s e ~ b r j q i e n t qprehist9rieoa del: Bancd d e la
Corona», de 1. Ballas,t~i;.
A tado la cual seguía buen núniero c peqrieios trak
bajcjs de intergis y &rt@ma
bibliagrafia, prisipalmem~
e@&
rente a temas de prehhtaria walsmiana; asf eomu fe-rs@gia+
se, en un interesante artículo d e E. PIS Ballestw, t i t ~ l a d a
~Actisidadesdel 6. I. F. desde 1 9 3 a 1M5», d m 1
t
t~abajaie inrestigatarias efectuadps por el fietvisio E n tan
extenso período : inventariando lo explorado Y acompae
ñando su bibliografía.
' en cuanto a las Memorias de esta Direczión, de las
i
que la presente es por ahora final de serie, también debemos decir algo. A través de las nueve publicaciones que
12 integran, pueden seguirse las vicisitudes todas del S. 1. P.
desde sus primeros tiempos, que cabría calificar de heroicos, en que se trabajaba con pocos medios económicos,
escaso provecho y mucho entusiasmo y tenacidad, creando
ambiente a unos estudios apenas iniciados en Valencia,
hasta que, ello logrado, la Diputación decidiose a prestarles
eficaz ayuda.
Comgárense las Memorias de los primeros años con las
de los últimos y la diferencia dará idea del cambio efwtuado con la ayuda obtenida. A pesar de haber publicacioneb
deficientes en la serie, y principalmente por ello, hemos
de reivindicar la paternidad de todas las Memorias (alguna vez echada involuntariamente en olvido), excepción
es a 1932 y 1933, y salvo en las
aParpalló», tomadas da los diarios de excavaciones de Pericot, y otra de P. Beltrán que
1934 como audaz novedad en
s. Cuando carecíamos de meB, se incluyeran nuestras Memorias en la oficial de Se&ría d e la Diputación, de la que se sacaron separatas
prendiendo generalmente pe-
[page-n-18]
ríodos más largos y contando con más eficaz ajruda, comenzaron a editarse aquéllas separadamente.
Si, como queda dicho, las iZltimaslMemorias constituyen
publicaciones independientes, aún seguimos proporcionand o para las Memorias Generales de Secretaría de la Diputación, notas escuetas, pero suficientes, a fin de que quede
reflejada en ellas la vida del S. 1. P.; de cuyas notas se
obtienen también tiradas aparte, que vienen a ser una resumida historia de la vida de aquél.
[page-n-19]
E XCAVACIONES Y EXPLORACIONES
i;'>I;$EFECTUADASEN BICHO PERIODO
- 8
'T -
.
7
' E n los años a que esta Memoria se refiere y no obst'ante el tiempo necesario para alcanzar la normalidad tras
nuestra guerrg civil y la mundial, fué el Servicis desaffellando sus actividades exploratorias, de las que rioaotfira$
,-
debemos dar aquí a modo de reIación en qae canste
mención más o menos extractada de cuaritas ex~avaciones
se han efectuado, detentériidim menos ea la8 que liayafi
sido ya motivo de pub.licación o les dediquemos ahora\ &
tudio especial, según su importancia o las cirsurfstanciaa
del caso lo requieran.
Cova de les Mallaetes (Bárig).-Se halla en la comat.
ca de Cueva del «ParpalIó.~ se aprovech6 la expIoración
y
de ésta para practicar una ligera cata años ha por M. Jarnet ; y luego, ya en 1946, 1947 y 1948 se han efectuado excavacimes a fondo, bajo la dirección de L. Perieot y F.
Jor.&. De todo ello damos mas adelante rekrencla b+
tante pHa formar concepto de este W r t a n t e paeiumleW,
pwtemiente al pafeolítico snparlof trde~chna;y S E #ttd
blieaci-eí;n eri extenso será hecha porr Peie& p Jet&.
Cueva de Ed C6cifM (Dos-Agirais).-En 1 W um.s'm@&,
soras de .i'mtrtiicdón primaria corriutricarmr a D. J. S-t
z la é@stmcia da phturctru r n p e t r B en kx si
de
Aguas, $tios denominaclos c
a ~ $ f i t o los Ldrerosn, ya conocidas pot k pedEd def @íi;
de
y dada mtrc"ia & Qewcio., o ~ g i ~ ~ z ~ i i f oOrÉaitd- db
utrg s
[page-n-20]
conocimiento, y allá fueron D. José Chocomeli, D. Jos6
Senet y el capataz Espí, primero, y en el verano de 1941,
D. Juan Cabré, acompañado de los mismos, y de D. Luis
Pericot y de D. J. Alcacer, todos en viaje de estudios a aquéllas, tornándose notas y calcos de Ias pinturas prinieipales
por el Sr. Cabré, encargado de realizar 'el trabajo, quien
por sus .ocu~~ciozieie
primero, y su falta de salud después,
no pud8 llevarlb' a cabo. E n tales viajes, y conforme a ,
las nordcp diel S.' 1. ,P.,
e@oráronse los alrededores d e
las pinturas, y así se descubrió la cueva llamada de la &o-.
c i n a ~ gran oquedad, can rico yacimiento epipaleolítico a1
;
que se superpone un estrato neolítica antiguo. Comenzb
a eTcavarsa en 1941 y se ha continuado en campañas de
1942, 1943 9 1945 por una comisión del Servicio, dirigida por L. P e r i c ~ tauxiliado por Alcácer, Pla y Jordá,
con el capataz Espí, y el resultado de tal exploración, no
terminada ciertamente, se recoge en el estudio de Pericot
titulado «La Cueva de la Cwinaa (Archivo 111, según el
que parecen apreciarse con firmeza los tres siguientes niveles : l.", neolítico antiguo; 2.", pleno desarrollo qicroIítico; y un 3.4 de mayor arcaísmo, aunque continúe el
predominio de las puntas microltttcas. .
Cueva de Llatas (Viljar del Araobispo).-Con motivo
de explorar el pasado año (1948) un borroso despoblado
posiblemente arggrico, sito en el Cerro de «Cueva de Palomera>), el agregado J. Alcácer, acompañado de Salvador
Elspí, . excavó una cuevecita cercana a aquél, llamada d e
~Lilatas~, ha dado material epipaleolítico numeroso y
que
un estrato superior de neolítica antiguo, como en alguny
cuevas italianas (Molfetta, Remiti y Sitent'zlnello); disposición que semeja coincidir con los niveles altos de la
aCocina». La tlenen en estudia los Sres. Alcácer y Jordá.
Peña de d Dueña (Begis).-El agregado J. Alcácer, apro- '
a
~rechsndosu estancia en la alta provincia de Castellón, comenzó a explorar los restos de un despoblado en el
*
[page-n-21]
[page-n-22]
traordinariamentei fecunda, descubierta y comenzada a
excavar por V. Pascua1 .en 1942, y rematada por el S. 1. P.
en 1945,. al que cediera aquel derechos y material ; estando
al frenie de las trabajos piacticados el Sr. Alcker ayudado
por E~pfy Montanana. De esta rica cueva sepuleral nos
ocapanme m& adelante con relativa amplftud.
C w v g de$ Palanq~gS (Navarrh). -Está situada en el
términ~de Navarréa, en fa parte opuesta adonde se encuentran los restes palafíticos de la ttEeta del Pedregals.
Be trata de una sima cegada, segfin parece, en sus desagües
interna, que tiene acceso por un agujero ensahchado en
la bóveda, Fu&hace años visitada por el Agregado del Servicio .ksé Choc~)meli,
que retiró un cráneo y buena parte
de un asta da e i e f v ~
cubierta de wti1icMio.
kpr~!v&ando la estatacia en Navarrés -de la comisión
de ezaavtaisnes, se ha explorado [Sres.. Ab%cer y Jord4)
tal oqaed~d,y ~ l l e ~ c h ebndludón
a la
qiia &e trata
de utr m r i o , pum debajo del orificio de wcmo apareeieroa amr-ltonadas y *ea&$orden b ~ ~ t a nh@ww
t e ~ hamanos,
como ci prooiiaieaeni de a w n otro lugar cercano que no
ha pa&&
p~wisamey se hubieran arroiada por aquél.
Acusó la exsavaci6n la p~&bi;lidadde que efi
de tcs
Iadog de Ia mtra&a hubiese existida iin eaterramiento de
inhumación, pum se hallaron : gran parta de un cuenco
liso a mano, sobre 50 cuentas discoidales de materia blanca, tan frecuentes en d enmli'tico valenciano, y un cráneo
caído de lado sin defensa alguna de piedras; siendo evidente
que ni en el estrecho diverticulo que daba a una sala in
mediata, de techo más bajo, ni en hta, de fondo rocosd,
aparte sus malas condiciones, se descubrió indicio alguno
de haber sido ocupados.
Altico de la Hoya (Navarr6s). Se encuentran e t o s
restos en b alto de un cerrillo de perfir cónico, visto desde
fa aEreta del pedregal^, con cuya hoyada, antiguo vaso del
palafito, linda por E.; lo que, con la dase de matwiales
-
[page-n-23]
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La Atalayuela (Losa del Obispo).-Hállanse astas ruinas en un altozano picudo, que emerge dominando las
sierras da1 contarno, Descubrieron en su cima, con escaso
trabajo, J. AIdcer y S. B p í , restos d e un e8tablecimiento
argárico con gestos de inhumación dmtrazado por búsque:
das. anticientíficas ; encontráronse, ademgs, aparte cerámicas de tipo diverso, un vaso geminado y una alabarda d e
cobre con ligera nervatura central y base bastante anciia.
Y dispuesta la cantinuación de las excavacionss en 1946,
repitiéronse los interesantes hallazgo& de piezas d e cobre,
.- -*lote del que, por su interes, nos hemos de ocupar más adelante. El Sr. Alclicer habló ya de la aludida primera campaña en la ~Atalayuelaa,en su citado trabajo ctDos estaciones
argkicag de la Región Levantina-s, inserto en aArchivo IIn,
. phglaas 159 y siguientes.
R-B&n@&! la Csro?lia (Benifallím).-Por acaso se desds
t ; ~ b W o a ,dicha sitio buen'n6maro. de objetos arqucoea
l&gi.c~&*&4~wrd&ar~i@~ jtaak~.eon 04x0s. bien corrientes, en
m a ~&b.&;~iJii.
n
&b&%a.tg la cima d e un altozanifio
atl
de rm& peadbatca~.: r ~ ~ ~ un rixonocimiento, con
P
x a o ~
l.as ? g ~ ~ g d 5 S
alms~ln~s.-C.
Vkide, V. Pascua1 y D. Luis
Yicéns, y t hbici&rmligkra~estas; disponiendo luego e
e
1
wibado d e 1 tierra del silo; y prepztrábarnos la excava%
ción, para comprobar la tan aparente fecundidad, más
necesaria al 8ospechatse la falsedad d e algún material, cuand o la Autoridad gubernativa de la provincia cercana nas
prohibió toda actuación arqueológica, con lo que no pudo
aquél10 dilucidarse. De estos hallazgos nos ocupamos ahora en un pequeño trabajo que, suficientemente ilustrado,
viene a ser complemento del que publicamos en ccArchivo IIa, que tuvo que carecer necegariamente de eHo.
Erefa da1 Pedregal (Navarrks). - Estación palafítica
-de que se tenían ya noticias- y que, tras una carnpañ a preparatoria, ha ,excavado el Servicio en los años
1944 a 1948, logrando dejar explorada parte del des-
[page-n-25]
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ecesita un esfuerzo mucho mayor p;tra
conocerse suficientemente. Y como ello no nos libra de
,
. dar a (conocer ya a los estudiosos lo que de aquél sabemos,
..' e
. .
publicamos más adelante un trabajo en que se recogen las
impresiones hasta ahora obtenidas, sin que con ello pretendamos más que dar idea del actual estado de los trabajos y de sus enseñanzas.
En
Construcción rnegalZtica en, Monforte del Cid.
1935 trajo al Servicio D. Antonio Esplá, estudiante de
nuestra Facultad de Historia, noticia documentada, con
fotos, de los restos de un monumento megalítico, intere.
sante por sus palmarias semejanzas con otros baleáricos.
Pocos meses después, una comisión compuesta por
D. Fletcher, F. Jordá y el capataz Espf, practicó a nombre de1 S. 1. P. un reconocimiento que canfirmó la ,importancia del monumento y convenienck de su excavación, que las circunstancias internas nacionales y la precisión de atender a otras investigaciones aplazaron hasta
1
7
.
-
(Archivo de Prehistoria Levantinas, 11, p
us paraIelos de construcción con
[page-n-26]
.
,
,
I
gud dwde 2934 a 141%tf3
mpistEsnks en meras catas; y
que en r d i W
a eEavrtrse en 1935 y 19%;
a:
~ w e n d e rcon motivo de
. ' -- . tr.$:baj~sq s de; , & 5 ~ ; 9 2 ~
; , & - nue~tragwrm; y, w n t h ~ @ p luieg~,llegada la norma.:'-"
.
*&as
1,341, 1942 y y1943,
que son los que: aqui
. N o eptupo limitada ,l%
pxcavación a la ciudad
sino también' a algún
propiamente preX i C i c o y a los ras:hs de cier@fi &gam6pr>lis. De todo ello
& m s CUQQQ ea l ~ a qportuno $ &a Marnoria.
r
k
Cuev.kt 2 torre del ~Xul
-,Paso { C a ~ l h o wCasteliBn).
?Hace ba&ue,s Sañas,, d.,p~n, R a ~ p s Q j
;
&~s;erán, vgW a a o residelatg. gm ,&d~
~01ewiÚn de
&Jeta6: f ~ r ~ ~ e d e ade s
te
mploracim& e4 esta euevs,
tuvo 1.a genbilcga Be d . o m el
g . pu viga comidaama .de ia&~6aexcavas.
Igs Que sei han d d t q d ~ pmli
dos
I u . ~ trabajoe en 1946 los Agreg
~ I m e n t e E U ~ @.IJFD. -J?Jetceter 6
la
aazdiaskas 44-tapa$% n/fi(~nh&w#
mero los ;de 594% en- la cueva- Co
blkiae lo relativa a la exeavacib
camq gna más exbnsa xefermc
La s:acovaci6n de la cueva
campbjja difícil y hm&~a4 poca psligrosa. E ~ t d
canstituída.por roca nada firme, y f o m a un largo pasillo de hasts
1'70 metras daz a n o h ~ d s de 27 de largo, qrie se bip
f u r c ~ oii extrqnp ia&riw. Ea e fondo d d estr&o sc
en
l
efectuaron enterrarnientoa emalitkos ; ewont&dcxnre, en
segundas wepulturas, cinco mquetes de h e m s , a d m &
do bastantes mandi'tzulas su&s; wcarrspaGaban a 10s r a e
tos puntas d~ flecha de tipcrs diversm (falidcgas, triana
giblaras pedirneuladm y a1,lgunao con. aletas muy destacadas); cuchillos y idminas dktintas; d g u n a hachas nmllticas (mis r, mmog ciliqdricas) y aa,wlas; tmcqs punzones
de hueso r uno coa remate plan^ sgujaeado; tiestos di-
. .
.-m,
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1-1
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[page-n-27]
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1
8
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4 -A
e
.
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25
de cerámica a mano (con cordones, mamelones y pes.
tzñas), mereciendo especial mención los fragmentos de un
vaso de ornamentación en friso ondulado de cineo líneas
agrupadas en el centro y flanqueadas de gruesos
puntos. Extiéndese este estrato eneolítico entre grandes
pedruscos y a lo largo de lo excavado; zona que alcanzó
en la primera campaña unos 13 mts. contados desde la entrada, y todo este espacio se dividió m tres sectores aproximadamente iguales : el de la entrada, el siguiente que
se corresponde con una lucerna abierta en la bóveda, y e1
tercero que alcanzó el resto hasta poco antes de la bifurcación; y en 1947 se exploró hasta esta misma en los dos
corredores, continuándose la exploración hasta parte dvi
orientado, a la izquierda, y n o al de la derecha, que subía
de nivel, por su peligrosidad.
A todo lo largo de lo excavado, se vi6 dgúm resto evidontemente ibérico, pero prinlcipalmeate, a partir del final
di1 segundo sector, se dewubrió un no muy profundo
estrato ibero-romano (con alguna mezcla de morisco) que
probablemente fué en el que efectuara sus rebuscas el señ.& Martí Garcerán ; zona ésta que resultó menos fecunda
d s do . ~ u se esperaba. De este sector ibero-romano puee
@aaagtidos
O R U ~ S ~ Q Sen las, ext-i;mw,
,
elemantw indj.&as, pL4vo-una ve%.
esbriUa de oro ~ o m s ~ e i o
o
;iplanamiie&
,
[page-n-28]
za cuya sinrplicjdad y measez de elementos ornamentales
dificultan m, da~tE*.1&a.
~demhi le~-&qmtt$to, se practicó una ligera exploidd
ración $klqsr.@bs~.&st~:ntesen la meseta del cerro, cerca
&
W
~bdbadasde escarpes por dos Iadoo
f ~ ~ l t i v a los otros, restos denominados
par
Wai~Pams,
mereciendo de ellas destacarse los
de uumi.aqptpmsi.a&me cipcular, cuyos muros miden actualm e x a t e ~ ~ d h s ~medio de altura, tiene 8'70 de diáy o
meht,~:+~pme&
tasnptruída de piedra en seco, sin que se
hwaa p o d i b - . ~ u m ~ ~ o b a r como la base en ruinas de
así ~
~ t r Uriie ctaady~da, e @obre
a
d
9'15 por 9'50 mts., de la que
p r wtar la-planta =gemada y verse elaramente sólo los
h i g,pwa-miás gmerds dm"t&e,: n o es que rodéanla
d
w )
d
f i b e o ~ pan~des parte de una h&tmibn en que hace
de
'
luz - s a b e :estas ruina6 puede aoBtenerse gw~vi~ionalmante
que se trata d e c~ns&ucc$onas
iberoarmanas. Tanibibn el
señor Jordií coni5nwar4 ta e~pIoraeir0nde la. cueva, si se
consigue evitar tal pdigro de. d~rrumbamiento,
Y para evitar Ia ya sabiada extensfBn a &a parte de
la Memoria, nos limitareimoa a enwmerar, sin entrar en
detalla, ,algunas otras e ~ a u a c i ~ n realimdas, tales corno
es
Iae que aprovechando la abra nueva B el sabmeto del PaI
lado de la G ~ s ~ a l i d ~ d sf cabo el 8etrvici~~
ilev6
que
*
[page-n-29]
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.
27
os realizadm en el subsuelo de Valencia, principalmente con motivo de la construcción del alcantarillado;
e, aparte d e nuestra mención en aNotas prehistóricas varias», publicó un estudio el' Sr. Gómez Serrano
sobre lo descubierto, todo en «Archivo 113, págs. 269 y 334.
Tampoco, por ser excavaciones inconclusas, nos podemos ocupar de las efectuadas bajo la dirección del Agregado Sr. Alcácer en el Cnsti2larejo de los Moros, d e Andilla, y en Cerro de Cañada Ralomera, d e Villar del
Arzobispo; así como las más recientes realizadas por E.
Pla en Beni-Sid d e Val1 de Ebo (Pego), que han dado, en
un enterramiento en pozo, gran número d e cráneos, junto
con sencillas pulseras y pendientes d e cobre.
Y pasamos a ocuparnos con más detención de algunas
d e las excavaciones enumeradas.
[page-n-30]
[page-n-31]
EXCAVACIONES
EN "COVA DE LES MALLAETES4g
(Bárlg)
Aprovechando el Servicio su estancia en La Drova
(Gandía) para excavar la cueva del. ~ P a r p a l l ó ~ , vi~ititarton
se
y ligeramente exploraron los yacimientos arqueológicos de
una porción da cuevas inmediatas, en busca, especialmente,
de posibles relaciones con aquélla; y en las psigs, 1 a 15
1
de nuestra Memoria sobre las actividades d d S. 1. P. en
el año 1931 (l), nos ocupambs del fruto de tales investigaciones, que fueron recogidas luego ipsr PPericst en su obra
ctLa Cueva del Parpallón, como puede verse en las páginas 275 y siguientes.
Además de aCdva del Racá Tancat~,uCbva de 1'Edra~
y &&va del Aigua~,fué aCOva de les Mallaetes)) la en-
[page-n-32]
muchas con retoques y algunas láminas de dorso rebajado,
raspadores y muelas; de concha, restos de pecten y caracoles marinos; dientes, al parecer, de cápridos y de cánidos, uno de aquéllos- aprovechado como colgante segPn
denota el taladro que lleva junto a un extremo, y diversos
huesos de cabra, ciervo y conejo, y falanges de mediano
tamaño, una naá~pequeña que había sufrido la acción del
fuego; de cerámica superficial, tiestos ibéricos con decoración en zonas.pintadas paralelas, restos de borde de otra
pieza de cuello acampanado, también con restos de pin- tura, y fragmentos de una boca trilobulada de oinochoe;
y m6s profilndo, tiestos de cerámica a mano, grisácea, entre
ellos reetos de un vaso casi cilíndrico y otro de perfil reentrdnte. D. Mafiano Jornet alzó d plano de la cueva.
S.1 los tmbcrs cer-árnicos prehid6ricos nos inducían ya.
a la &ploracidb $:&esta cu&a, daando nos fuese posible,
máe nos invitaban a ello los abundantes sílex con retoques
(ladnillas de dorso rebajado, raspadorq, etc.) que hacían pmwr en el vecino aPmpaHha,con la atracción de poder establ-r
paralelos; p asf @@a0
tiempo, hasta que la
oportunidd pudo daric' ed 3~110 r 1946,. al fracasar, por
&i
causas que no'S& pdra ~xpuestas,la proyectada campaña
de continusccf6n de .excavaclones en aeueva de la cocina^
(Dos-Aguas).
Campaña de 1946; Eduvo al frente de los trabajos,
mientras pudo atenderlos, D. Luis Pericot ; sustituyéndole
luego D. Francislco Jordá, ayudado por Salvador Espí; y
del diario de excavaciones llevado por Jordá se toman las
notas que damos a luz.
La amplia cata, abierta en la parte derecha del centro
de la cueva, llegó hasta una profundidad de 3'35 metros. La
estratificación fué la siguiente : La capa superior, de sobre
60 cts. de fondo, además de algunos objetos desde proto+
históricos a modernos, confirmando lo entrevisto en la
cata J ~ r n e t ,dió fragmentos cerámicos neolíticos, con deco-
[page-n-33]
( a ) Cap, 2.8
[page-n-34]
(f
(e)
Cap. 2.s
Cap. 3.a
csri
cap. 5 " 1 . 7
; 93
[page-n-35]
acibn de rayada fncf~a a ímprm~ teame en f t d k mbre el ~pipsle-alitje@j,
aerdum~i,pwuetiors mmelona en
Eb basdlrss y atwna @=des en e ctrafla [b. .I
a;
i
S.* I
frammtag drt fihinao y cucEIlo~ una giem de huesa
t
qua i p a m rata da peine; y ya a 4 s hacia el bn&, aigun2r
2a
dtsl &apeaos fa. y Iddmíe de s d a de dar3.3
BO rftbsjg$ib, Na e&&te csl sitio m4s a proptEFsito para dehUar
pis1ealíth ~u&rior, de earhter
ma hoja y puatld~ de dmsa
3,
[page-n-36]
gular alargado y ancho pedtíncula, con perfectos retoques
do delicadem d8~11. !qomeguir e interpretar en diBujo a
,de
pluma, aun ~ir&adg.!~iIps
8 queriendo ser fi'eh; está dese~
puntada y la ec
alguna9 hojitas y strasj&ms BB escasO hterés. En la capa
RZatNal epigravetiense: hojas de domo rebajado,
buriles y raspador. Capa 6" Tamaño natural.
..
(Par F. Jordá.) -
sigzaien~te,la lo.", que alcanza la profundidad de poco más
de 1'90 mts., se dan entre abundantes raspadores (en extremo de hoja, laterales, mixtos, piramidales, en segmento de
circulo, etc.), láminas de dorso rebajado, fragmentos de gran
cuchillo, dentaliums, tosco punzón con indicio de base y
otro partido a lo largo, y aparecen, además, dos puntas con
eicotadura y otra triangular con los ángulos inferiore
[page-n-37]
[page-n-38]
por hueso aguzado, y posible base de un tercero, y COR
ellos una idmln-a, kagmentada, con retoques mrjs ásperos
en la sola cara labrada; dos h o j a de laurel de talla bifacial, una bastante grande y rlicta, en sUex trasliieido, y la
otrr- estrecha y curvada; y doa puntas de flecha bifacialea
triapgulares con pedúnculcr tendente a triangular y otra
de buen tamaño en que los extremos inferiorm ee datacan
como aletas al darse un perfil reentrante a los lados del
pedúnculo. L 1ahra de estas puntas as tan perfecta, que
a
parwe superar a Ia de1 ~Parpaflóxr,en finura deretoque; difrzrencias poco apreeiabiea en las repraducciona a pluma
Fig. ?
Pnnta con atleta&?r pedaneala, r otra de leturel.
Nivel w1ut;renm (capa 11). Tam. kmal.
(Por F Jordsl,)
.
que darno5 (ftg. 7."). Y a. partir de tal nivel, hasta la cu#a 15,
en contacto con el fondo natural del yacimienta, si cman Ioe
elementos manifreatamente soiutrenses, persisten, aunque
pareciendo aumentar en tosquedad, los e-lernmtos vistos
en las ocho capas primeras, corno perdurando un g~gve$iemr(o
poco típico y definido, que en las t ciltimas e5 de mam
nifimtsta pobreza.
De lo expuesto, y con la reserva impuesta por aprovecharse datos proporcionados por una excavacicín azín en
[page-n-39]
curso, riirrge la impresirjn de que lo s o l u t r e n ~ ede que hay
~
sóIo un estrato de wbre 35 cts,, penetra %n un auriñacienoe
poco definido, y que desaparecido aquél sigue subsistiena
da. Es aecir, qaiej se puede sentar la misma conclusión é i
que Pericot ya Heara en el estudio del aP;;rtpall6~, lo
en
que atañe tambi6n al solutrense (1).
E n las figuras l.% 9.@reiproducirnos el material lítico
a
necesario para que s lector forme concepto de cuanto
i
interesa.
l
.
;
Fg 8
i.
?~nh
sdutreo-gravetiense. Capa 12. Tam. igual.
(Por F. Jordá.)
.
Jwlio de 1947 se emprendió otra campaña de exca~s en «Les Mallaetes~,
extendiéndose los trabajos desh r c m t r a l hasta la entrada del vestíbulo a la cueva,
~ b r % c i óse han podido confirmar laa c~nrdusion
a& 11,egÓ en las exploraciones anteriores, debiendo
mu más salientes, los siguientes halla~gas en
:
p&'&?,
efitre escaso marefial d8.1 síle2 re$ri"tese
la
&k&ei.aornada, de tipo nebI.i'tid, $"$Mpnflp
M%?. entre o.tro m ~ e l f a lmiedos típico,
''$)
i
1
'
[page-n-40]
vuelven a darse los raspadores y hojas de dorso rebajado,
un punzón también de los de tipo arcaico y algún tiesto
mamelonado que alcanza mayor profundidad, aecidenta1mente. E n las capas siguientes se intensifica el material
gravetiense. Ya en l~ B.", que llego a 1'95 mts., se di6 algYn
B
A
Mg. 9
B.-Ehja de do= reb&h, gravetiense. Capa 14.
B.-R&spisdor gravetiense, Capa 14. Tam. igual.
(Por F Jordá.)
.
fragmento de hoja solutrenare, que con otras incompletas puntas de pedúneulo y aletas, y gran parte de otra
hoja, parecen pertenecer a la cultura interpolada, que perdura en manifiesta evolución desde las capas más profundas.
Es digna de especial mención la apariciOn en la capa
[page-n-41]
JL? Iwafueididad de 2*% m)
.,
6.xi
e wtox de la entrada
f
(ia>, ds da^ loaretaag gra'biadas con grapa@ raya paralelas,
di(?*
g tambié;n .etn fa! 13: @anda de 2210 m. de otra macho m&
;]
intermaateI p u a llem fa frr$wa &alira&'$@ un tlom v&to
"'
F m? 50
P ia
Mata @aba~Is,áe. lms cima 13.
t43e@&t F%JOM3
'
- -,
--
.mir~t.ady la dareha, con las edrmidadeís ina
traxade de i ~ q i t i ~ z & derecha, como
P
[page-n-42]
subid
r a m del vicrhtre. La a
$quehizo nacer bien naturales esper&d
a sola, fué una -decepción; siendo diffv
k existencia de este solo ejemplar da loseta
grabada, cuando tanto abundaron en el casi inmediato
r
En $a campa6a de 1948, en que se ha excavado el sec.
tor prdximo a la entrada, n o ha cambiado, en lo fundamental, la sucesión de las capas componentes del estrato;
y en elfa son dignos de mención los siguientes descubri
mientos : Sugerjich"a1, una fíbula romada d e bronce, iguaf
a la que encontrara J. Alcácer en el apunta1 del turco^ (Begís), que tiene publicada en el trabajo inserto en rcomunicaciones de1 S. 1. P. al primer Congreso de Arquealogía
del Levanter>, pág. 42, fig. 9."; tiestos a mano ornados con
mamelones y acanalados; fragmentos de cardial con largas
impresiones del borde de la concha, salido a sabre 30 ceris-m
tímetros de profundidad, y otros varios de igbal clase,
que parecen pertenecer a un mismo vaso y decoración en
campos de sucesivas impresiones apretadas del borde de la
concha, se obtuvo a unos 140 crns., explicándose tal profuadidad por haberse qscurrido desde m& alto por el h u e w
existente entre el relleno p la pared rocosa lateraI de 1~1
cueva. Y es de reseñar, por bItimo, e hallazgo, a la prol
fundidad de 4'10 metros, d e un extraordinario puñal de
hueso, d e 22 centímetros de largo, fuerte?, robusto y de le
bor aceptable, que causa extrañeza en estrato tan profunda,
evidentemente paleolítico, ipuw para encontrar piezas spimejantes hemog de devarnos a un neolítieo avanzada.
Los Sres. L. Pericot y F. Jordg, preDaran us traba]@
S&P@
este interesante p a c i % f ~ a )S. ~k:- ... *J- >N
a r;-s:;T
C
A
a
,
[page-n-43]
v
EXCAVACIONES EN "COVA DE LA PASTORAL4
(Alcoy)
LAS EXCAVACIONES
tres a ella gobspwdieda~m,q u i de d ~ sm e t r , ~ o ~
&do
ltigar
eadido hacip Ia entrada, dede
[page-n-44]
42
>-(S '
-
.
--.z
a
; *
, +
. la última transversal hasta la proyección del barde de la
t ceja; todos cuyos espacios quedaban subdivididos por la
línea central en sectores N. y S. La proyección que damos
en la figura 2." completará lo descrito.
[page-n-45]
más inmediatamente, descubriéndose así 47 bobadas d e
restos humanos en la mitad N. de la cueva; y luego, cuand o el Sr. Pascua] cedió su derecho en el yacimiento y el
material en él obtenido al S. 1. P. y éste encargó a D. José
Alcácer de terminar la excavación, explorándose la mitad S. y cribándose la'restante tierra de la excavación anterior, en el escaso estrato que contenía el fondo casi estéril
del conglomerado calizo que le servía de base, descubriéronse las bolsadas de otras dos sepulturas junto al límite
[page-n-46]
XXXVlII y X X X S , XL y XLI, XLIII y XLIV); con
tres @tras veces 4 1 , XIII y XIV, y XIX, XX Y XXI);
x1
y g r w de siaco destrozados, una sola vez (los a, b, c, d , o ) .
A&, DW
athscer referencia a cada resto de sepultura, se
k g n i & s r SUS cráneos.
d'%dbi& w n dignas d e recogerse' las siguierites particu: 10s restos humanos se manifiestan en paquetes
&bbh
sobre las que aparecen o aparece el cráneo, no
t&do en posición normal, sino dejado caer dewuidante, de ordinario destrozado, y alguna vez incompIeto
resentado por algún fragmento importante del mismo.
xcepcionalmente al cráneo, o parte de él, no acompaña
ningún otro resto, como en los IV, VI, VI1 y XXXV.
También es excepcional que a un cráneo, el XVI, acompañe un esqueleto n o articulado pero casi completo.
A los restos de los enterramiantos humanos solían ir
mezclados otros d e animales, que no han sido especialmente estudiados, pero. entre ellos han podido señalarse
los do conejo, jabalí, cabra, caballo y un par de grandes
astas d e toro. También entre aquéllos se han descubierto
restos de las ofrendas, como cuentas de collar d e piedra
frecuentemente verdosa en forma de oliva o tonelete, de
dientes, de vértebras d e pescado, tabletas de piedra agujereadas, tubitos de hueso, conchas con taladro, cipreas, conus
y otras semejantes; cuchillos d e pedernal generalmente
toscos y puntas de flecha; es decir, material nada excepcional, cuya enumeración particular, en relación con la^
sepulturas, de momento carece de interés, haciéndose su
dmcripción en lugar adecuado; teniéndolo en cambio por
su conexión con los cráneos otro material que pasamos a detallar. Un alfiler largo y plano, d e hueso, con dos rayas paralelas inlcisas junto a la cabeza (con el cráneo XV); remate
de otro d e lo mismo, en forma da V (cr. XXVI) ; y otro, con
amplio taladro circular, hallado dentro del cráneo XXVII ;
gran alfiler d e vástago cilíndrico y cabeza esferoidal
1 mr i
& i~
l
[page-n-47]
.
irr, XXXIII); otro plano, de buen' fsmañ~,rematado en
dos enwnchamientas redondeadw (ms. XL.III y XLIV) ;
un vasito de fondo apIanado kss. XIX, I?Z-TZ y XXI) ; medio
cruerílo (m,
VZ1J.n y iin asilla abierto dds cobre (cr. XXIII).
Tambih anden aparecer, entre las rstos óseos, divessoa
f r a m m t a cer2Emicos y carbones,
Asimismo es de Irntsr&s consignrar que los cinta c 4 osos iadícados por letras p los niimeros a IX, se descubrieran en e1 primer netra de nivel del estrato; los
X: a XXVIIX, de un metro a. 1 3 mmta.; y lo% XXIX
a XZsf bagta dae r n t ~ Y en Ia zaaa S, el XLII, a 9 centíme.
tros y l a XLIIX y *XLIgP a unm 85 eme.
I)eX examen de w t ~ s
antecedentm 843 saca la imprei6n
de que todoa los restos humanos de &LaPastorar, son segundos enterramimtos de otros aateriorw que debieron existir m lugares inmediatas al despoblado correspondiente,
pvatn do &caa defensa contra violaciones enemigas; pri.
w w g enterrarnientos que, cuando precisaran para attos
nuevos, serían dlesalojfidos j' los ratos trasldados a lasr a mds alejr3d~s; formzindose &, poco a poco o de lana
vez, mtog depdsihs de re&oa kunantlé; detrazados y revueltos, B QUB en algifn caso suele u j e l d r a r s e un mpecial
n
respeta al crBnc?o (eCam1 Reala p, e,) d o n d ~ ancontrala8
rnos defendidos por suesas piedra&contra futwar~remocionm, al depositarse. nzrls restas, quedando asi paquetes
con muestra de ofrendas. No es ia ello obstáculo el que
en &Pastora%
(crineo mí) eie dé al mentado caso de un esueleto ,casi completo, aunque no articulado; lo que pudo
edecer a un traslado más cuidadoso. Más d?iícil .as extmr en esta segundas sepulturas el gran número de milas 'cuentas de collar, particularidad rara en los ses entirramientos, y que tal vea pudo obedecer a la
ante más dificil es determinar la procedencia de
&tos de segundas sepulturas. $e ha hecho un dste-
.
[page-n-48]
4'6
arda rmmiaeimiento en lag a l r e d d o r ~ ~ &a kra~tottz~~
de
y sBta hay unas ruina de goblada, irngmtgnhe:par camita,
a que oabe
y as el p-rblado IbMco de1 #aI@,
sgtuado mtre aquélla y Akay, qua par fa famt~
sttagi
ci&n del cwm, d&i& ya gtis wupado- en cuXtu~aisantericrres, como paraen con5rmiar %&pos pwu@%os W O ~
X
cerQrnhde aspecto arcaiea, aun deJa1ada 8 saim 1 pa~ls
bilidad *deee~fu&aneal lo@
'con
EbQrfcogde faera ~lrca'm.,
Ob~krvciaeI presmda,
a
F ~f$quetm ~ s I w B ~ ~ s- ~
B
I
w
@
de rmtm *&seos animales Y tlarborra, qde bwen p e a ~esn
de
t
b-yuetes funerarios en T pprimeifúi e n t e m d ~ ~ i t o ~ .
m
El estrato, esn lo&mpacios conip~erndletoamtre- ¡ES bbrcada$ de h t i ~ o s ,@ p a r d a gríe cenidsato, eatsba geaeg-almeate formado por tierra arrilnim, rojiza, tarnwco prw
pia, al parecer, del terreno, que se veía rwue1221,par
los depósitas sucesivos de numw restoa; expFl&dw
aeí 'al gran aúmero d s &efm dispersos, restos de ofrendas, que d cribada ha aeusado. Ad, p m ,
mIoraci4n
ha proparcionado rtn ~rmxalpocas emefianaaajs. No rtsi k
ljmpia y wiba dd fisndq del estrqta, en algtrnos puntos.
I-;I eetrato mis profundo, m lo más i n t e r n ~de la cuwa,
compuesto de t i m a aren&my piedrm, y apecialmente en eI
$jngulo de la p a r 4 rocosa con: el suelo, fuR- ba~taatztfi!
fwwdo, gunque &a aparente coaeS6n entrip 10s mgtesiole-s, ptsm
are h d l m n dis&.wsoa, aparte de silex PQCO caraekesígEiw,
dasr cnlirntm can oliva $ie piedra v~rdoea,otra de dgenta tigw
jereado, una da v&tsbra de mcadrri, das idalos wuladm
1argm (kan abundaah ea e ~ t a~uevaj*
!dde-s
aewada tc~ndmeia
; mdfestmdcr litl Sr. Parscuaf
qus la8 bIE4 ecm
la
e
e~9fiitfta~ IQ QW pude
diea ddadrw um mqor azlietfledad en dicho getar.
Trrdilka m
ran~)-.e.ar~ie eí~cumitands~ que i e
las
en
'
[page-n-49]
sealb6 el descubrimiento de la cuenta de collar dable
o geminada, de piedra negra. El fuerte congtomgnado que
atraviesa en el fondo la línea eje der Ia cueva en su parte
más profunda, presentaba indiaios de haber sido estrato
f4rtil; fa tierra era gris con abundantes puntos de carbón
p algunos fragmentos dseos, uno de 10s cuales que afloraba trat6 de sacarse cortando parte del conglomerado como
muestra.para su egfudio, y al hacerlo q u d 6 al descubierto
la cuenta dicha. De ello se deduce que hubo un antiguo
dando arqueo16gico a1 que natural a artificialnent~
(como
en aCastellets, de Carríeola, la hpecie de lechada de tisrra*
y cal o cimrsntacidn por arrastre& naturales de la cueva)
ae sabrepueo el resto del estrato. El análisis de la materia de1 conglomerado aclarará este punto, cuando oe
Con fa Iabor realizada puede tenerse la cueva por excavada, pues sólo resta apurar los fondos de los sectores
hasb comprobar terreno naturaI y explorar totalmente la
entrada de a~ublla; pequeñas labores que no pudieron
bstaculos do orden gubernativo
ncia ea otro lugar y ho hemos de
EL WTERlAL
Y expuesto lo que antecede, pasarno8 a dar euenta del
material descubierto en la cueva, con unas ligeras referencias al encontrado en la hiuperrficie,
Idofos oculados
Constituye este lote de ídolos la serie tal vez más imporconocidos como propios del SE. y
de la Península y no existía indicio alguno de dlos en
eino de Valencia, cuando con esacasa diferencia de tiemecieron en la cueva de crLa Pastora», de Alcoy, y en el
ado palafítico de la ~ E r e t a Pedregals (Navarrés) ;
del
[page-n-50]
los de ((LaFastora~ hueeos gGntados en que la pigitura cs.
en
rroyenda el hueso dejd rwrodueido,
o msnw elaramente el ornato, y las del pedregal^, mculpido coa hba~es
excisas unr, y @abados i~si$amenteotras; g ~ ~ i e ~ a l m e n t e
se eimpleiaroai paga
bibia~y radios de óvidos o cáaridoct
y ezcepcianaSmw@
Eja cier*q, De'unas, y otros a08
hernas QFU&O
mmsi"$m@~~'h d ~ ~
w m I d aculadoe valen*
eiaassa ( s k M v a ' d e .IIag~.&istqria L w a n t i ~ a ~ , 1945);
11,
li;m4ithndmos@auídah~as@f?
m
dusibn a 108 de 1crL8
P a i t ~ a ,qwó q~dmots & 1 a r W s en la publicación cil
2
-tada,
dinw s r ~ iwa f teadente a ooi~cidiren
sr * ~h
su origen rnsdi@rrhm wi=$dr ( Y ~ R Bla~lámina III
an
repraduddoa fr>t~g;r$ficamemt~
alguam .ds ellos.)
Repitamae sólo Que estw f d d w apgrwieron, eigún
impresión del Sr. Pascual, en algunos paquetes de b,umq
humanos, aunque ql t~atwee swtta&a&mknarnieatos Y
de
aparecer generalmextk ~dei&8;wAit.dm f#d$wd~s
la@
por la Tiee
rra retenida leri Iw t ~ a ~ s s hada d&iJ su awaciacibn inr,
mediata, Y confirmo %E kIw&b,-.&l& h soavaeibn de
q
la aSerxa dan Mwfdm:@&& V ~ P M Io,r t ~ g a l ) danda
P
,
clpareci~wokitaaa?a@ $ & J w . . c ~ ~ ~ s wdworadón se*
m +
~nejantea~unquedmenltal, cada montonci to de huesoo sw
anunciado por un f d o o de esta clase.
Idolos platios
- .. ,
&S
:
5
L,os ídolo6 planos de la ~Pastoraw,be huem ttndos hilrta
hoy, no se separan mucho de l o s m ya conocidos en
el eneolítico del SE. ; y más cerca, e z ' a ~ o ~ ~ la Bareede a
Ila» (Torremanzanas), algo mág a k , m la@
eBknquizares de L,eborxi, y e l algún sitio I&e-,&.kw~k,.$tm)
m
en
piedra. LOSt r a prinoip.les e i e m p l s e &:&&a aPgtte~;3la
aQn,
tipos emparentado5 can los ebementalrngnte ge~métrico~~,
constituídos por tres trilngwlo@*
das de 1@~
wJte@
gaage~..,
tea por el vértice representan e s q g t m 4 g m m ~ t e CU-O
EIPI
[page-n-51]
humano, y el tercero, unido por un $ngulo a ia oase del
superior, la cabeza; tipo característico de la cultura de
Almería. Luego se redondean los zingulm agudos y d
cuerpa tienda a rectangular,
Así, en Ia lamina IV,en Ia qua reunimos tres da los ejemplares más completas de la aPastoraa (dando por eupuesto
que los dos primeros fragmentos pertenezcan como parece
al mismo), el ejemplar antedicho ea el que más se aproxima
al geometrizado que se ve en la aBarsellao y en los ~Blanquizaresa aun mhs exageradamente, En otro (el S , s man) e
tiene e] aplanamiento en la parte alta y sei redondea por
abajo, y la porcí6n correspondiente al cuerpo toma la forma rectangular, estrechándose al final que debió acabar
casi triangularmente, como en otro ejemplar muy parecido
de los nChuruletes~.Y el tercero, tiene el cuerpo más alargado, como uno de los de aBlanquizares~.
Otra materiacl ósea
Aparte los ídolos dichos, abundan en la ~Pastorao
objediversos de humo, fragmentos de otros y no digamos
loa con imisionm o huellas varias de haber estado s a m e
íidab al trabajo del hombre. No es del caso hacer aqui, de
todo ello, una relación detallada; y nos limitamos a describir los de interés singuIar,
Casi no hará falta decir que abundan eixtraordinariamente los punzones .propios de estaciones neolíticas, formados por una caña de hueso, generalmente delgada, agumida por un extxemo mediante un corte transversal en
alargado y conservando en el otro la articulación
empuñadura. Reproducimos uno de ellos (lámiarte superior), que muestra casi agotadas ya las
ades de aprovechamiento.
aílan también aquí los colgantes curvados o restos,
&o generalmente pequeño, que se, caracterizan
decoracibn en acanalados, ya circulares ya en espi.
$05
[page-n-52]
.-:
, "' > T
Kp
>
n
, -.-L.
" , ; :$-i
8
,
1-31. Son abundantes en nuestro erieolitico, y alguna ve%
nos han hecho suponerles significación fálica. (Ver en dicha lámina tres ejemplares.)
TamblCn 'aparecen algunos huesos rotoo que merecen
estudio. Son unas cabezas, alguna vez con parte del astil,
de los también conocidos en esta cultura alfileres de cabezas eilíndrieas acanaladas; piezas vistas en tierras valen&&S
(cCamí .Real,, Aibaida y srLa BarselIae, Torremanzanas)# y rfiás al S. en los aBlanquizares de, L e b o r ~
(Totana) yen dabkrnasri, rFoneiaszl y llano di: Ia Tejar, en la provincia de Almería, y abundantes en Portugal. Otro termina-.
do en forma de V, debió constituir la cabeza de un alfiler d e
cuerpo pIano: y un tercero en su parte má5 ancha lleve
un amplio taladro circular; pima encontrada, por cierta,
dentro del cráneo del enterramiento XXVII (V. en la)
parte superior de la citada lamina). Como la pieza cuarta
de la línea inferior, que es una 16mína plana, aguzada p a r
un extremo, que Ilem junio al final de1 opuesta dos líneaf.
itlcisas paralelas, pobre ornato de- lo que debió ser asti1 de un
alfiler de ;cuerpo plano, como los correspondientes a l s
o
dos fragmentos últimamente descritos, parte de cuyas Iáminas planas y ligeras encontramos en ~ C a m í
Realn y en
la aCbva del Castelletr y clasificamos como pertenecientes a alfileres planos, posiblemente para el pelo, por n e
hallar otra justificación a láminas tan dbbiles.
Otro tipo de alfiler 'de vástago cilíndrico y cabeza esferoidal móvil (lámina dicha), parece emparentado con el d e
cabeza acanalada y otros portugueses conocidos.
También se deben señalar algunas espátula8 y fragmentos d e otras, todas da hueso, conatituidas por medias
cañas redondeadas en un extremo arhaflanado por el usoEs tipo muy conocido en degpobtados eneoliticos valencianos, donde ~ b u n d a nlas en asta de ciervo (d3reta de!
Pedregaln p. e.) E n el final d e la lamina dicha reproducimos un ejemplar.
c:'.
8-
p,
[page-n-53]
. Hemos d e hacer mención de uhos huesos aguzados-y?
sesis.t.-tsntes c~nstituídos
por robustas medias cañas. con fuert e pantas afiladas, capaces de ser empleados com8 puñalesi
~
En las figuras primera y tercera cle Ir parta infsiior d e
dicha lámina se publican dos d e ellas; mereciendo alusión
wpecial el primero por ser pieza d e tamaño excepcional
(mide cerca de 17 crns. de largo), robusta y fuerte, bien
labrada en toda su extensión, que conswva la apáfisis como
empuñadura y es aún capaz hoy de ser usada con eficacia.
Puntas de ffecha de silex
Este, como los restantes mateterles menudas de la «Past o r a ~ queda expuesto a reserva d e l a que del cribado de la
,
poca tierra de relleno que falta examinar, pueda resultar.
Las puntas hasta ahora- recogidas son 116, y constituyen par su tamaño, n6mero y belleza, el más interesante
conjunto de esta clase que conocemos. Damos ejemplares
de sus tipos y variantes en las láminas, VI y VII, que
vienen a ser a manera de muestrarios de aquéllas. Las rocas
ue se fabricaron no son muy sscogidas, abundando las
gris, asi como blanco, menos frecuentes las de tono
más o menos intenso. E n general han sido bellate labradas, existiendo algunas piezas extraordinariaren especial menci6n las puntas que podríamog
e tipa arcaica, refiriéndonos a 10s microlitos trales de tan vetusta ascendencia. E n la figura A de Ia
VI damos tres de ellos,, ep 10s que la sección
m a l supericsr remata por-lá derecha en ángulo muy
1 y agudo, a prepásito para su eficacia.. La
:encabeza la sarie guarda 'gran relaciOn con aque::&neibe 01,ararnente qge procede de uno d e
,-de1 que, no. ,~bst"antek s retoques sufridos
i
waa fle&a:-de z~uer$o
foEikeo y pedimculo
d a n manifiestas huellas de a q d l , Y . reicor-
A,&" -
[page-n-54]
damoa aqai qm dos- de t-tas trapwim se: hdlfxraa en h
par& itnfed~~deal
bgt.~&~
del fando de h cueva y lo miama
~&+&adoss alguna otra ds t a l a pimas.
a
abmdgmtm tfgm se publican diernplsrrrsjura^ dle lae ldrrrikiag eitdas, para (i;otWam2s.am,-'bc~iwibn
enoJm g d;ePaUsdazl, que podame
s;in
1h:dadir Irt recogí& ds a m s partieularidstdeat a
J m
t @&te
.
hparbate lote,
% ve un acmado prdomiaio de Ioer ripoo faliiliceo~
de
b ~ trtmafio, frweea~mwte s í l a clara, g
n
en
rrtamda
Wasez de las Gen ande^ aldas @xt.nbgS
que suajen aga-.
racex aquf en su e o m i e m ~ inicíacibn, Atundan Iae e E gea
oa
querias auñanw lateslitt14 &a itil primer hrcia de Is bars
des, donde pudieron eemfr para la mejor suj&(>n al a~til
da la meta, y ex~e~i~alxnceitrl can mufíaneg a! lost
g ven
e
"idas de E baee ; pera aunque: algizna vez aumento& de taa
mafia, ao apwrecen Ias mmuñanehi m n d a p i e r ~ ~ d k @ j a ~ &
a1 C U ~ ds t;ás gime, que denamirtamrta crillsjfmnosts a1
Q
acuparnies ea C I Q ~ *ocaslíbft rte Iá aBmefla2, de Tormabil~
reatas. 5ueia ttanaree h de basa trisnmlat agruximia&mente equil&tt!~a sallenth o\ob~e que se alza e1 cuerpo
y
la
de perfil en sji-a [&[tima de VI, R y 2 de VlS, A), y que ya
hicimm absemnrr iem &mi-Reab (A%aida) y ea aLw
Uametm (Aleay], Y unha %olevcttlr %e ve aqui el tipo &e
base icOneava, que en esfe casa ea, de girrrfiI acoraganado y
g i n gran dmanaUr, de silekm (VTZ, B, parte inferior],
Prrnta ite: Hecha de kmcr
:',
3, - 8
Fi:
a"
En medio dei ambienk t?eqi.queof&deo la antm des-.
de
aita mIraa ds puntm siumm, apareicl6 Cexmvacion~ de
V. Pascuai) una grao. fzunts de bt0ac.e po~ifSJi&snent'e,
wn
hrgo ped6neul0, euwpo foltr2m y nwvatura qntral wn~ d i i que produw dm cclams &a&aaeal a 10s borda. ffiri:a,
a la figura 3.)
.S
7'+>
' 'Y
r:
'. \
,
J 1J
I
s
.
,
-
I
-
*
L
3.'
.
[page-n-55]
N o se explica su presencia en el estrato mentado ni aun
pensando en un enterramiento posterior a la generalidad
de los 'descritos, pues sería excepcional hallarse sola sin
Fk 3
Punta dc tleceba de bmcc (4:5).
otro material característico; y se puede llegar a deducir que
procede d e los que iatervinieron en los traslados a segundos enterrarnientos.
i.
Cuchillos de silex
I
5:
Son numerr~síoimaslas láminas de sílex más o menos
irregulares que dió esta excavación. De ellas se han seleccionado unos cuantos cuchilIos, que son los que aparecen
.
en la lámina VII.
Las rocas con que se construyeron no son de calidad.
h 'Abunda e1 sílex grisáceo corriente en estaciones levantinas,
:=nos el blanco y el melado obscuro.
&í La pieza primera d e la lámina dicha, que mide 18 cm.,
Pestra las escotaduras que sirvieron para fijarle la enmanaa. A nuestro juicio no bastaron sólo estas d e junto
kita base, con las que era difícil asegurar suficientemente
a, sino también el par de las menos acusadas situa'del mango
qve la fija(
asegurar el
este modo
,Gemplos en época posterior.
I
l
'G?iI'
,
,
"'i,l
.
Hachas de piedra
@,,te&
hachas
,
en proporción a los enterrab,~áneos
hacen suponer, o n o eran ya de
& p e a en que fueron trasladados, ya que
[page-n-56]
M
.
,
-
-8
. -%b ,;L
,t -
n.,Ldt
., '
su escasez no pueda justificarla un traslado poco cuidadoso.
Las r;ocas..de. que S& klierleran las hachas son generalmente de las tres qae a m a n las piezas que damos en la
lámina X, B. LA de fibrohta (la última de la figura 5) es
Única.
e
En cuanto a formas, cErtsihc4ndolris por.,cs.S-perfil y bisel
bifacial uniforme o por el unilateral, con e o n c a ~ i d a ~
en
una de las caras, p u d e decii& que abundan -tanto las
hachas' propiamente dkhae, c m f ~ c ~ l k b
gsu&as, según 'cabe
apreciarse en .las figs. 4 -y "5: d~&&8'de*~aeatlas a y' 5,
iji
&gura 4, teddenteii .a cilifid;i2ds. y' a1 -pdl &as$eiipsoidal. de
I
1
[page-n-57]
[page-n-58]
Fg 6
i.
Gran azuela (213).
[page-n-59]
m.?
g
Hachas pequeñas. Tam. igual.
Fg 8
i.
Hacha con ranaras. Tam. igual.
[page-n-60]
la b, f g 5. Los ejemplares menudos, que se ha dado ea
i.
llamar votivo& suegen ser de piedras más escogidas (figura 7).
Una de las hachas medianas (figura 8) merece descripción especial, Parece ser una pieza que, perdido el filo,
lleva en el centro del plano resultante ranuras paralelas,
a í como en la mitad lateral de uno de la8 perfiics. Eatas
s
piezas Con cortes o escotaduras, sabido es que no son raras.
Pero el qemplar más interesante de pastora^ es kna
larga azuela de seccién rectangular, perfil romboidat estirado, con filo en bisel y concavidad en uno de los pI'mos
laterales correspondiente a Ia convexidad del opuesto: &n
la figura 6 la reproducimos .can sus secciones; no con*
ciendo pieza semejante, que mtiestre tanta eficacia para
llenar e papel de azada. Prabablements fué tipo que por
I
ello debib sobrevivir a su tiempo, pues en la parte s-upeaior de Ia &reta del PeISregaIa encontróse superficial su
veradn en cobre o bronce de époeas posteriorw.
Cuentas de caílar
Son las perlas de cdlar extremadamento variadas y
numerosm, 9- teniendo en cuenta que se trata de segundas
oepulturatr, que el trasladu supone abandono en parte de
estos menudos objetos y lo dificil de hallar$s en el cribada dier la excavaci6a, se llega a la conclusion de la gran
riqueza arquetoI6gica de los primitivos ajuayes sepulcrales; y pi6nscise que a6nrqueda prdrte del relleno & la cueva
E n general la impresión de conjunto que en a t e particular da la aPastoras, es la misma que las demás cuevaíl
zalificadas de eneolíticas en Levante, Con el propio material predominante, e importantea aportaciones nuevas; y falta, en cambio, de otras piezar canacidas, como
Bas cuentas aplanadas de coiuis y lo6 ~ e q u e ñ o scolgan-
[page-n-61]
*
%es éiipotdales y cuwados de ~onchao de 'Biedias 'dura, p. E?,, que pizrscm eu~tltuídmnqui púsíblemente por
lae dientes tatadtados; variantm que pudieran obedecer
-ra iancfiiuémsiae, digintar Q íi ligmas diferenciad cmaol6s~icars
&4n na greúsablm,
Son excegcionalm ddos prieízaa de: Pnhitr* una de&&~ a d s parte que tuvo farnla de ol&u, y otra cilíndrica
en
eoat datawdo ronnate troncadniw en que dabi6 llevar .(II
.taladro y quipt Pgf
tuv&a cfilImi~~~i6n: i a a h sn
m&
4 grupa de ¡a& cofi$.antos, de tan barrosa difereneiacibn
crr ~tgunmm~imcan cierta clase 'de mentas, Véanse la*
do0 refeirfdas cuentas en la írimina X, A, segunda 7 tercer?.
AeompaTiaban a estas pletfas o lis rodaban al parecer,
4llgo fragmentado qae semeja en eolar'rr tiato triturada,
.cuya málkir no sé. há podib dmttzar a6n, Otra pwta
laefbida de gmbar, mmudri y &sbx]ídal, es &niw
TambiGn &a inttsraantaa dos' pequdas cuentas &e.roidaleq uda aarbaiizada y otra .m, 4up parecen atar fa:
%riadas de maderra, It~z~to.
par 1$ kpariaeia de3 wrb6ti
sorno por lo que muestm una rtitura 'de la crtsa. Ya ee
aeirsaton pirs~aseemojarites en alganar cams, euevg del
ñGastelEstr>, de Carfkda, clntrs' otra, prescindiendo ¿e
rematas eultua'as orientaleo. fVBafise en 1 miama IArnina; 2
s
3
San exwpeloa;alei% Ias g e r b ze~efhricasgminadas, 61timas de la lhminei dicha y de cuyo hallazgo dimos deta-
lles al rsseirar la savelcícEn, que són en piedra os¢ura r e
blanda, igual a la de dertr, colgante- de '&sirqresentaci8rIi femenina .de que- ha&krmo&; y da
a pafeeen @atar hechas timbién otras cuentare
mde o menao elara de- vlidu, que la rodean en 1~
iicibnada ,: una de riiilslar con los extcamor tan acuachaflanadas, que debió ser pieza ds centro
n, coma en' fa mayorfa de nuaffbs cuevas da:
[page-n-62]
este período, las cuentqs de azabache, de cuerpo bitroncocónico p , l a mayoría de 10s casos, no siendo nunca d e
y a i l taqafi~,JY.-lámina X, tercera de 2.)
Dg.,q+qnt~3lasnegras discoidales, muchas de elfas mintisazlas, de las que damos muestra en la parte superior
de 'E;g,,pr~~a
I;,ímina, se recogieron más de 620; y piénsese
gq $a&-&rdida's causadas no ya por el traslado de los restos,
g p en el cribado de tierras.
+ &p. mismo acontece con las tan generalizadas perlas
<1&$dales blancas, ordinariamente de caliza y aquí exeepsipnales de concha, y poco frecuentes y más pequeñas d e
hueso; habiéndose hasta ahora hallado sobre 300 nada más,
(Véase Iámina IX, 3 y 8.)
De las en a l i ~ ~ a
verdosas (esteatita), tan frecuentes en
el eneolítico, entre pequeñas y de gran tamaño, se recogieran 55 (lámina dicha, 7).
De dientes taladrados en un extremo, hay más de 17
(Iámina mentada, 6), no pudiendo clasificarse por haber
oufrido modificaciones intencionales en su aspecto, especialmente en sus coronas (según el Dr. Beltrán Bigorra)De vértebras de pescado, preparadas para cuentas, excepcionales o no vistas en otras cuevas valencianas de este
período, se han encontrado 7 (lámina ci.tada, 4).
Una de materia blanca- indeterminada (5).
Otra, nada más, de dentalium, que tanto se suele ver
en cuevas tal vez un poco anteriores a esta de la aPastora,De una. especie de corazis (Marginlella, según Manuel
Vida1 Lcjpez) vistas en cuevas valencianas, existen aquí
unas docenas (Iámina dicha, 2).
Y .de una variedad de pequeñas lcipreas (Trivia, según
el mismo), tan frecuente en cuevas levantinas, acastellets
de Carrícola entre ellas, se hallaron sobre 600 (lámina
@cha, 1).
Dejamos para el final ocuparnos d e media perla esfe
raidal de vidrio verde claro interiormente, y toda la su-
[page-n-63]
iperficie de tono blancuzco que alcanzó a parte de la masa,
r o m a si obedeciera a alteración 0 deseomposición del
vidrio. E l existir restos ibéricos superficiales y parecerse
tal cuenta a otras ibéricas de tipo semejante (una d e las
halIadas separadamente es grande, de pasta vítrea a gajos),
hizo que no paráramos mientes en la citada, hasta obvroceso d e variacián superficial, que nos
servar el aludido vidrio por especiaBllinduce a procurar el estudio d e e
tas en la materia.
I
hemos itludido a ale.) que más podían
.
gunas piezas [dientes aguieread~s,
tomarse por colgantes.
También al describir 10s Útiles e hueso nos hemos
referido a las gequeñas piezas rectas o ligeramente curvadas, ornadas d e acanaIados circulara o en espiral, que
p o r estar taladrados en su extremo pudieran considerarse
como colgantes, por lo que tal v a debieran figurar aquí.
Nos resta hablar d e una pieza colgante excepcional. Es
de piedra blanda negruzca (como las antes descritas cuentas gerninadas) y representa a modo d e dos piernas que
surgen, ligeramente separadas, del sitio donde debieran
acabar las caderas, de las que realmente n o hay la h e nor indicaci6n, Los miembros, curvados ligeramente hacia adelante, rematan no en ~ i e s
sino en punta. .No&giste indicacián alguna de sexo ni d e nalgas q-iie padie'i'an
servir de base a una presunción; pera es lo cierta q la
w
impresión general es quo se trata de una rwresentaeibn
parcial femenina en piedra, d e significact6n ignorada. E n
1 lámina IV, B, damos reproducelon~svarias d e este oba
jeto. @S d e extremado interés co~signar
aquí, que reciente
mente, al visitar C. Pericot el Museo de El Cairo, encontró
entre el material predinástico, una pieza igual en marfil,
[page-n-64]
sólo que algo mis pequeña, que ha .sido ya dada a conmes
en publicaci6n poco difundida. El hallazgo time interés
grande para la fijacibn de, relaciones entre nuestro n w eneolitico y Egipto, :que ya son conocidas en la b;ihlia,--4
,~
. >
te de refermcia no hemos podido encontrar
relativo (el que cabe entre una figura exfreuematizada y otra realista, si acaso) qu&
Ia reproduaión femenina, de vientre y muslos, en piedra,
gris, de sobre la cms. de aItura, atribuida al neolitfca grieque aunque lejana de la de la aPastora~,no deja d e re-
Metales
$parte la punta de flecha que parece d e un Bronce
avanzado y d e que nos hemos ocupado ante$, han aparecido en la pastora^ otras piezas metálicas d e material diverso (y cronologia distinta) casi superficiaIes, en la primera
capa de 30 cte. del estrato.
Entre ellas, y probablemente proto-histórica, figura una?
pieza de bronce rectangular, de factura avanzada, con 1%
parte alta rematada en moldura y la baja constituída p o r
dslgada varilla circular por la que debió aujetarle una co7
rtea, y que parece parte de fornitura.
'Í
También se dió buena porcíón de una xarilla de cóbreplanoconvexa, doblada sobre sí misma, como trrndiendck3 anillarse, y que pudiera ser resto de brazalete.
Das aníllitas abiertas, de planchuela de plata, uno de
cuyos extremos es de sección circular y plano el otro
parecen pendientes.
EJ haberse obtenid en capa
'-'
L F'ranz: u~xtteignecn~scneoteínzeitidole~
.
1934, p 39 y s., l&m. E flg. 3.
.
,!
->ek.
Berlln
[page-n-65]
plantear dudas. sobre el tcariícter prehistórico de estos o b
jetas de adorno, pwú es manifiesta su semejan= w n ,g t w s
c.anocidos ,del eneolztiw o Bronce.
Y tambikn hemos de hablar de o t r g pwible p g d i e n k ,
abierto. en sus extremos, que saIió con al c d n e o XXIII,
Por su tamaño y h r m a parece pendiente, si bien le falta&
el extremo aguzado que suele verse en ellos generalmente.
Y. mentamos, por 6 l t b 0 , dos menudas manedas de cobre,
una medievasal y okra, de Regalianus, d parecer,
La rerdmiea
La cerámica relativamkte moderna encontrada en la
superficie o a escasa prgfundidad, mezclada con algunoa
fragmentos de la prehistórica, redúcese a las muestras- .
siguientes : fragmentos de la ibérica sin decoracián o con
menutias líneas paralelas trazadas en el sentido del torno; grandes tiestos de un vaso ligeramente cóncavo d e
loa con barniz negro brillante y. palmetas estampadas en
el fondo, y en el pie bajo zonas circulares, por reserva, en
et color rojizo natural del barro, como en las italogriegas
vistas en el país; plato de perfil muy avanzado con ligera'
raya incisa en .el borde y barro rojizo con resto de barniz
quei le dan aspecto semejante a la ságillata, y un interesante.
fragmenta cerámico que semeja parte de un capitel rematado e n volutas, sobre el que se advierten restos d e dos
pies y borde inferior del ropaje de una figurita que lo deLa prehistórica, casi siempre lisa, se halló fragmentada
ea'tiestos pequeñog, encontrados dispersos a lo largo y a
1m ancho del estrato. Las formas que se acusan son: una
erfil quebrado y borde apenas saliente, a cuya pieza
den en el ángulo
a espina y uno lleva pestaña taladrada a lo largo;
do cuenco y el esferoidal que alcanza a tres cuar-'
[page-n-66]
tos de esfera (dos de ellos reconstruídos); el d e cuerpo
globular y cuello en esitrangulación, el tronco-cónico con
la base plana (uno d e éstos completo), y el otro con impronta de wtera constituída por estrechas fajas cosidam
unas a otras, cuyo tejido, probablemente d e esparto, da
lrimpresión de celdillas de panal (véanse estos dos vasos
en la lámina XI, A y B).
Y nos falta dar cuenta de un espeso tiesto pcrtenecienee a grueso vaso con decoración aquí excepcional. Estuvo
ornado (lámina dicha, C) con pares de rombos concéntricos
d e lados paralelos, formados por acanalados impresos y
trazados en dirección transversal a1 eje de la pieza. Y es de
recoger aquí que tal decoración aparece: en vasos pequeños, en forma de bol d e paredes alargadas y arnados también por pares d e rombos semejantes, pero colocados'
verticalmente en cerámica de una necrópolis neolítica del
llamado Omaliense, d e Ornal (Lieja-Bélgica) según ~ u ; i(1):
LOS RESTOS HUMANOS
Hemos hablado d e los restos humanos y de su situación, que parecen de 49 enterramientos, todos en bolsadas
y revueltos, como d e segundas sepulturas, y especialmente de los cráneos, más o menos destrozados, que han
servido para numerarles.
Pero hay cinco cráneos que merecen una referencia
especial, por la no frecuente circunstancia d e estar trepanados (vease láminas XII a XVI). N o conocíamos hasta
ahora trepanaciones en el Levante español; y frente a estos cráneos surgen las interrogaciones de qué fin se persiguió (&mágico?, 4 religioso?, ¿ médico?) ; d e si pudo ha.
ber una remota anestesia; los instrumentos de sílex que
en algunos casos dejaron huellas bien evidentes; si la ope-
.
(1) aLiL'homme cite% lscustresr, 1, p.
des
m,Ag.
49.
[page-n-67]
ración se hizo por rotación, como parece deducirse en
uno d e ellos, o por raspado, del que vemos señales; si
sobrevivieron los sujetos a ello, como parecen mostrar al;
gunos de estos cráneo.^, otro de los cuales semeja tener
casi cerrado el orificio de la trepanación.
De todo ello y de bastantes más interesantes aspectos
técnicos, se ocupan, en pequeño estudio, los Drs. D. Adolfo Rincón de Arellano y García y D. Jóaquín Penollosa
Armengot, que publicamos como apéndice al presente.
***
*
k
..
~
~
i
~
~
Y con todo lo que ya expuesto, creemos haber dado a
conocer lo suficiente para que se forme concepto de la
importancia arqueológica de esta cueva sepulcral valenciana.
~
1"
.
~
9
i
r
[page-n-68]
Dr. Adolfo Rincón de Arellano
Dr. Joaquin Fenollosa
El Servicio de Investigación Prehistórica de, la Excma.
Diputación provincial de Valencia nos somete a mtudio
cinco cráneos trepanados descubiertos en la cueva de «La
Pastata~,del término de Alcoy, entse 49 bóvedas y restos
.diversos de hasta 70 cráneos descibiertos en otras tantas
sepulturas en el citado enterramiento colectivo.
No es antigua la idea, hoy bien conocida en los camp o s de la investigación prehistórica y en el de la Medicina
descriptiva, de que en las culturas eneoliticas y de cornienzos de la del Bronce se practicaban ya trepanakiones .craneanas.
ello se tuvo fué la presentación por el arqutrólogo francés Brunieres, en el Congreso para el Progreso de las Ciencias celebrado en Lyon,
de, una arandela elíptica hallada en los dólrnenes de Lozere,
sacada de un parietal hurnane y conservada en el interior
del cráneo.
A partir de tal momento, los halla~gosde cráneos prehistóricos trepanados, de diversas procedencias, abundaron
en Europa. En la Península Ibérica se hallan dispersos
individualmente por toda su área, salvo en Occidente (alrededores de Lisboa) donde se encuentran en grupo, que-
[page-n-69]
dflPida crntreit ~ t k o b Éfkril sin 416s éfi (Il fC i
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t por gofps de snaza o piedra,
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@edbads hacha ds Srrilt-a a m
r
[page-n-70]
cultura a que pertenecen los cráneos la función sanitaria,
rudimentaria, fuera ejercida por personas investidas de
funciones sacerdotales o taumatúrgicas, en cuyo caso las
trepanaciones quirúrgicas habrían sido ejecutadas por aplicación de. las .creencias de fe, imperantes. Pudiera ser motivo d e la trepanación, por ejemplo, la práctica de una
comunicación exógena por la que tuvieran salida los espixitus perniciosos o las causas desmcadenantes, según tales
creencias, de alucinaciones o sindromm de factura cerebral
o psíquica. Sería, pues, un complejo psico-creligioso-sanitari; el que habría' presidido Ia formación del estado d e
opinión hecesarío para la puesta en práctica de la operación, en la forma indicada más arriba,
En cuanto a una tercera hipótesis que ha encontrado
algún eco, y en la que nosotros no creernos, la de la trepanación exclusivamente terapéutica, su admisión supondría la existencia de individuos en aquena época dedicados
a la función-sanitaria primordialmente, con separación de
los motivos antes expuestos, lo que no es probable; aparte
de la imposibilidad d e tener formada entonces una concepción orientada en el sentido de realizar tal trepanación
con fines de descomprensión o de posible tratamiento de
alte~acionesmentales o cerebrales,
En el caso d e trepanaciones post mortem, también son
tres las hipótesis con las cuales tratam,os de explicar este
hecho.
La primera es la de que-se realizaba para la obtención
de amuletos, que podrían tener la doble finalidad de adquirir, quien los poseyera, determinadas virtudes o cualidades que tendría el in'dividuo muerto, la de preservar
al poseedor de determinados males. La segunda hipótesis
afirrn; que servía la trepanación para la obtención de objetos de adorno procedentes de cráneos hallados al azar
O provinentes de antiguos enemigos que habían sido vencidos; en este caso como trofeos de guerra. Y finalmente,
[page-n-71]
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B
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sso!aga~ u?~qu3e~
alopuf ap pep!leuy si ~03wula)."otu)so@
8
4
[page-n-72]
mn ella, y por @uaspecto radio(6&0 par=$ debida a qna iqfracción a ponteriori que v i e
ne a raupiqe ,eg i i ~ u i o recto perfecto con otra similar,
,
s i biep #a hpqr pn~hura,de parecido origen.
Puede verse'ped.~tarnente configuraci6n de los senos
la
g~ guardq p~facipq
alguga
St
frontales, de los cuaies no es improbable que el izquierdo
(el más próximo a Ia trepanación) estuviere afecto de una
sinu$is, fa1 como lo muestra sil imagen en el roentganor ~ q a Y r t ? sinusitis pudo producir la totalidad de trans)
TlliQ~IIO!
por e1 individuo pq $1 caso de que 1;
trepanación practicada se hubiera sealigado con fines te-:: ,-, ;.
rapeutiqs.
. .
@WEC]
~.-&ámfiia XIIl, 1.)
?Fn la porción mda anterior del parietal izquierdo de
un cráneo que, por las características morfol0gicas, escapa
a ;las delimitaciones correspondientes a Ia raza humana,
presentando las variantes de csnforraación similares ;r las
de los antropoidqs, se observa a caballo sobre la sutura
fronto-parietal una infrawián infundibiiiforme que J;$
kmpletamente extracavitariq eq que la cortjcal aternq
parece reticuladg ,m qtja peril de j í ~ s.a s
. . radiales en que la
osificación se ha c~nseguidsap cosrqgacjbn cpqdensante,
Puede pensarse que en este caso hubo, antes del actq
de trepanación, Mentada pero no c~nsgguida,ut5 travma
de dppresión laminar y qicatriagcián 6s~~-tisular s a
por
gunda intención. En mte'caso
individuo sohreviyió.
E z ~ r radiológica.-(Láwina citada, 1.)
n ~
Si $e examina detenidamente y con auxilio de una lente
de mediano aumento un poco por debajo de Ia punta d i
la flecha en blanco puede verse en la imagen radiológica
del ~r6n.w una línea transversa que w proI
B,
kdm, dakchp e i~auierdo,de ?a flecha, llegando en atrib~e
i&!idqs 3
en la sombra densa de la proyeccibn
vertical 4e ,las corticalea latetales del cráneo. Dicha Enea
ir-
'
.!
.Pi'P.'
1
;
..*
m
_-
-, -
[page-n-73]
emi un cilntheÉrt5. de &$metro de irnamn caraeterhaddi
par una se&@de Eh@a& ~ n e g w
p
rn5~pemtables a paso
l
de foe rayos ea dhpiestción radhl y qud~ienen eaincidir
a
como centra de un punta $bada & IB Jfhm menas densa
mits aala&da. Lag EInms daras rdalsat ddfmf%n unas
espae!os trisngufatm iso~cQlfcabs
d a o s al pago de
F~OII O ~ Q
C
~~)nsaueacia a;andwaciizn 6rea pastraude
mbticrm- E mpacio m& claro y alargado sikmdo m48 a la
P
;squierda de 1a Z Q ~ R
citada y que m el centro de fa
tr~snipclhpe~tudidtdéiea @ re
a tcase, psiblemmta ohdece
a dfsftilidad E a d ~ a r
wurdda mucho dmpuf%s de la muerte
..
da1 indí~iduáa,
r m m c.-IElíininz~ XIV, 1.)
Pressnts a t e cr$neb, e0 al j~arietalízqyierdo, en u*
zuak eita*radaa la mrtd de fa htancfer total qntero-po~terior del tiubsa y EF 25 mmi par fuertv de h sinmtisis parlb
twdetrtl s lima simígibf, ulln amplia dopresgdn alar@da da $&sete a atxh da, unp dafm~a~i~?es
aprmimrfag
cfe wbo cm. par cuala 68 amha, qg el centra $e Ia cual
ipqrtxe un qriF;no bqrabálic~ 18 Gp.
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de
faygq Z X ) ~ dq
12
- T Z ~ ~ale, bqrdq sbncavay ; qug $!epkn @qdaa ~qbrae
Q
p
@ora
f - i o n i h basta 32 p p alrde*
I.
de @do au
ipa meras con instru9ffntq
I, de gran dureza p wperjcie eria manera de 1 i q o raspa.
d ipdivXdú~80b2p~r~i6.
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b - '
i
8
k
*
2
,r:,
[page-n-74]
trario al de la flecha, en el centro del cual dificultosamente
r;e ve un espacio menor de forma circular colocado entre
Ix punta de la sesal en negro indicadora, y la dnostosís
vecina, Dicha zona circular central corresponde a fa sofución de continuidad lograda en la calota craneal mediante
la trepanación. El resto de la zona clara antes aludi
tiene la representación radiográfica que puede verse en
roentgenograma por la p6rdida de substancia,
te a expensas de Ia lámina externa del crgneo, producida por
18 manera de coneeguirsei la trepanacidn. En este caso,
como queda dicha anteriormenter en otro Iugar de es
trabajo, el modus opmalzdi de la trepanación consírjti6
el limado de la superficie convexa de crdneo con pi
o instrumentcl a la manera de raspa a lima. Las pequ
imágenes en bfanco, de forma y tamaño IenticuIar, corresponden a pCrdidas de substancia. de lámina interna, posteriores a1 ítbito.
CRAMEO
E.-(Lámina
XV, 1.)
Presenta a t e crdnóo una perforación en e1 parietal d e
recho exactamente en la mitad de su dimensión sagital,
situada a unos cinco cm. par arriba y por dentro de la sutura
del parietal con la porcicin escamusa del temporal. La perforación, lograda por movimientos circulares de un instrumento a la manera d e fresa, tiene su diámetro menor
a expensas de la 1t"iminainterna Q vítrea, de un centímetro,
y el mayor, -terno, a expensas de la cartical externa de
dos y medio centímetros de didmetro.
E1 bisel entre ambos es ' d e forma plano-convexa en
algunas posiciones, habiéndose formada como Igmina de
cicatrizacián una pseudo-cortical que cubre la esponjosa,
haciendo constar que en este caso el individuo, posiblemente de edad superior a los S5 años, sobrevivió a l g h
tiempo a la práctica de la trepanación quirúrgica,
l
[page-n-75]
Examara 7adiotdgico.-[Llmina citada, 2.)
La zona de ,paso libre de los rayos carrespondiente
1
a la trepanacitjn, queda en a t e caso colacada junto a la
zona negra de marrima denddad ósea determinada por
toda la porcibn externa crane-iina coiocada al hacer la radiografia verticalmente y por ende de conpl&a impermeidlbilidad radiológiiica. La cufocacián oblfcula del orificio
de trepanacíbn produce una imagen alargada, por no ser
~ r m a a la incidencia de los rayos m la tangente focol
placa. Este defwto áptico se acenttia por la prolongaci6n
de la imsgen nítida del orificio por delante can una fisura
(posiblemente ajena a la operacibn) y por detrás merced a
una p6rdida de substancia ósea de lámina interna. Por esta
misma causa aparecen pequeños espacios claros repartidas
en toda la aroyeoción.
Por ddante de la perforación pueden v a s e unas líneas
&ras que vienen a terminar en la cara externa, que corraponden a la pérdida de espesor de 1a cubierta craneana
determinada por 1s depresión originada por la presión
constante s&rs lámina interna de la arteria rneníngea media y eus confluentes.
CRAM~CI
D.-(Lámina
XVI. 1.)
Presenta
la porción m& antmSordel parietal izquierdo un orificio circular perfectamente redondeado, donde
merced al grosor de la arquitectura ósea aparecen dos di$metros diferentes, uno del rcircul~labrado a expensas de
la 16rnina externa, eI mayor de 20 mm. de diámetro, p ei
otro, menor, correa~pandiente a la lámina interna, de
ocho mm. de diámetro. Entre ambos la esponjosa aparece
excavada en un bisel óseo cóncavo logrado posiblemente
con el movimiento sobre su eje mayor de un instrumento
cortante de uno o dos filos.
La no iormacibn entre ambos círculos corticales de una
zona de conden~ación,a posteriori de la agresión instru-
[page-n-76]
mental, parqce indicar que en este caso la trepanación fué
realizada Dosi movtem o q u en caso de ser quirúrgica, el
~
a
individuo no aok~?vivi& la. tr,rsponación realizada.
Examen m d i ~ l d & ~ ~ . - f L i ~ i XVI, 2.)
na
A la dtirecha & ra flecha puede vase, netaments, un
capggio gi
blanco que corresponqt a1 orificio de la trepakáclóñ, c&locadoconlc6ntricarnente cU$ rel?ción a un apillo
c i r c ~ h- r
serni-denso d e imagen difumínada obtcnido merced a la menor permeabilidad de 10s rayos por la existen;fa de una banda' ósea de 1igeriiin)a esponjosa y lámina
y-intemai' solgmente, producida al obtener el qbjetivo de la
trepantción por la f ~ r m en qye
- a
cons~ppida,corpg
se"bescribe &n el oportuno lugar de este trabajo. La p s
quefia mancha blanca circular colocada al kdg de la iqa:
gen . uirúrgica y en el lado opuesto a la flechg, pe~teaece
6.'ii
r, una decorticación ajena a la oper;tcjóp y muy gostwjor
..-<.
a ella, posiblemente accident?~.
,.
Toda la imlagep radiolóq., d& da pqrc!Óq 6sw crrmica
.,
,
,
prendida ?.+ este roen)genograma questrq q a sintomatoen
l&ia dk mr&acci0;i an6iogi a la que preswtgp Iss h u e
sos examinados en la epoca actual en los casos de la afección conocida hoy con el nombre de ~Endermedadde Pae t ~ Es ~uriopadesiacir este hechp relaciqqdo cap un
.
%=.l..
tipo
di'iiasia Ósea cuya eti~logía)r patogoiiie aún h ~ y
n& es t i,e n conocida.
.
,.s.
L.
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.
7
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" $ 7
Dearpu& $91 esamen deteaido de las p i t ~ a sque acabamal-ps de reseñar cnrr SPS caracterjsti~as drsi trwaaacibn Y
t~xliendoein cuegta aua, mnqug. D C ~ ~ SI p~rcentajeabteO
n i d dq: crárteoo trepansidse, rmraseota la totalidad d~ t i l ~
~
haIlazgos en nvestra r e g i h , y par Ir! tanto ea la cas~istica de características regionales, ppdemos mtablwer Iaa
eiguiqitas lcs~cIusionssdg t ~ u r j l ~ n
:
t.: Que: la trgpaoac5Qg craneana m IW época compreo-
[page-n-77]
d1;da de2 EnwIftkcs; ini grkdpla del Bmncs, e-ra
ba~a*
~onoctda praetkda en B D M rtr6ai6z12.
s
~
12." Que ~ra* 1s cXmif&E-i da Bmea,
asso
aw&arn.oél, dr ~ p t l n a c l ~ n e v&a p $asg ma~iGm,en
ci
4%
4, B, G y $1 pe~meefi fipo de tw de t r ~ p a
al
quirbr2fica, y asa [el Xr) ~amfx-lltt~ d o g ~ &fi
d~
Lagar
h dm$Zjw~i6n,
$=que nog hclbmors par la hip6t&
(1-
waeernl
3," Que de
$O&
ie!ma c ~ E $ P ~ E c ~ % ~ c u a h ~
morrr$n~dcrs,
pe5E@a~:ewWQmmulifzo {& B, C y E) y ~610
B!
uno al kxa
f~rn~ning
s'fat.
4b Qtno de I ~ B t6eriicm m p t a i d a ~legrads p
dir
~
f~md6~
oimtriiilar a ia sedimda can frma, &e$ mfintrars par-.
ganeen a fa primgra (legrado a cepillado), Is A, B g E;
o
y ~QIF
&res. $o& el. C y ef 33, w la @aundaIperfraricl0n).
S?
@U%tm
\eái8aS d b lOS &W [A%, I3! JI E) 1s he*
pmelBn
enteamen& c~
da, rnleakai qaa en
una (eE Ef) frs opwsi6xl aparm mmü-ne tat'otatmenfe coarwida, o da tw m w aE;Ello,qulf? m &X tiiemp~whreV&
!Q
par el InÉkividuo hubo una arzprirgcidn ornat4mica! $e:
mlttaf6n de Irr ~aluei6nda rontinuidad emana,
6," Ea watra ES- &-Ej lar ~3neo(A, C, D; y E) 3 1 *epanaci6n a ~ = = @rmlizada an la parte izquiierda d r fa eag
jota crmwsi Y rdfo una IC] en @f. fado h m h ~ Este hecho
.
padrfa qlt(~at"ñe la ekmfl~~~Btf58BUS 10s O&WB~OT&~J:
par
de
taiagan dttagh*di~tras, sin fines ~ p d d m e n t eterapéutleas IwaIlaadas por m ~rraumantmiar E y IZ)y entoaA
ea, ,erJ tenena utllirtado la fuere* por elml.cín, del tracto
iaqutada, en aras de una mayor eamodidad manual al
e m p l w In mana derahs en íiii maneja del instrumento
y la i11;quimdaen hnci6n auxillw, con el iadivldus, trepad
nado raloeadcb en d-rtibsiaa supino y eon la cabeza p nuca
apoyada@ un a p y o gdtrm, de rwlínaeicin,
en
7," Cuatro de las crdnmo ttep*lnndoo [loa A, C, D
[page-n-78]
E) tienen las cara@pht$om antropológicas anehmenta
definidas correspafidkmtes a la mara humana en la actualidad ; m;isatras: qab &lo ano (el B) las preenta con notable similitud a %S antropideaa, des&aci@dala robustea, da
las dep$esionei+ de las dose o~oipitalm de la8 crestas, de
ly
la mkma irwib, Lhihes de iLtrwci6n' los múscul~sda
de
la nuca.
, 81 :En.!ta&s los casos iiqmtidoa a nuestra considera.
cián (40s ex3neos trepanadw bailados en la r*wi.Éjn valenciana) el ariticia, ca~seguids
para Ia suludón de eaniinuidad, ;de ~ ~ u n k a c i bendocraneana, tienen, salvo uno
,n
(el B) &as dimensiones circulara aprodrnadas y garecidas da -*o$ 20 cm, de diheha coma promedio, dimeea i 6 ~ debfa a r la usual en a t a clase de inttrrvencibneg
que
para Ira kpwa prehL=+tórica
que no$ ocupa,
9." En ninguno de tala crheos d d S. 1. P. hemclg
encontrado la Ilahstda. trwanaclan sinripital,
y
,
[page-n-79]
LA ERETA DEL PEDREGAL
(Navarrés)
Es ésta una de las m& interesantes estaciones que desde
hace tiempo tiene en excavación el S. 1 P., pues, aparte
.
su fecundidad arqueológica, se trata del primer despoblado palafitico empezado a explorar en España. La importancia de esta excavación obliga a darla a conocer cuando
aún está lejano el término de los trabajos.
Allá por 1934 y con motivo de una visita de JosC Chocomeli a sus fincas de Navarrés, se enteró de que en cierto
punto da la partida de @LaMarjalxi eran frecuentes los haIlazgas arqueológicos; y poco después su espíritu de
prospector entusiasta le había hecho reconocer el lugar,
p, comprabado U dicho, solicitar para el S. 1. P. e1
o
permigo de excavación. Ello obtenido, le encargamos
primero de practicar unas catas y poco después, en 1942,
de efectuar, ,ayudado par E. Pla y eI capataz Espi, una
excavación orientadora que sirviera de preparación para
posteriores trahajos, que s s han venido llevando a cabo
luego, en cinco campañas sucesivas realizadas bajo la dirección de la del Servicio, ayudada, respectivamente, por
.
los señores J. Alcácer, E. Plá y F. Jordá.
La labor hasta ahora efectuada dista aún de rebasar
. la mitad del área del campo de la ocEreta~,propiamente
dicho, único en que' nos es dable excavar; y se tendrá
.&&@a la pesadez del trabajo si decimos que se criba la
de
,@.f.alldad de la tierra>~em~vida, la labor sólo puede
que
[page-n-80]
arse en determinado período del verano y que el
del antiguo lago impide, generalmente, el cribada de las estratos inferiores, dificultad que oe
acrecienta en Ios periodos inmediatos a los riegos de las
huertas colindantes, tan necesarios en verano.
Tocante a los reeuItados de, estas investigacianes, aparte
de algunas notas insertadas en 6 diario ~ L a e
1
Provincias~,
se han dado a luz en el tomo 11 de aArchivo de P r e h i ~
toría hvantínaz, das trabajos que 2 ellas aluden; uno da
1. Chocanali, en d que se reeogen datos de las primeras
catas efectuadas y algo mas, y bibliografía relativa a este
tipo de estaciones; y otro, nuestro, sobre ídolos oculados
valemianas, donde para fijar el ambiente tuqueoldgfco de
las dos hasta entonces hallados en la rEretala, hicimcis lig~rm
alusien a la excavacidn y a los rhateriala (1); y siendo
ella insuficiente para dar idea de la importancia de esta@
investigaciones y n a debimda ailenciarld a la espera de1
aiin lejano tkrmino de los trabajbs, nias v e m s en el caso
d e hacer aquí detallada referencia a las exeavacionea, a la
estratifrcaciíiin, materiales y masas canclusiones a que &S
posible llegar eri fa actualidad, sikmpre con el carácter da
provisionales qile impohe d hecho dé que se haya explorado apenas la mitad del área de 12 &Creta%;
cuando par8
resalver muchos grobIemis hos prwi'saría excavar, además
de la totalidad del campo así llarhado; buena parta de las
hirertas colindantes.
LA' EBTACION
En eI kxtremo F. di1 t b f ~ i n 6 ?'kvarff~s, caSi en su
de
límite con el d e Ifdlrraite, al que debit5 pektkfikcer aat&
de la vigate legislacióni sobre t6rmlnos itlunicipfilss, e i s (1) J6Sé ohob&~: & pr$mem, &g~ob&6h
palafítia en EI,p*fias eh
@e Pwh. h..
uiuano de1 S. !X. F, XZ, ID&; @s
.
@.
n i i 9 y d& k%mihp-L Wester Tg o:, s~dcilos
ocuiwim VWG%
mm, eñ iaém, p6&. m a u7 y ~r&
v.
[page-n-81]
:?
:id%%
te amplia depresión del terreno, resto del lecho de uri
lago, cuya antigua extensión Pts difícii de @preciarhay que
el cultivo ha ido reduciéndola a medida que se iban detivando los manantialel: que la alimentaban. E n la actualidad el vaso apreciable de la laguna vendrá a tener eobre
1.250 metros de largo por 700 de an'cho, espacio que segiafg
aún eimbal&índose fiaca algulios años en los invierno$ lluviosos, hasta que recientemente quedó, can las nuevas
conducciones, casi totalmente desecado, aunque en el sübsuelo, entre la capa de turba, discurre aún el agua, E n la
figura B de la lamina XV11 puede verse parte del iondd
lacustre hoy destinado a pastorecs.
Muy cerca de lo que eh los últimos ti&mpos se tenia
por borde N. de la laguna y separado de él por amplia
desaguador que siryilj para el saneamiento dei forido d e
aquélla, existe un pequeño altozano de sobre dos hanegadas (16 áreas, 62 centiáreas) de extensión, que robrepssa
aiín algo lo que fué nivel de las aguas, debiendo haber sida
mayor su elev~ci6ny ia ,extensidti real del Rabitdt, a jtligar
por la manifiesta dispersión de los restos arqueológicos producida en gran parte áI rebajar, para transformar en huertas, algo del rerreno que constituyerá él altozanillo. En
la figura A de la meneioriada lámina, puede versé a la
izquierda del demguador citado y de l& nueva acequia, el
pequeño aludido campo ligeramente elevada sobre las
huertas que lo circundan, denominado ~ E r e t ade1 Pedregals. Como por el ~P®al» se conoce otro altozano
situado al SO. fuera de la laguna, igñotámos si la « E r & t a ~
tomó de él el nombre, o si se lo dió la gran cantidad d e
medianas piedras que la coronaban no hace aún muchos
aiios, o si desde a0ti:guo lo tomó aquella tona del p!drizal de que pasamoe a - hablar.
k l r e a l i d r k in 1942 una amplict zabjá. ezpl-drn~~da
en
el extrema E. de fa iEiieta~,e w r t 6 a POCA firofundidadi
una Boha pedregosa de bordgs iiirripie~isos 30bm siete mey
[page-n-82]
tros d e ancho, que parecía orientada aproximadamente
d e E . a O. Los propietarios de las huertas colindantes nos
manifestaron que esa faja de piedras s d í a hallarse, también a poca profundidad, en sitias determinados d e sus fincas lindantes con la eEreta»; y fijados los puntos de asomo,
resultó que algo coma la faja pedregosa que atravesaba el
campo e a l n r a d o por su zona N., señalábase también al S.
del mismo y en algunos puntos de las hoy huertas colindantes por el E. y O., l o que había sido ya observado y
desmontado al allanar el terreno para formarlas; habiéndose comprobado, por lo excavado, que no se trata de un
amplio pedregal, sino de una faja cuyas particularidades
conocemos incompletamente, pero que es manifiesto rodeaba la zona del despoblado, sin que podaran6 decir en
qué forma, aunque provisional e hipotéticame..-c le demos
la circular punteada con que aparece en el croquis. N o
creemos que ello significara el límite del poblado propiamente dicho, pues nos parece demasiada su área de 4.800
metros cuadrados que aproximadamente delimita. Más semeja que pudo servir ,para defenderle d e las molestias del
pequeño oleaje o detener los movimientos del fango y
tierras que las corrientes ocasionaran en épocas' d e temporales, aunque parezca contradecirlo el que fuese tangente
por uno d e los lados a las ruinas en excavación. E n el croy
quis que de la « E r e t a ~ colindancias insertamos en la figura l.", queda fijada la situación del pedrizal, su forma y
dirección supuestas, con indicación de los puntos donde
su existencia fué comprobada
LA EXCAVACION
Tras los antes aludidos trabajos preliminares, comenzamos los d e excavación abriendo amplias zanjas paralelas e inmediatas a los bordes E., S. y mitad O . del perfil del campo; y a ,partir de la última, iniciamos otra
modesta que se dobló como en rizo ha,cia el centro
[page-n-83]
[page-n-84]
[page-n-85]
w
m
o por un margan moderna, formado seguramente por
iodraa obtenidas datl p r o g i ~campo, para defenderle de
las avenidas del desaguadwr ; y asi queda inexcavada Ia zana
dicha, atenikndonos al informe d e que toda la parta N.
ara de fsrrnací6a ,rejativamente reciente. Y deepuris de
trazadas las zanjas E, y S. se ha ido acavandm, hasta la
capa ,inmediata n la turba, a sear kasta dos metros ag
ximadam~nteda prdundidad, toda eI espacio aornpr.
dido a @iI gngulo SE, entre aquellas zanjas principalw,
,La mavaci&a, apenas pueda dane por comenzada, pues
del campo de fa acrEretaa que time m6s de mil quinientos ,.
metros suádradas, se han eilrplorado hasta el estrato ,inme- diata a la turba algo mmos de dios metrm; y de1 fa&
turboso apenas 13 metros cuadrados; y fi6ngase presaate
que: el estrato se extiende, muy probablemente, a las fincas
-eolindant.es; y digamos dei una vez que nada definitivo por
drá decirse mientras nu se excave y se deje al dacubi,erto
d a r la sigaiente e-stratiacacibn, que es algo perceptible en
.-1 corta que aparece en a ángufru inferior derecha de la
1
figura A, lhmina XXV : 1." Capa revuelta dp: tierra s i c
sácea propia de tabwes agrímlas superficiales, que suele
medir 4ll cm@.da ancha. 11." .Otra blancuzx1a, apelmazada
que constituye como un conglamerado, cuyo ancho y
.dureza no suelen ser uniformes, pero que tiene un espBsor
medio semqjante al m'tierlor; alcan~anda,en sama, estas
d o s capas sobre 80 cts, 111," Sigue .otra & de,unm 35
~csntímetros,ea que la tierra tiende paogxes2vamente a $os-ciirecerrse, basta un total nivel ,de 115 cts, IV?, V.a.y WL.*
A lo largo de estas zanaE mntiniia m& marcadamente &
.oscu~ecirniaitodel estrato a m ~ d í d aaue se ahonda, basta
'164s áOi,ck. que aj?roxirnadítmente tiene de espesar ; ,y pbncs.
de,cat;udirs~et en -%res capas suowixas de ZD ets,, cmslas 4I "
fi
m
l
1
' A
.IG Y
n
i
1.
1
[page-n-86]
82
la tierra; notándose que en la primera de ellas (la IV.")
alteran la uniformidad algunas fajas de tierra más clara1' y el fondo total a que se llega es de 175 cts. VII."
Tras lo que ante'cede
sigue un último estrato de barro turboso de sobre otros 20 cts., y que alcanza, por tanto, la
profundidad de sobre 195 cts. VIII." Y en el fondo, aparece el estratode turba, con grosor de unos 50 cts.; y al'canza vn total fondo medio de 245 cts. El gradual oscurecimiento del suelo,a partir de la zona III.", hace pensar que
hasta ella, como máximo, debieron llegar en algún tiempo
las aguasturbosasdel fondo, Los sondeosprofundos hechos
para comprobaciónen algunospuntos de la < I, III
(s.
y IV del croquis) confirmaron cuanto antecede; y el realizado al Sur de la Marjal (s. II) dió : tierra parda oscura
(45 cts.), tierra negra turbosa (55 cts.) y tierra arcillosa(30
centímetros).
El área excavadano ha sido de fecundidad uniforme,
repitiéndose la observaciónde que llega al máximo en el
ángulo de la zona SE. Cuando en 1944se terminó la zanja
de Levante, iniciada años antesde N. a S., fué ya percep*
tible que la fecundidadaumentabaa medida que se avanzaba en tal dirección. Y al trazar la zanja S. partiendo del
final de Ia anterior, se observó un mayor empobrecimiento
del estrato a medida que se aleiaba hacla Poniente; pobreza que se ratifrcó al abrir luego Ia zanja O. y se comprobó más al trazar otra pequeña orientada al centro del
por la parte
carnpo. Los trabajos poeteriores ensanche,
de
interior de toda la zanja S., confrrmaron tal conclusión;
y otro tanto ha sucedidoal excavarel estrato alto quedado
en el SE. entre las dos zanjasdichas. Así parece comprobarse que la mayor fecundidad del yacimiento está en
el SE. del campo, y hace sospecharsi por debajo de la
senda y regaderadel límite, continúa la zona fecunda extendiéndosea parte de la huerta de los Rey Pérez, como
parecededucirsede los hallazgossuperficiales ella realien
[page-n-87]
zados, como tambi-isa da la cata que practicara ChocomeiIi,
cabiendo que ello proceda de otros r-tos de habitaciones
&tintas; y alga parecido, aunque no tan acusadamente,
gzudieri~a!
suceder en el colindante caimpo, de E13seo Rígfa.
Una mirada qI croquis citado ayudará a percatarse mejor
de cuanto queda expuesto.
Puede afirmarse que en IU
acavads no wareci6 r a t o
alguno de postes o pilotm, tan prupios del cI4sie;ico basamento, de ladi construccioaeis palaff'iicas; pues no podemos
tener por tales los rmtos carbonizad- que Chocomeli
hatlasá en Isi cata pr6xima al pozo de emplazamiento de.
una noria, procedentm de un rolli~o su montaje; ni las
de
probÉem&ticosretos de madera que a nosodoa nos pareció
ver en un sondeo y luego no tuvieron confirmación ; ni pueden feinerse en considera&-ic.inunas fragmentos de lignito,
que racuwda pino, halados en las capas profundas.. Como
tampoco* en todo eI terrerta desmantado; se han viato
sejialeg %e cabdas ni siquiera de; hogares, salva ratos de
b m o cocho a quemado con improntas de cañas o ramaje,
prckeedmtm de: techos o paredm, pum aigunas pequeñas manchas de lcenlzas apreciadas son vagas y casi
impesceptlblets hasta no poder tenerlas por ratos de hateresante sentar que en ninguna de 13s
zonas encavadai ba podido apreciarse (salvo una hacha de
cobre clavzda por eií filo) que el materia1 descubierks
i6n normal y corriente, sino como
revuelto. Tampoco se han hallado piedras que permitieran
intmcional, salvo unas cuantas losas
ente, en al&a tiempo, coma formanontradas a unos 130 cts. de profundidad em , .. - *
a zanja S., sobra la capa qae precedía a 2 & .
; y otro grupo de piedras medianas dispuestas
horizontalmente en forma parecida, halladas a
ejante, algo al N. de aquellas. Si se ena algunas piedras de mediano tamaño, estan en
,
[page-n-88]
Procedemos a re~&íar2ii@qr
m detxubierto en la c
~
Fuera del 8h1po de la
te, en
la capa tevuelta por el c
~
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D
[page-n-89]
. -
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síhgadrsrr, que anaque faltaa de a@jema para ds"iUoa de
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ho.iaa de punrilitors o ea~Pr7llss.
Y apark arrf~ac~
@mas, X&ela%%cabl~ r r ~ ~ t a s
da
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cobre, ~ t 3 a
flrm $\%ruja par ej m$@ t w 10 p u r n ~ n m
rata
y a s
id@mbrs e r n ~ l ~esmr ijrr mayar ~;sarte,
m
pniet~aIm@n'te
de
n-ih eaadrnitda en una mitad y $mufa e;a d reata (vbanse dm;laas m l l4mtna m B , A): sioads frecusnte que
a
rpaFmcazl dobtadm. C
& tadm m dteran qri k gwifnms
atpa f4@m**),
carne, va dicha, pues r610 trm ae halloran
e ~ & e 40 y 5 cenrtfmetras de proifuadi.d;ad,
fsr
0
&Igu~%
veea 85: eacontrar~aratos d@IaminDlao irrfarmes, m como gmcfia de cobre .filifsrme p fragmente que
par=@ i f ~ 1
borde de un hacha.
E de haces constar que par baja del nivel die'Loo no se
s
~sneuea:af.o
~Tng°ilrraretoto de metd.
[page-n-90]
gular) en las que se aprovecharon largas esquirlas, alguna
vez d e la misma caña de hueso, conservando la apófisis.
Varios ejemplares llevan cercana a la punta una serie de
incisione'p&ablat+, y en bastantes casos conservan restos
d e i n t m w pulido. Los del primer tipo abundan en los
e ~ t r ~ t o s . p . r ~ f u ny o s
d escasean en los altos, a tal punto, que
de los 1W ejemplares encontrados, 13 se dieron a menos
de un metro d e profundidad, y los restantes 97 en el fondo
de la e&avación, que apenas si alcanzaba a un metro más.
E i t r e otros restos óseos de menos importancia (como
parte de huesos aprovechados para mangos, algunos con
taladro para su fijación, costilla recortada y otros con
haellas de uso) hemos da citar dos ejemplares, preparados mediante aguzamiento por un extremo y conservand o el otro con el orificio de la articulación para empuñadura, pudiendo ser aprovechados a modo d e puñales, que
debieron emplearse desde épocas remotas, pues ya en upar'palió» hallóse otro ejemplar semejante. Otro robusto hueso
largo, achaflanado y alisado desde la articulación hasta el
extremo opuesto que se agudiza, nos parece también puñal; viéndose, además, algunos ejemplares de punzones
menos largos que pudieron tener el mismo destino.
También abundan las espátulas de asta de ciervo o de
hueso, principalmente de aquéllo; siendo difícil precisar
el número por hallarse muy fragmentadas. Son generalmente de buen tamaño, alcanzando la que más 28 cts. de
largo por sólo dos de ancho, más o menos toscas, pero en
general fuertes, como destinadas a un trabajo rudo; suelen tener un extremo redondeado y algo en bisel, y corrientemente se encuentran 'rotas y alguna vez desgastadas,
Aparecen en todos los estratos, sin haber podido apreciarse predominio en las diversas capas (lámina XX, A).
El más importante descubrimiento en hueso ha sido el
de los ídolos oculados, dos de los cuales dimos a conocer,
entre otros, en el antecitado trabajo inserto en aArchi-
...
-.
-
[page-n-91]
87
vo II>, que nos exime de describirlos extensamente
de
nuevo,. ,IJno, el de rica labor esculpida en relieve, cuyo
fondo recuerda otras labores del SE. va sobre media caña
longitudinal de un gran candil de ciervo, en el que se apre,cian restos de pulido; fué descubiertoen 1944a unos 90
centímetros de profundidad en la capa inmediata a la de
la tierra apelmazada (lám. XXI, A); y el otro, en hueso
largo de extremidadde oveja o cabra,de labor más sencilla
e
incisa que le relaciona con piezas semejantes
de
I.a Pastora>y de Almizaraque, encontróseen 1945a sobre
135 cts., en la capa ya húmeda y negrvzcaturbosa, que
estuvo inmersa en el agua, lo que le dió al hueso el bello
tono castaño,propio de los co.n restos de pulido (lámina
dicha, B). Luego se han descubiertootros dos ídolos incompletcs,que son como las mitadesinferioresde los de
tipo pintado dey como el segundo de este
despoblado(lám. citada, C y D). Estas piezasson, como .se
ve, de excepcionalinterés.
Como acabamos insinuar, los objetos de asta enconde
trados desde la primera capa para abajo, suelen presentar
un colo.rnegruzco,
avinagrado,y los óseosun tono castaño
rnuy bello, especialmente bruñidos, y, en general, más
los
oscuroscuanto más hondos se ,encuentran, decir, cuanto
es
más tiempo estuvieron en el agua; siendo de difícil explicación, como no obeclezcana remociones del suelo,
que alguna vez eparzZCaflfragmentos de restos así en
el estrato superior. Ver algunos ejemplares en la lámina XX, A.
También debemos mencionar Lrn tosco ejemplar de
arpón en asta de ciervo, roto por el orificio de suspensión
'' por el arranque de la aleta. No tiene relación de semejanza con los tipos paleolíticos y fué descubiertoa unos
90 centímetros.Véase la misma lámina, B.
[page-n-92]
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pmte, a un vaso mande, cuyo t i p n o pudw
en. un grupa sle medianw
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parecían relalacisnadas, se di6; obo: lote, em
qut .e& apreciaron formas de euemos; cexa: d@ dsnda
manaiEó l 1 segwnds Ebdla ocubdo, a praiundidad de'i~lms*
e
140 cte., o t ~ o
grupo en el que ~ u ferae el g~rfif cazme~ o
de
la; y ya en capas más altas, a sobite SOlcts. de' fsmdm;,hzrlt6se otra buena porción de cascos, algunos con rnamelones:
cerca de los bardes. Este &atedad-ceráhico es da muy 8 f í cil .reconstru~ci.ón,no ya par la &fioiwtiw ~ c h t ~cine~
% , por
el p&ima wtado. de ctsnscsrvdih~~ P &mh&m,pmder
~
Q
la6 sweiuneg a unir, y 9 m b en 1- wtiata'63i pr~fd&d"os
S*
han: transfwmtdo lm tiestos en,,Hmroi
Casi todog.' las nBieato8 de la! aE~elm*2> hasta.hy- bassb.ntos, a mano, h i ~ ~ : ~ m a l
cocaas; .Is masa con puntas "b4anm alguna. vez 'bridchanko y supm&&e, gensralmsn& gris,
o a&arilhmbah y t4$ow pr*
u
- vw'es, m w a y &s&s
dominantes de cuenco, más o menos exvasados, b caia@ete% semk&$ricor .qne llegan dgnna v m k t 9 t m / m a f t o ~
ibe mfm.: y *otra& ~l~vmlutZ~eiE~ciErkam~nit~~s~~
$a
lm r t
i a m
d&
2:.rwairmae: h m - e & nIaac ti'iestbs a0fi.m k h a e s ;
~
Lsa$s, menmic '-&es,
o
aIgu~l:w i d m x P a h a r i b a m
.S&,
forma de cuerndhillw;~-~~a-n~h~ndose'~ot~n~
mms6y Hevando taladro de arriba abajo; y en alguna ocasión es m&
grueso el aparente mamdón y está taladrado de dentro.
m
.
s
SQ.,j
t .
,
.
-
c
[page-n-93]
pueda calificarse de .almes;ieme,
,
,
Pera corl,.elfahas surgida ugam poeoec, ~ s q u e Z o s ~ . p ~ r o
eñce:pcianaf ee fragmatas : uno naruzco Uewa . earca del
borde trazm incim en
zag; otro, apreciables hmU-;is
de series d~ taaos como 'jigeros y estrechos acanalados P ~ Z
rtllelas qEie recuerdan e rayado de cardinm; otra, tmpre-.
l
sima de raícets o brotes; un cuarto toda la superficie rayada evmo ea seria; y el filt$mo, un fuerte bor46n gara-.
re10 aI prtizirna boirdm: mi&t%ndak d a s , de habarm cubierto algnna vez In 3sup~i;fidew g , gmr decieJq~,~
n
.&~qrtl,
con un mgobe, w ,,Eigers9 ~ 1 a ba%r~:.mvg: ,g .~?qro,
de
fipa
Y es da natw queaidss@kz.Ekobe ate, biecJ$g~ieG6+:
-ia,ke
100 rts, de profundidqd > .el tercero, 8 12Q;, eL,~ua@o, .255,
.a
y el filtima, a 175 ctg. ; r?s decir, en la&capas ideaare+ de
la astradhficaccion; l gtm va bien c m esta claae! de tipos
o
c~r4micos.
Se han vieto a wtas irserdmieas dcss muestras de asar,
lar y otra redwda y bien desEntre los restos ds abjetos de cerámica merecen,citaeee
una c a s c h e da rabo corta y bord~s
deae,port.iUados, y adem&s un mango mcbo y ~ u m a d o
que m c de etco Ytif
ee
semejante; t a ~ piezas a sabe 90 ctg. de' profundidad.,
dos
De $ ~ s m telar se hari daubiefto trm, tadm en, la
de
primera nirt~ddel estrato. Son priemdticao agthmdas, cwn
1i-gw-a tendencja 1 tmslcoebnicas, y llevan dm k&$~@Si en
s
e bcirtde mpeniar 12gaammte conveKo.
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d@J&@%d m m ! ~%@t@~'53&0@.$@&i3
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C$T
[page-n-94]
tales como discos, raspadores, raederas, perforadores y
otros menos determinables. Los mismos tipos, con excepción de los pequeños diacos, se repiten en ejemplaresL
más acabadds y perfeckos, especialmente en raspadores en
extremo de hoja, destacándose entre ellos el excepcional,
por lo perfecto, de la lámina XXII, figura A, en hoja
-. rectangular, de tres chaflanes cuadrilongos simétricos que
en un extremo lleva los retoques y en e1 otro manifiestas
huellas del rayado necesario para fijar la enmangadura.
Fragmentos de láminas de cuchillos y alguno completo,
tres planos y sílex corriente (lámina y figura dichas).
Los silex geométricos, de buen tamaño generalmente,
trapezoidales y semilunares, soliendo abundar los del
último tipo en la mitad inferior del estrato. Véanse en la
figura 2." con sus niveles.
H,emos de hacer referencia a unas piezas, rectas, robustas, apuntadas por un extremo, que en el lado opuesto al
plano de desgaje del nódulo muestran un lomo retocado
en toda su extensión; útil no apto para cortar, pero muy
eficaz para herir de punta, tipo qu'e ya vimos en ((Carní
Real» (Albaida), donde lo calificamos de puñal de tipo
bien distinto al de ancha hoja ya conocido en el SE., aunque también pudieron ser hojas de lanza. Se han encontrado entre completas y fragmentadas unas 43 piezas de esta
clase; midiendo una de ellas 167 mm. de largo por 20 de
ancho. Véanse dos ejem,plares en la fig. B, lámina citada.
Las puntas de flecha son tan abundantes, que alcanzaran, entre rotas y completas, a unas 1.400 las halladas en
estas excavaciones. Salvo algunos ejemplares, suelen ser
d e labor poco cuidada y de sílex corriente, si se exceptúan
unas pocas de piedra blanca, melada y negra. Son tan varios los tipos que su detallada descripción sería sobradamente prolija. Extractando, diremos que escasean bastante
' las de perfil foliáceo y predominan las romboidales y las derivaciones corrientes d e ambos tipos. Así, del modelo rom-
[page-n-95]
Capa ls
.
Capa 8.5
Capa 5.8
[page-n-96]
boidal, además d
más o &nos el 1á
pori el aditam
muñonqs, 4ue se a i
ta j u s t i w la
punto les dimog
Real» y .Que luego e s ha aplicado drngra~iamaik:>a
todas
lag con k c 0 ;y otra serie se inicia
e6 m
&agtdo infeñ-i,~~d
d
has de cuerpo en
. %in gae aquí se l l ~ u e loa de
a
aleta5 muy ~ ~ m d m giezias con o sin pdúnculo, tipo
g ~ ,
ejemplar &.'depPdír.neuIa
r de la rotu?ai, nosl haya
son de bardes denina XXIII, A, no fue
de las ca6as hechas
ina didha, Jf en la
emplares, con .indicaon. I n t e r e p d o d&ás perfecto y acaba,do en las c a p a más alta.
También figuran u;
piezas de forma l a n c e h d n p p
dominantemente u
más grandes que Ira
flechas y d e trabajo im$s
o, de 2ql forma, que 4an la
impresión d~ puntas de, jdbgtna O 48 Panza inacaba e., a
trabajadas sólo en lo'predsoi para sin eficacia. En. Ipi dtimos lugares de la láminp dicha, A j B, bueden v&& B&.I~
nos ejemplares.
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S$"""
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[page-n-97]
iioib
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ii2a
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[page-n-98]
Piedra
Hachas de piedra pulimentada, enteras o rotas, han
salido hasta ahora 82, prescindiendo de las encontradas
antes d e nuestras excavacionks; no haciéndose aquí distinción 'entre las hachas propiamente dichas y las denominadas azuelas, escoplos, etc., pues nos lo impide frecuentemente su estado. Predominan las de perfil trapezoidal o
rectangular y escasean las del tendente a triangular. Son
abundantes las d e roca gris que semeja diorita floja, d e
una cantera inmediata a Navarrés; encontrándolas con
frecuencia descompuestas .o descomponiéndose, posiblemente por el constante efecto de la humdad. Las restantes,
en rocas no cla&ficadas, parecen de diorita, fibrolita, pórfido, algunas de una roca negra no estudiada, y más excepcionalmente en piedras amarillenta, verdosa, jaspeada
y blanca con vetas amarillas o negras. Se ven pocas de
tamaño grande, que suden ser de la cantera local (algunas
alcanzan 17 cts.), y suelen hallarse en capas profundas; así
- como las medianas abundan en los 40 primeros centímetros
del estrato, donde se han encontrado 30, o sea más del
tercio de la totalidad. Algunas pudietan estimarse azuelas
y muy pocas escoplos, etc. Una de las hachas lleva en una
d e las caras una fuerte muesca lateral ya vista en piezas
del SE. CcLa Gerundia~y «Tres Cabezas))). E n la lámina XXIV reproducimos algunas de las piezas de referencia menos vulgares.
Son de especies ~arias'los pmcutores o trituradores d e
la aEretañ. Algunos pulimentados deben proceder de hachas frustradas o d'esgastadas, pues suelen tener su misma
apariencia, salvo el filo que es sustituído por un grueso
reborde achaflanado que deja en el centro un resalte casi
elipsoidal. Algún otro ejemplar, bien pulido, B prismático
aplanado y asimétrico; y otro parecido, alargado y ensam
ichado por un extremo, pudo servir de martillo. Aparte,
[page-n-99]
entre 10s no pulimentados, pueden citarse, udo de tamaño
y forma de naranja aplanada (55 por 75 mm.) con un taladro comenzado en el sentido de1 eje, que aparecí0 a unos
S cts. de profundidad; y no hablamos de otras píedras
O
que se prestaban a percutir o triturar.
De ajilodwes no podemos citar mas que algunas piedras, asperones de grano más o menos fino, que debían ser
aprovechadas .como tales. Y a profundidad da unos 150
centímetros se dieron dos tabletas da pizarra luna incompleta) de perfil aproximadamente oval y con taladro a un
extremo, qua pudieron ser tambien afiIadores o 'alisadores.
De ~ie26t3de molino a mano, barquiformes en general,
tan frecuentes en estaciones de esta cultura, apenas si se
han dado tres elementos activas: dos a sobre 50 e&. de
profundidad, tienen 18 y 13 cta. de largo; y a 140 y 150
centimetros otras de tamaño parecido; y ninguno de los
ue pudieran sm elementos fijos.
Dos p~siEY%e~
~si~ro2as piedra, una trancocónica y
de
otra eferoidal con perforacián mediante conos opuestos
no derl todo coincidentes, obtenida aqu&Uaa 40 cts. y hta
a 120 aproximadamente, son las únicas aparecidas,
Una pieza discoidal de sobre cinco cms, de diámetro taladrada en el centro (lámina XXI'I, G), es Gtii de finalidad
desconacida.
Objetos de adorno
Debemas citar, en primer t&rmino, un bello batrit: de
piedra clara, troncopiramidal, cuadrado y aplanado, con
una primera perforacicin en V, que, inutilizada por el uso,
fué sustituida Qor dos taladras abiertos en el cgntro de los
bordes opuestos de la base. Se hall6 a sobre 40 cts. de
profundidad. Entre los botones con perforacibn en V, que
alcanzan hasta el Argar, no abundan los de piedra, siendo
extraordinaria una pieza como 6sta iIámina XX, C).
;,
9
. ..
.
4.
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C
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[page-n-100]
No son nurn~cyo&~
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ni formani lodim~rc&~b
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ci6n ' de tip@&sr~ií%@ipm&
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b& sallfmr dmcialdicsrta9;
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~ t S ;W&d& dlas &w&ad&& hk@@W ef&.f%@
4
#feiu&dicEad; y a s o b r ~ ~ B Jtanai diminuta !bm%u+ela,
ots!
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y que, como dt3&e:; es ttipb~tan i s ~ m
d
&de
ancés, España p #if&%~ lihaha~d~Eg*
hpkdid
dolrl*,/r!~>:,
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1,
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@! Las capae mádim d h o n i3n i c r l l $ & & ~ ~ r h $ & f & ~ h & r +
&niosa, otra cuenta d en roca d m k d&J'u@bddpid
z$rra triangular alargada, tabas con tz1adka;jy ~~trdbi44bd~3~
& 6 humo; Y en las más profundas$@i&d. cl-t~f&@&e"llt@
de
@t%$!#iIlo ja&ali, c t d e roca, reirtd8t@%lZar3 aíargida esa
de
sm
@&,'
$o
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s
y dos diw&k&lbk(de caliza, a*f~'drwer. 1 0 dparE1
uran adguaas looachas de peq;u&~lk~racwies
der$&ua
nagujebrezdas. Causla extrañeda it&;no. ispa~ic?n'i
'dqui
ariadas y a;buBWa&et+ ~iiknkagv.i%tksI%~:cst&~d
cas valenciaias (olk%m y bafirilates"&&tw y
i
materias dktintos, denta~liums,etc.) y, ea $#g-J:ial, Iás dis-
rli
;.
:x
!.flirn%f) 1
:
>l!;
[page-n-101]
E n Iae excava~ianes
preparatorias de 1942, y en la zanja
inicial abierta en d lado Levante, se halló en su promedio
y a profundidad de unas 97 ems, un ~ r á n e o
humane caído
izquierdo, que p a r d a defendido por wq
sobre el l a d ~ s
grupo de p~i&ss, y al que no aesrnpañaban mis restos
que dos vértebras desarticuladas. No tiene explicación fácii
ei hallaagiga de este sráneo, que parecía puesto fn situ
intenciohalmsnk y @o haber estado nunca inmerso o afectado por las agua8 de la laguna. Véase una foto de tal
h a l l a ~ g oen la lámina,XXV, B.
,!,
,
COBCI[IUJlOMES
,
Queda ext>u&tu, con extensión bastañte para f o r m
com@to de este sinwlar desprablado, aluantm @errefiege e
su e x c ~ v ~ cyi ó ~matetial hasta hay, dmeubierto~Como $6
al ~
ha viktoj la exploraai&i a p e n a si mtá rnwdiada; p~tiesno
se ha llegado aÉtn ni a la mitad del &@@a ~ B m p s la
del
de
aEreta» que, tamo se ha r ~ b e t i d o ~
mide-l.6W metros cuadrados, can un e ~ t r a t ohasta la turba de r h de metro y
n
95 cts. de profutididad; y de la colpa turbosa casi ni se
puede dar la eacavat?ión por iniciada en wntb sondeos realizados d e '13 metras cuadrddos en surtia; p. no ~lodrá
formarse cabal i& del ddpoblido I-EWBqbe ae excave en
ru totalidad el campo dicho r las haiiita aldapias, wpeelalmente la l i n d m ! ~ 6?1S, que, (según E esipudtd, Pi1por
a
t m e i estrato fecubd~,y cuya relaei6n mñ aqk14f hay
@ue pyecisar; y tado ella m difiil, p0r-e @ti et que excavamos apenas si se nos ha permitido sacar la tierra criBada para dejar al descubierto el fondo explorado, y en las
Btqqrtas i f i d i a t a s sóla hemos podido efectuar peqiiMas
i Ieg'c;es$s, ni siquiera cabe grecthsf hay los 1hiel hábitht, pues el hecho de ase t&J ~ ~ z i d eeeco
[page-n-102]
-
98
tulida en lar
'
3
,
..- 4 . -
.
#m&& dg l &a SSE. haya m e r a a
si& aún
** h r m i n a d a
ticer6m&5a L m de
i,
ties-, tal
~UO,
la
=
fundamm:: mr,Qa.
[page-n-103]
fragmentos esporádicos ornados con rayado más o menos
ancho formando series, o con líneas en zig zag, y la con
bordón o pestaña corrida paralelamente al borde, tipos
semejantes a los que se ven en la cueva de la uCocina» y
en la de ~Llatasn,en inmediata superposición al estrato epipaleolítico, y en otras cuevas valencianas con material arcaico y que aquí se dan en la mitad profunda del estrato,
como indicando un todavía próximo predominio de tales
tipos cerámicos; en la relativa abundancia aún de sílex de
tradición paleolítica; y hasta en la abundancia extremada
del punzón de hueso completo y articulación para empuñadura, que si se ve en todo el neo y eneolítico es extraordinariamente abundante en el más antiguo. Y el comienzo del eneolítico va dicho que se inicia claramente
en la segunda zona (55 cts.) con punzones de cobre menos
chicos que los del ~Barranchdel Castellet)~,d e Carrícola,
y en el comienzo de puntas de flecha de aletas desarrolladas y buena labor; y se intensifica y afirma en la primera (40 cts.), donde hallamos ya n o sólo punzones y
otros restos de metal, sino el hacha clavada normalmente
de filo en el endurecido fondo, pieza plana d e perfil trapezoidal estirado, lados mayores ligeramente ondulados,
talón no muy estrecho y filo inicialmente ensanchado;
particularidades que si impiden situarla dentro del grupo
constituído por las dos hachas de Campos (una casi totalmente rectangular y otra ya ligeramente trapezoidal con
bordes rectos) y la que parece más evolucionada d e uLugarico Viejo», acusadamente trwezoidal por estrechez del
talón, todas con filo sólo redondeado, tampoco llega al
tipo cuyo cuerpo se estrecha hacia el talón, predominante
en el Argar; 10 que parece inducir a que situemos la
parte superior de, la «Eretan en un momento de transición
a lo argárico. Y para llegar a tal conclusión, hemos prescindido de la hachuela y la azada halladas superficiales en
el inmediato campo de los Rey, que bien pudieran proce-
[page-n-104]
der de la parte. alta desmontada de la aEreta»; pero aún
no suponiéndola así, la bachuda algo más apuntada en la
baoe, n o seria &&&da
ala conclusión expuesta, y la azada
obteaida 3i su &el IW puede contradecirlo, pues además
no es
weipi w e parezca avanzada, tenga, que seq w
a
psmos, gxpqal~lps .&p~eas
@
posteriores.
w o~mlusisnes,son lo poco a que hemos
podidg @m$.- b y , sobre las ruinas de la aEreta del
h:w3
P@d~&@b.
[page-n-105]
VI1
EXCAVACIONES EN C6LA ATALAYUELA4G
(Losa del obispo)
E n Diciembre d e 1945 encargamos de cierta gestión en
Losa del Obispo al Agregado J. Alcácer y al capataz señor
Espi, quienes aprovecharon la visita para inquirir cuanto
atañia a ruinas prehistóricas en aquel término conocidas;
siendo el cerrillo llamado la uAtalayuela» el que se juzgó
de mayor interés, porque, aparte las noticias que se les dieron, parecía que le visitaba alguna gente dada a la rebusca
de antigüedades, y decidieron realizar una ligera exploración.
E l cerro de la ~ A t a l a y u e l a ~ , figura al extremo de
que
una sierrecilla cercana al pueblo y más próxima a la carretera d e Casinos a Losa, es, como su nombre indica, lugar
dominante, no ya d e las tierras de Losa, sino d e buena
parte d e las de Chulilla y Villar. Rematada en pequeña
meseta rodeada d e menudos oscarpes por el NE., rauda
pendiente por el S., algo menos rápida por el O., y 14geramente ?inclinada a1 N., por donde, se perfila la cresta da
la sierra, que baja en tal orientación hasta el collado que
atraviesa un camino antiguo, comunicando fa comarca del
Villar con los pueblos d e la ribera del Turia. Pequefios campos de olivos eurtiéndense por las laderas N. y NE. hasta
cerca del despoblado. E n la figura l."puede verse el perfil
de la aAtalayuela» y alturas inmediatas.
Al reconocer el Sr. Alcácer el terreno, eran manifiestas
en el lado N. de la meseta, las huellas d e rebuscas ya efec-
[page-n-106]
l
l
I
.'
tuadas, por lo que , ..->o d e comenzar la exploración
,
sacando y cribando la tierra removida, y ahondando luego
hasta 50 cms. la cata empezada; y vista la fecundidad del estrato ( h o l l w t d e alabarda y punta d e cobre y ti&m wrios, prin~i~palmente), decidió luego en el S. 1. P. la
se
excavadón para el verano inmediato.
E n Agosto d e 1946 se reemprendieron los trabajos con
intervención de Alcácer y Espí, hasta dejar excavado el
despoblado (al que por su extensión escasa iría mejor la
m
3
r
..
1
.so.
'
-.
(Por J. Alcácer.)
serío), cuya planta venia
coincidir
c o n los bordes de la mmeta dicha; de lo en ella descubierto da exacta idea el croquis dei Aldcer, que s e repro.,
duce en la figura Z" al que nos ieferiremos al describir el
poblado y reseñar los hallazgos.
La p h n t a del despoblado es qproximadamente oval,
cQn eje mayor orientado. de N. a S., y mide unos 14 metros
d e larga por siete d e ancho medio. E l borde O. coincide con
una alineación de piedras (FF)
posible resto de la pared
de cierre por dicho lado y cuyos elementos parecen lige
ramente removidos o desplazados por los agentes naturales; al E. muestra restos de otra pared ( G ) ,y ni en el borde S. ni el N. queda huella alguna de los muros que debieron cerrarlo, perfilando la meseta.
E n el centro d e ésta, y cortándola en dos mitades apro*
>
'
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.. .$. .I
-2
,
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- .. _ I
,'
.
[page-n-107]
[page-n-108]
madamente iguales, se descubricí un macizado de piedras
que, a manera de amplin pared derruída (D.), iba desde
los restos F. a los (3,
destruida cerca de éstos; y explorados buscando sus param~ptos
Iaterales, se vió que las piedras caídas estaljap sobre la tierra roja del estrato casi
general del yacimiento, e incluso cubrían algunos hoyos
d e los que hemqa de hablar (4 y 9); y que, en cambio,
más adentrg, se asentaba el macizo sobre terreno natural
justificación a asta especie de
d e la loma, N o encont~anps
paredón, sino es la de haber podido servir de apoyo a
troncos que, atansvmslmmh tendidos, se mjeitiraa por el
otra cabo a 1 puntalea vwtica.afes hincados isn los hoyas
-
referidos,
En ea& PO& e1 &ea del dwobdado, salvo ert los. bordes S., N. y E., pistian b s r$;pstid@s hgy~g,ea dw BUpos, a un lado y
.
pn&n. c m t d , y gweralrnante de%pe:r&adarr f v h e 1 a 191. Syelen medir lo&
hapos xtrroi 35 e m t h e t r a a de mcha y sabm 75 de hon-
[page-n-109]
qv; y pur uoeorviiGir>ries hechas p u d e sostenerse que ~ia
p l a ~ t ó tropco de unos 30 ~eatimetros; grueeo, 80 hoya
un
de
de w a p r prsfiandidad, y tmiiindolo e@posición vertical
se ~eilian6$1 kuacn @enb w o Y % i @ d r 4 ~ ~ gtu-Sa6 60tae
más
en la parte superior, q u e d a d 9 @sígalsqdo suficisíitqmente. E n algirri~,el e~trstadel huecis ~ i l í ~ d r i cdi6 tierra
o
glrie, ceniaas y tierra roja, En ~tpa
mgistía carbón de pinq
con las fibras de la madem en eentido vertical, que alguna
otra yeg ee halla~ien e1 quelo en paeipiiríq hariz~ntal;indicando todo ello que los pinos ardieron en su sitio unos y
caídos otros. Véanse en la figura 3.&corte y proyección
de uno de estos hoyos. E n cuanto al desorden de su distribución (ya visto en el Sud-Este y en Valencia vislumbrado
en el uVedat» de Torrente), creemos que obedece a reposiciones de poetes, en las que, para su firmeza, prefirieron
sentarlos en hoyos nuevos a aprovechar los que ya estuvieron ocupados; y así, en frecuentes casos, su agrupación no es lógica (v. los 16 a 19), en otras ocasiones su
esiablecimiento en línea, como los 3, 11, 12 y 13, da idea
de una racional distribución, ya que los cuatro se orientan
hacia una piedra saliente (B) que arrimada a la pared pudo
servir de sostén a la serie.
Ida cubierta, y tal vez parte de las paredes laterales, debieron componerse, como. g otros muchos despoblados,
de ramas y barro, a juzgar ,por31aspellas de éste con improntas y las ramas carbonieadas halladas.
E n C se descubrieron, entre abundantes cenizas, las piedras sil eemicírcyla que s~ indisen, dandp 14 impresián
dg un hogar; en E. loaas paralelas, cuya atribución soría
la de conducción de agups,, 6 &st8 hubiw-8 pgdida asistir
en sitia tali alto y estrecho; y al N. de Jlas y cercano a b, .
el bache pqliqent~ldae idoljUo de q u s hablar&
~
.
Ea @1 estrata general pudisrun ebservarse algynaa partieular-idgd~48dignae- dg tenerse ea eongidera~ión.Se @veci6 liga profundida$ !p~arteio,
menos de 50 cte. que 45 lit
[page-n-110]
l
que, bajo la tferra rmovida, se dió en la primera cata
y n o debiá calc;lima~en general a 75, porque éste era e1
fondo d e l o s * ' b ~ o e I d e ~postes, y hay que tener presente
los
que n o d&&arab.diib.e
en tierra suelta, sino, cuando menos en p@e;.Brí'+terr"c:na firme.
Tsdtá :&&'dbbió sufrir remociones diversas a juzgar
por la #1I&~&e~%&b~6ratiflcacióm
homogénea y lógica. Unas
reces;
d e fa* primeras rebuscas, p. e., aparece
ieln"l el 'sudo,
que hace pensar en ensolado;
i
1
I
l,,y:, .',
G
:
,.
(
;
..
,
' 1
'
Hg. 4
Hacha: perfil y seccgn
-
i1/7;).
pero en otras se halla bajo tal enlucido cerámi.ca quemada; y no falta la tierra roja, también quemada, cubriendo
un relleno de piedras. LK1 abundante tierra gris se encuentra igual sobre la roja que sobre la negra; y mezclado con
ella poreiones de barro endurecido, alguna vez amasado
con paja, y otros fragmentos de masa de enlucido que
muestra estrías e ímprontas. La más clara kxpresión del
revoltijo hallado en el suelo la da el corte d d terreno
[page-n-111]
que par junto al E., en la primera zona (A], trazara Alcácer, donde a p a i ~ e
constituido por bolsadas de tierras
divérsas. Así, baja de una porción de terreno rojo asoma
el gris m e ~ l a d ocon cantos; sobre una masa-da*.tierra
negra, que alguna vez llega a la superficie, se ve-otra @$S
pequeña de gris; p bajo una superficie de tierra Ceíiicie&i
seguida de uaa poca roja, se &tiende el terreno gFía,s$n
'.varios los sitios, junto a la pared B., que se e4&j@!a
en
2' :.
,.
- ser suelo de' relleno.
Todo nos hace insistir en la c&&qlusión de.@e el
caserío sufrió diversas reparaciones o ~ o n s t r u c c i ~ ~ y s ,
e
. '.
-7
c
,
-
.
5
.
,
.iC
E-g. 5
.Idolilio en eolmfiflo de jabalí ("4/5)
que debió acqbar incendjrdo a iuzgar por'.los postes carbonizados y por la abundancia de tierra cenigienta.
Pasamos a rdacionar el material descubierto en las dos
campañas realiziidas en la «Atalayuela», de p&te del cual
se ocupó ya Ale&er (1).
~.
De restos vegetales, carbones especialmente de pies
quemados, al parecer de pino, y bellotas carbonizadas.
De piedra : algunas lascas de sílex sin retoques, percu-
,
:
estaciones argaricas de la Región Levantina,, en aAr(1) @DOS
Qhbox 11, págs. 151 y siguientes.
[page-n-112]
Fig. 6
TabEa Be Sormas cerámicas.
(Por J. Alcacer.)
[page-n-113]
tores con extremo plano y huellas de uso (uno de ellos
cilíndrico, otro prismático cuadrangular y el tercero eir
forma de patalelopípedo) ; moledera barquiformei de 15 por
1 cts. (piedra inferior) ; una sierrecilla de pedernal de las
1
eupuestas de hoz y una hacha pulimentada de sobre 10 centímetros de lai-ga (figura 4).
De hueso: un bello punzón can gran porción de la
cana, que conoerva en la b a parte de la articulwión; y
~
algunos fragmentos de otros más pequeños.
Y ea d,miifcr 4s p&H,
pl&qkamr~
perfil h m m ~
@ara huttr'arhit y @&&*e
fdaalfIIa[fib
~ I e t o ,qbe reku~r-da
gura 5;).
da @e%& &a, &f.$tshw
&
t$maño, gt:tltl& &WirlMaag, ~ t r a ~ ~$de4~~:5&s pambrz
m&
.qikes
e~pat~ladas;
alguna con asas, gWt:M@@dQ@a tia Om
gr~ffaade; stte de rra a H~OBD. pachereE c m Scidranes
d$r
&Ikuas etx e brd~he;rfkuhtas: ti&1
Qn M E U ~ S q a ~ m
L
!
[page-n-114]
truir dos med.ianas piezas acampanadas, con agujeros como
de criba, d e las que se suponen destinadas a la confección
d e queso; y dos ejemplares de piezas geminadas, de buen
tamaño, una' en que los vasos tangentes se unen por los
b o r d a mediante una tabla cerámica curvada que acaba
por rellenar al espacio intermedio (tipo ya visto en las rui8
de
nas de 1 «Turrre+a~, San Miguel de Liria), y otro en
e que $e la masa -que les une ,por la tangencia surge un
!
e ~ p i g ó avertical r d a t a d o en botón plano, como asidero,
que lleva tosca decoración en el borde y en la parte superior, E n la figura 7 puede verse la reproducción ?le
esta iiltima pieza; y p& formarse idea de la prime12
imagínme @ustl.tufdo, la pieza del botón, éste por una amen
plia cintra emáqica que, con más o menos desarrollo, da la
vudta e&bre 1% tangencia de los vasos, arrancando de la
parte interna de sus bordes. Si es rara la modalidad del
botón, debió ser, en cambio, bastante general la otra en
este período, pues no sólo se hallaron en las rebuscas
efectuadas en la aTorretan, de &a Miguel de LSria, sino
que encoatramos nosotros restos 'de dos de estas piezas
en las acavaciones que practicamos hace muchos años en
~TossaletR e d ó ~(Bellús), si b$en semeja, por los restos,
que la tabla cerámica
udófi debió ir en forma de asa
ángulo de taaencia de, los vasos, como en
de uno a ~ t r o
la conocida pieza de, la cueva M. del ~Arbolín (Tarragona) .
Y pasamos a :~wcr&ir las piezas de cobre, que constituyen lo m&- itn~ortanted e los dewubrimientos efectuados en la d t a l a y u d l g ~ .
E n la primera cata: abierta por los buscadores de tesoros (A- a del croqi.x'iw] halló Alcácer en los trabajos de
1945, a unos 50 cte. de p~afundidad,una alabarda de cobre o bronce, de sobre 18'50 cm$. de larga, nervatura
central acusada y base francamente ensanchada (unos tres
[page-n-115]
centímetros), en la que debió llevar dos taladros para
clavillos. Puede verse en la lámina XXVI, A.
Junto a la cara interna d e la pared F, en el lugar indicado en el croquis por b, descubrióse en la campaña
d e 1946, en la capa de tierra cenicienta existente entre
otra gris y la verdosa propia del terreno, otra alabarda de
cuerpo estrecho, base menos ancha que la anterior con
tres clavos en triáiigulo y nervatura fuerte. Mide sobre 21
centímetros de larga y parece ligeramente doblada hacia un
lado en su tencio cercano a la base (lám. dicha, B). Junto
con ella apareció un pequeño puñalito d e perfil aproximadamente triangular, clavillos en la base redondeada y fuertes chaflanes laterales, que mide sobre 8'45 cms. Con todo
ello salieron pequeños fragmentos de lo que falta a la hoja
del puñal y los clavillos que debió llevar. Véase en la 1ámina XXVII, B.
E n c del croquis dicho, bajo el estrato de- tierra gris
y en delgada capa cenicienta. R descubrió a unos 20 eentíe
metros de profundidad un bien conservado puna1 que reproducimos en la lámina últimamente citada, A. Es una hoja
plana d e sobre 19 cms. de Igrga, bastante apuntada, y con tres
clavillos en línea, conservados en la base. Es esta pieza muy
vista, más a menos aguzada, en la cultura argárica.
Y en varios lugares (cata A, y al S. de la misma, así
como en el cribado de tierras de algún otro sitio) se hallaron restos más o menos oxidados de puntas de flecha
de tipo foliáceo, algunos de cuyos restos damos en la lámina XXVII, B.
El descrito lote metálico, hallazgo capilar del p e ~ u d o
despoblado de la ~Atalayuelaa, es el único manifiastamente argárico descubierto, que sepamos, en tierras vafeacianas al N. de la cuenca del Segura; Bues aún de des-
[page-n-116]
cubrimieht& de sth#tt~ aisladas, $610 nos es emoefda fs
alabarda de Catbaries (&i~t:ellón) publicada p6r kosch (11;
Pero na d ~ d&Causa$ eitrafíeaa qiie a matkrial tan
a
claramerite attibdible 81 Argar, no le acoriipafien
des*
poblado otrw eelmentob igualniente emparentados csri 415
pite$ fid ckeernds q i k sean atribiifbles loa desp;irramad@
hayos eitr w
e
Wt&P~yn pies sllstenes de tershumbra
los
P pcli-edes, af tafBpt3jcb k bfitefrrlmiehfas eti la lsisma a&
4
baña, ya lqW BE Eh ni oti'a patticulafidrid Bon esclusivaa
ra
mefite &$g&&&&. aí $tirldiinos ci la cerlmiea, elemefitci
P
tan ti?hliimente a~m?-;add
~ed.fisus pattlcularidades en cadar
cultrira, n o veM68, en lds tablas de formas que ttggafa
Ailclcíz~~,
'nada que's& tr~ibuibleal Argtir, na ya de los
tiDrts qtte tenemos &m+..ta~dít~
(&opa da pie máa o mend
afto, vasa globular aplaWdb Ceii o~3fikio la cinia, fii 108
en
que semdan extremos acampanados de cuelfos tectas 9 tsio
acertadamente defiaminados ttilfp&g.*coñstitufdo~pot un
b;hj@ 'casqliete y tia atirada cii'$nii l$.iá S@ eavlli al fiflfll),
ni 4p~fet.alos de pequefio cuello $aE,f&
chabqUCtej v8fiaIIfG
del Bltimb, qtie si $6 ve algbaa Veli @f idoffii&.ñz&d& 10
zirgá~ic-t,,BS tipo que en otra monientjer pr&r&&~ t @ n d ~ ~ 1 9
pof todo el Levante aspafiol &dé: el aVb&tb (Totrente)
hasta la' &dva Fondak de EaI$tf?i6, p. e., tsn Catfilliña. Y
cosa p a f ~ i d asucede cbn fa disl&& aIabai.da dk Cabanes
y elemedtoa ceráqiccrg q@o la zcomipañabitn. Los pf*r;bles
dei la «Atalay.tiela>r: E~.Í &il@tr$h dlgútl tipo 91 que qu&
pa la anipfia y 112@' c&fl@aci6f~de nImeri.enst3, pafeceti
generalmente supervivencias de formas eneolíticaa tofiocidas en tierras valencianas.
De lo expuesto puede
el Argar, cuando menos en su momento inicial, no parece
alcanzar a cornarczs val~adaqaba d r t
I i
,
(1) SEIS p m b
Iámina V. L
.
2
'
.
.
i
-
[page-n-117]
gráficos, sino como meras influencias, no generales, impuestas por los avances que supondrían en el eneolítiro
algunos'de sus elementos de que hemos hecho mérito.
Ello justificaría un poco la vaguedad en denominar
eneolítico-argáricos, a gran número de despoblados, que,
aunque sin nada típico, nos parecen, por ligeras exploraciones, coetáneos del Argar, no obstante sus apariencias
eneolíticas.
El Sr. Alcácer, tras aclarar, excavando, algunos puntos
oscuros d e la ~ A t a l a y u e l a ~ ,
publicará un trabajo completo
sobre la misma.
[page-n-118]
[page-n-119]
VIIE
EL MATERIAL DEL "BANCAL DE LA CORONA*'
,
Forzados por la conveniencia de dar, cuanto antes, conocimiento de los apenas nacidos ya discutido8 descubrímientos del aBancal de la Corona» (Penáguila), tratamos
en el volumen 11 de «Archivo» d e las circunstancias en
que apareciera el materia1 que habíamos podido examinar,
del que conocíamos, por referen'cias, de la posible falsedad
de alguno, d e la más dudosa de otro, de las observaciones
hechas en un rápido reconocimiento que practicamos, de
los varios problemas que todo ello planteaba, así como d e
la necesidad de excavar cuanto antes [para esclarecerlos. A
tal trabajo no nos fué posible acompañar las numerosas
ilustraciones necesarias para formar acertado c o n p p t o del
descubrimiento. Hoy, sin que hayan aumentado, que sepamos, los elementos de juicio que sobre el tBancal» teníamos, reproducimos lo esencial d e lo ya expuesto tocante'
al .material, dando grabados- de las piezas más caractersticas, para e1 mejor estudio del hallazgo por quienes no
han podido tener de 61 más que vagas referencias.
E l aMas" de ISBes una modesta casa d e labor del térd
mino de Penáguila y su partida «Dels Dubotsn, que se
extiende buen trecho por Ias eolindancias de dicho término
y los de Benifallirn y Alcoy, zona bien conocida arqusofhgicamente por las investigadores comarcalm, a causa de
algunos hallazgot, realizados. E n el extremo Sur de uno
gpan llanada, que 'parwe descender desde Benifallim, y
[page-n-120]
acaba en forma de ángulo estrecho entre dos profundos
barrancos, se encuentra el llamado bancal de la Corona,,
altozano terroso, remataao en pequeña meseta, con rápidas
pendientes ,por N., S. y E. y que por 0. se separ.'%;le 1:i
.llanada mediante una depresión, resto del foso que la defendía por el lado d e acceso fácil. Tiene el despoblado la
disp~s,irciB& ksgeota & ,108 del neolítico al Argar, aunque
q
menos perceptible este que 19s montañeros, por su situación en 10 más. hondo. dé la llanada. Toda esta extensión,
dmde el
eatá seinrbrak de sílex- esporádicos, y son frecuentes
los tiesfos piah%t-6fi~os, cardiales inclusive. El 29 de Junio
de 1944;~cua.ni&$'~~i@onwimos
e1 despoblado, todo el terreno, dwde.:d,zil6&do.reito de doso hasta el extremo y fondo: de'Eáslvd&iehfa, incltsso fa meseta y tablas que la rodeaban, *&os i 4u8 .la con.sZhtlían. unas tierras pobres,
a!b~rims+ cwbi&tat+ de %sg&dc%&fi espontánea própia d e
un etid de m u & a %iW;
'ptul$-gbfe-me~~~e que la
desde
filoxera, al airssai- ~&&e"%&d siglo los viñeaos, hizo
anti-económica .la '+dp&b~i& -de tierras como aquéllas.
&
Sólo era peecqp6blel l &&&&da del suelo en un punto
d e $a t&Ja. --Td-.. $e -ia mrn.e'ta-, donde s e veía un hoyo
com& de &o rev&Md& de piedras, ovoide hacia el fondo
- y semikilífiklriko en' lo que restaba de la parte alta, que.
aparecía coma 'Triclru~tadoen- la meseta. ,Midió el silo SObre 4'40 metr&s,ed ixii-&á&e&o superior, por cuatro de
altura, y terminahi $$ #bbndb en una losa d e 40 centímerniis,
tros ; y en seis &'~lhe~@&drak salientes del revestimiene
to se percibían, b a ~ ~ & m e n tgrabadas, unas figuras de
cuadsúpedos,al paré-&; E A *y; B de la lámina XXVII,
n
damos una vista de l e @3~e?,dedores txBanca1, tomada
del
desde el silo, y otfa de &te:
Cuando recorrimos el despoblado, el silo habla sido yai
vaciado y buena dantidad de la tierra extraída y echada
atrás por la. vertiente inmediata, formando como larga cola
'
iJ3..
[page-n-121]
blanca que llegaba al barranco; y alrededor de Ja boca del
silo abundaban, entre la tierra blanca, candiles de ciervo
y restos de astas rotas. Una cosa podíamos afirmar al acabar el reconocimiento: la seguridad de que la «Corona»
estaba en terreno yermo desde hacía años, en el que d e d e
bastante tiempo no se había practicado hoyo alguno, soc
bre todo de capacidad suficiente para poder rellenar e1
silo. Sólo cuando los dueños del terreno creyeron conveniente valorizarle a nuestros ojos, se apresuraron a labrarlo.
Según D. Camilo Visedo, el descubrimiento lo efecttiij
Miguelito Barrachina, hijo del dueño d e la finca, estudiante d e Bachiller en Alcoy que alternaba los estudios con
e! laboreo del campo, quien al hallar entre las piedras del
si10 unas astas de ciervo, tiró d e ellas y acrecentado luego
su interés continuó la rebusca, encontrando y llevando algunos materiales a Visedo que le informó de la importanpara continuarlo;
cia del hallazgo y le dió in~tru~cciones
interviniendo m i s tarde el señor Visedo personalmente en
las rebuscas y reuniendo en su casa casi todo el lote d e
objetos, quedando el resto en poder de: los Barrachina.
Interesando hacer constar que hasta el momento de nuestra visita a la ((Corona>), nadie, salvo las personas nombradas, tenía noticia del despoblado, ni quién sospechara
la existencia del depósito.
En el domici!io de Visedo nos hicimos cargo del materiai allí reunido; y hemos d e decir que la impresión del
nutrido lote de objetos tan extraordinarios, y sobre todo
Ias láminas de plomo escritas, que habían sido lavadas a
fondo en agua acidulsida, era tal, que Salvador Espi, n o
pudiendo dominarse, habló de la falsedad aparente de
parte de los objetos.
Los plomos, hasta entonces hallados, eran tres, sospechándose que d e galena argentífera : uno, laminado a gol:
pe$, rectangular alargado (183 mm. d e largo por 80 de
[page-n-122]
ancho y trtssiai@dr&~@),densamente esc~i en alfabeto j
to
b
xiim (csntaai~ia
bFe 2% m)' de':
!dad: otra idmina, $mesa pers
radar . h * g u i h J -&&bkdn ~eetangular
atusadamente sbar&uiffada por un e%t?w~,apiaiismo
escrita gor ambos lado^
e n el propio alfabetk, -$-du&endo
el tan conocido texto
&i anverso del dg
S e ~ e t a fui5 encontrada a 3'B me~,
tros (lámina XXXIII) !' y a -75 csntlmetrois se habla hallado el de forma d i s d d g l da 15 cm$. de diámetro, con
signos no legi hles.,ea'
snibis caras ; tipo éste que recordaba
las conocidas láminas c$nl im~eeaeionos tan abundantes
en el Museo de Atenas, p e r ~ 3 $ &ganas pareoidna, como
~ ~
las halladas por Romero de Para d:iCbsdaba, ju~gá;ronw
,
1
u
.
,
+4.'f
-- .;:+
:
mg. 1
Pfaqmetg writa. Tam. natural.
romanas. Mandamos calcos de estos plomos; poco después
de hallados, a distiaguiida~fil6logos españoles, y apenas
hecho a D. Manuel Gómez Moreno, nos comunicó sus
sospechas da que fueran falsos y la conveniencia de aaalizarlos. E1 aneilisis espeetrwcópieo del plomo enumerado
en segu.ndo término (único practicado), apenas si aeus6
indicios argentíferos, según informe del catedriticso don
Francisco Boseli.
Illtimarnt-nte llegó a nosotros la noticia de otras timi-
[page-n-123]
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ligera que en algunas láminas conocidas, hacieiido sospechar
que pudiera proceder de la aserretan. En la 16mina XXXIT,
A, reproducimos tal documento.
Otro nutrido lote de inscripciones de la nGoronaa, Ricirwe referencia eepeeial. Las hay iacisas en tabletas de
marga del p i s , fácil al grabado, utilizármdolas ge:n:eralrn~;nte
aerno las da el terreno; otras en losetas de a~eafsca o
[page-n-124]
caliza; unas
en a t a de icágrido, aprovechando la
huero (Iárns. XXIX a XXXII).
parte más.pIaa%,yaIg~~a.en
Laa iareipdm~~
gr~bia~das diferente habilidad ea.
con
ligr4suele&e * e i t a ; en alfabeto jónico, y algunas
n.
en 41 ib&p.iw&n.onetd, que veamos ninguna en e1 tartésico, C Q ~ .&qr@ e@per,ar
Q
de
habiéndose encontrado el plom o 'de
.&&ti&. de les Alcuses~a no mueha distancia
de la c ~ ~ m c de. Alcay. Ba~kintesveces. los letreros van
a
solús, epecialmente en las lugetim pqueñas, como puede
..
-
Fg 3
i.
PlaQueta tt-sefits. Tam. nat.
verse en las fi.@ras l.? a 3."; y otras acompañadas de representaciones zoom@dss:g.,antroporiaorfas, como es manifiesto en las figura3 4;*; y 3.5 .
Merece observarae qrai ea, do$>ocasiones distintas SE
lee escrita la frase guhw ddkxdea; que se da en San Miguel
de Uria en el vaso denominado del combate entre barcas,
y q u e sirvió de base para un ensayo de P. Beltrán sobre interpretación de los letreros ibéri'cos; siendo de notar aquB
[page-n-125]
[page-n-126]
dichas fusaolr raaikdes inhdbilmanta; las humanas son
, y las de animales tan imprecisas
e e j algún detalle caracierfstico,
ar
e arqueológico de la Edad del H i s *4st~a
mkm~aade ekizadoree con arcos, y -ni una
Fig. 5
Plaquefa. con letrero y escena grabados (3J4).
=Ea vez se: vea Pa lama
[page-n-127]
e n ua lado un cuadrúpedo de orejas oortas y rabo enroscado, de difícil clasificación, mientras en d opuesto aparece la figura excepcionalmente certera de un ciervo Fa.
ciendo, que trae a la memoria, sin que pretendamos igualarlas en arte, el reno de Thaingen (Iám. XXXI, C). En otra
sa representa, entre letreros, un busto de mujer con manto,
puesta de frente, que aunque recuerde, como se dlce,
[page-n-128]
i un hombre de pie, con cabeza .de ciervo y vestido dejubón con -sisas aqusadas, por donde salen los brazos que
sostienen una .?flauta doble, sumariamsnte representada
w m o suelg a*pqqqcer en composiciones de Liria; a cuya
figura- se le h,a:qnerido buscar paralelo, creemos que con
enmascarado de Trois-Fr2re.s
exageración, con el%danzante
(1ám. X,%I, B). Y..otra loseta, por último, lleva la peregrina compmición del ciervo que cubre a la hembra mientras
le apalea .un hombre; pieza ésta encontrada a trozos por
Fig. 7
Plaqueta grabada
4).
D. Vicente Pascua1 en la era del «Mas de Is», donde había
sido rota p arrojada.
Abundan menos los objetos ornados, de hueso y d e
asta; sobre todo con letreros, por la mayor dificultad d e
grabarlos con claridad en estas materias. También aqui las
escenas son generalmente cinegéticas y su arte es, como el
de las losetas, flojo e incierto; en cambio las incisiones d e
la ornamentación lheal son fuertes y profundas. Las re-
[page-n-129]
p~esentacionesson más simples 'y generalmente redúcense
a figurás d e reses, como puede verse en las astas de las
figuras B y C d e la lámina XXX. Otras más complejas llevárohse a unos huesos planos, grabados tan ligeramente
q u e apenas si son perceptibles, como puede observarse en
las figuras C y D de la lámina XXIX. E n la primera se ha
querido representar una imagen o persona ante la que,
cogidos de la mano, bailan en fila cinco individuos, trazado todo sumariamente. Y en la otra, y apena8 grabado,
percíbese- un individuo con el arco tendido1 hacia otros
cuatro o cinco. que ocupan algo como btga, todo eUo bajo
un borroso letrero. Estas dos escenas$& extraño lejano
paralelo con las
la: danza bisexual 4ei 'v$p d e Liria, y
la del combate
un
con c u a t d kúfiantes -de üna
barca. Debernos decir que los hues$ d i *q%@nas.*o¿ltpamas, reciente el descubrimiento, ~ a & i a n
af-&dos ",de
un acusado proceso de desintegracien por la ~&!e c-ncava, y que en la convexa se percibía -la huella de'un rayado paralelo hecho al parecer con un instrumento dentado,
manejado como para producir una vetusta aparente.
En casi todos los cuernos-grabados se aprecia, junto al
extremo ancho, como un saliente taladrado.para colgarlos';
igual, aunque en extremidad opuesta, al que lleva el ídolo
oculado, esculpido en candil de ciervo, de la
Pedregal», que reproduciikios: antes ; apreciándose en los
d e la aCorona~, como en aquél, manifiestas huellas de
bruñido ; y recordemos también que cuernos semejantes
a los que nos ocupan suelen verse colgando de los cuellos
de a s n a d e trajineros, leñadores; etc., en comarcas valencianas, donde se les atribuyen virfudes profitácticas.
Otro lote de huesos y afin alguna asta de las aludidasd
están exornadog con entalladuras anilladas paralelas a los
extremos, así como incisiones en aspa en la sup.ficie;
figurando. entre este material buen número de falanges
largas y cortas, en su mayor parte taladradas y adornada8
[page-n-130]
con cortes tragqyerialas (figc. 8 y 9, parte de un asta
y
de ciervo redwc!da p ru v i s t a central, de 23 cme. de largo,
decondo C ~ P
& entalladuran paralelas circundantee
i cuya- pieza lleva tambi6n taladra
,
uerda lejanamente ciertos bastones(
ar agimierno unas piezas de h u q o , c o m e
s.,.& modo que (recuerden con más o mehumana; uno de los cuales lleva
Pig. 8
Fig. 9
Hvesw deoradw, Eddueidos a 213.
indicación de boca y , cejas inqisas 8 de nariz y ojos punde los hasta ahora con o c i d ~ scomo prehistóricos.
Y vamoa a ocuparnos de parte de otro lote de material
de la «Corona», sobre cuya legitimidad insistimos en q u e
caben menos dudas, porque va bien con el despoblado
de que se dice procede; siendo difícil creer que se! trajera
de lejos a un marco que le parece propio.
Hachas neolíticas : Se dan como de, esta procedencia
seis hachas incompletas ; una d e diorita, secci6n circular,
y ocho centímetros de altura; otra de lo mismo, tambien
de sección circuIar t ~ n d e n t ea eljpsoidal, y altura de diez
centímetros; -nna sección elipsoidal alargada, y una azuela
de sobre sliete ceratimetros.
teados; tipos todos que se Geparan
.
[page-n-131]
Sílex : Unas cualitas sierrecillas o eIernentos d e hoz ;
láminas con escasos retoques, posibles cuchillos cortos, y
una punta d e flecha de piedra clara, foliácea, biconvexa,
Oe labor paco cuidada.
Objetos d e adorno : Pequeña cuenta do piedra, plana,
elipsoidal, con taladro central ; seis columbelas, posibles
restos de collar; un Melanopsis perforado; una Púrpura
henzaitowza; otra concha de Aporrais pespelicani (clasificaciones de M. Vida1 y López), y dos Pect~inculus.Véanse.
en Ja lámina XXX, A.
Cerámica : Entre tiestos prehistóricos lisos, algunos
otros d e cardial ornados con impresiones d e barde y uno
con las d e costillaje de cardium y cordón con gruesas impresiones dactilares al parecer; otro con cinta delimitada
d e borde y relleno d e series de apretadas impresiones oblicuas paralelas ; otros ornados con profundas incisiones en
serie; alguno caliciforme, y un fragmento con cordón
ligeramente resaltado adornado con incisiones (v. lámina
XXIX, A y B). Y aquí cabe mentar el hallazgo especial d e
un pequeño cono d e barro, de los a que se ha dado tan
varia significación. Todo ello fué encontrado superficial
(uno, el cardial con cordón, por nosotros mismos); pero.
ariadarnos que sin tiestos lisos.
Cobre: Punta de flecha foliácea, con pedúnculo alargado, hallada superficialmente sin precisarnos dónde,. y
pufialito de laminilla acorazonada, más que triangular, hallada por Barrachina en la meseta d e la «Corona», pieza
que conocemos por referencias del Sr. Pascual.
Y las abundantes astas de ciervo, no ciertamente modernas, sino en fragmentos y enteras (fig. A. lám. XXXI) ae
bien remoto origen, y cuya procedencia inmediata tendría
bien difícil justificación en el silo,
Con cuanto queda expuesto y las ilustraciones apuntadas, creemos proporcionar eIementos de juicio para que
formen el propio Ios estudiosos que nos lo han solicitadc~
[page-n-132]
[page-n-133]
LAS EXCAVAUONES
EN SAN MIGUEL
DE LIRIA
E n los años que esta Memoria comprende y en la medida que otras excavaciones más perentorias lo han 1-ermitido, se ha ido excavando el cerro de San Miguel, no
sólo en lo que de la ciudad ibérica resta en la vertiente
SE., sino también en otros distintos puntos del cerro en
se
que los restos de ~~cupación manifiestan; claro que los
resultados han sido desigualmente eficaces, pero sienlpre
reveladores d e culturas distintas o en algún caso de momentos diversos d e una misma, a nuestro parecer.
Pasamos a exponer con la posible concisión los r e d tados de los trabajos efectuados en tales años.
RUINAS PREHISTORICAS DE ' L TORRETA"
(A
La angosta cima rocosa de San Miguel, tras una ligera
flexión, a la ,puerta del ermitorio, continúa estrechándose
hasta rematar al NE. en un cerrillo cónico que se asoma
sobre los barrios altos de ,la actual Liria. E n tal punt o se veían hace años los cimientos d e una pequeña
fortificación, avanzada del castillo ; luego,, sobre ello, se
hizo la obra necesaria para el asiento d e una cruz. Con
estas labores so dispersó un pequeño depósito de ruinas
remotas puestas de manifiesto con las últimas obras efectuadas; y en la campaña excavatoria de 1943, José Alcácer, ayudado por el capataz Montañana, en cata abierta junto a
la alineación de piedras que parecían ,cimentación antigua,
[page-n-134]
explor6 un dep6sito de tierra cenicienta que: dió tiestos
a mano de-barro oscuro con puntos claro#, un fragmento
d e borde liso con mamelón cercano a k orilla y otro fraginento de borde dentado p e r t e n e c h t e a un cuello alto con
tendencia a exvasarse; varios @?ex atípicos y un pectúnculo aguiqrqado: Más a d e h t e se vió que el depósito del
.suirida mayor dís~ersión,pues con
viejo $kb%dtihbo "havi
había rodado por los desnilas remociones ~encioáaba.ts
veles aocosoB que rodeaban la pequeña cima, y en 1947,
apfovtxhrrndo otta oportunidad, Énrique Pla y J. Montafiand,:d&diearan algiincs ratos a explorar tales restos, con
m& fortuna que en la primera cata, pues a pesar de la
disemitiaciiín que dividió el yacimiento en pequefias porciones aisladas alrededor d e la cima, una búsqueda detenida piodujo los hallazgos dispersos de 10s siguientes material&& una bella pbnta de flecha de mal sílex negro.
dentade, foliácea y bifaeial; siefrecBtd d6 las supuestas d e
hoz; cuenta. de edllar disccridai, d& Piédra gris, bien labrada; cudhihito de p ~ d e r n a lasiseufo, de buen trabajo,;
dos punzoneg & bu&M bd.'&Qiiirl&&
mas o menóa largas
y trabajo desigual (v. lám. XXXIV) ; buen número de t i a tos que-:bet*itXran r e c h ~ t r e i k , parte* un vaso g h i n a d o
eri
con elementos d e tamaño mediano y tipos de base aproxirnadamelnte globular, con cuellos alargados, como el descubierto por el S. 1. P. en aLa Atalayuela), y otros tiestos
que acusan fondo convexo y cuello reentrante y un cuenco
mamelonado.
Con taii escasos elementos a la vista no cabe llegar a
conclusiones muy precisas ; pudiendo clasificarse el yacimiento de eneolítico avanzado, sin saber si se trata de restos de vivienda o de enterramiento.
Esperamos que una futura e~ploraciónen el Cerro de
la «&va del C ~ b d l » ,
situada al ektremo Sut del de San
Miguel que d l superficiales hallazgos semejantes a los descritos, aclare los de &a T o r r e t a ~ .
-
[page-n-135]
RESTOS DE DOS NECROPOLIS
,
-
-
Desde que excavamos en el cerro de San Miguel, noa
ha preocupado, el descub.rimiento de la a las necrópolis
de la ciudad remota y no han sido pocos los tanteos dectuados inútilmente en sus inmediaciones. Nos atraía, esgecialmente, un eapolón denominado «El Puntalet)), que
surgía del fondo de la vertiente Levante por blajo de 10
que fué puerta del castillo y hoy es entrada. del errnitorio,
quedando aislado de aquélla por un collado que cruzan unas
sendas y por donde debieron pasar siempre.10~
caminos bajos d e la vieja ciudad ; situación que goaía el altozano, inrriek
diato a la ciudad, pero naturdlmente aislado del núcleo de
ella. Tiene el cerrillo pequena cima casi llana, vertientes
raudas menos por el collado y sbelo d e poco fondo, rocoso y desigual, con faldas ocupadas hoy en parte (la E.
casi en su totalidad) por campos d e algarrobas, formados
construyendo primerol las hormas d e piedra en seca y rellenando luego el espacio quedado, con tierra superficial
transportada d e las inmediaciones, con lo que debiá limM
piarse el suelo de la ya escasa que tenía. E n la lámina
X X X V , A, damos una vista del útPuntalet,, tomada desde
Poniente (fondo d e la vertiente de San Miguel).
Finalizada la campaña de-1942 dispusimos que el A g r e
gado Enrique Pla auxillado por Sdvador Espl y José María Montañana, exploraran de nuevo el aFuntalet~>, se
y
hizo mediante zanja eri l o alto, pero con tanta fortuna
que, apenas comenzada la cata en sitio inmediato adonde
oirás veces ya se efectuarcln, @edescubrió la primera urna,
que estaba sentada sobre tierra amarilla, extraña al lugar
y sostenida verticalmente por gruesos terrones de la tierra
p ~
blanca y dura que en el país se llama ~ t a y que era también impropia del lugar. E l vaso, que se halló sin cobertura e incluso habiendo perdido el borde casi en su totalidad a causa de su situación superficial, estaba lleno de
[page-n-136]
tierra arcillosa, rojiza, de arrastre, con algúrí4ragmento d e
aquél, y contenía en el fondo unos pocos restos óseos
calcinados, sin nada de ofrendas al muerto. Esta urna,
reconstruida hasta donde ha sido posible, tiene forma de
tinajilia, de cuello corto y ligeramente exvasado, sobre el
que estriban pequeñas asas de la doble nervatura tan abunl
dantes en E ibérico valenciano. Es d e barro amarillento
a
y algo tosco, sin indicio alguno d e ornamentación, sino
se estima tal un bordón en realce, poco destacado, que
c w r e por encima del arranque de las asas, y tiene la
liase n o plana sino ligeramente cóncava. Mide 34 cms. de
altura, 21 d e diámetro de boca y vientre máximo de 26'7
centímetros. Puede verse en la lámina XXXVI, B. Con tal
descubrimiento sei dió por localizada la necrópolis, dejando
la excavación para la campaña inmediata. Reemprendidos
los trabajos en 1943 por los Agregados Srs. Alcácer y Pla y
los capataces dichos, a 15 m. al SE. del punto que ocupara
la primera urna y casi tambiBn superficial y en terreno
rocoso se descubrió la mayor parte del fondo troncocónico
d e un amplio vaso gris oscuro, htxho a mano al parecer,
de bdse plana, y. ornado 1s. que quedaba por tres espacia*
das tiras hari~oatalesdecoradas con impresiones digitales ;
habiendo desapamcido también la parte superior, que debió quedar a pivel de1 suelo, y muy probablemente. al
abrirse junto a 61. en Bpoca moderna un hoyo como para
fiiar un poste. Se -encaatr;ó lleno de tierra roja procedente
de arrastres de las lluvias, que a s u vez debieron llevarse
por el fondo, incampleto, los restos de cremación que
contuviera, sin que fuera bastante a evitarlo el haberlo
sentado sobre una loseta. En el relleno se encontró una
pequeña piedra que se tuvo por fósil, con dos taladros,
una concha d e ciprés agujereada y un par d e aretes, da
cobre o bronce, de sección cuadrada y sobre tres centímetros de diámetro medio. E n la lámina XXXVI, A, se reproduce esta urna; en la lámina XXXV, B, su descubri'
[page-n-137]
miento, y eti I i lámina &III,
A, e tnatcrial
l
de. iminw:iórfa de~gmi4~~.
pe&eión iwertida tcbqizl
dos sobre una ~ O M y estaba s e e t e ~ k l a aenjunto p w una*
,
el-
lomits taco que l a
E de barro
s
tinajilla antes d e l t a ; mide siete c & t f m ~
ile
22'5. de hjoca. y- 6'5 --'da.
pequenos morteros.
brhniw+o,
arabaron inecp&ndmi&te los de l a neer6ie?
p~lits d d aE)unfal@t~,
qu.e ec-guf*amnke
fue exgmjiobsle-al:
[page-n-138]
-
mide sobre 1-6 10 metros de ejes piayoreg. A la entrada
pp~r
.
.
de ella desde el castillo, descubrió José María Montañana,.
padre, una ia empotrada en el suelo montuogo, .a !a
iw
que, como en lei del ~Puntaleto, la denudación naturalhabía h ~ h perdw la parte superior desde el cuello h a ~ t s
o
ua d a . 1 asas. Es de cuerpo casi piriforme y barro
~
:nmarillento, granuloso y baeto semejante al del plq.
Lb .cPuntdet~,tambiei sin decoración, y lleva en lo
'&$
que qwda bellas del arranque de gn asa doble. Mide lo
que rwta elgo más de 20 cms. da altura y 22 de diámetro
mhimo. Apareció sin tapadera, rellena de tierra del monconteniendo en el fondq pa- de incineración, p enr:*e
do, una sortija de cobre, al parecer, no cerrada en anillg,
sdao con los extremas del aro terminados en bolitas, verdadera reducción de lao pulseras y callaras célticoa de tal
tipo. No pudo encontrarse tiesto q&uw cornplsmentariq
de esta pieza. Véase la urna ,en .la ,, . .
IjKAipa'X=YIf, A.
Cribada la tiwa~z~ygjarl$ck.gJ loa.dge~-de&sse&, end6.
&e
~entrh
otra aniUo
m@, posihIeme.nte, de
e,
h m o a sl ~rorbdode
4, B, 2 3, Tad-iLn
,y aapelrhiat, te halló una maadita de
las del cab1lIitdz: galopando con jinete de clámide flotante
y cabeza femenil de frente, que se clasifica como de ceca
ampuritana y or'igen siracusano, y que S. Amor6s considera
de sobre el 300 a. de J. C.; si bien &a por su perfmcián
pudiera ser ligeramente mAs vieja (v. ampliada, en la Thmlna XXXVIII, C).
La prosecución de: estas excavaci~na,con intervención
dd Agregado Alciieer y de Espf, salo &di otra urna a unos
12 m. al 6. de fa primera. Aunque: no taata c m s E p r e
a
cqdente, se hallaba tambien tan swge~ksial
que &.e ~nicsntrá
sin cobertura, que debió ser de tiesto o q k ~ d r a ,y calzade
alrededor da la .base con medianas piedras. Bajo la tierrct
&
[page-n-139]
por encima
M agr
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qflisf&pq .ig mitad i e f f i ~ i 44 xj~qlre*.
bgbiqwatq aq .&á -1 fiqie% p @ i ~ p - . & f l ~ ~ g C P ~ R .Re,!y
c.IfiBg llpr %19 rqk7.4~ j M w ~.: ~ -- .
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[page-n-140]
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-'":,--;Y.
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tre, por encima del arranque d e las asas. Aunque esta
cerámica es calificable de ibérica, lo cierto as que barro y
formas n o pueden tenerse por propias de la cerámica co-.
rriente de-la viejá Liria en excavación.
Ejemplar único en el ~Puntaletb es el plato hallado
invertido, cubríendo unos pocos restos de incineracióa ;
p i a a que es de barro igual al de las urnas, sin pintar y
smiejante al ibérico de la comarca de Calaceite, ya pintado eom oimples rayas rojas. Esta pieza, salvo la forma,
no desdice del conjunto de que nos ocupamos.
Robablemente no uno, sino algunos d e los vasos de
estas series, estuvieron ornados de jpinturas rojas sencillas,
fajas poco anchas cuando menos, a juzgar por la urna
d e ~ C b v adel Cabalb p por lo que ésta permite conjeturar. La observación de que tal urna conserva la pintura precisamente en las partes rnends convexas y por 10
santo máa defendidas de la erosión, como es el interior del
cuello y la parte baja del vientte, y-que aún en ésta e m p o
zaba ya a borrarse claraments per el borde superior, induce a pensar que estuvieran decoradas también alguna de
las otras y tal vebk,&l
gjfato, habieedb' perdido fasi todas
lb decoración por 'lag motivos dichos.
E l vaso acordonado del aPuntalet~se destaca por su
arcaísmo entre los del conjunto expuesto. Los semejante8
d e este vaso, cerca o ya dentro de un medio ibérico, s e
hallan en las aEscodines A l t e s ~de Mazaleón, del Bajo
Aragón, y los aretes d e cobre que contenía, tenidos por
brazaletes de sección cuadrada, visto todo en poblados que
Borsch estimara del primer período de dicha cultura, moento en el que (es d e interés repetirlo aquí) en un amente p o ~ t h a l l ~ t ápenetra la cerámica ibérica sin pintar
ti~~
pintada sencillamente, con alguna d e cuyas piezas hemos
establecido paralelo.
Los restos d e fíbula del collado de la aC6va del Ca-.
hall» de nada pueden servirnos a estos efectos por sii casi
[page-n-141]
total destrucción; y la sortija,. miniatura de torque, de
brazalete o d e pulsera semejantes, tan propios de lo céltico
en la primera Edad d e Hierro francesa, parece una de las
muchas influencias forasteras, en dicho medio. La inexistencia de piezas de hierro en estas necrópolis es explicable por
lo tardía que suele ser su ge~~eralización.
La conclusión a que puede llegarse d e cuanto antecede,
es la d e que tales necrópolis pertenecen a tiempos ibéikos
pero aún distantes de los de la Liria en ruinas; tal vez quepa
decir que a un pr.imer período de dicha cultura. Sin q i e
la falta, en tierras valencianas, de otros conjuntos de material arqueológico. semejante y más numeroso, nos ,permita llegar a cozncIusión menos vaga:
LA CIUDAD EN EXCAVACION
De las excavaciones que viene el S. 1. P practicando
en las ruinas de la vieja ciudad, hemos ido dando cuenta
en Memorias anteriores, comprendiendo la última 10s trabajos realizados desde 1935 a 1939. De los efectuados de 1940
a 1943, también hemos hablado en archivo IL, pero se
ha de insistir en ello, dando las necesarias ilustraciones de
que hubimos de prescindir allí y ampliando la referencia a
las aún más recientes exploraciones en el cerro de San
Miguel. Procuraremos dar a todo ello un carácter preciso
y concreto.
I
AAo 1940.-A partir de los primeros días, de Septiembre d e 1940, con intervenciqn una vez del Sr. Pericot y det
Agregado E. Pla, se emprendieron las excavaciones suspendidas ,en el verano de 1936; quedando degescombrados
en e t a campaña los departamentos 47 a 58.
[page-n-142]
más exacta) en la
existencia de grandes
bronce hallóse algún
tos de útiles en pésim
Descubrimientos v
el centro del departam
saqueadas y destruídas),
tierra gris compuesta en buena i j b r t p i ó i
+e&-. ~lwx: a ~ k~g ~ j ip r ~ c e.af
b
~ t
na y otra caga largos trazos irni&
c a n a i á n . Sobre -un@ y Otro Iado ael borde menoas rata
(siempre colocado hacia ~rr$~a]par+tienda de k ianPs;m.a
cri.fIa y de? igqraierda a d~rwka, akwwaharr Ea@ wigu~ense.
[page-n-143]
iinea norizonta1 de las que suelen servir de pauta en estos
plomos, percibíase, sobre la misma orilla izquierda, un traz o sernicircular parte de un signv gu y - u n poco a la derecha un rr .de tipo circular atravsaado por vástago vertical
prolongado, a1 que seguía tambfhn una Iínea de puntos
y'asirnismo otra serie de veinte rayas verticaIes a continuación de una frase acabad;, que sugieren, como hemos
dicho en otras ocasiones, Ia idea da numerales. También
en e1 borde opuesto sobre algunos trazos incompletos por
rotura, se percibe un a modo de signo e d e tres trazos
transversales. Todo e110 nos hace ver que la Iámina estun o fué sino un trozo rmortaao ue otro grueso pIomo
ewrito, d e cuyo texto quedaron las referidas frases trunsadas. A .esta lámina la cubría tal concreción, que ni san
limpia dea Ia capa terrea percibíanse ios signos; y s6Io
~ u a n d o la Ilbró de buena parte de1 carbonato ae plomo,
se
surgieron 10s mencionados restos de escritura.
Y pasamos a describir la Iámina envuelta. E s ésta,
como la de la ~Bastidade les Alcuses~,rectangular alargada, de 35 mm. de ancho por 104 de largo y lleva un pequefio orificio circular en uno de los ánguIos, prcqazrmente en e1 extremo que quedaba visible en Ia ÚItrma eapira de arrollamiento; los dos lados mayores del rec'tángulo se incurvan Iigera y paraIeIamepte, y es la Jitmrnct
d e tan extremada delgadez, que casi ilega a1 medip milt.
metro, l o que debió ser obstácalo a una escritura enérgica
g clara como la d e la aBastida». Su sutileza, acrecentando
roturas. Los textos contenidos en ambas caras, se haescritos tambi#n en alfabeto monetal, de izquierda a
echa.. se Inidan y se extienden a1 comienzo y a 10 largo
)les convexos bordes sobre una Iínea de puntos mas o
[page-n-144]
F'ig. 1
Enmltmtt. del plomo. Tam. igual.
[page-n-145]
. :: menos clara, paralela a aquéllos, continuando los renglo-'
-3~7: 'les sucesivos en cuanto es nécesario.
:'E n sus dos textos, el que denominamos a) está formado
-. p o r cuatro renglones ae escritura perceptible en casi Ia
totariaad de su extensión, en signos de buen tamaño, pero
d e trazos tan superficiales que sueien ser de difícil lectura
y, en algún caso, totalmente perdidos al parecer. Y el lado
- opuesto o b) es de descripción más compleja. E n el borde,
también convexo d e este lado, paraIe10 $al mismo y sobre
una Iínea de pauta, corre un rengIón d e escritura grabada
en su mayor parte sobre un texto anterior mal borrado,
apareicicndo lsuperpuestos signos y puntuaciones d e tal
modo que unas veces dificultan y otras casi imposibilitan
la ,Iectura; continuando e1 mismo texto en medio renglón
más d e lectura fácil. E n el lado apuesto d e la misma cara,
es decir sobre e1 borde cóncavo,y por lo tanto escrito en
sentido contrario, se inicia otro texto que se pierde poco
a poco. También aIgo por debajo de1 orificio antes indicado, percíbense los signos gu y o, constituyendo, al parecer, palabra o parte d e ella, pero escrita de través, y en
e1 espacio libre quedado entre los textos indicados, vense
aqui y allá algunos otros signos más o menos legib$lesque
parecen restos de escrituras anteriores.
La transcripción de tales textos fué intentada separadamente por el Agregado Sr. Alcácer y por esta Dirección,
ajenos ambos a la especialidad filológico-ibérica; y d e Iá
confrontación de los resultados surgió un traslado hecho
con objetividad tal vez exagerada. Luego, en una visita
para su estudio d e D. Manuel Gómez Moreno, pusimos
a w? disposición todos los antecedentes, los tanteos efectuados y originales los plomos descritos; d e cuyo examen
fué fruto un cuidadoso calco y ~ e r s i ó nde Ios textos, que
hasta ahora no hemos dado a conocer en espera de poder'
ofrecerlo con un trabajo del eminente maestro; pero' no
habi,éndolo conseguido hasta ahora, nos creemos en el caso
.*l
L
.
i
-
- '
[page-n-146]
de hacerlo nosohoi, manteniendo en nuestra descripción
las primeras impresiones ~~btenidas su observación dian
n
recta. E l &&abio.profeaor o quiso dar a su calco un carácter
definitivo,
E n . 1 6 ~figs. I y 2 damos loi calcos del plomo estuche y
.
del que kotitenía ; y en las láms. XXXIX, XL y XLI los expr é os i en Ia-.hcirma que aparecieron, una reproducción de
i n & foY
aabsr: drrai:de td envoltura y otra del plomo propiamente uj;hb.;
: akk%tmiilkPB>i
ifiter&afite e8 el de una pequeiía figue
rllka : ~ ( d h Wgik', bn ceriitnikk. Se descubrió el 5 de
b
b a b m < ~ : > d ~ i 1 f 6 a del departemen to 49 (colindante
do
e & f i ' & ' - @ @ ~ 4 & ~ lo$ p l b m ~ ) , en el estrato rojizo
~ ~ ' c ~ de kenl~Md8p aibbmeb;
ki
bvas.oS. MieR&rmes
eefdmita ricdhente deco4
a-meqtud,a figurilla eti:
aituka; representando
Bidkos b t o s de antiguo a
& k N a caka, ton mede los bedo$ Eadice
!
+
Bheb 'a leid ladi% iddieidoieg de las
no bkrfcs de pequeñds
wzkplia8 cdad. EVO hay ningfin
arls ni apenm Id bota:
ierta Wfi ufi &modtY
ltwa &nd dqxebiafi
koberthgi a~nirezcd
circular, ~ i a
que
lfnea aEganoli da se
delrdo apemil, &trt6h-w*.3r-. giatPda $6 *o&, &Oatwe cabierto de vatidura * ~ i @ f . 'ddtlb d pa~%& d d
;que
i
alta
cuello, en el Que a
'&e@ da S n c ! h @ ~ @U!&;.
qu-é
eollrii o gargantilla, k w
d
[page-n-147]
E""
d
.
[page-n-148]
los pies, que apenas si .asoman por el borde inferior. Del
propio color rojizo se pintró la boca y el fondo del bonetillo. Un taladro vertical que atraviesa la cabeza por la
parte, del bonete, indica que la figura se destinó a estar
colgada. El descascarillado que muestra en ia parte' central del frente, dejando ver una superficie lisa y uniforme,
hace sospechar que la pieza se fabric6 en dos tiempos,
cubriéndola al final con la capa que se desprende ahora.
Como se ve, trátase de un exvoto en gerámica, de &ecución poco cuidada, pero interesante por su originalidad
entre las demás figuras semejantes valenciana&. E1 tocado,
que no time parale10 entre las figurillas de los santuarios
valencianos, nos recuerda algo parecido de &ros lejan&,
pero en figuras con faldas acampanadas cubiertas con gorros cilindricos, así como' otras de Ibiza con ligeras variantes. Reproducimos varios puntos de vista de esta figura en un trabajo publicado en ctArchivo Español- de Arqueología~,y ahora en la lámina XLII, A.
Año 1941.-Se a c a v ó este año el área que restaba entre lo explorado en Ia campaña anterior y lo que fué 05jeto de, las primeras s-xcavaciones; lugar de la ladera muy
pendiente, de escaso fondo al parecer y mucha piedra
rodada, que ofrecía pocas esperanzas de éxito; pero no
podíamos dejar sin explorar aquel enclave en un extremo
del 'terreno, y se procedió a hacerlo.
Nos ayudaron los agregados Sres.
adémás Chaconleli en 106 Gltimos día
y vaciaron los departammtcrs 59 a 69;
se esperaba, pobres en material, ya q
haílazgos corrientes (fusayol
ciformes, oinwhoes, algunos tiestos pint
otros escritos, etc.), que no reseñamos
cesario al ser tan generalmente conocido
pecial mención una pieza ac
tipo excepcional en estas rui
[page-n-149]
a de un departamento excavado, el núm. 59, por ser
o de los pocos que hasta ahora han podido observarse.
e trata de una habitación aproximadamente cuadranguar, algunas d e cuyas paredes eetribaban sobre rocas de la
ronunciada pendiente, en la que, como es frecuente,. esa remetida la pared del fondo. Esta se fortaleció me@te un alto poyo de piedra en seco. Todo el espacio
e 10 que fué habitación se encontró rellenado hasta igw-
tos, con la particularidad de qiie se interponía entre la
masa trasera de la capa anterior y la pared de1 fondo en
casi toda la altura que restaba de ésta, que era de unos
metros y llegaba aproximadamente hasta el borde del poyo
dicho; otra capa h u m ~ s a ,negruzca, ancha de 15 a 20 centirnetros; y debajo de todo ello el estrato relienando
la planta d e tierra roja, uniforme, sin apenas piedras, adea á s d e pequeños tiestos esporádicos, pues no pertenecía11
evidentemente a piezas fragmentadas, cubriéndose coa ello
.& material qwle permanwia en su lugar, que eran linos
VLISOS chafados y otros en pie en el sitio que ocuparon.
Los estratos tenían una marcada inclinación aproximadamente paralela a la superficie de la loma, menos .acusada
en los inferiores. El material encontrado en el fondo fué :.
icuatra vasitos del conocido tipo caliciforme y otro de cuexpo esferbidal; dos oinochoes de cuerpo bitroncocónico y
decoración geométrica; otro vaso de cuerpo parecido y
suelfo alto, ancho, sin boza, ornado con una greca entre
cintas en el cuello, y otra fina de semicírculos, rdlenos de
[page-n-150]
motivos varios, en el vientre; un sostén de los cerárnicoa.
bajos ; mano de rno~tero
,rematada en cabeza zoomorfa
fusayotas, dos. sostenes semilunares de barro; pequeiiá.
pieza eai%aa;
~ii~taeigular
taladrada en el centro ; afiladar.
un. par.:i&?e~acl-iascorrientes m estos poblados y una oxidada eaehiiIa7& hierro hallada sobre el banco del fondo,
airi ?m* &*a -sariEEa, un clavo y dos trozos informes de
láminas d e .-loi-j.mi~8mo.
No hará falta decir que la eatratificación.! ~M~c;.e
a haber quedado intacta la habitación desira& al arrasar la ciudad; y nada nos dice, por
lo tanto, de la estrdtificadón del suelo sobre que se asenti
la ciudad vivien& que.es 10 que nos intermarfa conoces,
E n las excavaciones del año anterioruse emprendió y
no pudo terminarse IP ssrpEcraciÚn de los departamento&
S5 .y 56, de especial h & &te por idparecer dorairpueste
t&
d e dos partes, una P, a!~&v~l y otra b a unos cincuenta
baja
centímetros por enebajdsl aqu& y junto a la pendiente;
haciéndonos penw-lo4: la d a ~ e materiales (casquijo
de
y apenas tiestos rtrw&doki Q U componían el b, La labor
~
terminada +e año nos afirm6:en tal pareoer al descubrirse la pared tranwwsal que servga Qe. sostén a macizada
S
del departamento alto e i n t e e . Una zanja profunda da
la parte a. ac-usó un fonda a x i q d ~ j o - q u e
hizo pensar ea
reconstrucciátr realizada. m el d ~ r t a m e n t o ,cuyoa detaa
lles darían a esta refm8nck una e x t m ~ i ó ninusitada.
fut5
Año 1942.-Si p&a:f~xida la zong excavada en
1941, más desagradable m faiqgw rataba explorar en 1942 :
i
espacio comprendido al ~ & ~ : d w ldepartamentos 48 a 51,
os
ambos inclusive, más abajo de .la sr--tabla de sigarrubas- que
.siiwió.de paao para la saca de G ~ 411 Los años preceden*
B
tes, desde donde la ladera a e x a b a b a sq p~ndientehasta
w
-1- trabbjw, salva
hacer poco menos! q m h ~ w t 4 c a h l m
en el extremo S. d~izde-eadii6?ecc&o- hacia el cementerio
d e ,Liria nacía- y .se ex
la .un pequeño eep01ón, que err*.
sanchaba el terrano liearamente. En a t e pequeño enean*;
[page-n-151]
[page-n-152]
castillo al cdlado ole! apuntaletu y algunos g r u p w de exeavadores se apwcieron por puntw d l ~ e ~ w s
coma vrolmdt3
a ver.
UIIO& &h dirigiihe a explorar la cima de la aTorre*
t a ~ y m& ils&u&ados los hemos tam'E6~
,
espseato ya.
t f e d i m c4etfos lugares de l emai7ado en akor
o
a ~ t M d r a ,e?n ~cla+wi&ida algunos puntos dudosos, se
Ffwua~3+i
áPguiias pequegos trabajos en llo nniirns 70 y 71,
que dieron lugar al descubrimiento del .departamento 93,
de ee há44amn restos cerámicas corrientes (vasitos calidfar*b^, &i%t~s,:e&.), pondeiral de p b n o y una Ihrninli
un
~ W O 'ti'am&
pinar. Igualmente se d w t t a r o n trabajoe
c o ~ p E m e f i ~ ~ h s los departamentos 36 y 37. En la
en
patte de 'la a ~ t i e n t e más cereana al arranquk del
apuntajet~,- exm+dronse 10s ~ S Y ~ B S ~ de k~bitaeiorhtos
nos asituadaa aneima de fa $senda que traÉi~j\r&s&lmente
cruza la parfe mis baja de la 'hdera, - %&a muy roa
cosa, cuyas labora se dueron ekt&dbndo por la pequefia
pendiente- q w daba' al-'div'atr ;de 1 ~ineonitdadel S., des%
cubri6ndose los departnmentm -Que ss enumeraron 86
,- 0 1 ; .
al 10(2. .
d&1tíerkepsd J de su excavación,
.deu8
de! departamento
6n sigaf-entc, aparte de la capa
, ~4 imperceptible : tierra rojka
con piedks,, :~ i a ~ & ~ * ay. d a
demás arrastres ; una
capa que no dc&&'i'db&
lb'arichd de la superficie, que
parece como de argamasa; ;+Iera roja muy ctpelmazada,
junto a la pared:; @&ji.ee-h.baianca e~istentecn el dngulo
de la del fondo y a 81~~tat@
(Ee todo ei suelo, ceniza y algunos.vasos, parte de ellas ain situp.
Es interesante d de~cjlbii&itmtode otro departarxiento
con un molino tambiki %ri %a ltzl&a.r (departamento 100) :
dió primero un arnplb Mr&s relleno con res+os d e atobones, otros que ,pudie?an Ser de Sia techumbre y escasa ce1
.*:-
I
I
[page-n-153]
j, -1 i n w * b
i*iv
wmpu.astzg & w n k s 3
ad de cerámica, que llenaba la parte baja Qoch h E y e
b w r d & albi ; Y e pl W ~ @ del &a.
n
Q
ew*rgiea&b Qs h segunda- asa. wareeb la pkm
wlira4 QW b&a ~ u d i d e
mnt&, eciaaiplats, ea s
a
sitio, y sentado en raa porcióa da we P ma-t
rh
de ph*
t a b ~ m atigeamente elevada $abre el resto da1 dspetm
mnt@.
Di6 &a o~mpirñc,
además del rep&i& p
material : entre h cw4mi~2,
bu
d o eon pan$m de j
i r.pebri c
~
y popciotl.~ ode
d& M r m
resante d e a r aei6n vegetdt d&
de metal, una rota esn-ipmílla ta f&?i@a,dC@asqWe
rica y un gran allilct dt cabeza deeaniba ia &@al por una
lfnea bcisa; da pasta +ftftrea, nim cuertta be las ofnadas a
g a j ~ ~ s ; de barro, el Iry
de una figura, toro o caballa,
de sobre qnos diez censmettos de largo.
&nrs f~eqaeñasmfilomciones dejpuks - de B 9 - Dos4.
pues de la campaña Gltimamente reseiiada, en que ya s e
nos creafari dificuftact& por aPg64 propietafló ~oIirrBlmt6,
la falta
espacio disponible para proség~itfos trabajas
nos forz6 a realizar tanteos en otras zonas en que fuera
posible.
Asf, el capataz Montañana, aprovechando su habitual
residencia en Liria, ha ido realizado algunas catas en unaa
tierras que se supone perteneciente8 al Monansterio de San
Miguel y que están situadas ea un a n t e aludido rellano
existente entre la muralla SE. del casti110 y la cerca de
piedra en seco que limita aquél por la vertiente apuésta;
sitio en que el sudo, sin dejar adivinar su diaposición r e
mota. pe halla hoy desfigurado y dividido principalmente
ee dor fampos escalohados, que en las ba~esde sus miro
m e s de contenciáli de tierras, dejaban v a grequeñae sacio-
[page-n-154]
nes de las paredes que formaron mansiones derruídas
y enterradas.
En uno de estos sitios, inmediato a la cerca dicha, afloraban tiestas que indujeron a Montanana a -explorarlo; y a
partir d e su iniciación, entre frecuente5 protestas, consiguib descubrir' buena parte de la planta de una construcción
& piedra en seco compuesta de dos departamentos (102
y 103) separados por una tapia de piedra y adobes; el
primero muestra, a todo lo largo de las paredes del fondo
y dereha, un poyo c0rrido.de 53 cms. de a ~ h o .
Entre lo descubierto en 102, .aparte del material co.
rriente. deben mencionarse los siguientes objetos : copa
grande imitación de las campanienses de pie bajo, ee cerámica gris rojizq, con impresiones en círculo en el fondo, imitando .el ornato estampado de aquéllas ; yaso campaqj&e a modo de moderna tetera,. .y lwerna de lo
mismo; otro.vaso, de? barro .bapfp, cw tres pies cilíndricos y orificios triangulares en el cuelio, sin más decoración; sombrero de copa con muy correcta decoracióp
geométrica, floral y rizos con remates dragonados, pieza
que describimos más adelante y reproducimos en la lámina
XLIII, A; fragmento cerámico cqn cabeza y cuello de caballo pintado, de buen estilo ; tres botones de.vidrio de-los como menudas casquetes, ~oaocidos aCovalta~ «Bastida»,
en
y
más perfectos los de ahora al parecer; parte de un regatón
de cobre o bronce ; y minúscula tapadera de cerámica con
decoración geométrica pinta da.
m
El departamento 103 diR, i una primera capa supsr- ficial : trozos (parte del cuello y de asa sellado con M. E.,
y porción del vientre al fo~idu)de una tosca ánfora que
parece vinaria, cuya asa semeja bajar recta 'del cuello al.
vientre, pieza de la que no seencontró ningún otro fragmento; otra minúscula tapadera de cerámica pintada, como la
antedicha; fragmhto de cuerpo y bo'rde de vaso de cobre
que debió tener forma miesférica alargada; y dos grandes
'
a
[page-n-155]
trozos, que pgrrniten la r&onstrwción de .un umbo rircular .de hierro, que recuerda el 48 las escudos cetms.
E interrumpiendo la expgwidbn .eronológica de los trabajos de exploración, en gracia a agrupar los efectuados
an terreno que se SUDdel Monasterio, en fuga- de dar
a continuacihn las multadas: de los rrtalizadohs en los d e
partamentos 104 a 410, vamos a oeirparnw de otro, el 1 1
1,
deeeubito m b i é n par Montañana en 1948, entre las
cmsiguient* protestas del Convento.
En un. campo colindante con sl en que se dieron loa
departamentos 102 y 103, en un asoma de ceniza^ explorado por Montañana, se desmbriean los &casos restw
de -otro depaftaemen-tu,reetangulr :del que . ó quedaban
sh
la pared .de1 fonda p .parter die: 'las 'laterales9 p en lábase de
aquélla un poyo de sobre un metro de ancho. El fondo del
departamento apareci6 ocupado por un estrato de cenizas,
y en él se descubrieron : en la primera, capa, un botón de
materia blancuaca indeterminada, discoidal, con taladro
en el centro; cuenta esf6rica de vidrio; mango de útil en
hueso; laminilla de cobre, rectangular, con taladro de uno
d e los lados menores; tiesto pintado con una figura ac&
fala y traje talar que lleva, de los hombros al borde inferior, s~nditslíneas en claro por reserva en el tono de la
eexámica, que oe cruzan en aspa; otros que unidos muestran un guerrero can dos jabalinas que precede a un cablc110 y al que antecede un perrillo aga1gad.o .tramdo con
bastante acierto y q a nivel miis bajo aparece una ave con
las alas un poco alzadas y delantg otro perro, ambos de
labor márs tosca; g otro Siesto con deeorac~Qn
vegetal da0
buen arte. Y m& profundo, en la tierra, cenicienta : insr
tcumento de hierro, a manwa de varilla, de 52 cm&. de
íargo, w n un extremo apuntado y llevands en .el otra d a
pequeños ensanchamientos discoidales entre loo que d e b 3
ir Iw enmangadura, -pieza que en las raturae mue~tra
como
un hilo de cobfe a amanera de ánima de ;lq.&lla; podón
[page-n-156]
de sobre 25 cms. de largo, roto por la punta, tambiOn Be
hierro; wrm cr
minada que debid llevar en el ápiee tlas lsita para a l g a r ! ~ lucerna de cuerpo alto, acusadamente tronco~óniro,
;
barra r e &a&@ con restos de bania r ~ i i z o ,aea 'rota gr
p h que aI fin4 se ensancha ~ m k i r c u f a r m e n t e ;una tinajk capi s d a d d a l terminada en tapadera cónica remata&
i
m bothn plana y bordes dentados triangulares, que ee a j m
tan en la. tinaja y tapaderz, todo decorado e m orrilta
vegetal @&$re
cintas, y E t a ~ d e r a
a
con letrero ikierico q u e
le da vuelttr wmpleta (lámina XLIII, B, e inscripeián ú1tinao del &r.pus adjmto).
Eltos .tres departantontoa de los campos del Convento
y lkl), p r haliar- ea sitio más llano que Ioo de
(102,
empotradoe en ella, sino cmsttufdas
la vertiate, no
sobre at & r w COD planta b a t a a t e Dana, y se ma?uefztriaPiiI
d&ajs de g r u w capa de tierra removida paía formar loa
baneales. &rs ideami paraen también mis ricos a t q u ~
lógicamwtie, ~ e b s e d a eul d fonda, que las dem4s conat
cidos en l r a i i e e . Base pasar le vih~tapor la reseña
a
de lo m dlors; IsaBada para conkl'tnceme, sobre todo ei n&cS
$as decora&&^ de la m&
perfecta y cvi.dda de h n Miguel y en la tinaijilta de bardes dentados y tSpdega e&&;
asi a n o , entre ltJs fuagmeato& etx8mic:mts d de l ccsrrecta eabezsr & cabaZi~,
a
y el con decoracibrr BmaI también muy correcta, entte
otros. Y asirniowi br i b m i h c i a de piezas eampanianas
(lucerna y ateterna) y la copa imitándolas. Todo ella haee
pensar m época gmstmicm al material ya cofiacido, de:
la vertiente de San Migkbelraunqae sin llegar a lo f~anc*
mente romano, p u a los tiesta de hfarcr que p a r a e n de
esta época se halaron muy superficiales y dispersos, m
4
como un gIande d e P ~ O ~ Q ,
pisa exxcepcional.
Año 1947.-Agatabai c r Ia vertiente frontera éa e1Pun2
n
il
taleb las lagares exavttblers e incluso corno va d i c b
[page-n-157]
[page-n-158]
mita su clasificación. .En el relleno del fondo del 107, a
2'25 m. de lo que fué superficie d e l campo y a -1'45 de lo
que s .sa~.pm~. del &partamento, se dieron tiestos
e
suelo
de un peque60 vaso de cerámica' basta, al parecer hecha
a. mano,.?guc-acusa cuerpo esferoidal y. ,cuello. reentrante,
así .eomo.garta del fondo plano de otra pieza de aspecto
prehiatóriro, Y dará idea de lo revuelto del suelo el h e
cho-dequea.en h n d o apareciera una imitación en cobre de
d
una rnomda d~ieinao
pesetas de Alfonso XIII niño. En el
109 m h ~ ~ Ó r ~ ~ l B ( - ~ a e l o ~ ~ l lsen o ,dicho, de tiestos cocomo e ha
rrientes *i$
&os y de .facies arcaicar; acusándose en
esta capo! ~ t 4 a m , .ocho a 10 cms. de espesor, ti,pos de
de
plata, a a 4b.Abajo medianas, sombreros de .copa, etc.,
$s
junto -wn~-bBBi
aladidoe fragmentos arcaicos ; capa que se
extiendbsa.&da ~o:mclro 109. El lavado de los tiestos
del
tipos
no acud m á ~ ~ g u e geométricos. El 104, que di6 algún
fragmtmtu de ca%mica,rica veg&tiE; gran parte de una
h,oia.de lanza, w hay que deck quc~caniotodos los h i a
rrtx d e San Miguel extraordinariamjmte -oxidada, y un
raro fragmento d~ oreja y parte de carrillo humano en
cerám3aa engabada de blanca, coa taladro para pendiente
desplaaado .hacia .abaja, $a que por .más cuidado puesto
se eneoatra"i:aningún &@a
iragmento que con éste tuviera
relación, .
. La naturalesk y dispmición del -estrato, tan superficial
en unos puntos gmno irmapesadarnente.profundo en algunos otros, no hwpemitido hacer más precisas observaciones.
TRES INTERESANTES VASOS
E n la reseña de. las diversas campañas de excavaciones
hemos solido publicar algunos de loe vasos principales.
Siguiendo el acostumbrado plan, también aquí vamos a
dar a luz tres de las más interesantes piezas aparecidas
estos años, a las que. hemos hecho ya ligera alusión.
7
[page-n-159]
r
El vasa de los Cabezotas.-Ante
:
.
i
la necesidad de denominar con un nombre vulgar este vaso, le damos el de «los
Cabezotas» con el que se le conoce en el Museo, por las
itksmesuradas cabezas de algunos de 10s personajes de su
decoración. Es el vaso del tipo, bien frecuente en San Miguel, bitroncocónico con el borde del estrecho cuello exvasado horizontalmente (lám. XLII, B). Su ornamentación,
pintada e n el tono i'ojizo corriente, va en toda la anchura
del cuer,po del vaso entre dos filetes con inmediatas series
d e postas simples y peqyenas la inferior, y más grandes,
perfiladas linealmente y rematadas en dobles rizos dispares la sup;erior; cuyo espacib está limitado a los lados por
dos a modo de metopas que debieron tener la finalidad de
ocupar sitio sobrante, terminadas lateralmente por series
d e SS y postas, y ocupando su centro por rectángulos hendidos ,por espacio triangular. E l friso lo ocupan las dos
escenas de combate que pasamos a rese'ñar. Una gran figura de guerrero, d e cerrada barba, armado d e jabalina
y escudo en que se vislumbra el umbo y a1 que atraviesa
una jabalina que le hiere en. la pierna, lucha con un peic
queño jinete armado de igual modo y portador d e falcata,
que se revuelve hacia el primero, a tiempo que es
herido en la nuca. El primero lleva amplia cimera colgante d e la q- pudo formar parte otra porción que se
adelanta sobre la frente, y luce amplio cinturón; y el jinete
se cubre con casco de cuernecillos. La siguiente escena se
inicia con otra gran figura de guerrero, con tirantes y cinturón que hiere por detrás a otro jinete en el hombro
sangrante, y que se defiend.0 con un pequeño .escudo eIipsoidal de otro jinete que parece atacarle por el frente.
E s de apreciar la desusada diferencia de tamaño entre
los peones y los jinetes, así como el que éstos vayan montados a horcajadas sobre mantillas o gualdrapas, cosa excepcional en las decoraciones lirianas y que ,los caballos,
d e cabezas borrosas dos d e ellos, lleven. campanillas y fron:
[page-n-160]
tales, y se adornen sus cuellos y pechos con zonas divermente rayadag.
Los claros se ocupan con las acostumbradas hoias de
yedra y a r o s motivos igualmente vulgares, y aEgunoss de;
interpretación desconocida.
E! oaso dragonad0.-~lamarbmos así, tal vea un poco
igiplophiecate, pero respondiendo a una ya explicad?
necesidad d e determinaei6n individual; a un va40 del tag
abundan& tipo visto en Liria dicho sombrero d e copa,
ejemplar que por su pintada orqamentqcción, tan nutridaL,
riea y correcta, puede tenerse por una de las pimas más
interesantes d.el Muleo. Vamos 'a tratar de demibirla auxk
liados por la reprduoción de la lám. XLIII, A. Como en
la rnay~rid e 10s vaso8 de e ~ t a
d
clase, la ornamentación se
extiende a l o largo (y en- este caso además, a lo ancho)
del cuerpo cilindrico de la pieza, en un espacio delimitado
por uba cinta entre- filetes *mida por un friso de pastas,
da las perfiladas linealmente, de gkan corrección y regularidad,' en la parte alta del friso, y otro grupo de cinta
y filete$ &ZI el extremo i&erEor. La zom así delimitada est6
ocupada por u- serie de cartelas s rec-tángulas; separados
por nneas ve~ticalesde, SS, rombos y otros motivos wcundados; conteniendo t ldartelas alternando en uno y otro.
s
sentido un complejísirno motivo, que intentar-emos describir,
El tema central lo constituye una gran hoja de yedra de pusta atirada y perfilada linealmente, d e cuya base surgen e n
sentidos opuestos como hojas curvada8 rematadas en c u a necilloa unas veces y con motivos acorazonados otras; PQP.
la parte opuesta el perfil se revuelve en sentido eontrz+e
formando voluta8 terminadas en complicados reniates, des.
tacándose singularmente como un serpenteante cuello
de animal fabuloso, con cuernos y trompa historiada, que
se retuerce hacia arriba harta el nivel mismo de la basa
d e la hoja d e y d r a . Todo elia, tratada con un cuidado
excepcional en estas cerámicas. La particularidad de: E
a
[page-n-161]
repetición aiterna y en sentido contrario de la decoración
cis cada artela, da una primera impresión de emplea de
trepa o estarcido an lo fundamental de la copiosa ornamentacirin, aut se comwletara eon labor directa en los
pqueiios detalles; aunque parezca contradecirlo las desigualdades que en los niveles de los motivm compIementarios son do notat en las dos recuadrm que comprende
k reproducción publicada y las diferentes dimensiones de
los motivos.
La timfilla de bordes dentados.-Se descubr3ó este vaso,
framentado, en la capa de cenizas del departamento 111,
íiwando huellas manifiestas de la acción del fuego a que
estuvo sometido y que ha testado en algunos sitios la ornamentación pintada. Time forma de tinsjijilla con asitns
de doble nervatura y bordes dentados que encajan con los .
de la tapadera chica, rematada en bo-tón plana. La ornamentación wupa una amplia faja en la parte superior $el
vientre, limitada por cinta y filetes en la porción dentada
y ,por la misma ornamentación con series de smicírculos
conc6ntricos por bajo de las dos asas; los espacios de friso
comprendido entre btas, los decoran pares de grandes SS
inclinadasts,
agrupadas en zig zag y rematadas por riza, y
en los ángulos que forman, llevan a manera de palmetas
y alguna ~ e z
como pequeñas hojas de yedra perfiladao.
La tapadera mueetra en el borde inferior una amplia inscripsión ib6riii.a sobre la que van en círculo serie de postas
y cinta con filete; y el bot6n aparece decorado en lo alto
can dos rayas en crua y pequeñas hojas de yedra en los
cuatro vertices. VCass el vaso en la lám. XLIII, B y el desarrollo de la tapadera en el núm. 76 del Corpus de iri5
cripciones.
[page-n-162]
[page-n-163]
CORPUS DE INSCRIPCIONES IBERICAS EN
CERAMICAS DE SAN MIGUEL
(Continuación)
,
.-
.&
IncIuida de nuevo en ta antwiar Mmasisr (193&@S),
Ia ya publicada relación de iwrigeioaes en alfabeto iMrico ea eerzirnicas, de San Erflguel de Liria, la compfemos?
ahora aoa Iaa dmcubiatas desde 1940 hasta hoy, englobando ea ellas aun 1ss constituídag por un solo signo no
comprendidas antes no a610 por el inter& que aislar
damente pudieran tener, asino m espera siemprvzc de que,
como alguna vez acontece, se dacubra otro tiesto que
lo (sontinde o complete. La .ineorporae;tjn de b s m2eVO8
letrcares se hace en las rnism.qs candtci0ntoa que los a n t s
cedentes y continuando su"&heraczbn coirrdativsl.
Hallazgo esporádico.
Tamaño igual.
,
[page-n-164]
XLII
Por bajo de i?n borde decorado con postas y separado
d e ellas por un filete, corre este fragmento de letrero que
parece iniciarse con un borroso bo.
Año 1934.-Departamento 15.
Reproducido a 1/2.
XLII1
e! tarda m01 alE n d ebfldrz q~st
Ewm 1 w h
Us&icxr &
ISC~P
de mwatws d&b.
&rama dw&
1hn d d f r w & q
de un
~ m - - a q e m ~ t ~ ::3;.-rtc,,18- .-,
5
R q r d d d a 8 $12.
. . r . ~ . l . , ~ : , ~ ~
[page-n-165]
XLIV
drico de una tinaja de buen tamaño. El signo parece aislado, aunque por estar inmediato a la rotura pudiera ser
la inicial de un texto.
Año 1934.-Departamento 16. , = ::t:.$
Reproducido a 112.
Hallazgo esporádico.
Año 1935.-Departamento
í'.'
27;
[page-n-166]
XLVI
E n el chaflán para formar un cuello de borde cilíndrico
de una tinaja de buen tama6o. Signo aislado.
Año 1935.-Departamannt~, 41.
Reproducido a 112.
XLVEI
6..
t
Letra única sobre un borde plano como de sombrerillo
de copa; pero como por la parte interna del cuello hay
huellas de haber sido obturado por algo como tabiqus,
cabe la duda de si pudo ser tapadera.
Año 1940.-Departamento 52.
Reproducido a 113.
.xLvrII
,
Sobre un fragmento de borde exvasado.
Año 1940.-Departamento 56.
Se reproduce a 113.
[page-n-167]
XLIX
Inmediato, al parecer, a la iniciación de un cuello.
Año 1940.-Departamento 56.
Reproducción a 113.
Parece an fragmento del vam hallado el mismo año
el ddepartamento a;de barro clara y letras grandes.
Año 194.-De;pafiamenta.
primwa capa.
Repieducido a 113.
.....
1
l
.
"
[page-n-168]
LII
Estos dos fragmentos parecen pertenecer a un mismo
vaso. E l a) se halló en 1940 al lavar varios tiestos esporádicos; y el b) en 1941 en el departamento 59. Los dos en
el borde saliente de una especie de tinajilla ventruda, de
las que llevan menudas asas que van del borde del cuello
a lo inmediato del vientre.
Reproducción a 112.
E n el vientre de un vaso grande de barro claro. Letras
bien legibles.
Año 1941.-Departamento 56, en la ÚItima capa de la
zona d e tierra roja con barro amasado, a sobre 90 cms. de
profundidad.
Se reproduce a 113.
[page-n-169]
LIV
!.
I
t
F.
Entre dos filetes, en el vientre de un pequeño vaso que
parece tener forma troncocónica. Difícil es clasificar el
animal reproducido.
Año 1941.-Departamento 56, a, en la última capa de
Ir? zona de tierra roja con barro amasado.
Reproducido a 112.
que& parte.
[page-n-170]
LVI
Escrito, de fuera a dentro, en la parte ligeramente plana de ua 6mde que sale doblándose en ángulo recto.
Año 1941.-Departamento 60.
Reproducido a 113.
LVII
En un bordbJ con derronición en dientes .de lobo, de
un vaso de los panzados con cuello acampanado. Letras
claras y bien cwmervadas.
Año 1941.-Departamento
Reproducido a 113. .
67.
Hallazgo superficial.
Año 1941.-Departamento 67.
Reproducción a 112.
[page-n-171]
LIX
S o b e el borde, casi plano, de un cuello exvasado.
Año 1941.-Departamento 59.
Reproducido a 112.
'
'0
- "
I
Bobrs el bordD oiana *apibk.%n ter& de que su^
dan b ~ d l m JT ea fa p o t ~ i 6 ~
,
hnie&h _irnbrí;oit,eí -f
da
QW ha9 r ~ t w
m& i.eg:%Iq*, llu& -pae;&lemearte
w o
IR lea urmadag
.o*rw~ da -a.
A& Ml.-@Ispa&mmb B.
Rwoca~eidaa í/a,
[page-n-172]
-
Fragmento de grueso vaso, que lleva este signo, aislado, en el chaflán inmediato al borde casi cilíndrico del
cuello.
Año 1942.-Departamento 80.
Reproducido a 113.
LXII
Escrito en el borde recto, saliente, de un sombrero
de copa.
Año 1942.-Departamento 85.
Reproducción a 112.
LXIII
Sobre e1 borde lisa, entrante, de una especie de tinajilla de barro claro. La inscripcióri se apoya en la parte
superior de un fiIete.
Año 1943.-Departamento 86,
Reproducido a 1/2.
[page-n-173]
[page-n-174]
.
Por bajo del borde exvasado de un vaso de tipo cónico,
muy corriente en Liria.
Año 1943.-Departamento 96.
Reproducido a 112.
LXVIII
n
un pequeño borde de tiesto gris; muy
posiblemente, por el fuego.
Año 1943.-Departamento 96.
Reproducido a 112.-
LXIX
" ~ el borde de una pieza de cuello exvasad o .
n
grandes y claros. Es un comienzo de texto.
Año 1943.-Departamento 99.
Reproducción a 1i2.
I
-
[page-n-175]
LXX
Sobre la parte alta del vientre de una tinaja de mediano tamaño, pequeño cuello recto y profusa decoracihn
pintada en espacios separados por cintas. Parece que fu8
escrito el letrero después de pintado el vaso, aprovechan,
d o los claros quedados en la decoración.
Año 1947.-Departamento 104.
Reproducido a 112.
LXXI
[page-n-176]
LXXII
Sobre otro borde plano de sombrero de copa. Merece
observarse alguna semejanza entre su escritura y la de!
número LXXV. Parece la inscripción incompleta en el
final del fragmento.
Año 1947.-Departamento 106.
Reproducido a 1/2.
LXXIII
M,enudo fragmenti, escrito en un tiesto que, por ser
de pequeño tamaño, no da idea de la clase de pieza a que
perteneció.
Año 1947.-Departamento 108.
Reproducido a 1/2.
[page-n-177]
LXXIV
Letrero un poco tosco, escrito en un borde, curvado
hacia afuera, de tinajilla. Incompleto en su final.
Año 1947.-Departamento 110.
Reproducción a 112.
Este letrero iniciú, con d número 1, eI premntei r6orpusa ccun las astro pGm.eros signos del texto B ) y ~aai
e1 Zp);
y, corno queti6 allí refesida, rrpsree!írl ecriitct en a1
[page-n-178]
borde plano del fragmento de sombrero de co,pa en que
a
se veía la figura de T llamada cdama del espejo)), hallado
esporádicamente; y el fragmento a) salió en las excavaciones practicadas después (1933), precisamente en el departamento número 4, lugar donde superficialmente se hallara el primero. No se tenía la seguridad de que ambos
6ragrnentos pertenecieran a la misma pieza, pero el tratarse de tiestos de bordes del mismo tipo de vaso y tamafio,
igualdad da barro y parecido de escritura, aunque con
alguna diferencia, y el haberse descubierto en el mismo
sitio, todo indujo a pensar en la unidad d e procedencia,
aunque con dudas, como quedó allí expuesto. Pasados los
años vino a recaer la excavación de San Miguel en unas
pequeñas tablas situadas a Poniente y en lugar dominante
del sitio donde se realizaron aquellos hallazgos; y allí,
cerca del referido punto, se descubrió otro trozo de borde
de sombrero de copa escrito, que completaba en gran
parte (25 o 26 signos -más) el de los cuatro con que lo iniciara %I texto a); quedanao así excluído como supuesta
continuación el texto b), cuando menos de momento Y
con las propias dudas en cuanto al supuesto resto de la
inscripción, n o ya por los motivos conocidos, sino además porque persiste y se afirman las diferencias en la puntuación separatoria de palabras, que es triple en a) y cuádruple y quíntupIe en b). Obsérvese cómo la agrupación
de signos ban que en la parte nueva de a) aparece dos veces exenta, se repite de igual modo en b).
Años 1933 y 1947.-Departamentos 4 y 110.
Reproducciones a 112.
[page-n-179]
LXXVI
Este bello e importante letrero figura entre un grupo
de cintas y postas que decoran circularmente la parte alta
d e una tapadera cónica de vaso y el borde dentado de la
misma. A partir de un motivo de adorno, o mejor, de una
letra historiada, ya vista en otros casos, y a continuación de
una rotura se inicia el texto, pintado en el, rojo vinoso
habitual de las decoracieones ibéricas. Parece haberse perdido, con la rotura dicha, el primer signo, y el inicial del
texto es dudoso, al que siguen cuatro más y finaliza la
palabra con tres puntos de separación; c o n t i d a el texto
con otros cuatro signos, dos de ellos dudosos, y la correspondiente puntuación separatoria de cuatro elementos,
seguida de diez signos interrumpidos por una rotura en
la que debió ir otro; y luego otros cuatro puntos,
seis signos más y tres puntos; y tras éstos un ban, a continuación del cual hay otra serie igual de aquellos que lo
separan del aludido ornato o letra historiada. El texto,
aparte roturas, es claro y como trazado cuidadosamente.
[page-n-180]
Fué descubierto este vaso en el fondo del departamento 111, excavado dentro de los campos sobre los que las
Hermanas del próximo Monasterio alegan derechos dominicales, en los trabajos que pudo realizar incompletamente el capataz Montañana.
Año 1948.-Departamento 111. '
Reproducción aprox. 113.
[page-n-181]
.m
FINAL DE: LA SERIE
Y eon esta cua~tilla
dnqor término a la Memoria refe-
"
rente al periodo 1940 a 1943, que geguramente será tambikn la final de la serie que iniciáramos con la relativa a
19%; publicaetaneú que, por haber nacjQo en tiempos de
eeeaseces eean6micas, aparwieron priazaero cama tiradas
rpart-e de, 13 Memoria General de4 S.e@ret& de la Diputacibn, Icc que nas forzó a adoptar, y luega a contiauar
poi razones de unifwrnidad, e s e formato tan poco a prop h i t o para dar a conocer trabsjos de investi~eibn
con las
ilustraciones inexc~ables.
Con &+te otras
y
[ Iaosotros sOlo imputabfrr;~),
+
es 1 cierta que en mw.~&Ae&e.gublícacfonw se han ido
o
remgieado las vicisi~&.*&~* p6speras y adaeraas, par
que el Servicio atravPex%ó;.
&de u i comienzos difíciles. j
fatigosa, an que ' h a J f a ~ cordial ayuda. en muchos y,
a~
cua~ido
menos, fj3aldadaq ya. =peradas de las que erran máls
&ligados a lo contraria, basta uaa casi reciente actuaidad, rino prQ@era, sr" lo smficieatmentcr firme para dar riJ
Servicio por a r r a a d o . A &o ha contribuido, de una par.
te, el apoyo prirtcipalmeslte mora1 del Conseja Superlc.r
de Invesbigaciorxm Cientlficas, creando en d E;. 1. P.. a
' wav& del Instituto ~lDiego
VelAsquez~,su Bseicin de Prehistoria vehnciw; y de: otro lado, el decidido apaw
.eicoa&mico de nuestra Diputación provincial, a partir dp
:%
W y hasta 1948. D&i&ndo~e
hacer presente aquj que esta
Bjrección ha encontrado siempre, pero muy en t.eipmlaJ
d perfodo dichos, de Ióa Sra, Presidentes y Digutad~s
la ~o&r$;~i&aaltia persoml de la miama, nrr por. la
y
[page-n-182]
zyuda necesaria, sino la Cariñosa atención y cordial solicitud con que en la Casa es tradicional cuidar de cuanto
creen que prestigia y honra a la Diputación y a Valencia.
Y por si no tenemos ya ocasión de hacerlo constar, vaya
la ratificación de ello como colof6n de este libro.
[page-n-183]
Página
1948
> ;
.......
11.-ACTIVIDADES INTERNAS DEL SKRVICIO .........
. J .." p u s e 0 ..........................................
- '.~kaboratorio .......................................
:e
;U!?{ .Biblioteca .........................................
;
.
Gr3.p' -$ublicaciones
...................................
111.-EXCAVACIONES
P EXPLORAGIONE" E-TUADAS EN DICHO PERIODO .......................
&%va de les Mallaetem
Cueva de la Cocina (Dos Aguas) .....
Cueva de Llatas (Villar del Arzobispo)
Peña de la Duefia (Begís)
Cueva de la Pastora (Alcoy)
Cueva del Palanqués (Navarrés)
Altico de la Hoya (Navarrfts)
. La Atalayuela (Losa del Obispo)
El Bancal de l a Corona (Penág-uila) .‘.......
Ereta de1 Pedregal (Navarrgs) ...............
Construcción Megalftica en Monforte del Cid.
Cepo de San Miguel ILirid ...............
Cueva y Tarre del Mal Pszso (Castellnovo)
..................
...
......
..................
...............
............
...............
............
...
1V.-EXCAVACIONES
(BARIG)
EN «COVA DE LES MALLqETES))
.........................................
"
V.-EXCAVACIONES
EN «COVA DE LA PASTORA»
(ALOOY) .............................................
Las excavaciones ....................................
El material ..........................................
Idolos d a d o s .................................
Idolos planos ....................................
Otro material Óseo ..............................
Puntas de flecha de sílex ........................
Puntas de flecha de bronce .....................
Cuchillos de silex
..............................
[page-n-184]
PWW
...
Las hachas de piedra ... ...
... ... ... ... ... ...
Cuentas de c o h r ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Colgantes ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... .. ...
Metales ..........................................
La cerámica ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Los restos l2umanos ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
53
58
61
62
63
64
APEND1CE.-LOS CRANEOS TREPAMADOS DE «LA
PASTORAn ...... ... ... .................. .........
66
ERETA DEL PEDREGAL (NAVAFLRES) ... ... ...
VI.-LA
La estación ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
La excavación ... ... ... ... ...
... ... ... ... ... ... ...
El matenal ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Cobre o bronce ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Hueso y asta ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Cerámica .......................................
Sílex .............................................
Piedra ... ... ... ... ... ... ...
... ... .,. ... ... .. .
Objetos de adorno ... ... ... ... ... ...
... ... ...
- Los restas humanos ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Conclusiones ... .. ... .. .., ... . . ... ... ... ..... .. ...
77
78
80
84
84
85
85
1.
1
9
94
95
97
97
.
...
...
.
.
.
...
...
...
. .
VI1.-EXQAVAOIQNES E N LA ATALAYUELA (LOSA DEL
OBISPO1 .............................................
VIII,-EL
MATERIAL DEL «BANCAL DE LA CORONA».
(PENAGVILA) .
, .. ... ... . ... . . ... . ... ... ...
.. .. .
1X.-LAS
..
.
..
EXCAVACLOW?S EN &%NMPOUEL DE LIRIA.
Ruinas prehistóricas de ((La Torreta)) ... ... ... ...
... ... ... ...
Restos de dos necrópolis ... ...
La ciudad en excavacidn ... ... ... ... ... ... ... ...
Aho 1940 ... ... ... ... ... ... ...
... l.. ... ...
Año 1941 ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Año 1942
... ... ... ... ... ... ... .-. ...
Año 1943 ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Otras pequeñas explomcíones despub de 1943.
... ... ... ...
Año 1947 ... ... ... ... ...
Tres interesantes vasos de Sa,n Viguel ... ... ... ...
E vaso de los Cabezotas ... ... ... ... ... ... ...
l
... ... ... ... ... ... ... '...
El vaso dragonado
La tinajilla de bordes dentados ... ... ... ... ...
... ...
...
...
.:.
...
... ...
...
...
X.-CORPUS DE INSGRTPCIONES IBERICAS EN CERAMICAS DE SAN MIGUEL ... ... ... ... .:. ... ... ... ...
DE LA SERIE
... ... ... ... ... ... ...
.,+
XI.-FINAL
... ...
101
115
129
129
131
137
137
144
146
147
149
152
154
155
156
157
159
177
[page-n-185]
PUBLICACIONES DEL S. 1. P.
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.
-J&=, & L. .;,L P *:P , s ~:
->.
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.-.,.
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m.a
*.
5
;
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.
7
f.:
[page-n-186]
SERIE DE TRABAJOB VARIOS
l.-"En
Castellet del Porquet", por 1 Ballester Tormo.
.
2.-"Breus notes sobre el poblat iberic de St. Miquel de Lliria",
por D. Fletxer Valls.
3.-"Estudis d'Art Originari".-'cEls insectes en 1'Art quater~nari",
por M. Vida1 y López.
4.-"Un
enterrament prehistoric al Barrani: del Cinc (Alcoi)",
. por C. Visedo Moltó.
5.-"Colleccib de treballs del P. J. Furgús sobre prehistoria valenciana".
6.-Estudios sobre lss cuevas paleoliticas valencianas-"CovaNegra de Bellús", por G. Viñes F. Jordá y J. Royo Gómez; y
"Cova del Parpalló", por L. Pericot, S. Alcobé, V. Sos Bainat
y M. Vidal Wpez. (Dos ediciones).
'#'.-Apuntes
sobre las estaciones prehistóricas de la Sierra de
brihuela, por Bantiago Moreno. Con notas de N. P. Gómez
Serrano.
&-Sobre un interesante vaso escrito de San Miguel de Liria,
por Pío B l t r á n Villagrasa.
9.-E3 e n t e m d e n t ~ir cueva de Rocofort, por 1 Ballester
:
Tormo, con el estudio de un cráneo por el Dr. Santiago
Alcobh.
10.-Comunicaciones del S. 1 P. al primer Congreso Arquedó.
gico del Levante, por F. Jordá, L. Pericot, M. Vidal, E. Pla,
J. Alcácer, 1 Ballester, C. Visedo, V. Pascua1 y D. Fletcher,
.
PUB[LiTX=ADOPOR EL CONBEJO SUPERJOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS "INf3TLTUTO DIEGO VELAZQUEZ"
"La cova del Parpalló" (Gandia).-Excavaciones del S. 1. P. de
la Excma. Diputación Provincial de Valencia.-Por
Luis
Pericot Ctarcía.-Madrid, 1942.-Obra que obtuvo el "Premio
MartoreU". (Con 351 p&ginas, 650 figurad y XXXII laminas).
[page-n-187]
Estando en ~funmxión a Biib1,iot~agenteral de Za Diputación
l
provinicimil y dada ila aeciesidd idie comiipIatatrse :la especializada de
Prdhk'mia, se ,per;mibe &
I P. rcgar a quienes ~eiclban w pu,
s
tllica~ilones,Us consU>&nenJ1 cambio d e (las wyas pnopias, q a e se
a
a
servirán remitir a una B atra idre~~a~pi'hilla~,
seeún
.-iráatar.
[page-n-188]
[page-n-189]
1 BAbbESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
.
SINARCAS
LAM. 1
[page-n-190]
L. BALLESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
I
LAM. 11
COVA D E LA PASTORA (Alcoy)
A.-Vista del cerro de la trC6va de la Pastora)). .
B.-Entrada a la misma.
(Foitoli Q V. PascubL)
[page-n-191]
f.
8.
B núm.
.
x. P, 194M$
.
LAM. 111
9
C , núm. 10
[page-n-192]
-.. ,, < r
,t
8
=/1
"
;:;7
RIA S. 1 P , 1940-48
. .
1
.
COVA DE LA PASTORA (Alcoy)
I
.
LAM IV
A)
[page-n-193]
1 BkUtESTER: lWMORIA 5. 1 P , 1BQO-4s
.
', .
COVA DE? LA PASTORA [ A l a y )
LAM.
V
[page-n-194]
Í BAW,E$TM&:
.
MBMVr6fiLb S, l. P ,1946-48
.
LhM. V I
Tipos de puntas de flecha (2/3)
(Foto de J. Adell)
[page-n-195]
I
LAaa. Vrr
k BAI3,BSTEa: XE1)PORIA 8. I.P, IMO-48
.
COVA M LA P W T m { A h Y )
Máls tipus de puntas de flecha (2/3)
(;Foto de J. Adell)
[page-n-196]
f. BBUi%TEIC: MEMOBIA $. 1 B, 194Q-18
. .
JABA. VZIT
1
mva m LA
PASTQBA IAIW>Y)
Cuohiiios gran~des (2/5).
(Foto de J. Adell)
[page-n-197]
[page-n-198]
[page-n-199]
A.-Vaeo t,rococbnico de b s e plana (215).
B.-Baae &e vaso con impronta de estera (1/5).
C.-Fragmento cerámico ornado (1/2).
(Fotos de J. AdelU y dibao de F. JQ*)
[page-n-200]
[page-n-201]
BALLESTER: MEMORIA S. 1 P ,1940-48
. .
COVA DE LA PASTORA (Alcoy)
IUM. XIIl
[page-n-202]
I
I. BALLESTER: MEMORIA S. 1. P., 19405-48
"OVA 1)IE LA PASTORA (Alcoy)
LAM XIV
[page-n-203]
[
.
BALLESTER: MEMORIA S. 1 P., 1940-48
.
COVA DE LA PASTORA (Alcoy)
LAM. X V
[page-n-204]
1 BALLESTER: MEMORIA S. l. P., 1940-48
.
COVA DE LA PASTORA (Alcoy)
LAM XVI
[page-n-205]
f. BALLESTER: MEMORIA S. f. P.,1940-48
ERETA DEL PEDREGAL
4
LAM. XVlf
[page-n-206]
[page-n-207]
[page-n-208]
A.-Huesos del fondo de la excavación (2/3). B.-Arpón
de asta (213). C.-Botón de pie& (tam. natural).
(Foto de J. Me11 y dibujos de F.JcmaB)
[page-n-209]
f. BALLESTER: MEMORIA S. 1 P., 1940-48
.
ESRETA DEL P
U M . XXI
AL
Idolos 0(lalhdQ13 (T. d )
. .
Crnh de J. Bdell)
[page-n-210]
1. BALLESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
ERXTA DEIi PED&EGAL
LAM. XXII
[page-n-211]
[page-n-212]
LAM. XXIV
ERETA DEL PIXJBEGAL
(Fotos. de J. AckJl)
[page-n-213]
f. BALLE8TER: MEMORIA S.
l[.
P, 1840-48
.
IAM. XXV
EBIETA DEL PEDBEGAL
B)
A.-Corte del terreno. B.-Cr&neo h%U&m
.éL
(Fotos S . 1. P.)
[page-n-214]
1 BALLESTER: MEMORIA S. 1. P.-1940-48
.
ATALAYUELA
A)
Alabardas de cobre i
LAM. XXVI
[page-n-215]
1 BAWLESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
.
LAM. XXVIf
ATALAYUELA
A-Hoja
de pu6d de cobre (112). E-Pwueñ'io puaíal y
restos de puntas de flecha de mbre (3/4).
(Fotos de J. Addl)
[page-n-216]
1 BAUESTER: IWEMOBI6 S. 1 P , 1940.-48
.
. .
LAM.X X W
BANCAL DE LA "O;RONA
A.-Silo del Bancal de la Corona, B.-Alredsdores de éste,
cmtos de
L. Vimns)
[page-n-217]
1. BALLESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
BANCAL DE LA CORONA
LAM. XXIX
[page-n-218]
[page-n-219]
[page-n-220]
f. B U S T E R : MEMQEIB S. E P, 1EldQ-48
, .
I;gaPifGfi DE iIrA m. M
B R
O
[page-n-221]
1 BALLESTER: MEMORIA S. 1 P., 1940-48
.
.
LAM. XXXIII
W C A L DE LA CiORONA
Plomo esorito por los dos lados reproduciendo el texto del
anverso del de la serre reta^^ ( t / 3 ) .
[page-n-222]
f. BAEl[rESTEBt: MEMORJA S. 1 P , 1940-48
. .
LAM. XXXW
CERB.0 DE S&N MIGUEL
A)!
E)
<(La
TWreta)~.-A. Objetos--de silex.-B. Punzones de hueso, cuenta
de Collar de piedra y cristal de rwa. Reducido a 4/5.
(Foto~s. J. Adell)
de
[page-n-223]
LAM.XXXV
1 BALLESTER: MEMORIA S. 1 P.-1940-48
.
.
CEILRO DE SAN MIGUEL
A
[page-n-224]
1 BALLESTER: MEMORIA S. 1
.
.
P , 1940-48
.
LAM. X X
X m
CERí%ODE SAN MIGUEL
NeorOpolis d.el tbnntalet)):A.-Parte Werlor del vwo del segundo
enterramiento (1/7). B.-Tinajih del primero (1/6) C.-Plato
nrocedente del tercero W61.
[page-n-225]
x&mS* I* P, X940-48 m.xxxM
.
BE &%N
MKiUEL
ii
8
C)
Necrópolis del Collado de la ~
~ del6
Caball,,. A.-Urna del primer
d
enterramiento (1/6).B.-TGnajilla procedente del segundo (1/6).
{C.-Descubrimienb de esta última.
(Fotos de J. Adell y J. Alcácer).
[page-n-226]
[page-n-227]
1 BALLESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
.
LAM. XXXIX
CEBRO DE SAN MIGUEL
A, l y C.-Diversos aspectos del p I o m escrito como fn6 eneantra3
do. D.-E1 plomo y su envoltara, ésta ya idesdablada.
[page-n-228]
&versa y reverso $el pbm ~envol1tum-a (Tam. nat.).
(FDW de J. Aidell)
[page-n-229]
[page-n-230]
f. BATAESTER: MEMORIA
S.
1
.
P , 1940-48
.
LAM. XLII
CERRO DE SAN MIGUEL
A.-Figurita
de dama, en cerámica (2/3).
B.-Vaso
de cilos Cabezuiita,i ( 1 / 5 ) +
(Nota.-Interesa
rectificar el erfor del t e x t o al afirmar q u e un dardo hiere en la cabeza al guerrero visible en el
centro de la decoración del varo. cuando n o es cino posición d r l mismo dardo qiir es""~
e n la m2iio).
(Fotos de J. Adell,
[page-n-231]
BAELESTER: m M Q R I A S. f. P., 1940-48
C
m DE SAN MIGUEL
L a . XLIIL
[page-n-232]
[page-n-233]
[page-n-2]
[page-n-3]
DI PUTACION PROVINCIAL DE VALENCIA
"
.
.
.
., ,
, .
&'
s c c i ó n &1 C S.
.
L. (Instituto ~ i e g o vei&zquer)
C.
de
[page-n-4]
MklMur
Mu-
MUMuMuM
u
Museo=
fes añw 194O.a 1946', Caa %.zIb&t%
pl
nP4;),,
[page-n-5]
LA LABOR DEL SERVICIO
DE
Y SU MUSEO EN LOS AROS
194Q A 9948
Memoria del Dlrector del S. l. P
1. BALLESTER TORMO
[page-n-6]
SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
Y MUSEO PROVINCIAL DE PREHISTORIA
J. San-Valero Aparisi
F. Jirdnez Nit~ra;i.tü)
*
M. vdn
aa
J. Ak&am Gran
tdaicta !en d Palacio de E Eputaúi'ón de la GemtdM Reino de
e
a
Vakncia (calte d Caballeros, número 2).
e
[page-n-7]
L A LABOR DEL SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA Y SU
MUSEO, EN LOS AÑOS 1940 A 1948
MEMORIA DE LA DIRECCION
+,'l*ú
a
I
EL S. 1. P EN LOS ANOS 1940 A 1948
.
La Direccibn del Servicio de Investigación Prehistórica,
qw q m o es sabido viene elevando a la Excma. Dipur
. t s ó i anualmente o por períodos más amplios, cuando
yif
!4$ c&qu?istancias lo ,aconsejasi, Memoria de las actividades
_ &ag,,dladas por el Seryicio, presenta ahora la relativa a1
io comprendido entre 1940 a 1948; período en iuei
que esperar a la narmalizacióa de Ea: viqa da la
t@ón, y ello alcanzado, dar prioridad a ~e;t,e~rnib
pzpba;~~cbnes,
muy especialmente al volum& 11 de
&+<, Prehjsíoria, Levantiaas, tantos aGoa espeado i
a b r a a suplir esta Memoria, en parte? a un rAr-
[page-n-8]
[page-n-9]
Con el nuevo impulso de la Diputación provincial coincidió, desde 1945, la ayuda moral y material que para el
Servicio suponía el que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas acordase craar en el S. 1. P. su Sección
de Prehistoria Valenciana, enlazándole a aquél a través
del Instituto ~ ~ D i e g o V,elázquez>> fijándole la subvende
y
ción de 25.000 pesetas, suma igual a la que por entonces
tenía el Servicio asignada por la Diputación.
Todo ello, en junto, ha hecho posible que, por vez
primera, esta Dirección pudiese disponer $e la eficaz ayuda de elementos técnicos en el S. 1. P. y que hayan eida
sahables las dificultades económicas que cada vez más
entorpecían la impresión del volumen 11 de «Archivo de
Prehistoria Levantina)), tan esperado.
Y expuesto lo que antecede, sobrará razonar la conveniencia de esa feliz conjunción del Consejo y de la Diputación en el mecenazgo de este Servicio, que hasta ahora
había vivida, principalmente, del desinteresado entusiasa
rno científico de sus componentes, romo va dicho.
'
[page-n-10]
[page-n-11]
ACTIVIDADES INTERNAS DEL SERVICIO
Como siempre, comprendemos en este epígrafe cuantas labores realizan las diversas secciones que integran la
vida interna del Servicio, que suelen repetirse con algunas
variantes que interesa destacar; y, de ellas, vamos a ocu,parnos aquí.
MUSEO
L.
.y-
,
Además de acrecentarse 1- fondos del Museo con las
normales aportaciones de Ias errcavacioneg en curso, se
han aumentado también por donativos, entre los que han
de reseñarse, como principales, loa siguientes : un nutrido
lote de cerámica, alguria si&lata ornada, entre gran número de ibérica pintada con temas geométricos y vegetal a , procedente de una cueva y despoblado inmediato, con
una torre, todo llamado del «Mal-PaSol, en término de Castellnovo (Castellón); material obtenido por el donante
D. Ramón Martí ' Garcerán en unas exploraciones que
prmticara y que el &rvicio ha procurado completar en
dos campañas de excavacioaes; y una bella eatola ibérica,
con tnscripción integra, encontrada en Sinarcas, descubricó a D. Pío Beltrán y a nosa piedra para su egtudio y con
asarla a este Museo; pieza que reproducimina I.', tomada de fotografía propia del
publicada ya antes que éste.
[page-n-12]
D e los materiak~.d&enidosen las excavaciones prarticadas, que ~ r r i o dse reseñar detenidamente, sólo una
pequeña parte ha podido ser expuesta en el Museo por la
escasez d e local disponible, siendo el resto guardado en
condiciones poco adecuadas &ara su estudio.
También hemos de recoger el ingreso en el A/luseo de
nudS@%:j@$pia
colección, formada en tantos años d e pacientes exploraciones («Covalta», «Czsa del Monte», «Camí
QBIIB, s.Bsisi-anc del Castellets de Carrí,cola y otras).
BF;B p~ecedenteMemoria (1935 a í939), hicimos y a
la
h ; i i t ~ f a la instalación del Servi.cio y Museo, y llega,de
mos a la iconclusión de que, en la imposibilidad de construir por ahora el edificio d e planta que fuera de desear,
y a la espera de que ello sea posible, la solución mcnos
mala, en el caso de tener que aprovechar viejos edificios,
era la de continuar ocupando los entresuelos y sótanos
del antiguo Palacio de la Generalidad, con ciertas indispensables extensiones, c o h o soluci81í rfiarkientánka; ya
que sus balones, abiertos directamente a1 patia central, es
decir, inmediatamente afectados por los carribios de temgeratura y por el polvo que en él se dan, les haría p ~ c d
aptos Dara despachos u oficinas. Las $r;steriorelr obrcis de
ampliación del.Palacio nos ofrecen base páTa pensai. 'en la
posibilidad de una ampliacióh del locál destinado hby A
biblioteoa y salas d e exposición, tan fkiakiifiestainefite irisiifieiontes, ii los entremelos de la nileva eonstrtíceión, y a8n
a parte de los sótanos para fines secundarios, si Sekvicio
y Museo han de quedar medianamente instalados, por lo
que no puede rest6rseles local alguna de los aludidos. E!
aet~al
local; que no permite exponer ni niqiliera la mitad
del material arqueolbgico que l e posee y que se acrecienta
grandemente de ano en hñbi sb compone de las dos salas,
doradas, que suman un área de 157'50 metros cuadrad*
1 dos mtresuelos' fronteras qlie dan 132'95 !&S35
m
más 67'20), o sea entre las cuatra salas 290'45 metros
[page-n-13]
cuítdra&-&.Le-?$bsfitresud~~ au%vcr bdi.i&efkl.tien& iba
del
$fea & d;s$t &&boa k:u~dm$as(95 m&
a3
ptir 'to $u&
todb $ti%@$ &&
'@&t4tieicf&n
algum, de&¢;%na&ría 475%
a SQS
metros, insrafieiente para una lmtaladbsi d$@ditii+a, m&que bastante de momerita para una pravisiaaaj que r m l viera la6 p-tes
eetrechwes.
Ea de esperar que In3 Di-putaeidk acuerde lo necesario
para- hacer eficaz, can un eflsanche del Iosal del Mr~seo,
e grah &i jbredihado mbdiantie la6 &mv~eianes del
1
ter
g. 1. P,, qi5e de 0 t h modo: queda in&dita,
~A$QRA.RI~
8
El =bajo
,
m'
~ d ~ i v e i a m qe w ~ k r a ~ c i o f ii~ d d CP~QQIde sus d e
~
cda ~
,
mraas"one&
pinta&%
lw @Ira,
dIk@c&fgi Ph, p.si-!ealxneattir) e i;siventatisGdti de l ~ a &jade pds" ie~aaci~fieit~
'
gaor 1?1I Sr. Vida1 Y WPWU&QS (16s de C k ~ d~ la Cac4a
aa, G U W ~ la PUibta~ap Erata d& P~dre:gtíIj,y atrss
ti$
Cios de E&n Migued de Ld~iii),par AlcSreer y Ph; adeaid~
de tm pradnenta dk aoa'c7ir!~arnantkr-riaree que has
aaditb ate-ndeme. huiquei bts. ef dibufo de rnatm-iifm ilaa
hiter~e~itlo pptopia~~
IM
s~Bo;r&~bl~tlri-;a-&~ plx etzidia
de
y h-aratiidn,
lm de %
Pastara han carkidb, &nt~ralrm&t,
i
@ %
4
:
_
,
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do Moratoria, durant~.e:sfos anos, ha si&
db
F'8add y de V. &secsd.
.
;de IÉnsgka g $ M n ~ t r ~ s F ; i o hewfiaiiis.a~ey
~s
d %1$.Bd& E@f, q w Bar @PW wo abad*
tfkm;bi&nal d e m~v&&aiflle~n & b
~
&m~&3r&a~gor &
gwdi;dta al-&gmeisb a la, mmd61ry par h Dipufieibn,
&d
$l&sá de i ~ & @ e & i h
. %
ted, pasa la
aue ha sido de~igrikdoJofi&M? hSd%&Wa, m ~Cxrfa
q
de
hmbo desempleSi8ndoia.
Uno de Icrs trabajos islteresantes llevados a efecto por
@ J d - o r Esgi, ha sido el montaje adeicuado de muchas
'
1
[page-n-14]
figuras incompletas de las series ibicitanas, procedentes
d e las colecciones Pérez Cabrero y de D. Francisco Martínez, así como de parte de la d e Ampurias, dándoles, por
tal modo, una mejor presentación.
BIBLIOTECA
La adquisición de libros en estos años, coincidentes en
gran parte con la guerra mundial, ha sido en extremo dificil por el aislamiento nacional producido, la natural suspendón editorial extranjera y reducción y encarecimiento
de la nacional. Con ello huestros envíos de libros al extranjero tuvieron que suspendeirse y, en su consecuencia,
también quedó detenido nuestro cambio establecido con numerosos centros dedicados a actividades arqueológicas; y
las adquisiciones por compra han sido limitadas al mercado
nacional. Con grandes dificultades han podido adquirirse,
como hemos dicho en ~ t r a
ocasión, algunas obras, entre
las que merecen citarse varios fascículos del Corpus Vasorum Antiquorum, especialmente los que completaban la
serie de Italia; bastantes de las publicaciones so,bre cuevas
paleolíticas españolas y francesas, de las ediciones patrocinadas por el Principado de Mónaco; el Realtexikon, de
Ebert, enciclopedia de tan gran interés en una especialidad como ésta; y por intervención del Dr. Starkie, a
través de la Embajada inglesa, fué regalado a esta biblioteca un importante lote de obras d e Guy Brunton y Flinders Petrie, sobre el Egipto predinástico.
Algunas obras no propias de la especialidad, donadas
al Servi'cio, han sido pasadas por éste a la Biblioteca general de la Diputación.
[page-n-15]
PUBLICACIONES
Sabido es que, desde su c~eación,viene atendiendo el
Servicio, conforme a los medios económicos con que ha
contado, a la edición de publicaciones que dieran a conocer los resultados de las excaveciones realizadas y de los
estudios hechos en el Laboratorio, según quedó expuesto
antes d e ahora; lo que se ha ido haciendo cada momento
más dificil por el progresivo encarecimiento de las labores
editoriales.
A pesar de ello el Servicio ha aumentado en este pe.
ríodo la aSerie de Trabajos Varios», con las siguientes publicaciones : número 6, aEstudios sobre las cuevas paleolíticas valencianas : Cava Negra de Bellús~,por G. Viñes,
F. Jordá y J. Royo Gómez; aC6va del Parpalló~,por L.
Pericot, S. Alcob6, V. Sos Bainat y M. Vida1 López (dos
ediciones); núm. 7, adlpuntes sobre las estaciones prehistóricas d e la Sierra de Orihirela», por S. Moreno, con
notas de N. P. Gómez; núm. 8, «Sobre un interesante
vaso escrito de San Miguel d e L i r i a ~ ,por P. Beltrbn; número 9, aEl enterramiento en cueva de Rocafort~, por
1. Ballester; y núm. 10, aComunicaciones del S. 1. P. al
primer Congreso Arqueológico del Levantsu, por F. Jordá, L. Pericot, M. Vidal, E. Pla, J. Alcácer, 1. Ballester,
C. Visedo, V. Pascua1 y D. Fletcher.
De la serie de aArchivo de Prehistoria Levantinan,
cuyo primer volumen vfera la luz en 19.29. nada menos,
- ' no obstante los reiterados intentos ,fracasados por falta
1 empeño de su presidente, D. Adolfo R i n d n de
[page-n-16]
del caso, ello no ~ b s t g n @ ~ q ~BQW~mención da los trah
: ~
bajos originales que contiene :
&La Chaa N
- de BiallGs $ f u ' i a d u p ~ i a s
lítims~,por
F. 3mdá.
a I n t ~ r p m t d ~ i s w&m &$ qrt& rm&i&m, de J. B.
s
Poircar.
EL@
C&wa de 1q I j ~ e i n s ~ , L. Prfeimt
por
P L Guieya ftltieraria e ~ ~ o l i t i c a la Loma de loa Fe*
~
de!
regrinos . [Aguaaa)~,de -A, Fsrniindea Avllé;s;
avestigios de un poblado y necrópalie prehkt4xkea b~
.,
Ripdecolm, w r 8. Pilaseca.
~Materiqlcas Saharianm en Yaiekiaw, pa3 .MiVid81 S
L6peq.
aLa primer8 ax@I&a&ón pilafítica en Eapoñaw & l i l c
.
.
Chowmcti.
.
sIdolss oculados valm@isa6s~; 1. Bnllmtet TP-i
por/
a S q b r ~algutlos .cránem amlítjri'os del E. de Esp
de V. L&~eltef~
;4
dos mtaaiond 4 B g á $ c s b lq wgi6n leYaa$baas J .
eíaer Brráu.
. I
,:
«C&m dsr .ies M m d e m gax E. . PtB BalS@&r.
&Lid cm~truae~i6fi d t & - &
m
M~mfarte
i
.
de D. Fie-b~r Va1ii.l
,
L
,C1
$
,
n
-
!
Estacas férreas.-Vasxz
a1@#ri8,&br:I+
-Ballestde,
Brewit y R. La-ndetr,
«Las manos de rnar-~i
.
'
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,
&&E
sb
%P
B ~ ~ S & I
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~ P ~ e h i a t p r ide @61&&dl,se
a
M:
i
u&c.atva~lc+&a @ara1 pgW& &&
1
Pa&& &t lb Qe
neralidadn, d~ N. P. ~38@&:gr
@Acercade 10s D P ~ B Pd@
~
tt. e?%-h @@A A*
- tigua~,por A. Beltrán.
. aLas axaa~zwi~m%ei 8aa Mi&$E de !&id dedg N@
de
a l%3>y.,por I. Bailester.
.
[page-n-17]
,
a
aL08 d e s e ~ b r j q i e n t qprehist9rieoa del: Bancd d e la
Corona», de 1. Ballas,t~i;.
A tado la cual seguía buen núniero c peqrieios trak
bajcjs de intergis y &rt@ma
bibliagrafia, prisipalmem~
e@&
rente a temas de prehhtaria walsmiana; asf eomu fe-rs@gia+
se, en un interesante artículo d e E. PIS Ballestw, t i t ~ l a d a
~Actisidadesdel 6. I. F. desde 1 9 3 a 1M5», d m 1
t
t~abajaie inrestigatarias efectuadps por el fietvisio E n tan
extenso período : inventariando lo explorado Y acompae
ñando su bibliografía.
' en cuanto a las Memorias de esta Direczión, de las
i
que la presente es por ahora final de serie, también debemos decir algo. A través de las nueve publicaciones que
12 integran, pueden seguirse las vicisitudes todas del S. 1. P.
desde sus primeros tiempos, que cabría calificar de heroicos, en que se trabajaba con pocos medios económicos,
escaso provecho y mucho entusiasmo y tenacidad, creando
ambiente a unos estudios apenas iniciados en Valencia,
hasta que, ello logrado, la Diputación decidiose a prestarles
eficaz ayuda.
Comgárense las Memorias de los primeros años con las
de los últimos y la diferencia dará idea del cambio efwtuado con la ayuda obtenida. A pesar de haber publicacioneb
deficientes en la serie, y principalmente por ello, hemos
de reivindicar la paternidad de todas las Memorias (alguna vez echada involuntariamente en olvido), excepción
es a 1932 y 1933, y salvo en las
aParpalló», tomadas da los diarios de excavaciones de Pericot, y otra de P. Beltrán que
1934 como audaz novedad en
s. Cuando carecíamos de meB, se incluyeran nuestras Memorias en la oficial de Se&ría d e la Diputación, de la que se sacaron separatas
prendiendo generalmente pe-
[page-n-18]
ríodos más largos y contando con más eficaz ajruda, comenzaron a editarse aquéllas separadamente.
Si, como queda dicho, las iZltimaslMemorias constituyen
publicaciones independientes, aún seguimos proporcionand o para las Memorias Generales de Secretaría de la Diputación, notas escuetas, pero suficientes, a fin de que quede
reflejada en ellas la vida del S. 1. P.; de cuyas notas se
obtienen también tiradas aparte, que vienen a ser una resumida historia de la vida de aquél.
[page-n-19]
E XCAVACIONES Y EXPLORACIONES
i;'>I;$EFECTUADASEN BICHO PERIODO
- 8
'T -
.
7
' E n los años a que esta Memoria se refiere y no obst'ante el tiempo necesario para alcanzar la normalidad tras
nuestra guerrg civil y la mundial, fué el Servicis desaffellando sus actividades exploratorias, de las que rioaotfira$
,-
debemos dar aquí a modo de reIación en qae canste
mención más o menos extractada de cuaritas ex~avaciones
se han efectuado, detentériidim menos ea la8 que liayafi
sido ya motivo de pub.licación o les dediquemos ahora\ &
tudio especial, según su importancia o las cirsurfstanciaa
del caso lo requieran.
Cova de les Mallaetes (Bárig).-Se halla en la comat.
ca de Cueva del «ParpalIó.~ se aprovech6 la expIoración
y
de ésta para practicar una ligera cata años ha por M. Jarnet ; y luego, ya en 1946, 1947 y 1948 se han efectuado excavacimes a fondo, bajo la dirección de L. Perieot y F.
Jor.&. De todo ello damos mas adelante rekrencla b+
tante pHa formar concepto de este W r t a n t e paeiumleW,
pwtemiente al pafeolítico snparlof trde~chna;y S E #ttd
blieaci-eí;n eri extenso será hecha porr Peie& p Jet&.
Cueva de Ed C6cifM (Dos-Agirais).-En 1 W um.s'm@&,
soras de .i'mtrtiicdón primaria corriutricarmr a D. J. S-t
z la é@stmcia da phturctru r n p e t r B en kx si
de
Aguas, $tios denominaclos c
de
y dada mtrc"ia & Qewcio., o ~ g i ~ ~ z ~ i i f oOrÉaitd- db
utrg s
[page-n-20]
conocimiento, y allá fueron D. José Chocomeli, D. Jos6
Senet y el capataz Espí, primero, y en el verano de 1941,
D. Juan Cabré, acompañado de los mismos, y de D. Luis
Pericot y de D. J. Alcacer, todos en viaje de estudios a aquéllas, tornándose notas y calcos de Ias pinturas prinieipales
por el Sr. Cabré, encargado de realizar 'el trabajo, quien
por sus .ocu~~ciozieie
primero, y su falta de salud después,
no pud8 llevarlb' a cabo. E n tales viajes, y conforme a ,
las nordcp diel S.' 1. ,P.,
e@oráronse los alrededores d e
las pinturas, y así se descubrió la cueva llamada de la &o-.
c i n a ~ gran oquedad, can rico yacimiento epipaleolítico a1
;
que se superpone un estrato neolítica antiguo. Comenzb
a eTcavarsa en 1941 y se ha continuado en campañas de
1942, 1943 9 1945 por una comisión del Servicio, dirigida por L. P e r i c ~ tauxiliado por Alcácer, Pla y Jordá,
con el capataz Espí, y el resultado de tal exploración, no
terminada ciertamente, se recoge en el estudio de Pericot
titulado «La Cueva de la Cwinaa (Archivo 111, según el
que parecen apreciarse con firmeza los tres siguientes niveles : l.", neolítico antiguo; 2.", pleno desarrollo qicroIítico; y un 3.4 de mayor arcaísmo, aunque continúe el
predominio de las puntas microltttcas. .
Cueva de Llatas (Viljar del Araobispo).-Con motivo
de explorar el pasado año (1948) un borroso despoblado
posiblemente arggrico, sito en el Cerro de «Cueva de Palomera>), el agregado J. Alcácer, acompañado de Salvador
Elspí, . excavó una cuevecita cercana a aquél, llamada d e
~Lilatas~, ha dado material epipaleolítico numeroso y
que
un estrato superior de neolítica antiguo, como en alguny
cuevas italianas (Molfetta, Remiti y Sitent'zlnello); disposición que semeja coincidir con los niveles altos de la
aCocina». La tlenen en estudia los Sres. Alcácer y Jordá.
Peña de d Dueña (Begis).-El agregado J. Alcácer, apro- '
a
~rechsndosu estancia en la alta provincia de Castellón, comenzó a explorar los restos de un despoblado en el
*
[page-n-21]
[page-n-22]
traordinariamentei fecunda, descubierta y comenzada a
excavar por V. Pascua1 .en 1942, y rematada por el S. 1. P.
en 1945,. al que cediera aquel derechos y material ; estando
al frenie de las trabajos piacticados el Sr. Alcker ayudado
por E~pfy Montanana. De esta rica cueva sepuleral nos
ocapanme m& adelante con relativa amplftud.
C w v g de$ Palanq~gS (Navarrh). -Está situada en el
términ~de Navarréa, en fa parte opuesta adonde se encuentran los restes palafíticos de la ttEeta del Pedregals.
Be trata de una sima cegada, segfin parece, en sus desagües
interna, que tiene acceso por un agujero ensahchado en
la bóveda, Fu&hace años visitada por el Agregado del Servicio .ksé Choc~)meli,
que retiró un cráneo y buena parte
de un asta da e i e f v ~
cubierta de wti1icMio.
kpr~!v&ando la estatacia en Navarrés -de la comisión
de ezaavtaisnes, se ha explorado [Sres.. Ab%cer y Jord4)
tal oqaed~d,y ~ l l e ~ c h ebndludón
a la
qiia &e trata
de utr m r i o , pum debajo del orificio de wcmo apareeieroa amr-ltonadas y *ea&$orden b ~ ~ t a nh@ww
t e ~ hamanos,
como ci prooiiaieaeni de a w n otro lugar cercano que no
ha pa&&
p~wisamey se hubieran arroiada por aquél.
Acusó la exsavaci6n la p~&bi;lidadde que efi
de tcs
Iadog de Ia mtra&a hubiese existida iin eaterramiento de
inhumación, pum se hallaron : gran parta de un cuenco
liso a mano, sobre 50 cuentas discoidales de materia blanca, tan frecuentes en d enmli'tico valenciano, y un cráneo
caído de lado sin defensa alguna de piedras; siendo evidente
que ni en el estrecho diverticulo que daba a una sala in
mediata, de techo más bajo, ni en hta, de fondo rocosd,
aparte sus malas condiciones, se descubrió indicio alguno
de haber sido ocupados.
Altico de la Hoya (Navarr6s). Se encuentran e t o s
restos en b alto de un cerrillo de perfir cónico, visto desde
fa aEreta del pedregal^, con cuya hoyada, antiguo vaso del
palafito, linda por E.; lo que, con la dase de matwiales
-
[page-n-23]
[page-n-24]
La Atalayuela (Losa del Obispo).-Hállanse astas ruinas en un altozano picudo, que emerge dominando las
sierras da1 contarno, Descubrieron en su cima, con escaso
trabajo, J. AIdcer y S. B p í , restos d e un e8tablecimiento
argárico con gestos de inhumación dmtrazado por búsque:
das. anticientíficas ; encontráronse, ademgs, aparte cerámicas de tipo diverso, un vaso geminado y una alabarda d e
cobre con ligera nervatura central y base bastante anciia.
Y dispuesta la cantinuación de las excavacionss en 1946,
repitiéronse los interesantes hallazgo& de piezas d e cobre,
.- -*lote del que, por su interes, nos hemos de ocupar más adelante. El Sr. Alclicer habló ya de la aludida primera campaña en la ~Atalayuelaa,en su citado trabajo ctDos estaciones
argkicag de la Región Levantina-s, inserto en aArchivo IIn,
. phglaas 159 y siguientes.
R-B&n@&! la Csro?lia (Benifallím).-Por acaso se desds
t ; ~ b W o a ,dicha sitio buen'n6maro. de objetos arqucoea
l&gi.c~&*&4~wrd&ar~i@~ jtaak~.eon 04x0s. bien corrientes, en
m a ~&b.&;~iJii.
n
&b&%a.tg la cima d e un altozanifio
atl
de rm& peadbatca~.: r ~ ~ ~ un rixonocimiento, con
P
x a o ~
l.as ? g ~ ~ g d 5 S
alms~ln~s.-C.
Vkide, V. Pascua1 y D. Luis
Yicéns, y t hbici&rmligkra~estas; disponiendo luego e
e
1
wibado d e 1 tierra del silo; y prepztrábarnos la excava%
ción, para comprobar la tan aparente fecundidad, más
necesaria al 8ospechatse la falsedad d e algún material, cuand o la Autoridad gubernativa de la provincia cercana nas
prohibió toda actuación arqueológica, con lo que no pudo
aquél10 dilucidarse. De estos hallazgos nos ocupamos ahora en un pequeño trabajo que, suficientemente ilustrado,
viene a ser complemento del que publicamos en ccArchivo IIa, que tuvo que carecer necegariamente de eHo.
Erefa da1 Pedregal (Navarrks). - Estación palafítica
-de que se tenían ya noticias- y que, tras una carnpañ a preparatoria, ha ,excavado el Servicio en los años
1944 a 1948, logrando dejar explorada parte del des-
[page-n-25]
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L-
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'
ecesita un esfuerzo mucho mayor p;tra
conocerse suficientemente. Y como ello no nos libra de
,
. dar a (conocer ya a los estudiosos lo que de aquél sabemos,
..' e
. .
publicamos más adelante un trabajo en que se recogen las
impresiones hasta ahora obtenidas, sin que con ello pretendamos más que dar idea del actual estado de los trabajos y de sus enseñanzas.
En
Construcción rnegalZtica en, Monforte del Cid.
1935 trajo al Servicio D. Antonio Esplá, estudiante de
nuestra Facultad de Historia, noticia documentada, con
fotos, de los restos de un monumento megalítico, intere.
sante por sus palmarias semejanzas con otros baleáricos.
Pocos meses después, una comisión compuesta por
D. Fletcher, F. Jordá y el capataz Espf, practicó a nombre de1 S. 1. P. un reconocimiento que canfirmó la ,importancia del monumento y convenienck de su excavación, que las circunstancias internas nacionales y la precisión de atender a otras investigaciones aplazaron hasta
1
7
.
-
(Archivo de Prehistoria Levantinas, 11, p
us paraIelos de construcción con
[page-n-26]
.
,
,
I
gud dwde 2934 a 141%tf3
mpistEsnks en meras catas; y
que en r d i W
a eEavrtrse en 1935 y 19%;
a:
~ w e n d e rcon motivo de
. ' -- . tr.$:baj~sq s de; , & 5 ~ ; 9 2 ~
; , & - nue~tragwrm; y, w n t h ~ @ p luieg~,llegada la norma.:'-"
.
*&as
1,341, 1942 y y1943,
que son los que: aqui
. N o eptupo limitada ,l%
pxcavación a la ciudad
sino también' a algún
propiamente preX i C i c o y a los ras:hs de cier@fi &gam6pr>lis. De todo ello
& m s CUQQQ ea l ~ a qportuno $ &a Marnoria.
r
k
Cuev.kt 2 torre del ~Xul
-,Paso { C a ~ l h o wCasteliBn).
?Hace ba&ue,s Sañas,, d.,p~n, R a ~ p s Q j
;
&~s;erán, vgW a a o residelatg. gm ,&d~
&Jeta6: f ~ r ~ ~ e d e ade s
te
mploracim& e4 esta euevs,
tuvo 1.a genbilcga Be d . o m el
g . pu viga comidaama .de ia&~6aexcavas.
Igs Que sei han d d t q d ~ pmli
dos
I u . ~ trabajoe en 1946 los Agreg
~ I m e n t e E U ~ @.IJFD. -J?Jetceter 6
la
aazdiaskas 44-tapa$% n/fi(~nh&w#
mero los ;de 594% en- la cueva- Co
blkiae lo relativa a la exeavacib
camq gna más exbnsa xefermc
La s:acovaci6n de la cueva
campbjja difícil y hm&~a4 poca psligrosa. E ~ t d
canstituída.por roca nada firme, y f o m a un largo pasillo de hasts
1'70 metras daz a n o h ~ d s de 27 de largo, qrie se bip
f u r c ~ oii extrqnp ia&riw. Ea e fondo d d estr&o sc
en
l
efectuaron enterrarnientoa emalitkos ; ewont&dcxnre, en
segundas wepulturas, cinco mquetes de h e m s , a d m &
do bastantes mandi'tzulas su&s; wcarrspaGaban a 10s r a e
tos puntas d~ flecha de tipcrs diversm (falidcgas, triana
giblaras pedirneuladm y a1,lgunao con. aletas muy destacadas); cuchillos y idminas dktintas; d g u n a hachas nmllticas (mis r, mmog ciliqdricas) y aa,wlas; tmcqs punzones
de hueso r uno coa remate plan^ sgujaeado; tiestos di-
. .
.-m,
.
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4 -A
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25
de cerámica a mano (con cordones, mamelones y pes.
tzñas), mereciendo especial mención los fragmentos de un
vaso de ornamentación en friso ondulado de cineo líneas
agrupadas en el centro y flanqueadas de gruesos
puntos. Extiéndese este estrato eneolítico entre grandes
pedruscos y a lo largo de lo excavado; zona que alcanzó
en la primera campaña unos 13 mts. contados desde la entrada, y todo este espacio se dividió m tres sectores aproximadamente iguales : el de la entrada, el siguiente que
se corresponde con una lucerna abierta en la bóveda, y e1
tercero que alcanzó el resto hasta poco antes de la bifurcación; y en 1947 se exploró hasta esta misma en los dos
corredores, continuándose la exploración hasta parte dvi
orientado, a la izquierda, y n o al de la derecha, que subía
de nivel, por su peligrosidad.
A todo lo largo de lo excavado, se vi6 dgúm resto evidontemente ibérico, pero prinlcipalmeate, a partir del final
di1 segundo sector, se dewubrió un no muy profundo
estrato ibero-romano (con alguna mezcla de morisco) que
probablemente fué en el que efectuara sus rebuscas el señ.& Martí Garcerán ; zona ésta que resultó menos fecunda
d s do . ~ u se esperaba. De este sector ibero-romano puee
@aaagtidos
O R U ~ S ~ Q Sen las, ext-i;mw,
,
elemantw indj.&as, pL4vo-una ve%.
esbriUa de oro ~ o m s ~ e i o
o
;iplanamiie&
,
[page-n-28]
za cuya sinrplicjdad y measez de elementos ornamentales
dificultan m, da~tE*.1&a.
~demhi le~-&qmtt$to, se practicó una ligera exploidd
ración $klqsr.@bs~.&st~:ntesen la meseta del cerro, cerca
&
W
~bdbadasde escarpes por dos Iadoo
f ~ ~ l t i v a los otros, restos denominados
par
Wai~Pams,
mereciendo de ellas destacarse los
de uumi.aqptpmsi.a&me cipcular, cuyos muros miden actualm e x a t e ~ ~ d h s ~medio de altura, tiene 8'70 de diáy o
meht,~:+~pme&
tasnptruída de piedra en seco, sin que se
hwaa p o d i b - . ~ u m ~ ~ o b a r como la base en ruinas de
así ~
~ t r Uriie ctaady~da, e @obre
a
d
9'15 por 9'50 mts., de la que
p r wtar la-planta =gemada y verse elaramente sólo los
h i g,pwa-miás gmerds dm"t&e,: n o es que rodéanla
d
w )
d
f i b e o ~ pan~des parte de una h&tmibn en que hace
de
'
luz - s a b e :estas ruina6 puede aoBtenerse gw~vi~ionalmante
que se trata d e c~ns&ucc$onas
iberoarmanas. Tanibibn el
señor Jordií coni5nwar4 ta e~pIoraeir0nde la. cueva, si se
consigue evitar tal pdigro de. d~rrumbamiento,
Y para evitar Ia ya sabiada extensfBn a &a parte de
la Memoria, nos limitareimoa a enwmerar, sin entrar en
detalla, ,algunas otras e ~ a u a c i ~ n realimdas, tales corno
es
Iae que aprovechando la abra nueva B el sabmeto del PaI
lado de la G ~ s ~ a l i d ~ d sf cabo el 8etrvici~~
ilev6
que
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27
os realizadm en el subsuelo de Valencia, principalmente con motivo de la construcción del alcantarillado;
e, aparte d e nuestra mención en aNotas prehistóricas varias», publicó un estudio el' Sr. Gómez Serrano
sobre lo descubierto, todo en «Archivo 113, págs. 269 y 334.
Tampoco, por ser excavaciones inconclusas, nos podemos ocupar de las efectuadas bajo la dirección del Agregado Sr. Alcácer en el Cnsti2larejo de los Moros, d e Andilla, y en Cerro de Cañada Ralomera, d e Villar del
Arzobispo; así como las más recientes realizadas por E.
Pla en Beni-Sid d e Val1 de Ebo (Pego), que han dado, en
un enterramiento en pozo, gran número d e cráneos, junto
con sencillas pulseras y pendientes d e cobre.
Y pasamos a ocuparnos con más detención de algunas
d e las excavaciones enumeradas.
[page-n-30]
[page-n-31]
EXCAVACIONES
EN "COVA DE LES MALLAETES4g
(Bárlg)
Aprovechando el Servicio su estancia en La Drova
(Gandía) para excavar la cueva del. ~ P a r p a l l ó ~ , vi~ititarton
se
y ligeramente exploraron los yacimientos arqueológicos de
una porción da cuevas inmediatas, en busca, especialmente,
de posibles relaciones con aquélla; y en las psigs, 1 a 15
1
de nuestra Memoria sobre las actividades d d S. 1. P. en
el año 1931 (l), nos ocupambs del fruto de tales investigaciones, que fueron recogidas luego ipsr PPericst en su obra
ctLa Cueva del Parpallón, como puede verse en las páginas 275 y siguientes.
Además de aCdva del Racá Tancat~,uCbva de 1'Edra~
y &&va del Aigua~,fué aCOva de les Mallaetes)) la en-
[page-n-32]
muchas con retoques y algunas láminas de dorso rebajado,
raspadores y muelas; de concha, restos de pecten y caracoles marinos; dientes, al parecer, de cápridos y de cánidos, uno de aquéllos- aprovechado como colgante segPn
denota el taladro que lleva junto a un extremo, y diversos
huesos de cabra, ciervo y conejo, y falanges de mediano
tamaño, una naá~pequeña que había sufrido la acción del
fuego; de cerámica superficial, tiestos ibéricos con decoración en zonas.pintadas paralelas, restos de borde de otra
pieza de cuello acampanado, también con restos de pin- tura, y fragmentos de una boca trilobulada de oinochoe;
y m6s profilndo, tiestos de cerámica a mano, grisácea, entre
ellos reetos de un vaso casi cilíndrico y otro de perfil reentrdnte. D. Mafiano Jornet alzó d plano de la cueva.
S.1 los tmbcrs cer-árnicos prehid6ricos nos inducían ya.
a la &ploracidb $:&esta cu&a, daando nos fuese posible,
máe nos invitaban a ello los abundantes sílex con retoques
(ladnillas de dorso rebajado, raspadorq, etc.) que hacían pmwr en el vecino aPmpaHha,con la atracción de poder establ-r
paralelos; p asf @@a0
tiempo, hasta que la
oportunidd pudo daric' ed 3~110 r 1946,. al fracasar, por
&i
causas que no'S& pdra ~xpuestas,la proyectada campaña
de continusccf6n de .excavaclones en aeueva de la cocina^
(Dos-Aguas).
Campaña de 1946; Eduvo al frente de los trabajos,
mientras pudo atenderlos, D. Luis Pericot ; sustituyéndole
luego D. Francislco Jordá, ayudado por Salvador Espí; y
del diario de excavaciones llevado por Jordá se toman las
notas que damos a luz.
La amplia cata, abierta en la parte derecha del centro
de la cueva, llegó hasta una profundidad de 3'35 metros. La
estratificación fué la siguiente : La capa superior, de sobre
60 cts. de fondo, además de algunos objetos desde proto+
históricos a modernos, confirmando lo entrevisto en la
cata J ~ r n e t ,dió fragmentos cerámicos neolíticos, con deco-
[page-n-33]
( a ) Cap, 2.8
[page-n-34]
(f
(e)
Cap. 2.s
Cap. 3.a
csri
cap. 5 " 1 . 7
; 93
[page-n-35]
acibn de rayada fncf~a a ímprm~ teame en f t d k mbre el ~pipsle-alitje@j,
aerdum~i,pwuetiors mmelona en
Eb basdlrss y atwna @=des en e ctrafla [b. .I
a;
i
S.* I
frammtag drt fihinao y cucEIlo~ una giem de huesa
t
qua i p a m rata da peine; y ya a 4 s hacia el bn&, aigun2r
2a
dtsl &apeaos fa. y Iddmíe de s d a de dar3.3
BO rftbsjg$ib, Na e&&te csl sitio m4s a proptEFsito para dehUar
pis1ealíth ~u&rior, de earhter
ma hoja y puatld~ de dmsa
3,
[page-n-36]
gular alargado y ancho pedtíncula, con perfectos retoques
do delicadem d8~11. !qomeguir e interpretar en diBujo a
,de
pluma, aun ~ir&adg.!~iIps
8 queriendo ser fi'eh; está dese~
puntada y la ec
RZatNal epigravetiense: hojas de domo rebajado,
buriles y raspador. Capa 6" Tamaño natural.
..
(Par F. Jordá.) -
sigzaien~te,la lo.", que alcanza la profundidad de poco más
de 1'90 mts., se dan entre abundantes raspadores (en extremo de hoja, laterales, mixtos, piramidales, en segmento de
circulo, etc.), láminas de dorso rebajado, fragmentos de gran
cuchillo, dentaliums, tosco punzón con indicio de base y
otro partido a lo largo, y aparecen, además, dos puntas con
eicotadura y otra triangular con los ángulos inferiore
[page-n-37]
[page-n-38]
por hueso aguzado, y posible base de un tercero, y COR
ellos una idmln-a, kagmentada, con retoques mrjs ásperos
en la sola cara labrada; dos h o j a de laurel de talla bifacial, una bastante grande y rlicta, en sUex trasliieido, y la
otrr- estrecha y curvada; y doa puntas de flecha bifacialea
triapgulares con pedúnculcr tendente a triangular y otra
de buen tamaño en que los extremos inferiorm ee datacan
como aletas al darse un perfil reentrante a los lados del
pedúnculo. L 1ahra de estas puntas as tan perfecta, que
a
parwe superar a Ia de1 ~Parpaflóxr,en finura deretoque; difrzrencias poco apreeiabiea en las repraducciona a pluma
Fig. ?
Pnnta con atleta&?r pedaneala, r otra de leturel.
Nivel w1ut;renm (capa 11). Tam. kmal.
(Por F Jordsl,)
.
que darno5 (ftg. 7."). Y a. partir de tal nivel, hasta la cu#a 15,
en contacto con el fondo natural del yacimienta, si cman Ioe
elementos manifreatamente soiutrenses, persisten, aunque
pareciendo aumentar en tosquedad, los e-lernmtos vistos
en las ocho capas primeras, corno perdurando un g~gve$iemr(o
poco típico y definido, que en las t ciltimas e5 de mam
nifimtsta pobreza.
De lo expuesto, y con la reserva impuesta por aprovecharse datos proporcionados por una excavacicín azín en
[page-n-39]
curso, riirrge la impresirjn de que lo s o l u t r e n ~ ede que hay
~
sóIo un estrato de wbre 35 cts,, penetra %n un auriñacienoe
poco definido, y que desaparecido aquél sigue subsistiena
da. Es aecir, qaiej se puede sentar la misma conclusión é i
que Pericot ya Heara en el estudio del aP;;rtpall6~, lo
en
que atañe tambi6n al solutrense (1).
E n las figuras l.% 9.@reiproducirnos el material lítico
a
necesario para que s lector forme concepto de cuanto
i
interesa.
l
.
;
Fg 8
i.
?~nh
sdutreo-gravetiense. Capa 12. Tam. igual.
(Por F. Jordá.)
.
Jwlio de 1947 se emprendió otra campaña de exca~s en «Les Mallaetes~,
extendiéndose los trabajos desh r c m t r a l hasta la entrada del vestíbulo a la cueva,
~ b r % c i óse han podido confirmar laa c~nrdusion
a& 11,egÓ en las exploraciones anteriores, debiendo
mu más salientes, los siguientes halla~gas en
:
p&'&?,
efitre escaso marefial d8.1 síle2 re$ri"tese
la
&k&ei.aornada, de tipo nebI.i'tid, $"$Mpnflp
M%?. entre o.tro m ~ e l f a lmiedos típico,
''$)
i
1
'
[page-n-40]
vuelven a darse los raspadores y hojas de dorso rebajado,
un punzón también de los de tipo arcaico y algún tiesto
mamelonado que alcanza mayor profundidad, aecidenta1mente. E n las capas siguientes se intensifica el material
gravetiense. Ya en l~ B.", que llego a 1'95 mts., se di6 algYn
B
A
Mg. 9
B.-Ehja de do= reb&h, gravetiense. Capa 14.
B.-R&spisdor gravetiense, Capa 14. Tam. igual.
(Por F Jordá.)
.
fragmento de hoja solutrenare, que con otras incompletas puntas de pedúneulo y aletas, y gran parte de otra
hoja, parecen pertenecer a la cultura interpolada, que perdura en manifiesta evolución desde las capas más profundas.
Es digna de especial mención la apariciOn en la capa
[page-n-41]
JL? Iwafueididad de 2*% m)
.,
6.xi
e wtox de la entrada
f
(ia>, ds da^ loaretaag gra'biadas con grapa@ raya paralelas,
di(?*
g tambié;n .etn fa! 13: @anda de 2210 m. de otra macho m&
;]
intermaateI p u a llem fa frr$wa &alira&'$@ un tlom v&to
"'
F m? 50
P ia
Mata @aba~Is,áe. lms cima 13.
t43e@&t F%JOM3
'
- -,
--
.mir~t.ady la dareha, con las edrmidadeís ina
traxade de i ~ q i t i ~ z & derecha, como
P
[page-n-42]
subid
r a m del vicrhtre. La a
$quehizo nacer bien naturales esper&d
a sola, fué una -decepción; siendo diffv
k existencia de este solo ejemplar da loseta
grabada, cuando tanto abundaron en el casi inmediato
r
tor prdximo a la entrada, n o ha cambiado, en lo fundamental, la sucesión de las capas componentes del estrato;
y en elfa son dignos de mención los siguientes descubri
mientos : Sugerjich"a1, una fíbula romada d e bronce, iguaf
a la que encontrara J. Alcácer en el apunta1 del turco^ (Begís), que tiene publicada en el trabajo inserto en rcomunicaciones de1 S. 1. P. al primer Congreso de Arquealogía
del Levanter>, pág. 42, fig. 9."; tiestos a mano ornados con
mamelones y acanalados; fragmentos de cardial con largas
impresiones del borde de la concha, salido a sabre 30 ceris-m
tímetros de profundidad, y otros varios de igbal clase,
que parecen pertenecer a un mismo vaso y decoración en
campos de sucesivas impresiones apretadas del borde de la
concha, se obtuvo a unos 140 crns., explicándose tal profuadidad por haberse qscurrido desde m& alto por el h u e w
existente entre el relleno p la pared rocosa lateraI de 1~1
cueva. Y es de reseñar, por bItimo, e hallazgo, a la prol
fundidad de 4'10 metros, d e un extraordinario puñal de
hueso, d e 22 centímetros de largo, fuerte?, robusto y de le
bor aceptable, que causa extrañeza en estrato tan profunda,
evidentemente paleolítico, ipuw para encontrar piezas spimejantes hemog de devarnos a un neolítieo avanzada.
Los Sres. L. Pericot y F. Jordg, preDaran us traba]@
S&P@
este interesante p a c i % f ~ a )S. ~k:- ... *J- >N
a r;-s:;T
C
A
a
,
[page-n-43]
v
EXCAVACIONES EN "COVA DE LA PASTORAL4
(Alcoy)
LAS EXCAVACIONES
tres a ella gobspwdieda~m,q u i de d ~ sm e t r , ~ o ~
&do
ltigar
eadido hacip Ia entrada, dede
[page-n-44]
42
>-(S '
-
.
--.z
a
; *
, +
. la última transversal hasta la proyección del barde de la
t ceja; todos cuyos espacios quedaban subdivididos por la
línea central en sectores N. y S. La proyección que damos
en la figura 2." completará lo descrito.
[page-n-45]
más inmediatamente, descubriéndose así 47 bobadas d e
restos humanos en la mitad N. de la cueva; y luego, cuand o el Sr. Pascua] cedió su derecho en el yacimiento y el
material en él obtenido al S. 1. P. y éste encargó a D. José
Alcácer de terminar la excavación, explorándose la mitad S. y cribándose la'restante tierra de la excavación anterior, en el escaso estrato que contenía el fondo casi estéril
del conglomerado calizo que le servía de base, descubriéronse las bolsadas de otras dos sepulturas junto al límite
[page-n-46]
XXXVlII y X X X S , XL y XLI, XLIII y XLIV); con
tres @tras veces 4 1 , XIII y XIV, y XIX, XX Y XXI);
x1
y g r w de siaco destrozados, una sola vez (los a, b, c, d , o ) .
A&, DW
athscer referencia a cada resto de sepultura, se
k g n i & s r SUS cráneos.
d'%dbi& w n dignas d e recogerse' las siguierites particu: 10s restos humanos se manifiestan en paquetes
&bbh
sobre las que aparecen o aparece el cráneo, no
t&do en posición normal, sino dejado caer dewuidante, de ordinario destrozado, y alguna vez incompIeto
resentado por algún fragmento importante del mismo.
xcepcionalmente al cráneo, o parte de él, no acompaña
ningún otro resto, como en los IV, VI, VI1 y XXXV.
También es excepcional que a un cráneo, el XVI, acompañe un esqueleto n o articulado pero casi completo.
A los restos de los enterramiantos humanos solían ir
mezclados otros d e animales, que no han sido especialmente estudiados, pero. entre ellos han podido señalarse
los do conejo, jabalí, cabra, caballo y un par de grandes
astas d e toro. También entre aquéllos se han descubierto
restos de las ofrendas, como cuentas de collar d e piedra
frecuentemente verdosa en forma de oliva o tonelete, de
dientes, de vértebras d e pescado, tabletas de piedra agujereadas, tubitos de hueso, conchas con taladro, cipreas, conus
y otras semejantes; cuchillos d e pedernal generalmente
toscos y puntas de flecha; es decir, material nada excepcional, cuya enumeración particular, en relación con la^
sepulturas, de momento carece de interés, haciéndose su
dmcripción en lugar adecuado; teniéndolo en cambio por
su conexión con los cráneos otro material que pasamos a detallar. Un alfiler largo y plano, d e hueso, con dos rayas paralelas inlcisas junto a la cabeza (con el cráneo XV); remate
de otro d e lo mismo, en forma da V (cr. XXVI) ; y otro, con
amplio taladro circular, hallado dentro del cráneo XXVII ;
gran alfiler d e vástago cilíndrico y cabeza esferoidal
1 mr i
& i~
l
[page-n-47]
.
irr, XXXIII); otro plano, de buen' fsmañ~,rematado en
dos enwnchamientas redondeadw (ms. XL.III y XLIV) ;
un vasito de fondo apIanado kss. XIX, I?Z-TZ y XXI) ; medio
cruerílo (m,
VZ1J.n y iin asilla abierto dds cobre (cr. XXIII).
Tambih anden aparecer, entre las rstos óseos, divessoa
f r a m m t a cer2Emicos y carbones,
Asimismo es de Irntsr&s consignrar que los cinta c 4 osos iadícados por letras p los niimeros a IX, se descubrieran en e1 primer netra de nivel del estrato; los
X: a XXVIIX, de un metro a. 1 3 mmta.; y lo% XXIX
a XZsf bagta dae r n t ~ Y en Ia zaaa S, el XLII, a 9 centíme.
tros y l a XLIIX y *XLIgP a unm 85 eme.
I)eX examen de w t ~ s
antecedentm 843 saca la imprei6n
de que todoa los restos humanos de &LaPastorar, son segundos enterramimtos de otros aateriorw que debieron existir m lugares inmediatas al despoblado correspondiente,
pvatn do &caa defensa contra violaciones enemigas; pri.
w w g enterrarnientos que, cuando precisaran para attos
nuevos, serían dlesalojfidos j' los ratos trasldados a lasr a mds alejr3d~s; formzindose &, poco a poco o de lana
vez, mtog depdsihs de re&oa kunantlé; detrazados y revueltos, B QUB en algifn caso suele u j e l d r a r s e un mpecial
n
respeta al crBnc?o (eCam1 Reala p, e,) d o n d ~ ancontrala8
rnos defendidos por suesas piedra&contra futwar~remocionm, al depositarse. nzrls restas, quedando asi paquetes
con muestra de ofrendas. No es ia ello obstáculo el que
en &Pastora%
(crineo mí) eie dé al mentado caso de un esueleto ,casi completo, aunque no articulado; lo que pudo
edecer a un traslado más cuidadoso. Más d?iícil .as extmr en esta segundas sepulturas el gran número de milas 'cuentas de collar, particularidad rara en los ses entirramientos, y que tal vea pudo obedecer a la
ante más dificil es determinar la procedencia de
&tos de segundas sepulturas. $e ha hecho un dste-
.
[page-n-48]
4'6
arda rmmiaeimiento en lag a l r e d d o r ~ ~ &a kra~tottz~~
de
y sBta hay unas ruina de goblada, irngmtgnhe:par camita,
a que oabe
y as el p-rblado IbMco de1 #aI@,
sgtuado mtre aquélla y Akay, qua par fa famt~
sttagi
ci&n del cwm, d&i& ya gtis wupado- en cuXtu~aisantericrres, como paraen con5rmiar %&pos pwu@%os W O ~
X
cerQrnhde aspecto arcaiea, aun deJa1ada 8 saim 1 pa~ls
bilidad *deee~fu&aneal lo@
'con
EbQrfcogde faera ~lrca'm.,
Ob~krvciaeI presmda,
a
F ~f$quetm ~ s I w B ~ ~ s- ~
B
I
w
@
de rmtm *&seos animales Y tlarborra, qde bwen p e a ~esn
de
t
b-yuetes funerarios en T pprimeifúi e n t e m d ~ ~ i t o ~ .
m
El estrato, esn lo&mpacios conip~erndletoamtre- ¡ES bbrcada$ de h t i ~ o s ,@ p a r d a gríe cenidsato, eatsba geaeg-almeate formado por tierra arrilnim, rojiza, tarnwco prw
pia, al parecer, del terreno, que se veía rwue1221,par
los depósitas sucesivos de numw restoa; expFl&dw
aeí 'al gran aúmero d s &efm dispersos, restos de ofrendas, que d cribada ha aeusado. Ad, p m ,
mIoraci4n
ha proparcionado rtn ~rmxalpocas emefianaaajs. No rtsi k
ljmpia y wiba dd fisndq del estrqta, en algtrnos puntos.
I-;I eetrato mis profundo, m lo más i n t e r n ~de la cuwa,
compuesto de t i m a aren&my piedrm, y apecialmente en eI
$jngulo de la p a r 4 rocosa con: el suelo, fuR- ba~taatztfi!
fwwdo, gunque &a aparente coaeS6n entrip 10s mgtesiole-s, ptsm
are h d l m n dis&.wsoa, aparte de silex PQCO caraekesígEiw,
dasr cnlirntm can oliva $ie piedra v~rdoea,otra de dgenta tigw
jereado, una da v&tsbra de mcadrri, das idalos wuladm
1argm (kan abundaah ea e ~ t a~uevaj*
!dde-s
aewada tc~ndmeia
; mdfestmdcr litl Sr. Parscuaf
qus la8 bIE4 ecm
la
e
e~9fiitfta~ IQ QW pude
diea ddadrw um mqor azlietfledad en dicho getar.
Trrdilka m
ran~)-.e.ar~ie eí~cumitands~ que i e
las
en
'
[page-n-49]
sealb6 el descubrimiento de la cuenta de collar dable
o geminada, de piedra negra. El fuerte congtomgnado que
atraviesa en el fondo la línea eje der Ia cueva en su parte
más profunda, presentaba indiaios de haber sido estrato
f4rtil; fa tierra era gris con abundantes puntos de carbón
p algunos fragmentos dseos, uno de 10s cuales que afloraba trat6 de sacarse cortando parte del conglomerado como
muestra.para su egfudio, y al hacerlo q u d 6 al descubierto
la cuenta dicha. De ello se deduce que hubo un antiguo
dando arqueo16gico a1 que natural a artificialnent~
(como
en aCastellets, de Carríeola, la hpecie de lechada de tisrra*
y cal o cimrsntacidn por arrastre& naturales de la cueva)
ae sabrepueo el resto del estrato. El análisis de la materia de1 conglomerado aclarará este punto, cuando oe
Con fa Iabor realizada puede tenerse la cueva por excavada, pues sólo resta apurar los fondos de los sectores
hasb comprobar terreno naturaI y explorar totalmente la
entrada de a~ublla; pequeñas labores que no pudieron
bstaculos do orden gubernativo
ncia ea otro lugar y ho hemos de
EL WTERlAL
Y expuesto lo que antecede, pasarno8 a dar euenta del
material descubierto en la cueva, con unas ligeras referencias al encontrado en la hiuperrficie,
Idofos oculados
Constituye este lote de ídolos la serie tal vez más imporconocidos como propios del SE. y
de la Península y no existía indicio alguno de dlos en
eino de Valencia, cuando con esacasa diferencia de tiemecieron en la cueva de crLa Pastora», de Alcoy, y en el
ado palafítico de la ~ E r e t a Pedregals (Navarrés) ;
del
[page-n-50]
los de ((LaFastora~ hueeos gGntados en que la pigitura cs.
en
rroyenda el hueso dejd rwrodueido,
o msnw elaramente el ornato, y las del pedregal^, mculpido coa hba~es
excisas unr, y @abados i~si$amenteotras; g ~ ~ i e ~ a l m e n t e
se eimpleiaroai paga
bibia~y radios de óvidos o cáaridoct
y ezcepcianaSmw@
Eja cier*q, De'unas, y otros a08
hernas QFU&O
mmsi"$m@~~'h d ~ ~
w m I d aculadoe valen*
eiaassa ( s k M v a ' d e .IIag~.&istqria L w a n t i ~ a ~ , 1945);
11,
li;m4ithndmos@auídah~as@f?
m
dusibn a 108 de 1crL8
P a i t ~ a ,qwó q~dmots & 1 a r W s en la publicación cil
2
-tada,
dinw s r ~ iwa f teadente a ooi~cidiren
sr * ~h
su origen rnsdi@rrhm wi=$dr ( Y ~ R Bla~lámina III
an
repraduddoa fr>t~g;r$ficamemt~
alguam .ds ellos.)
Repitamae sólo Que estw f d d w apgrwieron, eigún
impresión del Sr. Pascual, en algunos paquetes de b,umq
humanos, aunque ql t~atwee swtta&a&mknarnieatos Y
de
aparecer generalmextk ~dei&8;wAit.dm f#d$wd~s
la@
por la Tiee
rra retenida leri Iw t ~ a ~ s s hada d&iJ su awaciacibn inr,
mediata, Y confirmo %E kIw&b,-.&l& h soavaeibn de
q
la aSerxa dan Mwfdm:@&& V ~ P M Io,r t ~ g a l ) danda
P
,
clpareci~wokitaaa?a@ $ & J w . . c ~ ~ ~ s wdworadón se*
m +
~nejantea~unquedmenltal, cada montonci to de huesoo sw
anunciado por un f d o o de esta clase.
Idolos platios
- .. ,
&S
:
5
L,os ídolo6 planos de la ~Pastoraw,be huem ttndos hilrta
hoy, no se separan mucho de l o s m ya conocidos en
el eneolítico del SE. ; y más cerca, e z ' a ~ o ~ ~ la Bareede a
Ila» (Torremanzanas), algo mág a k , m la@
eBknquizares de L,eborxi, y e l algún sitio I&e-,&.kw~k,.$tm)
m
en
piedra. LOSt r a prinoip.les e i e m p l s e &:&&a aPgtte~;3la
aQn,
tipos emparentado5 can los ebementalrngnte ge~métrico~~,
constituídos por tres trilngwlo@*
das de 1@~
wJte@
gaage~..,
tea por el vértice representan e s q g t m 4 g m m ~ t e CU-O
EIPI
[page-n-51]
humano, y el tercero, unido por un $ngulo a ia oase del
superior, la cabeza; tipo característico de la cultura de
Almería. Luego se redondean los zingulm agudos y d
cuerpa tienda a rectangular,
Así, en Ia lamina IV,en Ia qua reunimos tres da los ejemplares más completas de la aPastoraa (dando por eupuesto
que los dos primeros fragmentos pertenezcan como parece
al mismo), el ejemplar antedicho ea el que más se aproxima
al geometrizado que se ve en la aBarsellao y en los ~Blanquizaresa aun mhs exageradamente, En otro (el S , s man) e
tiene e] aplanamiento en la parte alta y sei redondea por
abajo, y la porcí6n correspondiente al cuerpo toma la forma rectangular, estrechándose al final que debió acabar
casi triangularmente, como en otro ejemplar muy parecido
de los nChuruletes~.Y el tercero, tiene el cuerpo más alargado, como uno de los de aBlanquizares~.
Otra materiacl ósea
Aparte los ídolos dichos, abundan en la ~Pastorao
objediversos de humo, fragmentos de otros y no digamos
loa con imisionm o huellas varias de haber estado s a m e
íidab al trabajo del hombre. No es del caso hacer aqui, de
todo ello, una relación detallada; y nos limitamos a describir los de interés singuIar,
Casi no hará falta decir que abundan eixtraordinariamente los punzones .propios de estaciones neolíticas, formados por una caña de hueso, generalmente delgada, agumida por un extxemo mediante un corte transversal en
alargado y conservando en el otro la articulación
empuñadura. Reproducimos uno de ellos (lámiarte superior), que muestra casi agotadas ya las
ades de aprovechamiento.
aílan también aquí los colgantes curvados o restos,
&o generalmente pequeño, que se, caracterizan
decoracibn en acanalados, ya circulares ya en espi.
$05
[page-n-52]
.-:
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" , ; :$-i
8
,
1-31. Son abundantes en nuestro erieolitico, y alguna ve%
nos han hecho suponerles significación fálica. (Ver en dicha lámina tres ejemplares.)
TamblCn 'aparecen algunos huesos rotoo que merecen
estudio. Son unas cabezas, alguna vez con parte del astil,
de los también conocidos en esta cultura alfileres de cabezas eilíndrieas acanaladas; piezas vistas en tierras valen&&S
(cCamí .Real,, Aibaida y srLa BarselIae, Torremanzanas)# y rfiás al S. en los aBlanquizares de, L e b o r ~
(Totana) yen dabkrnasri, rFoneiaszl y llano di: Ia Tejar, en la provincia de Almería, y abundantes en Portugal. Otro termina-.
do en forma de V, debió constituir la cabeza de un alfiler d e
cuerpo pIano: y un tercero en su parte má5 ancha lleve
un amplio taladro circular; pima encontrada, por cierta,
dentro del cráneo del enterramiento XXVII (V. en la)
parte superior de la citada lamina). Como la pieza cuarta
de la línea inferior, que es una 16mína plana, aguzada p a r
un extremo, que Ilem junio al final de1 opuesta dos líneaf.
itlcisas paralelas, pobre ornato de- lo que debió ser asti1 de un
alfiler de ;cuerpo plano, como los correspondientes a l s
o
dos fragmentos últimamente descritos, parte de cuyas Iáminas planas y ligeras encontramos en ~ C a m í
Realn y en
la aCbva del Castelletr y clasificamos como pertenecientes a alfileres planos, posiblemente para el pelo, por n e
hallar otra justificación a láminas tan dbbiles.
Otro tipo de alfiler 'de vástago cilíndrico y cabeza esferoidal móvil (lámina dicha), parece emparentado con el d e
cabeza acanalada y otros portugueses conocidos.
También se deben señalar algunas espátula8 y fragmentos d e otras, todas da hueso, conatituidas por medias
cañas redondeadas en un extremo arhaflanado por el usoEs tipo muy conocido en degpobtados eneoliticos valencianos, donde ~ b u n d a nlas en asta de ciervo (d3reta de!
Pedregaln p. e.) E n el final d e la lamina dicha reproducimos un ejemplar.
c:'.
8-
p,
[page-n-53]
. Hemos d e hacer mención de uhos huesos aguzados-y?
sesis.t.-tsntes c~nstituídos
por robustas medias cañas. con fuert e pantas afiladas, capaces de ser empleados com8 puñalesi
~
En las figuras primera y tercera cle Ir parta infsiior d e
dicha lámina se publican dos d e ellas; mereciendo alusión
wpecial el primero por ser pieza d e tamaño excepcional
(mide cerca de 17 crns. de largo), robusta y fuerte, bien
labrada en toda su extensión, que conswva la apáfisis como
empuñadura y es aún capaz hoy de ser usada con eficacia.
Puntas de ffecha de silex
Este, como los restantes mateterles menudas de la «Past o r a ~ queda expuesto a reserva d e l a que del cribado de la
,
poca tierra de relleno que falta examinar, pueda resultar.
Las puntas hasta ahora- recogidas son 116, y constituyen par su tamaño, n6mero y belleza, el más interesante
conjunto de esta clase que conocemos. Damos ejemplares
de sus tipos y variantes en las láminas, VI y VII, que
vienen a ser a manera de muestrarios de aquéllas. Las rocas
ue se fabricaron no son muy sscogidas, abundando las
gris, asi como blanco, menos frecuentes las de tono
más o menos intenso. E n general han sido bellate labradas, existiendo algunas piezas extraordinariaren especial menci6n las puntas que podríamog
e tipa arcaica, refiriéndonos a 10s microlitos trales de tan vetusta ascendencia. E n la figura A de Ia
VI damos tres de ellos,, ep 10s que la sección
m a l supericsr remata por-lá derecha en ángulo muy
1 y agudo, a prepásito para su eficacia.. La
:encabeza la sarie guarda 'gran relaciOn con aque::&neibe 01,ararnente qge procede de uno d e
,-de1 que, no. ,~bst"antek s retoques sufridos
i
waa fle&a:-de z~uer$o
foEikeo y pedimculo
d a n manifiestas huellas de a q d l , Y . reicor-
A,&" -
[page-n-54]
damoa aqai qm dos- de t-tas trapwim se: hdlfxraa en h
par& itnfed~~deal
bgt.~&~
del fando de h cueva y lo miama
~&+&adoss alguna otra ds t a l a pimas.
a
abmdgmtm tfgm se publican diernplsrrrsjura^ dle lae ldrrrikiag eitdas, para (i;otWam2s.am,-'bc~iwibn
enoJm g d;ePaUsdazl, que podame
s;in
1h:dadir Irt recogí& ds a m s partieularidstdeat a
J m
t @&te
.
hparbate lote,
% ve un acmado prdomiaio de Ioer ripoo faliiliceo~
de
b ~ trtmafio, frweea~mwte s í l a clara, g
n
en
rrtamda
Wasez de las Gen ande^ aldas @xt.nbgS
que suajen aga-.
racex aquf en su e o m i e m ~ inicíacibn, Atundan Iae e E gea
oa
querias auñanw lateslitt14 &a itil primer hrcia de Is bars
des, donde pudieron eemfr para la mejor suj&(>n al a~til
da la meta, y ex~e~i~alxnceitrl can mufíaneg a! lost
g ven
e
"idas de E baee ; pera aunque: algizna vez aumento& de taa
mafia, ao apwrecen Ias mmuñanehi m n d a p i e r ~ ~ d k @ j a ~ &
a1 C U ~ ds t;ás gime, que denamirtamrta crillsjfmnosts a1
Q
acuparnies ea C I Q ~ *ocaslíbft rte Iá aBmefla2, de Tormabil~
reatas. 5ueia ttanaree h de basa trisnmlat agruximia&mente equil&tt!~a sallenth o\ob~e que se alza e1 cuerpo
y
la
de perfil en sji-a [&[tima de VI, R y 2 de VlS, A), y que ya
hicimm absemnrr iem &mi-Reab (A%aida) y ea aLw
Uametm (Aleay], Y unha %olevcttlr %e ve aqui el tipo &e
base icOneava, que en esfe casa ea, de girrrfiI acoraganado y
g i n gran dmanaUr, de silekm (VTZ, B, parte inferior],
Prrnta ite: Hecha de kmcr
:',
3, - 8
Fi:
a"
En medio dei ambienk t?eqi.queof&deo la antm des-.
de
aita mIraa ds puntm siumm, apareicl6 Cexmvacion~ de
V. Pascuai) una grao. fzunts de bt0ac.e po~ifSJi&snent'e,
wn
hrgo ped6neul0, euwpo foltr2m y nwvatura qntral wn~ d i i que produw dm cclams &a&aaeal a 10s borda. ffiri:a,
a la figura 3.)
.S
7'+>
' 'Y
r:
'. \
,
J 1J
I
s
.
,
-
I
-
*
L
3.'
.
[page-n-55]
N o se explica su presencia en el estrato mentado ni aun
pensando en un enterramiento posterior a la generalidad
de los 'descritos, pues sería excepcional hallarse sola sin
Fk 3
Punta dc tleceba de bmcc (4:5).
otro material característico; y se puede llegar a deducir que
procede d e los que iatervinieron en los traslados a segundos enterrarnientos.
i.
Cuchillos de silex
I
5:
Son numerr~síoimaslas láminas de sílex más o menos
irregulares que dió esta excavación. De ellas se han seleccionado unos cuantos cuchilIos, que son los que aparecen
.
en la lámina VII.
Las rocas con que se construyeron no son de calidad.
h 'Abunda e1 sílex grisáceo corriente en estaciones levantinas,
:=nos el blanco y el melado obscuro.
&í La pieza primera d e la lámina dicha, que mide 18 cm.,
Pestra las escotaduras que sirvieron para fijarle la enmanaa. A nuestro juicio no bastaron sólo estas d e junto
kita base, con las que era difícil asegurar suficientemente
a, sino también el par de las menos acusadas situa'del mango
qve la fija(
asegurar el
este modo
,Gemplos en época posterior.
I
l
'G?iI'
,
,
"'i,l
.
Hachas de piedra
@,,te&
hachas
,
en proporción a los enterrab,~áneos
hacen suponer, o n o eran ya de
& p e a en que fueron trasladados, ya que
[page-n-56]
M
.
,
-
-8
. -%b ,;L
,t -
n.,Ldt
., '
su escasez no pueda justificarla un traslado poco cuidadoso.
Las r;ocas..de. que S& klierleran las hachas son generalmente de las tres qae a m a n las piezas que damos en la
lámina X, B. LA de fibrohta (la última de la figura 5) es
Única.
e
En cuanto a formas, cErtsihc4ndolris por.,cs.S-perfil y bisel
bifacial uniforme o por el unilateral, con e o n c a ~ i d a ~
en
una de las caras, p u d e decii& que abundan -tanto las
hachas' propiamente dkhae, c m f ~ c ~ l k b
gsu&as, según 'cabe
apreciarse en .las figs. 4 -y "5: d~&&8'de*~aeatlas a y' 5,
iji
&gura 4, teddenteii .a cilifid;i2ds. y' a1 -pdl &as$eiipsoidal. de
I
1
[page-n-57]
[page-n-58]
Fg 6
i.
Gran azuela (213).
[page-n-59]
m.?
g
Hachas pequeñas. Tam. igual.
Fg 8
i.
Hacha con ranaras. Tam. igual.
[page-n-60]
la b, f g 5. Los ejemplares menudos, que se ha dado ea
i.
llamar votivo& suegen ser de piedras más escogidas (figura 7).
Una de las hachas medianas (figura 8) merece descripción especial, Parece ser una pieza que, perdido el filo,
lleva en el centro del plano resultante ranuras paralelas,
a í como en la mitad lateral de uno de la8 perfiics. Eatas
s
piezas Con cortes o escotaduras, sabido es que no son raras.
Pero el qemplar más interesante de pastora^ es kna
larga azuela de seccién rectangular, perfil romboidat estirado, con filo en bisel y concavidad en uno de los pI'mos
laterales correspondiente a Ia convexidad del opuesto: &n
la figura 6 la reproducimos .can sus secciones; no con*
ciendo pieza semejante, que mtiestre tanta eficacia para
llenar e papel de azada. Prabablements fué tipo que por
I
ello debib sobrevivir a su tiempo, pues en la parte s-upeaior de Ia &reta del PeISregaIa encontróse superficial su
veradn en cobre o bronce de époeas posteriorw.
Cuentas de caílar
Son las perlas de cdlar extremadamento variadas y
numerosm, 9- teniendo en cuenta que se trata de segundas
oepulturatr, que el trasladu supone abandono en parte de
estos menudos objetos y lo dificil de hallar$s en el cribada dier la excavaci6a, se llega a la conclusion de la gran
riqueza arquetoI6gica de los primitivos ajuayes sepulcrales; y pi6nscise que a6nrqueda prdrte del relleno & la cueva
E n general la impresión de conjunto que en a t e particular da la aPastoras, es la misma que las demás cuevaíl
zalificadas de eneolíticas en Levante, Con el propio material predominante, e importantea aportaciones nuevas; y falta, en cambio, de otras piezar canacidas, como
Bas cuentas aplanadas de coiuis y lo6 ~ e q u e ñ o scolgan-
[page-n-61]
*
%es éiipotdales y cuwados de ~onchao de 'Biedias 'dura, p. E?,, que pizrscm eu~tltuídmnqui púsíblemente por
lae dientes tatadtados; variantm que pudieran obedecer
-ra iancfiiuémsiae, digintar Q íi ligmas diferenciad cmaol6s~icars
&4n na greúsablm,
Son excegcionalm ddos prieízaa de: Pnhitr* una de&&~ a d s parte que tuvo farnla de ol&u, y otra cilíndrica
en
eoat datawdo ronnate troncadniw en que dabi6 llevar .(II
.taladro y quipt Pgf
tuv&a cfilImi~~~i6n: i a a h sn
m&
4 grupa de ¡a& cofi$.antos, de tan barrosa difereneiacibn
crr ~tgunmm~imcan cierta clase 'de mentas, Véanse la*
do0 refeirfdas cuentas en la írimina X, A, segunda 7 tercer?.
AeompaTiaban a estas pletfas o lis rodaban al parecer,
4llgo fragmentado qae semeja en eolar'rr tiato triturada,
.cuya málkir no sé. há podib dmttzar a6n, Otra pwta
laefbida de gmbar, mmudri y &sbx]ídal, es &niw
TambiGn &a inttsraantaa dos' pequdas cuentas &e.roidaleq uda aarbaiizada y otra .m, 4up parecen atar fa:
%riadas de maderra, It~z~to.
par 1$ kpariaeia de3 wrb6ti
sorno por lo que muestm una rtitura 'de la crtsa. Ya ee
aeirsaton pirs~aseemojarites en alganar cams, euevg del
ñGastelEstr>, de Carfkda, clntrs' otra, prescindiendo ¿e
rematas eultua'as orientaleo. fVBafise en 1 miama IArnina; 2
s
3
San exwpeloa;alei% Ias g e r b ze~efhricasgminadas, 61timas de la lhminei dicha y de cuyo hallazgo dimos deta-
lles al rsseirar la savelcícEn, que són en piedra os¢ura r e
blanda, igual a la de dertr, colgante- de '&sirqresentaci8rIi femenina .de que- ha&krmo&; y da
a pafeeen @atar hechas timbién otras cuentare
mde o menao elara de- vlidu, que la rodean en 1~
iicibnada ,: una de riiilslar con los extcamor tan acuachaflanadas, que debió ser pieza ds centro
n, coma en' fa mayorfa de nuaffbs cuevas da:
[page-n-62]
este período, las cuentqs de azabache, de cuerpo bitroncocónico p , l a mayoría de 10s casos, no siendo nunca d e
y a i l taqafi~,JY.-lámina X, tercera de 2.)
Dg.,q+qnt~3lasnegras discoidales, muchas de elfas mintisazlas, de las que damos muestra en la parte superior
de 'E;g,,pr~~a
I;,ímina, se recogieron más de 620; y piénsese
gq $a&-&rdida's causadas no ya por el traslado de los restos,
g p en el cribado de tierras.
+ &p. mismo acontece con las tan generalizadas perlas
<1&$dales blancas, ordinariamente de caliza y aquí exeepsipnales de concha, y poco frecuentes y más pequeñas d e
hueso; habiéndose hasta ahora hallado sobre 300 nada más,
(Véase Iámina IX, 3 y 8.)
De las en a l i ~ ~ a
verdosas (esteatita), tan frecuentes en
el eneolítico, entre pequeñas y de gran tamaño, se recogieran 55 (lámina dicha, 7).
De dientes taladrados en un extremo, hay más de 17
(Iámina mentada, 6), no pudiendo clasificarse por haber
oufrido modificaciones intencionales en su aspecto, especialmente en sus coronas (según el Dr. Beltrán Bigorra)De vértebras de pescado, preparadas para cuentas, excepcionales o no vistas en otras cuevas valencianas de este
período, se han encontrado 7 (lámina ci.tada, 4).
Una de materia blanca- indeterminada (5).
Otra, nada más, de dentalium, que tanto se suele ver
en cuevas tal vez un poco anteriores a esta de la aPastora,De una. especie de corazis (Marginlella, según Manuel
Vida1 Lcjpez) vistas en cuevas valencianas, existen aquí
unas docenas (Iámina dicha, 2).
Y .de una variedad de pequeñas lcipreas (Trivia, según
el mismo), tan frecuente en cuevas levantinas, acastellets
de Carrícola entre ellas, se hallaron sobre 600 (lámina
@cha, 1).
Dejamos para el final ocuparnos d e media perla esfe
raidal de vidrio verde claro interiormente, y toda la su-
[page-n-63]
iperficie de tono blancuzco que alcanzó a parte de la masa,
r o m a si obedeciera a alteración 0 deseomposición del
vidrio. E l existir restos ibéricos superficiales y parecerse
tal cuenta a otras ibéricas de tipo semejante (una d e las
halIadas separadamente es grande, de pasta vítrea a gajos),
hizo que no paráramos mientes en la citada, hasta obvroceso d e variacián superficial, que nos
servar el aludido vidrio por especiaBllinduce a procurar el estudio d e e
tas en la materia.
I
hemos itludido a ale.) que más podían
.
gunas piezas [dientes aguieread~s,
tomarse por colgantes.
También al describir 10s Útiles e hueso nos hemos
referido a las gequeñas piezas rectas o ligeramente curvadas, ornadas d e acanaIados circulara o en espiral, que
p o r estar taladrados en su extremo pudieran considerarse
como colgantes, por lo que tal v a debieran figurar aquí.
Nos resta hablar d e una pieza colgante excepcional. Es
de piedra blanda negruzca (como las antes descritas cuentas gerninadas) y representa a modo d e dos piernas que
surgen, ligeramente separadas, del sitio donde debieran
acabar las caderas, de las que realmente n o hay la h e nor indicaci6n, Los miembros, curvados ligeramente hacia adelante, rematan no en ~ i e s
sino en punta. .No&giste indicacián alguna de sexo ni d e nalgas q-iie padie'i'an
servir de base a una presunción; pera es lo cierta q la
w
impresión general es quo se trata de una rwresentaeibn
parcial femenina en piedra, d e significact6n ignorada. E n
1 lámina IV, B, damos reproducelon~svarias d e este oba
jeto. @S d e extremado interés co~signar
aquí, que reciente
mente, al visitar C. Pericot el Museo de El Cairo, encontró
entre el material predinástico, una pieza igual en marfil,
[page-n-64]
sólo que algo mis pequeña, que ha .sido ya dada a conmes
en publicaci6n poco difundida. El hallazgo time interés
grande para la fijacibn de, relaciones entre nuestro n w eneolitico y Egipto, :que ya son conocidas en la b;ihlia,--4
,~
. >
te de refermcia no hemos podido encontrar
relativo (el que cabe entre una figura exfreuematizada y otra realista, si acaso) qu&
Ia reproduaión femenina, de vientre y muslos, en piedra,
gris, de sobre la cms. de aItura, atribuida al neolitfca grieque aunque lejana de la de la aPastora~,no deja d e re-
Metales
$parte la punta de flecha que parece d e un Bronce
avanzado y d e que nos hemos ocupado ante$, han aparecido en la pastora^ otras piezas metálicas d e material diverso (y cronologia distinta) casi superficiaIes, en la primera
capa de 30 cte. del estrato.
Entre ellas, y probablemente proto-histórica, figura una?
pieza de bronce rectangular, de factura avanzada, con 1%
parte alta rematada en moldura y la baja constituída p o r
dslgada varilla circular por la que debió aujetarle una co7
rtea, y que parece parte de fornitura.
'Í
También se dió buena porcíón de una xarilla de cóbreplanoconvexa, doblada sobre sí misma, como trrndiendck3 anillarse, y que pudiera ser resto de brazalete.
Das aníllitas abiertas, de planchuela de plata, uno de
cuyos extremos es de sección circular y plano el otro
parecen pendientes.
EJ haberse obtenid en capa
'-'
L F'ranz: u~xtteignecn~scneoteínzeitidole~
.
1934, p 39 y s., l&m. E flg. 3.
.
,!
->ek.
Berlln
[page-n-65]
plantear dudas. sobre el tcariícter prehistórico de estos o b
jetas de adorno, pwú es manifiesta su semejan= w n ,g t w s
c.anocidos ,del eneolztiw o Bronce.
Y tambikn hemos de hablar de o t r g pwible p g d i e n k ,
abierto. en sus extremos, que saIió con al c d n e o XXIII,
Por su tamaño y h r m a parece pendiente, si bien le falta&
el extremo aguzado que suele verse en ellos generalmente.
Y. mentamos, por 6 l t b 0 , dos menudas manedas de cobre,
una medievasal y okra, de Regalianus, d parecer,
La rerdmiea
La cerámica relativamkte moderna encontrada en la
superficie o a escasa prgfundidad, mezclada con algunoa
fragmentos de la prehistórica, redúcese a las muestras- .
siguientes : fragmentos de la ibérica sin decoracián o con
menutias líneas paralelas trazadas en el sentido del torno; grandes tiestos de un vaso ligeramente cóncavo d e
loa con barniz negro brillante y. palmetas estampadas en
el fondo, y en el pie bajo zonas circulares, por reserva, en
et color rojizo natural del barro, como en las italogriegas
vistas en el país; plato de perfil muy avanzado con ligera'
raya incisa en .el borde y barro rojizo con resto de barniz
quei le dan aspecto semejante a la ságillata, y un interesante.
fragmenta cerámico que semeja parte de un capitel rematado e n volutas, sobre el que se advierten restos d e dos
pies y borde inferior del ropaje de una figurita que lo deLa prehistórica, casi siempre lisa, se halló fragmentada
ea'tiestos pequeñog, encontrados dispersos a lo largo y a
1m ancho del estrato. Las formas que se acusan son: una
erfil quebrado y borde apenas saliente, a cuya pieza
den en el ángulo
a espina y uno lleva pestaña taladrada a lo largo;
do cuenco y el esferoidal que alcanza a tres cuar-'
[page-n-66]
tos de esfera (dos de ellos reconstruídos); el d e cuerpo
globular y cuello en esitrangulación, el tronco-cónico con
la base plana (uno d e éstos completo), y el otro con impronta de wtera constituída por estrechas fajas cosidam
unas a otras, cuyo tejido, probablemente d e esparto, da
lrimpresión de celdillas de panal (véanse estos dos vasos
en la lámina XI, A y B).
Y nos falta dar cuenta de un espeso tiesto pcrtenecienee a grueso vaso con decoración aquí excepcional. Estuvo
ornado (lámina dicha, C) con pares de rombos concéntricos
d e lados paralelos, formados por acanalados impresos y
trazados en dirección transversal a1 eje de la pieza. Y es de
recoger aquí que tal decoración aparece: en vasos pequeños, en forma de bol d e paredes alargadas y arnados también por pares d e rombos semejantes, pero colocados'
verticalmente en cerámica de una necrópolis neolítica del
llamado Omaliense, d e Ornal (Lieja-Bélgica) según ~ u ; i(1):
LOS RESTOS HUMANOS
Hemos hablado d e los restos humanos y de su situación, que parecen de 49 enterramientos, todos en bolsadas
y revueltos, como d e segundas sepulturas, y especialmente de los cráneos, más o menos destrozados, que han
servido para numerarles.
Pero hay cinco cráneos que merecen una referencia
especial, por la no frecuente circunstancia d e estar trepanados (vease láminas XII a XVI). N o conocíamos hasta
ahora trepanaciones en el Levante español; y frente a estos cráneos surgen las interrogaciones de qué fin se persiguió (&mágico?, 4 religioso?, ¿ médico?) ; d e si pudo ha.
ber una remota anestesia; los instrumentos de sílex que
en algunos casos dejaron huellas bien evidentes; si la ope-
.
(1) aLiL'homme cite% lscustresr, 1, p.
des
m,Ag.
49.
[page-n-67]
ración se hizo por rotación, como parece deducirse en
uno d e ellos, o por raspado, del que vemos señales; si
sobrevivieron los sujetos a ello, como parecen mostrar al;
gunos de estos cráneo.^, otro de los cuales semeja tener
casi cerrado el orificio de la trepanación.
De todo ello y de bastantes más interesantes aspectos
técnicos, se ocupan, en pequeño estudio, los Drs. D. Adolfo Rincón de Arellano y García y D. Jóaquín Penollosa
Armengot, que publicamos como apéndice al presente.
***
*
k
..
~
~
i
~
~
Y con todo lo que ya expuesto, creemos haber dado a
conocer lo suficiente para que se forme concepto de la
importancia arqueológica de esta cueva sepulcral valenciana.
~
1"
.
~
9
i
r
[page-n-68]
Dr. Adolfo Rincón de Arellano
Dr. Joaquin Fenollosa
El Servicio de Investigación Prehistórica de, la Excma.
Diputación provincial de Valencia nos somete a mtudio
cinco cráneos trepanados descubiertos en la cueva de «La
Pastata~,del término de Alcoy, entse 49 bóvedas y restos
.diversos de hasta 70 cráneos descibiertos en otras tantas
sepulturas en el citado enterramiento colectivo.
No es antigua la idea, hoy bien conocida en los camp o s de la investigación prehistórica y en el de la Medicina
descriptiva, de que en las culturas eneoliticas y de cornienzos de la del Bronce se practicaban ya trepanakiones .craneanas.
ello se tuvo fué la presentación por el arqutrólogo francés Brunieres, en el Congreso para el Progreso de las Ciencias celebrado en Lyon,
de, una arandela elíptica hallada en los dólrnenes de Lozere,
sacada de un parietal hurnane y conservada en el interior
del cráneo.
A partir de tal momento, los halla~gosde cráneos prehistóricos trepanados, de diversas procedencias, abundaron
en Europa. En la Península Ibérica se hallan dispersos
individualmente por toda su área, salvo en Occidente (alrededores de Lisboa) donde se encuentran en grupo, que-
[page-n-69]
dflPida crntreit ~ t k o b Éfkril sin 416s éfi (Il fC i
&n
. em %&nerthn d&k~ndcidok,$a Mh~i&&~$á',
cila, if;tPdire hhst8
dtr-anjera y beirlilfsalh, ks rakMkh dtir~1do~d g%-h$idir n de dtarla &&uí:
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L9a CP$II&~: afklly~na8.q&
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primetba trn wrio&rsia bn b a i i t e , tienen e2trahrdína+iq
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can las indfeacfhb& A, B, C , y $, dhfjntib d6 fBe &í&a
en min&&illd&d dtrb &u& de erBhei64, kés&hk Iba kii
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K r ~ g f A!&, ptif 61 egakkn SISrdtdrriieo de E l brinhs
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dib e e ~ d h ~ i f i r l & 4hiriÚ4&t89, Esa
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reaíidilas. reri wi$o, y pwt rr~&km, d kfecfuaa8i isa i ~ a
t por gofps de snaza o piedra,
a
@edbads hacha ds Srrilt-a a m
r
[page-n-70]
cultura a que pertenecen los cráneos la función sanitaria,
rudimentaria, fuera ejercida por personas investidas de
funciones sacerdotales o taumatúrgicas, en cuyo caso las
trepanaciones quirúrgicas habrían sido ejecutadas por aplicación de. las .creencias de fe, imperantes. Pudiera ser motivo d e la trepanación, por ejemplo, la práctica de una
comunicación exógena por la que tuvieran salida los espixitus perniciosos o las causas desmcadenantes, según tales
creencias, de alucinaciones o sindromm de factura cerebral
o psíquica. Sería, pues, un complejo psico-creligioso-sanitari; el que habría' presidido Ia formación del estado d e
opinión hecesarío para la puesta en práctica de la operación, en la forma indicada más arriba,
En cuanto a una tercera hipótesis que ha encontrado
algún eco, y en la que nosotros no creernos, la de la trepanación exclusivamente terapéutica, su admisión supondría la existencia de individuos en aquena época dedicados
a la función-sanitaria primordialmente, con separación de
los motivos antes expuestos, lo que no es probable; aparte
de la imposibilidad d e tener formada entonces una concepción orientada en el sentido de realizar tal trepanación
con fines de descomprensión o de posible tratamiento de
alte~acionesmentales o cerebrales,
En el caso d e trepanaciones post mortem, también son
tres las hipótesis con las cuales tratam,os de explicar este
hecho.
La primera es la de que-se realizaba para la obtención
de amuletos, que podrían tener la doble finalidad de adquirir, quien los poseyera, determinadas virtudes o cualidades que tendría el in'dividuo muerto, la de preservar
al poseedor de determinados males. La segunda hipótesis
afirrn; que servía la trepanación para la obtención de objetos de adorno procedentes de cráneos hallados al azar
O provinentes de antiguos enemigos que habían sido vencidos; en este caso como trofeos de guerra. Y finalmente,
[page-n-71]
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P p a i q a a s!q@~ r ep m!aw'~rod
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ap~apbz!f ~ $ a x 1 ~ w y
la: m a p ~ u ~~p J S O % ! Aaf)@my!pap 81 aona 3b& 1119~$;a~d
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paetadmne o p 3
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8
4
[page-n-72]
mn ella, y por @uaspecto radio(6&0 par=$ debida a qna iqfracción a ponteriori que v i e
ne a raupiqe ,eg i i ~ u i o recto perfecto con otra similar,
,
s i biep #a hpqr pn~hura,de parecido origen.
Puede verse'ped.~tarnente configuraci6n de los senos
la
g~ guardq p~facipq
alguga
St
frontales, de los cuaies no es improbable que el izquierdo
(el más próximo a Ia trepanación) estuviere afecto de una
sinu$is, fa1 como lo muestra sil imagen en el roentganor ~ q a Y r t ? sinusitis pudo producir la totalidad de trans)
TlliQ~IIO!
por e1 individuo pq $1 caso de que 1;
trepanación practicada se hubiera sealigado con fines te-:: ,-, ;.
rapeutiqs.
. .
@WEC]
~.-&ámfiia XIIl, 1.)
?Fn la porción mda anterior del parietal izquierdo de
un cráneo que, por las características morfol0gicas, escapa
a ;las delimitaciones correspondientes a Ia raza humana,
presentando las variantes de csnforraación similares ;r las
de los antropoidqs, se observa a caballo sobre la sutura
fronto-parietal una infrawián infundibiiiforme que J;$
kmpletamente extracavitariq eq que la cortjcal aternq
parece reticuladg ,m qtja peril de j í ~ s.a s
. . radiales en que la
osificación se ha c~nseguidsap cosrqgacjbn cpqdensante,
Puede pensarse que en este caso hubo, antes del actq
de trepanación, Mentada pero no c~nsgguida,ut5 travma
de dppresión laminar y qicatriagcián 6s~~-tisular s a
por
gunda intención. En mte'caso
individuo sohreviyió.
E z ~ r radiológica.-(Láwina citada, 1.)
n ~
Si $e examina detenidamente y con auxilio de una lente
de mediano aumento un poco por debajo de Ia punta d i
la flecha en blanco puede verse en la imagen radiológica
del ~r6n.w una línea transversa que w proI
kdm, dakchp e i~auierdo,de ?a flecha, llegando en atrib~e
i&!idqs 3
en la sombra densa de la proyeccibn
vertical 4e ,las corticalea latetales del cráneo. Dicha Enea
ir-
'
.!
.Pi'P.'
1
;
..*
m
_-
-, -
[page-n-73]
emi un cilntheÉrt5. de &$metro de irnamn caraeterhaddi
par una se&@de Eh@a& ~ n e g w
p
rn5~pemtables a paso
l
de foe rayos ea dhpiestción radhl y qud~ienen eaincidir
a
como centra de un punta $bada & IB Jfhm menas densa
mits aala&da. Lag EInms daras rdalsat ddfmf%n unas
espae!os trisngufatm iso~cQlfcabs
d a o s al pago de
F~OII O ~ Q
C
~~)nsaueacia a;andwaciizn 6rea pastraude
mbticrm- E mpacio m& claro y alargado sikmdo m48 a la
P
;squierda de 1a Z Q ~ R
citada y que m el centro de fa
tr~snipclhpe~tudidtdéiea @ re
a tcase, psiblemmta ohdece
a dfsftilidad E a d ~ a r
wurdda mucho dmpuf%s de la muerte
..
da1 indí~iduáa,
r m m c.-IElíininz~ XIV, 1.)
Pressnts a t e cr$neb, e0 al j~arietalízqyierdo, en u*
zuak eita*radaa la mrtd de fa htancfer total qntero-po~terior del tiubsa y EF 25 mmi par fuertv de h sinmtisis parlb
twdetrtl s lima simígibf, ulln amplia dopresgdn alar@da da $&sete a atxh da, unp dafm~a~i~?es
aprmimrfag
cfe wbo cm. par cuala 68 amha, qg el centra $e Ia cual
ipqrtxe un qriF;no bqrabálic~ 18 Gp.
< . ,.
de
faygq Z X ) ~ dq
12
- T Z ~ ~ale, bqrdq sbncavay ; qug $!epkn @qdaa ~qbrae
Q
p
@ora
f - i o n i h basta 32 p p alrde*
I.
de @do au
ipa meras con instru9ffntq
I, de gran dureza p wperjcie eria manera de 1 i q o raspa.
d ipdivXdú~80b2p~r~i6.
'
i
b - '
i
8
k
*
2
,r:,
[page-n-74]
trario al de la flecha, en el centro del cual dificultosamente
r;e ve un espacio menor de forma circular colocado entre
Ix punta de la sesal en negro indicadora, y la dnostosís
vecina, Dicha zona circular central corresponde a fa sofución de continuidad lograda en la calota craneal mediante
la trepanación. El resto de la zona clara antes aludi
tiene la representación radiográfica que puede verse en
roentgenograma por la p6rdida de substancia,
te a expensas de Ia lámina externa del crgneo, producida por
18 manera de coneeguirsei la trepanacidn. En este caso,
como queda dicha anteriormenter en otro Iugar de es
trabajo, el modus opmalzdi de la trepanación consírjti6
el limado de la superficie convexa de crdneo con pi
o instrumentcl a la manera de raspa a lima. Las pequ
imágenes en bfanco, de forma y tamaño IenticuIar, corresponden a pCrdidas de substancia. de lámina interna, posteriores a1 ítbito.
CRAMEO
E.-(Lámina
XV, 1.)
Presenta a t e crdnóo una perforación en e1 parietal d e
recho exactamente en la mitad de su dimensión sagital,
situada a unos cinco cm. par arriba y por dentro de la sutura
del parietal con la porcicin escamusa del temporal. La perforación, lograda por movimientos circulares de un instrumento a la manera d e fresa, tiene su diámetro menor
a expensas de la 1t"iminainterna Q vítrea, de un centímetro,
y el mayor, -terno, a expensas de la cartical externa de
dos y medio centímetros de didmetro.
E1 bisel entre ambos es ' d e forma plano-convexa en
algunas posiciones, habiéndose formada como Igmina de
cicatrizacián una pseudo-cortical que cubre la esponjosa,
haciendo constar que en este caso el individuo, posiblemente de edad superior a los S5 años, sobrevivió a l g h
tiempo a la práctica de la trepanación quirúrgica,
l
[page-n-75]
Examara 7adiotdgico.-[Llmina citada, 2.)
La zona de ,paso libre de los rayos carrespondiente
1
a la trepanacitjn, queda en a t e caso colacada junto a la
zona negra de marrima denddad ósea determinada por
toda la porcibn externa crane-iina coiocada al hacer la radiografia verticalmente y por ende de conpl&a impermeidlbilidad radiológiiica. La cufocacián oblfcula del orificio
de trepanacíbn produce una imagen alargada, por no ser
~ r m a a la incidencia de los rayos m la tangente focol
placa. Este defwto áptico se acenttia por la prolongaci6n
de la imsgen nítida del orificio por delante can una fisura
(posiblemente ajena a la operacibn) y por detrás merced a
una p6rdida de substancia ósea de lámina interna. Por esta
misma causa aparecen pequeños espacios claros repartidas
en toda la aroyeoción.
Por ddante de la perforación pueden v a s e unas líneas
&ras que vienen a terminar en la cara externa, que corraponden a la pérdida de espesor de 1a cubierta craneana
determinada por 1s depresión originada por la presión
constante s&rs lámina interna de la arteria rneníngea media y eus confluentes.
CRAM~CI
D.-(Lámina
XVI. 1.)
Presenta
la porción m& antmSordel parietal izquierdo un orificio circular perfectamente redondeado, donde
merced al grosor de la arquitectura ósea aparecen dos di$metros diferentes, uno del rcircul~labrado a expensas de
la 16rnina externa, eI mayor de 20 mm. de diámetro, p ei
otro, menor, correa~pandiente a la lámina interna, de
ocho mm. de diámetro. Entre ambos la esponjosa aparece
excavada en un bisel óseo cóncavo logrado posiblemente
con el movimiento sobre su eje mayor de un instrumento
cortante de uno o dos filos.
La no iormacibn entre ambos círculos corticales de una
zona de conden~ación,a posteriori de la agresión instru-
[page-n-76]
mental, parqce indicar que en este caso la trepanación fué
realizada Dosi movtem o q u en caso de ser quirúrgica, el
~
a
individuo no aok~?vivi& la. tr,rsponación realizada.
Examen m d i ~ l d & ~ ~ . - f L i ~ i XVI, 2.)
na
A la dtirecha & ra flecha puede vase, netaments, un
capggio gi
blanco que corresponqt a1 orificio de la trepakáclóñ, c&locadoconlc6ntricarnente cU$ rel?ción a un apillo
c i r c ~ h- r
serni-denso d e imagen difumínada obtcnido merced a la menor permeabilidad de 10s rayos por la existen;fa de una banda' ósea de 1igeriiin)a esponjosa y lámina
y-intemai' solgmente, producida al obtener el qbjetivo de la
trepantción por la f ~ r m en qye
- a
cons~ppida,corpg
se"bescribe &n el oportuno lugar de este trabajo. La p s
quefia mancha blanca circular colocada al kdg de la iqa:
gen . uirúrgica y en el lado opuesto a la flechg, pe~teaece
6.'ii
r, una decorticación ajena a la oper;tcjóp y muy gostwjor
..-<.
a ella, posiblemente accident?~.
,.
Toda la imlagep radiolóq., d& da pqrc!Óq 6sw crrmica
.,
,
,
prendida ?.+ este roen)genograma questrq q a sintomatoen
l&ia dk mr&acci0;i an6iogi a la que preswtgp Iss h u e
sos examinados en la epoca actual en los casos de la afección conocida hoy con el nombre de ~Endermedadde Pae t ~ Es ~uriopadesiacir este hechp relaciqqdo cap un
.
%=.l..
tipo
di'iiasia Ósea cuya eti~logía)r patogoiiie aún h ~ y
n& es t i,e n conocida.
.
,.s.
L.
. a
?.e
.
7
#e
" $ 7
Dearpu& $91 esamen deteaido de las p i t ~ a sque acabamal-ps de reseñar cnrr SPS caracterjsti~as drsi trwaaacibn Y
t~xliendoein cuegta aua, mnqug. D C ~ ~ SI p~rcentajeabteO
n i d dq: crárteoo trepansidse, rmraseota la totalidad d~ t i l ~
~
haIlazgos en nvestra r e g i h , y par Ir! tanto ea la cas~istica de características regionales, ppdemos mtablwer Iaa
eiguiqitas lcs~cIusionssdg t ~ u r j l ~ n
:
t.: Que: la trgpaoac5Qg craneana m IW época compreo-
[page-n-77]
d1;da de2 EnwIftkcs; ini grkdpla del Bmncs, e-ra
ba~a*
~onoctda praetkda en B D M rtr6ai6z12.
s
~
12." Que ~ra* 1s cXmif&E-i da Bmea,
asso
aw&arn.oél, dr ~ p t l n a c l ~ n e v&a p $asg ma~iGm,en
ci
4%
4, B, G y $1 pe~meefi fipo de tw de t r ~ p a
al
quirbr2fica, y asa [el Xr) ~amfx-lltt~ d o g ~ &fi
d~
Lagar
h dm$Zjw~i6n,
$=que nog hclbmors par la hip6t&
(1-
waeernl
3," Que de
$O&
ie!ma c ~ E $ P ~ E c ~ % ~ c u a h ~
morrr$n~dcrs,
pe5E@a~:ewWQmmulifzo {& B, C y E) y ~610
B!
uno al kxa
f~rn~ning
s'fat.
4b Qtno de I ~ B t6eriicm m p t a i d a ~legrads p
dir
~
f~md6~
oimtriiilar a ia sedimda can frma, &e$ mfintrars par-.
ganeen a fa primgra (legrado a cepillado), Is A, B g E;
o
y ~QIF
&res. $o& el. C y ef 33, w la @aundaIperfraricl0n).
S?
@U%tm
\eái8aS d b lOS &W [A%, I3! JI E) 1s he*
pmelBn
enteamen& c~
da, rnleakai qaa en
una (eE Ef) frs opwsi6xl aparm mmü-ne tat'otatmenfe coarwida, o da tw m w aE;Ello,qulf? m &X tiiemp~whreV&
!Q
par el InÉkividuo hubo una arzprirgcidn ornat4mica! $e:
mlttaf6n de Irr ~aluei6nda rontinuidad emana,
6," Ea watra ES- &-Ej lar ~3neo(A, C, D; y E) 3 1 *epanaci6n a ~ = = @rmlizada an la parte izquiierda d r fa eag
jota crmwsi Y rdfo una IC] en @f. fado h m h ~ Este hecho
.
padrfa qlt(~at"ñe la ekmfl~~~Btf58BUS 10s O&WB~OT&~J:
par
de
taiagan dttagh*di~tras, sin fines ~ p d d m e n t eterapéutleas IwaIlaadas por m ~rraumantmiar E y IZ)y entoaA
ea, ,erJ tenena utllirtado la fuere* por elml.cín, del tracto
iaqutada, en aras de una mayor eamodidad manual al
e m p l w In mana derahs en íiii maneja del instrumento
y la i11;quimdaen hnci6n auxillw, con el iadivldus, trepad
nado raloeadcb en d-rtibsiaa supino y eon la cabeza p nuca
apoyada@ un a p y o gdtrm, de rwlínaeicin,
en
7," Cuatro de las crdnmo ttep*lnndoo [loa A, C, D
[page-n-78]
E) tienen las cara@pht$om antropológicas anehmenta
definidas correspafidkmtes a la mara humana en la actualidad ; m;isatras: qab &lo ano (el B) las preenta con notable similitud a %S antropideaa, des&aci@dala robustea, da
las dep$esionei+ de las dose o~oipitalm de la8 crestas, de
ly
la mkma irwib, Lhihes de iLtrwci6n' los múscul~sda
de
la nuca.
, 81 :En.!ta&s los casos iiqmtidoa a nuestra considera.
cián (40s ex3neos trepanadw bailados en la r*wi.Éjn valenciana) el ariticia, ca~seguids
para Ia suludón de eaniinuidad, ;de ~ ~ u n k a c i bendocraneana, tienen, salvo uno
,n
(el B) &as dimensiones circulara aprodrnadas y garecidas da -*o$ 20 cm, de diheha coma promedio, dimeea i 6 ~ debfa a r la usual en a t a clase de inttrrvencibneg
que
para Ira kpwa prehL=+tórica
que no$ ocupa,
9." En ninguno de tala crheos d d S. 1. P. hemclg
encontrado la Ilahstda. trwanaclan sinripital,
y
,
[page-n-79]
LA ERETA DEL PEDREGAL
(Navarrés)
Es ésta una de las m& interesantes estaciones que desde
hace tiempo tiene en excavación el S. 1 P., pues, aparte
.
su fecundidad arqueológica, se trata del primer despoblado palafitico empezado a explorar en España. La importancia de esta excavación obliga a darla a conocer cuando
aún está lejano el término de los trabajos.
Allá por 1934 y con motivo de una visita de JosC Chocomeli a sus fincas de Navarrés, se enteró de que en cierto
punto da la partida de @LaMarjalxi eran frecuentes los haIlazgas arqueológicos; y poco después su espíritu de
prospector entusiasta le había hecho reconocer el lugar,
p, comprabado U dicho, solicitar para el S. 1. P. e1
o
permigo de excavación. Ello obtenido, le encargamos
primero de practicar unas catas y poco después, en 1942,
de efectuar, ,ayudado par E. Pla y eI capataz Espi, una
excavación orientadora que sirviera de preparación para
posteriores trahajos, que s s han venido llevando a cabo
luego, en cinco campañas sucesivas realizadas bajo la dirección de la del Servicio, ayudada, respectivamente, por
.
los señores J. Alcácer, E. Plá y F. Jordá.
La labor hasta ahora efectuada dista aún de rebasar
. la mitad del área del campo de la ocEreta~,propiamente
dicho, único en que' nos es dable excavar; y se tendrá
.&&@a la pesadez del trabajo si decimos que se criba la
de
,@.f.alldad de la tierra>~em~vida, la labor sólo puede
que
[page-n-80]
arse en determinado período del verano y que el
del antiguo lago impide, generalmente, el cribada de las estratos inferiores, dificultad que oe
acrecienta en Ios periodos inmediatos a los riegos de las
huertas colindantes, tan necesarios en verano.
Tocante a los reeuItados de, estas investigacianes, aparte
de algunas notas insertadas en 6 diario ~ L a e
1
Provincias~,
se han dado a luz en el tomo 11 de aArchivo de P r e h i ~
toría hvantínaz, das trabajos que 2 ellas aluden; uno da
1. Chocanali, en d que se reeogen datos de las primeras
catas efectuadas y algo mas, y bibliografía relativa a este
tipo de estaciones; y otro, nuestro, sobre ídolos oculados
valemianas, donde para fijar el ambiente tuqueoldgfco de
las dos hasta entonces hallados en la rEretala, hicimcis lig~rm
alusien a la excavacidn y a los rhateriala (1); y siendo
ella insuficiente para dar idea de la importancia de esta@
investigaciones y n a debimda ailenciarld a la espera de1
aiin lejano tkrmino de los trabajbs, nias v e m s en el caso
d e hacer aquí detallada referencia a las exeavacionea, a la
estratifrcaciíiin, materiales y masas canclusiones a que &S
posible llegar eri fa actualidad, sikmpre con el carácter da
provisionales qile impohe d hecho dé que se haya explorado apenas la mitad del área de 12 &Creta%;
cuando par8
resalver muchos grobIemis hos prwi'saría excavar, además
de la totalidad del campo así llarhado; buena parta de las
hirertas colindantes.
LA' EBTACION
En eI kxtremo F. di1 t b f ~ i n 6 ?'kvarff~s, caSi en su
de
límite con el d e Ifdlrraite, al que debit5 pektkfikcer aat&
de la vigate legislacióni sobre t6rmlnos itlunicipfilss, e i s (1) J6Sé ohob&~: & pr$mem, &g~ob&6h
palafítia en EI,p*fias eh
@e Pwh. h..
uiuano de1 S. !X. F, XZ, ID&; @s
.
@.
n i i 9 y d& k%mihp-L Wester Tg o:, s~dcilos
ocuiwim VWG%
mm, eñ iaém, p6&. m a u7 y ~r&
v.
[page-n-81]
:?
:id%%
te amplia depresión del terreno, resto del lecho de uri
lago, cuya antigua extensión Pts difícii de @preciarhay que
el cultivo ha ido reduciéndola a medida que se iban detivando los manantialel: que la alimentaban. E n la actualidad el vaso apreciable de la laguna vendrá a tener eobre
1.250 metros de largo por 700 de an'cho, espacio que segiafg
aún eimbal&índose fiaca algulios años en los invierno$ lluviosos, hasta que recientemente quedó, can las nuevas
conducciones, casi totalmente desecado, aunque en el sübsuelo, entre la capa de turba, discurre aún el agua, E n la
figura B de la lamina XV11 puede verse parte del iondd
lacustre hoy destinado a pastorecs.
Muy cerca de lo que eh los últimos ti&mpos se tenia
por borde N. de la laguna y separado de él por amplia
desaguador que siryilj para el saneamiento dei forido d e
aquélla, existe un pequeño altozano de sobre dos hanegadas (16 áreas, 62 centiáreas) de extensión, que robrepssa
aiín algo lo que fué nivel de las aguas, debiendo haber sida
mayor su elev~ci6ny ia ,extensidti real del Rabitdt, a jtligar
por la manifiesta dispersión de los restos arqueológicos producida en gran parte áI rebajar, para transformar en huertas, algo del rerreno que constituyerá él altozanillo. En
la figura A de la meneioriada lámina, puede versé a la
izquierda del demguador citado y de l& nueva acequia, el
pequeño aludido campo ligeramente elevada sobre las
huertas que lo circundan, denominado ~ E r e t ade1 Pedregals. Como por el ~P®al» se conoce otro altozano
situado al SO. fuera de la laguna, igñotámos si la « E r & t a ~
tomó de él el nombre, o si se lo dió la gran cantidad d e
medianas piedras que la coronaban no hace aún muchos
aiios, o si desde a0ti:guo lo tomó aquella tona del p!drizal de que pasamoe a - hablar.
k l r e a l i d r k in 1942 una amplict zabjá. ezpl-drn~~da
en
el extrema E. de fa iEiieta~,e w r t 6 a POCA firofundidadi
una Boha pedregosa de bordgs iiirripie~isos 30bm siete mey
[page-n-82]
tros d e ancho, que parecía orientada aproximadamente
d e E . a O. Los propietarios de las huertas colindantes nos
manifestaron que esa faja de piedras s d í a hallarse, también a poca profundidad, en sitias determinados d e sus fincas lindantes con la eEreta»; y fijados los puntos de asomo,
resultó que algo coma la faja pedregosa que atravesaba el
campo e a l n r a d o por su zona N., señalábase también al S.
del mismo y en algunos puntos de las hoy huertas colindantes por el E. y O., l o que había sido ya observado y
desmontado al allanar el terreno para formarlas; habiéndose comprobado, por lo excavado, que no se trata de un
amplio pedregal, sino de una faja cuyas particularidades
conocemos incompletamente, pero que es manifiesto rodeaba la zona del despoblado, sin que podaran6 decir en
qué forma, aunque provisional e hipotéticame..-c le demos
la circular punteada con que aparece en el croquis. N o
creemos que ello significara el límite del poblado propiamente dicho, pues nos parece demasiada su área de 4.800
metros cuadrados que aproximadamente delimita. Más semeja que pudo servir ,para defenderle d e las molestias del
pequeño oleaje o detener los movimientos del fango y
tierras que las corrientes ocasionaran en épocas' d e temporales, aunque parezca contradecirlo el que fuese tangente
por uno d e los lados a las ruinas en excavación. E n el croy
quis que de la « E r e t a ~ colindancias insertamos en la figura l.", queda fijada la situación del pedrizal, su forma y
dirección supuestas, con indicación de los puntos donde
su existencia fué comprobada
LA EXCAVACION
Tras los antes aludidos trabajos preliminares, comenzamos los d e excavación abriendo amplias zanjas paralelas e inmediatas a los bordes E., S. y mitad O . del perfil del campo; y a ,partir de la última, iniciamos otra
modesta que se dobló como en rizo ha,cia el centro
[page-n-83]
[page-n-84]
[page-n-85]
w
m
o por un margan moderna, formado seguramente por
iodraa obtenidas datl p r o g i ~campo, para defenderle de
las avenidas del desaguadwr ; y asi queda inexcavada Ia zana
dicha, atenikndonos al informe d e que toda la parta N.
ara de fsrrnací6a ,rejativamente reciente. Y deepuris de
trazadas las zanjas E, y S. se ha ido acavandm, hasta la
capa ,inmediata n la turba, a sear kasta dos metros ag
ximadam~nteda prdundidad, toda eI espacio aornpr.
dido a @iI gngulo SE, entre aquellas zanjas principalw,
,La mavaci&a, apenas pueda dane por comenzada, pues
del campo de fa acrEretaa que time m6s de mil quinientos ,.
metros suádradas, se han eilrplorado hasta el estrato ,inme- diata a la turba algo mmos de dios metrm; y de1 fa&
turboso apenas 13 metros cuadrados; y fi6ngase presaate
que: el estrato se extiende, muy probablemente, a las fincas
-eolindant.es; y digamos dei una vez que nada definitivo por
drá decirse mientras nu se excave y se deje al dacubi,erto
.-1 corta que aparece en a ángufru inferior derecha de la
1
figura A, lhmina XXV : 1." Capa revuelta dp: tierra s i c
sácea propia de tabwes agrímlas superficiales, que suele
medir 4ll cm@.da ancha. 11." .Otra blancuzx1a, apelmazada
que constituye como un conglamerado, cuyo ancho y
.dureza no suelen ser uniformes, pero que tiene un espBsor
medio semqjante al m'tierlor; alcan~anda,en sama, estas
d o s capas sobre 80 cts, 111," Sigue .otra & de,unm 35
~csntímetros,ea que la tierra tiende paogxes2vamente a $os-ciirecerrse, basta un total nivel ,de 115 cts, IV?, V.a.y WL.*
A lo largo de estas zanaE mntiniia m& marcadamente &
.oscu~ecirniaitodel estrato a m ~ d í d aaue se ahonda, basta
'164s áOi,ck. que aj?roxirnadítmente tiene de espesar ; ,y pbncs.
de,cat;udirs~et en -%res capas suowixas de ZD ets,, cmslas 4I "
fi
m
l
1
' A
.IG Y
n
i
1.
1
[page-n-86]
82
la tierra; notándose que en la primera de ellas (la IV.")
alteran la uniformidad algunas fajas de tierra más clara1' y el fondo total a que se llega es de 175 cts. VII."
Tras lo que ante'cede
sigue un último estrato de barro turboso de sobre otros 20 cts., y que alcanza, por tanto, la
profundidad de sobre 195 cts. VIII." Y en el fondo, aparece el estratode turba, con grosor de unos 50 cts.; y al'canza vn total fondo medio de 245 cts. El gradual oscurecimiento del suelo,a partir de la zona III.", hace pensar que
hasta ella, como máximo, debieron llegar en algún tiempo
las aguasturbosasdel fondo, Los sondeosprofundos hechos
para comprobaciónen algunospuntos de la <
(s.
y IV del croquis) confirmaron cuanto antecede; y el realizado al Sur de la Marjal (s. II) dió : tierra parda oscura
(45 cts.), tierra negra turbosa (55 cts.) y tierra arcillosa(30
centímetros).
El área excavadano ha sido de fecundidad uniforme,
repitiéndose la observaciónde que llega al máximo en el
ángulo de la zona SE. Cuando en 1944se terminó la zanja
de Levante, iniciada años antesde N. a S., fué ya percep*
tible que la fecundidadaumentabaa medida que se avanzaba en tal dirección. Y al trazar la zanja S. partiendo del
final de Ia anterior, se observó un mayor empobrecimiento
del estrato a medida que se aleiaba hacla Poniente; pobreza que se ratifrcó al abrir luego Ia zanja O. y se comprobó más al trazar otra pequeña orientada al centro del
por la parte
carnpo. Los trabajos poeteriores ensanche,
de
interior de toda la zanja S., confrrmaron tal conclusión;
y otro tanto ha sucedidoal excavarel estrato alto quedado
en el SE. entre las dos zanjasdichas. Así parece comprobarse que la mayor fecundidad del yacimiento está en
el SE. del campo, y hace sospecharsi por debajo de la
senda y regaderadel límite, continúa la zona fecunda extendiéndosea parte de la huerta de los Rey Pérez, como
parecededucirsede los hallazgossuperficiales ella realien
[page-n-87]
zados, como tambi-isa da la cata que practicara ChocomeiIi,
cabiendo que ello proceda de otros r-tos de habitaciones
&tintas; y alga parecido, aunque no tan acusadamente,
gzudieri~a!
suceder en el colindante caimpo, de E13seo Rígfa.
Una mirada qI croquis citado ayudará a percatarse mejor
de cuanto queda expuesto.
Puede afirmarse que en IU
acavads no wareci6 r a t o
alguno de postes o pilotm, tan prupios del cI4sie;ico basamento, de ladi construccioaeis palaff'iicas; pues no podemos
tener por tales los rmtos carbonizad- que Chocomeli
hatlasá en Isi cata pr6xima al pozo de emplazamiento de.
una noria, procedentm de un rolli~o su montaje; ni las
de
probÉem&ticosretos de madera que a nosodoa nos pareció
ver en un sondeo y luego no tuvieron confirmación ; ni pueden feinerse en considera&-ic.inunas fragmentos de lignito,
que racuwda pino, halados en las capas profundas.. Como
tampoco* en todo eI terrerta desmantado; se han viato
sejialeg %e cabdas ni siquiera de; hogares, salva ratos de
b m o cocho a quemado con improntas de cañas o ramaje,
prckeedmtm de: techos o paredm, pum aigunas pequeñas manchas de lcenlzas apreciadas son vagas y casi
impesceptlblets hasta no poder tenerlas por ratos de hateresante sentar que en ninguna de 13s
zonas encavadai ba podido apreciarse (salvo una hacha de
cobre clavzda por eií filo) que el materia1 descubierks
i6n normal y corriente, sino como
revuelto. Tampoco se han hallado piedras que permitieran
intmcional, salvo unas cuantas losas
ente, en al&a tiempo, coma formanontradas a unos 130 cts. de profundidad em , .. - *
a zanja S., sobra la capa qae precedía a 2 & .
; y otro grupo de piedras medianas dispuestas
horizontalmente en forma parecida, halladas a
ejante, algo al N. de aquellas. Si se ena algunas piedras de mediano tamaño, estan en
,
[page-n-88]
Procedemos a re~&íar2ii@qr
m detxubierto en la c
~
Fuera del 8h1po de la
te, en
la capa tevuelta por el c
~
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[page-n-89]
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ran 40 mdtjmletr~~, mearudas krninl"llte%s
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síhgadrsrr, que anaque faltaa de a@jema para ds"iUoa de
@$eId;tl SI mnm, a08 d3srf.~~m
ho.iaa de punrilitors o ea~Pr7llss.
Y apark arrf~ac~
@mas, X&ela%%cabl~ r r ~ ~ t a s
da
de
cobre, ~ t 3 a
flrm $\%ruja par ej m$@ t w 10 p u r n ~ n m
rata
y a s
id@mbrs e r n ~ l ~esmr ijrr mayar ~;sarte,
m
pniet~aIm@n'te
de
n-ih eaadrnitda en una mitad y $mufa e;a d reata (vbanse dm;laas m l l4mtna m B , A): sioads frecusnte que
a
rpaFmcazl dobtadm. C
& tadm m dteran qri k gwifnms
atpa f4@m**),
carne, va dicha, pues r610 trm ae halloran
e ~ & e 40 y 5 cenrtfmetras de proifuadi.d;ad,
fsr
0
&Igu~%
veea 85: eacontrar~aratos d@IaminDlao irrfarmes, m como gmcfia de cobre .filifsrme p fragmente que
par=@ i f ~ 1
borde de un hacha.
E de haces constar que par baja del nivel die'Loo no se
s
~sneuea:af.o
~Tng°ilrraretoto de metd.
[page-n-90]
gular) en las que se aprovecharon largas esquirlas, alguna
vez d e la misma caña de hueso, conservando la apófisis.
Varios ejemplares llevan cercana a la punta una serie de
incisione'p&ablat+, y en bastantes casos conservan restos
d e i n t m w pulido. Los del primer tipo abundan en los
e ~ t r ~ t o s . p . r ~ f u ny o s
d escasean en los altos, a tal punto, que
de los 1W ejemplares encontrados, 13 se dieron a menos
de un metro d e profundidad, y los restantes 97 en el fondo
de la e&avación, que apenas si alcanzaba a un metro más.
E i t r e otros restos óseos de menos importancia (como
parte de huesos aprovechados para mangos, algunos con
taladro para su fijación, costilla recortada y otros con
haellas de uso) hemos da citar dos ejemplares, preparados mediante aguzamiento por un extremo y conservand o el otro con el orificio de la articulación para empuñadura, pudiendo ser aprovechados a modo d e puñales, que
debieron emplearse desde épocas remotas, pues ya en upar'palió» hallóse otro ejemplar semejante. Otro robusto hueso
largo, achaflanado y alisado desde la articulación hasta el
extremo opuesto que se agudiza, nos parece también puñal; viéndose, además, algunos ejemplares de punzones
menos largos que pudieron tener el mismo destino.
También abundan las espátulas de asta de ciervo o de
hueso, principalmente de aquéllo; siendo difícil precisar
el número por hallarse muy fragmentadas. Son generalmente de buen tamaño, alcanzando la que más 28 cts. de
largo por sólo dos de ancho, más o menos toscas, pero en
general fuertes, como destinadas a un trabajo rudo; suelen tener un extremo redondeado y algo en bisel, y corrientemente se encuentran 'rotas y alguna vez desgastadas,
Aparecen en todos los estratos, sin haber podido apreciarse predominio en las diversas capas (lámina XX, A).
El más importante descubrimiento en hueso ha sido el
de los ídolos oculados, dos de los cuales dimos a conocer,
entre otros, en el antecitado trabajo inserto en aArchi-
...
-.
-
[page-n-91]
87
vo II>, que nos exime de describirlos extensamente
de
nuevo,. ,IJno, el de rica labor esculpida en relieve, cuyo
fondo recuerda otras labores del SE. va sobre media caña
longitudinal de un gran candil de ciervo, en el que se apre,cian restos de pulido; fué descubiertoen 1944a unos 90
centímetros de profundidad en la capa inmediata a la de
la tierra apelmazada (lám. XXI, A); y el otro, en hueso
largo de extremidadde oveja o cabra,de labor más sencilla
e
incisa que le relaciona con piezas semejantes
I.a Pastora>y de Almizaraque, encontróseen 1945a sobre
135 cts., en la capa ya húmeda y negrvzcaturbosa, que
estuvo inmersa en el agua, lo que le dió al hueso el bello
tono castaño,propio de los co.n restos de pulido (lámina
dicha, B). Luego se han descubiertootros dos ídolos incompletcs,que son como las mitadesinferioresde los de
tipo pintado de
despoblado(lám. citada, C y D). Estas piezasson, como .se
ve, de excepcionalinterés.
Como acabamos insinuar, los objetos de asta enconde
trados desde la primera capa para abajo, suelen presentar
un colo.rnegruzco,
avinagrado,y los óseosun tono castaño
rnuy bello, especialmente bruñidos, y, en general, más
los
oscuroscuanto más hondos se ,encuentran, decir, cuanto
es
más tiempo estuvieron en el agua; siendo de difícil explicación, como no obeclezcana remociones del suelo,
que alguna vez eparzZCaflfragmentos de restos así en
el estrato superior. Ver algunos ejemplares en la lámina XX, A.
También debemos mencionar Lrn tosco ejemplar de
arpón en asta de ciervo, roto por el orificio de suspensión
'' por el arranque de la aleta. No tiene relación de semejanza con los tipos paleolíticos y fué descubiertoa unos
90 centímetros.Véase la misma lámina, B.
[page-n-92]
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parecían relalacisnadas, se di6; obo: lote, em
qut .e& apreciaron formas de euemos; cexa: d@ dsnda
manaiEó l 1 segwnds Ebdla ocubdo, a praiundidad de'i~lms*
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140 cte., o t ~ o
grupo en el que ~ u ferae el g~rfif cazme~ o
de
la; y ya en capas más altas, a sobite SOlcts. de' fsmdm;,hzrlt6se otra buena porción de cascos, algunos con rnamelones:
cerca de los bardes. Este &atedad-ceráhico es da muy 8 f í cil .reconstru~ci.ón,no ya par la &fioiwtiw ~ c h t ~cine~
% , por
el p&ima wtado. de ctsnscsrvdih~~ P &mh&m,pmder
~
Q
la6 sweiuneg a unir, y 9 m b en 1- wtiata'63i pr~fd&d"os
S*
han: transfwmtdo lm tiestos en,,Hmroi
Casi todog.' las nBieato8 de la! aE~elm*2> hasta.hy- bassb.ntos, a mano, h i ~ ~ : ~ m a l
cocaas; .Is masa con puntas "b4anm alguna. vez 'bridchanko y supm&&e, gensralmsn& gris,
o a&arilhmbah y t4$ow pr*
u
- vw'es, m w a y &s&s
dominantes de cuenco, más o menos exvasados, b caia@ete% semk&$ricor .qne llegan dgnna v m k t 9 t m / m a f t o ~
ibe mfm.: y *otra& ~l~vmlutZ~eiE~ciErkam~nit~~s~~
$a
lm r t
i a m
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2:.rwairmae: h m - e & nIaac ti'iestbs a0fi.m k h a e s ;
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Lsa$s, menmic '-&es,
o
aIgu~l:w i d m x P a h a r i b a m
.S&,
forma de cuerndhillw;~-~~a-n~h~ndose'~ot~n~
mms6y Hevando taladro de arriba abajo; y en alguna ocasión es m&
grueso el aparente mamdón y está taladrado de dentro.
m
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,
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[page-n-93]
pueda calificarse de .almes;ieme,
,
,
Pera corl,.elfahas surgida ugam poeoec, ~ s q u e Z o s ~ . p ~ r o
eñce:pcianaf ee fragmatas : uno naruzco Uewa . earca del
borde trazm incim en
zag; otro, apreciables hmU-;is
de series d~ taaos como 'jigeros y estrechos acanalados P ~ Z
rtllelas qEie recuerdan e rayado de cardinm; otra, tmpre-.
l
sima de raícets o brotes; un cuarto toda la superficie rayada evmo ea seria; y el filt$mo, un fuerte bor46n gara-.
re10 aI prtizirna boirdm: mi&t%ndak d a s , de habarm cubierto algnna vez In 3sup~i;fidew g , gmr decieJq~,~
n
.&~qrtl,
con un mgobe, w ,,Eigers9 ~ 1 a ba%r~:.mvg: ,g .~?qro,
de
fipa
Y es da natw queaidss@kz.Ekobe ate, biecJ$g~ieG6+:
-ia,ke
100 rts, de profundidqd > .el tercero, 8 12Q;, eL,~ua@o, .255,
.a
y el filtima, a 175 ctg. ; r?s decir, en la&capas ideaare+ de
la astradhficaccion; l gtm va bien c m esta claae! de tipos
o
c~r4micos.
Se han vieto a wtas irserdmieas dcss muestras de asar,
lar y otra redwda y bien desEntre los restos ds abjetos de cerámica merecen,citaeee
una c a s c h e da rabo corta y bord~s
deae,port.iUados, y adem&s un mango mcbo y ~ u m a d o
que m c de etco Ytif
ee
semejante; t a ~ piezas a sabe 90 ctg. de' profundidad.,
dos
De $ ~ s m telar se hari daubiefto trm, tadm en, la
de
primera nirt~ddel estrato. Son priemdticao agthmdas, cwn
1i-gw-a tendencja 1 tmslcoebnicas, y llevan dm k&$~@Si en
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e bcirtde mpeniar 12gaammte conveKo.
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C$T
[page-n-94]
tales como discos, raspadores, raederas, perforadores y
otros menos determinables. Los mismos tipos, con excepción de los pequeños diacos, se repiten en ejemplaresL
más acabadds y perfeckos, especialmente en raspadores en
extremo de hoja, destacándose entre ellos el excepcional,
por lo perfecto, de la lámina XXII, figura A, en hoja
-. rectangular, de tres chaflanes cuadrilongos simétricos que
en un extremo lleva los retoques y en e1 otro manifiestas
huellas del rayado necesario para fijar la enmangadura.
Fragmentos de láminas de cuchillos y alguno completo,
tres planos y sílex corriente (lámina y figura dichas).
Los silex geométricos, de buen tamaño generalmente,
trapezoidales y semilunares, soliendo abundar los del
último tipo en la mitad inferior del estrato. Véanse en la
figura 2." con sus niveles.
H,emos de hacer referencia a unas piezas, rectas, robustas, apuntadas por un extremo, que en el lado opuesto al
plano de desgaje del nódulo muestran un lomo retocado
en toda su extensión; útil no apto para cortar, pero muy
eficaz para herir de punta, tipo qu'e ya vimos en ((Carní
Real» (Albaida), donde lo calificamos de puñal de tipo
bien distinto al de ancha hoja ya conocido en el SE., aunque también pudieron ser hojas de lanza. Se han encontrado entre completas y fragmentadas unas 43 piezas de esta
clase; midiendo una de ellas 167 mm. de largo por 20 de
ancho. Véanse dos ejem,plares en la fig. B, lámina citada.
Las puntas de flecha son tan abundantes, que alcanzaran, entre rotas y completas, a unas 1.400 las halladas en
estas excavaciones. Salvo algunos ejemplares, suelen ser
d e labor poco cuidada y de sílex corriente, si se exceptúan
unas pocas de piedra blanca, melada y negra. Son tan varios los tipos que su detallada descripción sería sobradamente prolija. Extractando, diremos que escasean bastante
' las de perfil foliáceo y predominan las romboidales y las derivaciones corrientes d e ambos tipos. Así, del modelo rom-
[page-n-95]
Capa ls
.
Capa 8.5
Capa 5.8
[page-n-96]
boidal, además d
más o &nos el 1á
pori el aditam
muñonqs, 4ue se a i
ta j u s t i w la
punto les dimog
Real» y .Que luego e s ha aplicado drngra~iamaik:>a
todas
lag con k c 0 ;y otra serie se inicia
e6 m
&agtdo infeñ-i,~~d
d
has de cuerpo en
. %in gae aquí se l l ~ u e loa de
a
aleta5 muy ~ ~ m d m giezias con o sin pdúnculo, tipo
g ~ ,
ejemplar &.'depPdír.neuIa
r de la rotu?ai, nosl haya
son de bardes denina XXIII, A, no fue
de las ca6as hechas
ina didha, Jf en la
emplares, con .indicaon. I n t e r e p d o d&ás perfecto y acaba,do en las c a p a más alta.
También figuran u;
piezas de forma l a n c e h d n p p
dominantemente u
más grandes que Ira
flechas y d e trabajo im$s
o, de 2ql forma, que 4an la
impresión d~ puntas de, jdbgtna O 48 Panza inacaba e., a
trabajadas sólo en lo'predsoi para sin eficacia. En. Ipi dtimos lugares de la láminp dicha, A j B, bueden v&& B&.I~
nos ejemplares.
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[page-n-97]
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[page-n-98]
Piedra
Hachas de piedra pulimentada, enteras o rotas, han
salido hasta ahora 82, prescindiendo de las encontradas
antes d e nuestras excavacionks; no haciéndose aquí distinción 'entre las hachas propiamente dichas y las denominadas azuelas, escoplos, etc., pues nos lo impide frecuentemente su estado. Predominan las de perfil trapezoidal o
rectangular y escasean las del tendente a triangular. Son
abundantes las d e roca gris que semeja diorita floja, d e
una cantera inmediata a Navarrés; encontrándolas con
frecuencia descompuestas .o descomponiéndose, posiblemente por el constante efecto de la humdad. Las restantes,
en rocas no cla&ficadas, parecen de diorita, fibrolita, pórfido, algunas de una roca negra no estudiada, y más excepcionalmente en piedras amarillenta, verdosa, jaspeada
y blanca con vetas amarillas o negras. Se ven pocas de
tamaño grande, que suden ser de la cantera local (algunas
alcanzan 17 cts.), y suelen hallarse en capas profundas; así
- como las medianas abundan en los 40 primeros centímetros
del estrato, donde se han encontrado 30, o sea más del
tercio de la totalidad. Algunas pudietan estimarse azuelas
y muy pocas escoplos, etc. Una de las hachas lleva en una
d e las caras una fuerte muesca lateral ya vista en piezas
del SE. CcLa Gerundia~y «Tres Cabezas))). E n la lámina XXIV reproducimos algunas de las piezas de referencia menos vulgares.
Son de especies ~arias'los pmcutores o trituradores d e
la aEretañ. Algunos pulimentados deben proceder de hachas frustradas o d'esgastadas, pues suelen tener su misma
apariencia, salvo el filo que es sustituído por un grueso
reborde achaflanado que deja en el centro un resalte casi
elipsoidal. Algún otro ejemplar, bien pulido, B prismático
aplanado y asimétrico; y otro parecido, alargado y ensam
ichado por un extremo, pudo servir de martillo. Aparte,
[page-n-99]
entre 10s no pulimentados, pueden citarse, udo de tamaño
y forma de naranja aplanada (55 por 75 mm.) con un taladro comenzado en el sentido de1 eje, que aparecí0 a unos
S cts. de profundidad; y no hablamos de otras píedras
O
que se prestaban a percutir o triturar.
De ajilodwes no podemos citar mas que algunas piedras, asperones de grano más o menos fino, que debían ser
aprovechadas .como tales. Y a profundidad da unos 150
centímetros se dieron dos tabletas da pizarra luna incompleta) de perfil aproximadamente oval y con taladro a un
extremo, qua pudieron ser tambien afiIadores o 'alisadores.
De ~ie26t3de molino a mano, barquiformes en general,
tan frecuentes en estaciones de esta cultura, apenas si se
han dado tres elementos activas: dos a sobre 50 e&. de
profundidad, tienen 18 y 13 cta. de largo; y a 140 y 150
centimetros otras de tamaño parecido; y ninguno de los
ue pudieran sm elementos fijos.
Dos p~siEY%e~
~si~ro2as piedra, una trancocónica y
de
otra eferoidal con perforacián mediante conos opuestos
no derl todo coincidentes, obtenida aqu&Uaa 40 cts. y hta
a 120 aproximadamente, son las únicas aparecidas,
Una pieza discoidal de sobre cinco cms, de diámetro taladrada en el centro (lámina XXI'I, G), es Gtii de finalidad
desconacida.
Objetos de adorno
Debemas citar, en primer t&rmino, un bello batrit: de
piedra clara, troncopiramidal, cuadrado y aplanado, con
una primera perforacicin en V, que, inutilizada por el uso,
fué sustituida Qor dos taladras abiertos en el cgntro de los
bordes opuestos de la base. Se hall6 a sobre 40 cts. de
profundidad. Entre los botones con perforacibn en V, que
alcanzan hasta el Argar, no abundan los de piedra, siendo
extraordinaria una pieza como 6sta iIámina XX, C).
;,
9
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4.
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[page-n-100]
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~ t S ;W&d& dlas &w&ad&& hk@@W ef&.f%@
4
#feiu&dicEad; y a s o b r ~ ~ B Jtanai diminuta !bm%u+ela,
ots!
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y que, como dt3&e:; es ttipb~tan i s ~ m
d
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ancés, España p #if&%~ lihaha~d~Eg*
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1,
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@! Las capae mádim d h o n i3n i c r l l $ & & ~ ~ r h $ & f & ~ h & r +
&niosa, otra cuenta d en roca d m k d&J'u@bddpid
z$rra triangular alargada, tabas con tz1adka;jy ~~trdbi44bd~3~
& 6 humo; Y en las más profundas$@i&d. cl-t~f&@&e"llt@
de
@t%$!#iIlo ja&ali, c t d e roca, reirtd8t@%lZar3 aíargida esa
de
sm
@&,'
$o
?r
s
y dos diw&k&lbk(de caliza, a*f~'drwer. 1 0 dparE1
uran adguaas looachas de peq;u&~lk~racwies
der$&ua
nagujebrezdas. Causla extrañeda it&;no. ispa~ic?n'i
'dqui
ariadas y a;buBWa&et+ ~iiknkagv.i%tksI%~:cst&~d
cas valenciaias (olk%m y bafirilates"&&tw y
i
materias dktintos, denta~liums,etc.) y, ea $#g-J:ial, Iás dis-
rli
;.
:x
!.flirn%f) 1
:
>l!;
[page-n-101]
E n Iae excava~ianes
preparatorias de 1942, y en la zanja
inicial abierta en d lado Levante, se halló en su promedio
y a profundidad de unas 97 ems, un ~ r á n e o
humane caído
izquierdo, que p a r d a defendido por wq
sobre el l a d ~ s
grupo de p~i&ss, y al que no aesrnpañaban mis restos
que dos vértebras desarticuladas. No tiene explicación fácii
ei hallaagiga de este sráneo, que parecía puesto fn situ
intenciohalmsnk y @o haber estado nunca inmerso o afectado por las agua8 de la laguna. Véase una foto de tal
h a l l a ~ g oen la lámina,XXV, B.
,!,
,
COBCI[IUJlOMES
,
Queda ext>u&tu, con extensión bastañte para f o r m
com@to de este sinwlar desprablado, aluantm @errefiege e
su e x c ~ v ~ cyi ó ~matetial hasta hay, dmeubierto~Como $6
al ~
ha viktoj la exploraai&i a p e n a si mtá rnwdiada; p~tiesno
se ha llegado aÉtn ni a la mitad del &@@a ~ B m p s la
del
de
aEreta» que, tamo se ha r ~ b e t i d o ~
mide-l.6W metros cuadrados, can un e ~ t r a t ohasta la turba de r h de metro y
n
95 cts. de profutididad; y de la colpa turbosa casi ni se
puede dar la eacavat?ión por iniciada en wntb sondeos realizados d e '13 metras cuadrddos en surtia; p. no ~lodrá
formarse cabal i& del ddpoblido I-EWBqbe ae excave en
ru totalidad el campo dicho r las haiiita aldapias, wpeelalmente la l i n d m ! ~ 6?1S, que, (según E esipudtd, Pi1por
a
t m e i estrato fecubd~,y cuya relaei6n mñ aqk14f hay
@ue pyecisar; y tado ella m difiil, p0r-e @ti et que excavamos apenas si se nos ha permitido sacar la tierra criBada para dejar al descubierto el fondo explorado, y en las
Btqqrtas i f i d i a t a s sóla hemos podido efectuar peqiiMas
i Ieg'c;es$s, ni siquiera cabe grecthsf hay los 1hiel hábitht, pues el hecho de ase t&J ~ ~ z i d eeeco
[page-n-102]
-
98
tulida en lar
'
3
,
..- 4 . -
.
#m&& dg l &a SSE. haya m e r a a
si& aún
** h r m i n a d a
ticer6m&5a L m de
i,
ties-, tal
~UO,
la
=
fundamm:: mr,Qa.
[page-n-103]
fragmentos esporádicos ornados con rayado más o menos
ancho formando series, o con líneas en zig zag, y la con
bordón o pestaña corrida paralelamente al borde, tipos
semejantes a los que se ven en la cueva de la uCocina» y
en la de ~Llatasn,en inmediata superposición al estrato epipaleolítico, y en otras cuevas valencianas con material arcaico y que aquí se dan en la mitad profunda del estrato,
como indicando un todavía próximo predominio de tales
tipos cerámicos; en la relativa abundancia aún de sílex de
tradición paleolítica; y hasta en la abundancia extremada
del punzón de hueso completo y articulación para empuñadura, que si se ve en todo el neo y eneolítico es extraordinariamente abundante en el más antiguo. Y el comienzo del eneolítico va dicho que se inicia claramente
en la segunda zona (55 cts.) con punzones de cobre menos
chicos que los del ~Barranchdel Castellet)~,d e Carrícola,
y en el comienzo de puntas de flecha de aletas desarrolladas y buena labor; y se intensifica y afirma en la primera (40 cts.), donde hallamos ya n o sólo punzones y
otros restos de metal, sino el hacha clavada normalmente
de filo en el endurecido fondo, pieza plana d e perfil trapezoidal estirado, lados mayores ligeramente ondulados,
talón no muy estrecho y filo inicialmente ensanchado;
particularidades que si impiden situarla dentro del grupo
constituído por las dos hachas de Campos (una casi totalmente rectangular y otra ya ligeramente trapezoidal con
bordes rectos) y la que parece más evolucionada d e uLugarico Viejo», acusadamente trwezoidal por estrechez del
talón, todas con filo sólo redondeado, tampoco llega al
tipo cuyo cuerpo se estrecha hacia el talón, predominante
en el Argar; 10 que parece inducir a que situemos la
parte superior de, la «Eretan en un momento de transición
a lo argárico. Y para llegar a tal conclusión, hemos prescindido de la hachuela y la azada halladas superficiales en
el inmediato campo de los Rey, que bien pudieran proce-
[page-n-104]
der de la parte. alta desmontada de la aEreta»; pero aún
no suponiéndola así, la bachuda algo más apuntada en la
baoe, n o seria &&&da
ala conclusión expuesta, y la azada
obteaida 3i su &el IW puede contradecirlo, pues además
no es
weipi w e parezca avanzada, tenga, que seq w
a
psmos, gxpqal~lps .&p~eas
@
posteriores.
w o~mlusisnes,son lo poco a que hemos
podidg @m$.- b y , sobre las ruinas de la aEreta del
h:w3
P@d~&@b.
[page-n-105]
VI1
EXCAVACIONES EN C6LA ATALAYUELA4G
(Losa del obispo)
E n Diciembre d e 1945 encargamos de cierta gestión en
Losa del Obispo al Agregado J. Alcácer y al capataz señor
Espi, quienes aprovecharon la visita para inquirir cuanto
atañia a ruinas prehistóricas en aquel término conocidas;
siendo el cerrillo llamado la uAtalayuela» el que se juzgó
de mayor interés, porque, aparte las noticias que se les dieron, parecía que le visitaba alguna gente dada a la rebusca
de antigüedades, y decidieron realizar una ligera exploración.
E l cerro de la ~ A t a l a y u e l a ~ , figura al extremo de
que
una sierrecilla cercana al pueblo y más próxima a la carretera d e Casinos a Losa, es, como su nombre indica, lugar
dominante, no ya d e las tierras de Losa, sino d e buena
parte d e las de Chulilla y Villar. Rematada en pequeña
meseta rodeada d e menudos oscarpes por el NE., rauda
pendiente por el S., algo menos rápida por el O., y 14geramente ?inclinada a1 N., por donde, se perfila la cresta da
la sierra, que baja en tal orientación hasta el collado que
atraviesa un camino antiguo, comunicando fa comarca del
Villar con los pueblos d e la ribera del Turia. Pequefios campos de olivos eurtiéndense por las laderas N. y NE. hasta
cerca del despoblado. E n la figura l."puede verse el perfil
de la aAtalayuela» y alturas inmediatas.
Al reconocer el Sr. Alcácer el terreno, eran manifiestas
en el lado N. de la meseta, las huellas d e rebuscas ya efec-
[page-n-106]
l
l
I
.'
tuadas, por lo que , ..->o d e comenzar la exploración
,
sacando y cribando la tierra removida, y ahondando luego
hasta 50 cms. la cata empezada; y vista la fecundidad del estrato ( h o l l w t d e alabarda y punta d e cobre y ti&m wrios, prin~i~palmente), decidió luego en el S. 1. P. la
se
excavadón para el verano inmediato.
E n Agosto d e 1946 se reemprendieron los trabajos con
intervención de Alcácer y Espí, hasta dejar excavado el
despoblado (al que por su extensión escasa iría mejor la
m
3
r
..
1
.so.
'
-.
(Por J. Alcácer.)
serío), cuya planta venia
coincidir
c o n los bordes de la mmeta dicha; de lo en ella descubierto da exacta idea el croquis dei Aldcer, que s e repro.,
duce en la figura Z" al que nos ieferiremos al describir el
poblado y reseñar los hallazgos.
La p h n t a del despoblado es qproximadamente oval,
cQn eje mayor orientado. de N. a S., y mide unos 14 metros
d e larga por siete d e ancho medio. E l borde O. coincide con
una alineación de piedras (FF)
posible resto de la pared
de cierre por dicho lado y cuyos elementos parecen lige
ramente removidos o desplazados por los agentes naturales; al E. muestra restos de otra pared ( G ) ,y ni en el borde S. ni el N. queda huella alguna de los muros que debieron cerrarlo, perfilando la meseta.
E n el centro d e ésta, y cortándola en dos mitades apro*
>
'
. -.
.. .$. .I
-2
,
.
- .. _ I
,'
.
[page-n-107]
[page-n-108]
madamente iguales, se descubricí un macizado de piedras
que, a manera de amplin pared derruída (D.), iba desde
los restos F. a los (3,
destruida cerca de éstos; y explorados buscando sus param~ptos
Iaterales, se vió que las piedras caídas estaljap sobre la tierra roja del estrato casi
general del yacimiento, e incluso cubrían algunos hoyos
d e los que hemqa de hablar (4 y 9); y que, en cambio,
más adentrg, se asentaba el macizo sobre terreno natural
justificación a asta especie de
d e la loma, N o encont~anps
paredón, sino es la de haber podido servir de apoyo a
troncos que, atansvmslmmh tendidos, se mjeitiraa por el
otra cabo a 1 puntalea vwtica.afes hincados isn los hoyas
-
referidos,
En ea& PO& e1 &ea del dwobdado, salvo ert los. bordes S., N. y E., pistian b s r$;pstid@s hgy~g,ea dw BUpos, a un lado y
.
pn&n. c m t d , y gweralrnante de%pe:r&adarr f v h e 1 a 191. Syelen medir lo&
hapos xtrroi 35 e m t h e t r a a de mcha y sabm 75 de hon-
[page-n-109]
qv; y pur uoeorviiGir>ries hechas p u d e sostenerse que ~ia
p l a ~ t ó tropco de unos 30 ~eatimetros; grueeo, 80 hoya
un
de
de w a p r prsfiandidad, y tmiiindolo e@posición vertical
se ~eilian6$1 kuacn @enb w o Y % i @ d r 4 ~ ~ gtu-Sa6 60tae
más
en la parte superior, q u e d a d 9 @sígalsqdo suficisíitqmente. E n algirri~,el e~trstadel huecis ~ i l í ~ d r i cdi6 tierra
o
glrie, ceniaas y tierra roja, En ~tpa
mgistía carbón de pinq
con las fibras de la madem en eentido vertical, que alguna
otra yeg ee halla~ien e1 quelo en paeipiiríq hariz~ntal;indicando todo ello que los pinos ardieron en su sitio unos y
caídos otros. Véanse en la figura 3.&corte y proyección
de uno de estos hoyos. E n cuanto al desorden de su distribución (ya visto en el Sud-Este y en Valencia vislumbrado
en el uVedat» de Torrente), creemos que obedece a reposiciones de poetes, en las que, para su firmeza, prefirieron
sentarlos en hoyos nuevos a aprovechar los que ya estuvieron ocupados; y así, en frecuentes casos, su agrupación no es lógica (v. los 16 a 19), en otras ocasiones su
esiablecimiento en línea, como los 3, 11, 12 y 13, da idea
de una racional distribución, ya que los cuatro se orientan
hacia una piedra saliente (B) que arrimada a la pared pudo
servir de sostén a la serie.
Ida cubierta, y tal vez parte de las paredes laterales, debieron componerse, como. g otros muchos despoblados,
de ramas y barro, a juzgar ,por31aspellas de éste con improntas y las ramas carbonieadas halladas.
E n C se descubrieron, entre abundantes cenizas, las piedras sil eemicírcyla que s~ indisen, dandp 14 impresián
dg un hogar; en E. loaas paralelas, cuya atribución soría
la de conducción de agups,, 6 &st8 hubiw-8 pgdida asistir
en sitia tali alto y estrecho; y al N. de Jlas y cercano a b, .
el bache pqliqent~ldae idoljUo de q u s hablar&
~
.
Ea @1 estrata general pudisrun ebservarse algynaa partieular-idgd~48dignae- dg tenerse ea eongidera~ión.Se @veci6 liga profundida$ !p~arteio,
menos de 50 cte. que 45 lit
[page-n-110]
l
que, bajo la tferra rmovida, se dió en la primera cata
y n o debiá calc;lima~en general a 75, porque éste era e1
fondo d e l o s * ' b ~ o e I d e ~postes, y hay que tener presente
los
que n o d&&arab.diib.e
en tierra suelta, sino, cuando menos en p@e;.Brí'+terr"c:na firme.
Tsdtá :&&'dbbió sufrir remociones diversas a juzgar
por la #1I&~&e~%&b~6ratiflcacióm
homogénea y lógica. Unas
reces;
d e fa* primeras rebuscas, p. e., aparece
ieln"l el 'sudo,
que hace pensar en ensolado;
i
1
I
l,,y:, .',
G
:
,.
(
;
..
,
' 1
'
Hg. 4
Hacha: perfil y seccgn
-
i1/7;).
pero en otras se halla bajo tal enlucido cerámi.ca quemada; y no falta la tierra roja, también quemada, cubriendo
un relleno de piedras. LK1 abundante tierra gris se encuentra igual sobre la roja que sobre la negra; y mezclado con
ella poreiones de barro endurecido, alguna vez amasado
con paja, y otros fragmentos de masa de enlucido que
muestra estrías e ímprontas. La más clara kxpresión del
revoltijo hallado en el suelo la da el corte d d terreno
[page-n-111]
que par junto al E., en la primera zona (A], trazara Alcácer, donde a p a i ~ e
constituido por bolsadas de tierras
divérsas. Así, baja de una porción de terreno rojo asoma
el gris m e ~ l a d ocon cantos; sobre una masa-da*.tierra
negra, que alguna vez llega a la superficie, se ve-otra @$S
pequeña de gris; p bajo una superficie de tierra Ceíiicie&i
seguida de uaa poca roja, se &tiende el terreno gFía,s$n
'.varios los sitios, junto a la pared B., que se e4&j@!a
en
2' :.
,.
- ser suelo de' relleno.
Todo nos hace insistir en la c&&qlusión de.@e el
caserío sufrió diversas reparaciones o ~ o n s t r u c c i ~ ~ y s ,
e
. '.
-7
c
,
-
.
5
.
,
.iC
E-g. 5
.Idolilio en eolmfiflo de jabalí ("4/5)
que debió acqbar incendjrdo a iuzgar por'.los postes carbonizados y por la abundancia de tierra cenigienta.
Pasamos a rdacionar el material descubierto en las dos
campañas realiziidas en la «Atalayuela», de p&te del cual
se ocupó ya Ale&er (1).
~.
De restos vegetales, carbones especialmente de pies
quemados, al parecer de pino, y bellotas carbonizadas.
De piedra : algunas lascas de sílex sin retoques, percu-
,
:
estaciones argaricas de la Región Levantina,, en aAr(1) @DOS
Qhbox 11, págs. 151 y siguientes.
[page-n-112]
Fig. 6
TabEa Be Sormas cerámicas.
(Por J. Alcacer.)
[page-n-113]
tores con extremo plano y huellas de uso (uno de ellos
cilíndrico, otro prismático cuadrangular y el tercero eir
forma de patalelopípedo) ; moledera barquiformei de 15 por
1 cts. (piedra inferior) ; una sierrecilla de pedernal de las
1
eupuestas de hoz y una hacha pulimentada de sobre 10 centímetros de lai-ga (figura 4).
De hueso: un bello punzón can gran porción de la
cana, que conoerva en la b a parte de la articulwión; y
~
algunos fragmentos de otros más pequeños.
Y ea d,miifcr 4s p&H,
pl&qkamr~
perfil h m m ~
@ara huttr'arhit y @&&*e
fdaalfIIa[fib
~ I e t o ,qbe reku~r-da
gura 5;).
da @e%& &a, &f.$tshw
&
t$maño, gt:tltl& &WirlMaag, ~ t r a ~ ~$de4~~:5&s pambrz
m&
.qikes
e~pat~ladas;
alguna con asas, gWt:M@@dQ@a tia Om
gr~ffaade; stte de rra a H~OBD. pachereE c m Scidranes
d$r
&Ikuas etx e brd~he;rfkuhtas: ti&1
Qn M E U ~ S q a ~ m
L
!
[page-n-114]
truir dos med.ianas piezas acampanadas, con agujeros como
de criba, d e las que se suponen destinadas a la confección
d e queso; y dos ejemplares de piezas geminadas, de buen
tamaño, una' en que los vasos tangentes se unen por los
b o r d a mediante una tabla cerámica curvada que acaba
por rellenar al espacio intermedio (tipo ya visto en las rui8
de
nas de 1 «Turrre+a~, San Miguel de Liria), y otro en
e que $e la masa -que les une ,por la tangencia surge un
!
e ~ p i g ó avertical r d a t a d o en botón plano, como asidero,
que lleva tosca decoración en el borde y en la parte superior, E n la figura 7 puede verse la reproducción ?le
esta iiltima pieza; y p& formarse idea de la prime12
imagínme @ustl.tufdo, la pieza del botón, éste por una amen
plia cintra emáqica que, con más o menos desarrollo, da la
vudta e&bre 1% tangencia de los vasos, arrancando de la
parte interna de sus bordes. Si es rara la modalidad del
botón, debió ser, en cambio, bastante general la otra en
este período, pues no sólo se hallaron en las rebuscas
efectuadas en la aTorretan, de &a Miguel de LSria, sino
que encoatramos nosotros restos 'de dos de estas piezas
en las acavaciones que practicamos hace muchos años en
~TossaletR e d ó ~(Bellús), si b$en semeja, por los restos,
que la tabla cerámica
udófi debió ir en forma de asa
ángulo de taaencia de, los vasos, como en
de uno a ~ t r o
la conocida pieza de, la cueva M. del ~Arbolín (Tarragona) .
Y pasamos a :~wcr&ir las piezas de cobre, que constituyen lo m&- itn~ortanted e los dewubrimientos efectuados en la d t a l a y u d l g ~ .
E n la primera cata: abierta por los buscadores de tesoros (A- a del croqi.x'iw] halló Alcácer en los trabajos de
1945, a unos 50 cte. de p~afundidad,una alabarda de cobre o bronce, de sobre 18'50 cm$. de larga, nervatura
central acusada y base francamente ensanchada (unos tres
[page-n-115]
centímetros), en la que debió llevar dos taladros para
clavillos. Puede verse en la lámina XXVI, A.
Junto a la cara interna d e la pared F, en el lugar indicado en el croquis por b, descubrióse en la campaña
d e 1946, en la capa de tierra cenicienta existente entre
otra gris y la verdosa propia del terreno, otra alabarda de
cuerpo estrecho, base menos ancha que la anterior con
tres clavos en triáiigulo y nervatura fuerte. Mide sobre 21
centímetros de larga y parece ligeramente doblada hacia un
lado en su tencio cercano a la base (lám. dicha, B). Junto
con ella apareció un pequeño puñalito d e perfil aproximadamente triangular, clavillos en la base redondeada y fuertes chaflanes laterales, que mide sobre 8'45 cms. Con todo
ello salieron pequeños fragmentos de lo que falta a la hoja
del puñal y los clavillos que debió llevar. Véase en la 1ámina XXVII, B.
E n c del croquis dicho, bajo el estrato de- tierra gris
y en delgada capa cenicienta. R descubrió a unos 20 eentíe
metros de profundidad un bien conservado puna1 que reproducimos en la lámina últimamente citada, A. Es una hoja
plana d e sobre 19 cms. de Igrga, bastante apuntada, y con tres
clavillos en línea, conservados en la base. Es esta pieza muy
vista, más a menos aguzada, en la cultura argárica.
Y en varios lugares (cata A, y al S. de la misma, así
como en el cribado de tierras de algún otro sitio) se hallaron restos más o menos oxidados de puntas de flecha
de tipo foliáceo, algunos de cuyos restos damos en la lámina XXVII, B.
El descrito lote metálico, hallazgo capilar del p e ~ u d o
despoblado de la ~Atalayuelaa, es el único manifiastamente argárico descubierto, que sepamos, en tierras vafeacianas al N. de la cuenca del Segura; Bues aún de des-
[page-n-116]
cubrimieht& de sth#tt~ aisladas, $610 nos es emoefda fs
alabarda de Catbaries (&i~t:ellón) publicada p6r kosch (11;
Pero na d ~ d&Causa$ eitrafíeaa qiie a matkrial tan
a
claramerite attibdible 81 Argar, no le acoriipafien
des*
poblado otrw eelmentob igualniente emparentados csri 415
pite$ fid ckeernds q i k sean atribiifbles loa desp;irramad@
hayos eitr w
e
Wt&P~yn pies sllstenes de tershumbra
los
P pcli-edes, af tafBpt3jcb k bfitefrrlmiehfas eti la lsisma a&
4
baña, ya lqW BE Eh ni oti'a patticulafidrid Bon esclusivaa
ra
mefite &$g&&&&. aí $tirldiinos ci la cerlmiea, elemefitci
P
tan ti?hliimente a~m?-;add
~ed.fisus pattlcularidades en cadar
cultrira, n o veM68, en lds tablas de formas que ttggafa
Ailclcíz~~,
'nada que's& tr~ibuibleal Argtir, na ya de los
tiDrts qtte tenemos &m+..ta~dít~
(&opa da pie máa o mend
afto, vasa globular aplaWdb Ceii o~3fikio la cinia, fii 108
en
que semdan extremos acampanados de cuelfos tectas 9 tsio
acertadamente defiaminados ttilfp&g.*coñstitufdo~pot un
b;hj@ 'casqliete y tia atirada cii'$nii l$.iá S@ eavlli al fiflfll),
ni 4p~fet.alos de pequefio cuello $aE,f&
chabqUCtej v8fiaIIfG
del Bltimb, qtie si $6 ve algbaa Veli @f idoffii&.ñz&d& 10
zirgá~ic-t,,BS tipo que en otra monientjer pr&r&&~ t @ n d ~ ~ 1 9
pof todo el Levante aspafiol &dé: el aVb&tb (Totrente)
hasta la' &dva Fondak de EaI$tf?i6, p. e., tsn Catfilliña. Y
cosa p a f ~ i d asucede cbn fa disl&& aIabai.da dk Cabanes
y elemedtoa ceráqiccrg q@o la zcomipañabitn. Los pf*r;bles
dei la «Atalay.tiela>r: E~.Í &il@tr$h dlgútl tipo 91 que qu&
pa la anipfia y 112@' c&fl@aci6f~de nImeri.enst3, pafeceti
generalmente supervivencias de formas eneolíticaa tofiocidas en tierras valencianas.
De lo expuesto puede
el Argar, cuando menos en su momento inicial, no parece
alcanzar a cornarczs val~adaqaba d r t
I i
,
(1) SEIS p m b
Iámina V. L
.
2
'
.
.
i
-
[page-n-117]
gráficos, sino como meras influencias, no generales, impuestas por los avances que supondrían en el eneolítiro
algunos'de sus elementos de que hemos hecho mérito.
Ello justificaría un poco la vaguedad en denominar
eneolítico-argáricos, a gran número de despoblados, que,
aunque sin nada típico, nos parecen, por ligeras exploraciones, coetáneos del Argar, no obstante sus apariencias
eneolíticas.
El Sr. Alcácer, tras aclarar, excavando, algunos puntos
oscuros d e la ~ A t a l a y u e l a ~ ,
publicará un trabajo completo
sobre la misma.
[page-n-118]
[page-n-119]
VIIE
EL MATERIAL DEL "BANCAL DE LA CORONA*'
,
Forzados por la conveniencia de dar, cuanto antes, conocimiento de los apenas nacidos ya discutido8 descubrímientos del aBancal de la Corona» (Penáguila), tratamos
en el volumen 11 de «Archivo» d e las circunstancias en
que apareciera el materia1 que habíamos podido examinar,
del que conocíamos, por referen'cias, de la posible falsedad
de alguno, d e la más dudosa de otro, de las observaciones
hechas en un rápido reconocimiento que practicamos, de
los varios problemas que todo ello planteaba, así como d e
la necesidad de excavar cuanto antes [para esclarecerlos. A
tal trabajo no nos fué posible acompañar las numerosas
ilustraciones necesarias para formar acertado c o n p p t o del
descubrimiento. Hoy, sin que hayan aumentado, que sepamos, los elementos de juicio que sobre el tBancal» teníamos, reproducimos lo esencial d e lo ya expuesto tocante'
al .material, dando grabados- de las piezas más caractersticas, para e1 mejor estudio del hallazgo por quienes no
han podido tener de 61 más que vagas referencias.
E l aMas" de ISBes una modesta casa d e labor del térd
mino de Penáguila y su partida «Dels Dubotsn, que se
extiende buen trecho por Ias eolindancias de dicho término
y los de Benifallirn y Alcoy, zona bien conocida arqusofhgicamente por las investigadores comarcalm, a causa de
algunos hallazgot, realizados. E n el extremo Sur de uno
gpan llanada, que 'parwe descender desde Benifallim, y
[page-n-120]
acaba en forma de ángulo estrecho entre dos profundos
barrancos, se encuentra el llamado bancal de la Corona,,
altozano terroso, remataao en pequeña meseta, con rápidas
pendientes ,por N., S. y E. y que por 0. se separ.'%;le 1:i
.llanada mediante una depresión, resto del foso que la defendía por el lado d e acceso fácil. Tiene el despoblado la
disp~s,irciB& ksgeota & ,108 del neolítico al Argar, aunque
q
menos perceptible este que 19s montañeros, por su situación en 10 más. hondo. dé la llanada. Toda esta extensión,
dmde el
los tiesfos piah%t-6fi~os, cardiales inclusive. El 29 de Junio
de 1944;~cua.ni&$'~~i@onwimos
e1 despoblado, todo el terreno, dwde.:d,zil6&do.reito de doso hasta el extremo y fondo: de'Eáslvd&iehfa, incltsso fa meseta y tablas que la rodeaban, *&os i 4u8 .la con.sZhtlían. unas tierras pobres,
a!b~rims+ cwbi&tat+ de %sg&dc%&fi espontánea própia d e
un etid de m u & a %iW;
'ptul$-gbfe-me~~~e que la
desde
filoxera, al airssai- ~&&e"%&d siglo los viñeaos, hizo
anti-económica .la '+dp&b~i& -de tierras como aquéllas.
&
Sólo era peecqp6blel l &&&&da del suelo en un punto
d e $a t&Ja. --Td-.. $e -ia mrn.e'ta-, donde s e veía un hoyo
com& de &o rev&Md& de piedras, ovoide hacia el fondo
- y semikilífiklriko en' lo que restaba de la parte alta, que.
aparecía coma 'Triclru~tadoen- la meseta. ,Midió el silo SObre 4'40 metr&s,ed ixii-&á&e&o superior, por cuatro de
altura, y terminahi $$ #bbndb en una losa d e 40 centímerniis,
tros ; y en seis &'~lhe~@&drak salientes del revestimiene
to se percibían, b a ~ ~ & m e n tgrabadas, unas figuras de
cuadsúpedos,al paré-&; E A *y; B de la lámina XXVII,
n
damos una vista de l e @3~e?,dedores txBanca1, tomada
del
desde el silo, y otfa de &te:
Cuando recorrimos el despoblado, el silo habla sido yai
vaciado y buena dantidad de la tierra extraída y echada
atrás por la. vertiente inmediata, formando como larga cola
'
iJ3..
[page-n-121]
blanca que llegaba al barranco; y alrededor de Ja boca del
silo abundaban, entre la tierra blanca, candiles de ciervo
y restos de astas rotas. Una cosa podíamos afirmar al acabar el reconocimiento: la seguridad de que la «Corona»
estaba en terreno yermo desde hacía años, en el que d e d e
bastante tiempo no se había practicado hoyo alguno, soc
bre todo de capacidad suficiente para poder rellenar e1
silo. Sólo cuando los dueños del terreno creyeron conveniente valorizarle a nuestros ojos, se apresuraron a labrarlo.
Según D. Camilo Visedo, el descubrimiento lo efecttiij
Miguelito Barrachina, hijo del dueño d e la finca, estudiante d e Bachiller en Alcoy que alternaba los estudios con
e! laboreo del campo, quien al hallar entre las piedras del
si10 unas astas de ciervo, tiró d e ellas y acrecentado luego
su interés continuó la rebusca, encontrando y llevando algunos materiales a Visedo que le informó de la importanpara continuarlo;
cia del hallazgo y le dió in~tru~cciones
interviniendo m i s tarde el señor Visedo personalmente en
las rebuscas y reuniendo en su casa casi todo el lote d e
objetos, quedando el resto en poder de: los Barrachina.
Interesando hacer constar que hasta el momento de nuestra visita a la ((Corona>), nadie, salvo las personas nombradas, tenía noticia del despoblado, ni quién sospechara
la existencia del depósito.
En el domici!io de Visedo nos hicimos cargo del materiai allí reunido; y hemos d e decir que la impresión del
nutrido lote de objetos tan extraordinarios, y sobre todo
Ias láminas de plomo escritas, que habían sido lavadas a
fondo en agua acidulsida, era tal, que Salvador Espi, n o
pudiendo dominarse, habló de la falsedad aparente de
parte de los objetos.
Los plomos, hasta entonces hallados, eran tres, sospechándose que d e galena argentífera : uno, laminado a gol:
pe$, rectangular alargado (183 mm. d e largo por 80 de
[page-n-122]
ancho y trtssiai@dr&~@),densamente esc~i en alfabeto j
to
b
xiim (csntaai~ia
bFe 2% m)' de':
!dad: otra idmina, $mesa pers
radar . h * g u i h J -&&bkdn ~eetangular
atusadamente sbar&uiffada por un e%t?w~,apiaiismo
escrita gor ambos lado^
e n el propio alfabetk, -$-du&endo
el tan conocido texto
&i anverso del dg
S e ~ e t a fui5 encontrada a 3'B me~,
tros (lámina XXXIII) !' y a -75 csntlmetrois se habla hallado el de forma d i s d d g l da 15 cm$. de diámetro, con
signos no legi hles.,ea'
snibis caras ; tipo éste que recordaba
las conocidas láminas c$nl im~eeaeionos tan abundantes
en el Museo de Atenas, p e r ~ 3 $ &ganas pareoidna, como
~ ~
las halladas por Romero de Para d:iCbsdaba, ju~gá;ronw
,
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Pfaqmetg writa. Tam. natural.
romanas. Mandamos calcos de estos plomos; poco después
de hallados, a distiaguiida~fil6logos españoles, y apenas
hecho a D. Manuel Gómez Moreno, nos comunicó sus
sospechas da que fueran falsos y la conveniencia de aaalizarlos. E1 aneilisis espeetrwcópieo del plomo enumerado
en segu.ndo término (único practicado), apenas si aeus6
indicios argentíferos, según informe del catedriticso don
Francisco Boseli.
Illtimarnt-nte llegó a nosotros la noticia de otras timi-
[page-n-123]
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ligera que en algunas láminas conocidas, hacieiido sospechar
que pudiera proceder de la aserretan. En la 16mina XXXIT,
A, reproducimos tal documento.
Otro nutrido lote de inscripciones de la nGoronaa, Ricirwe referencia eepeeial. Las hay iacisas en tabletas de
marga del p i s , fácil al grabado, utilizármdolas ge:n:eralrn~;nte
aerno las da el terreno; otras en losetas de a~eafsca o
[page-n-124]
caliza; unas
en a t a de icágrido, aprovechando la
huero (Iárns. XXIX a XXXII).
parte más.pIaa%,yaIg~~a.en
Laa iareipdm~~
gr~bia~das diferente habilidad ea.
con
ligr4suele&e * e i t a ; en alfabeto jónico, y algunas
n.
en 41 ib&p.iw&n.onetd, que veamos ninguna en e1 tartésico, C Q ~ .&qr@ e@per,ar
Q
de
habiéndose encontrado el plom o 'de
.&&ti&. de les Alcuses~a no mueha distancia
de la c ~ ~ m c de. Alcay. Ba~kintesveces. los letreros van
a
solús, epecialmente en las lugetim pqueñas, como puede
..
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Fg 3
i.
PlaQueta tt-sefits. Tam. nat.
verse en las fi.@ras l.? a 3."; y otras acompañadas de representaciones zoom@dss:g.,antroporiaorfas, como es manifiesto en las figura3 4;*; y 3.5 .
Merece observarae qrai ea, do$>ocasiones distintas SE
lee escrita la frase guhw ddkxdea; que se da en San Miguel
de Uria en el vaso denominado del combate entre barcas,
y q u e sirvió de base para un ensayo de P. Beltrán sobre interpretación de los letreros ibéri'cos; siendo de notar aquB
[page-n-125]
[page-n-126]
dichas fusaolr raaikdes inhdbilmanta; las humanas son
, y las de animales tan imprecisas
e e j algún detalle caracierfstico,
ar
e arqueológico de la Edad del H i s *4st~a
mkm~aade ekizadoree con arcos, y -ni una
Fig. 5
Plaquefa. con letrero y escena grabados (3J4).
=Ea vez se: vea Pa lama
[page-n-127]
e n ua lado un cuadrúpedo de orejas oortas y rabo enroscado, de difícil clasificación, mientras en d opuesto aparece la figura excepcionalmente certera de un ciervo Fa.
ciendo, que trae a la memoria, sin que pretendamos igualarlas en arte, el reno de Thaingen (Iám. XXXI, C). En otra
sa representa, entre letreros, un busto de mujer con manto,
puesta de frente, que aunque recuerde, como se dlce,
[page-n-128]
i un hombre de pie, con cabeza .de ciervo y vestido dejubón con -sisas aqusadas, por donde salen los brazos que
sostienen una .?flauta doble, sumariamsnte representada
w m o suelg a*pqqqcer en composiciones de Liria; a cuya
figura- se le h,a:qnerido buscar paralelo, creemos que con
enmascarado de Trois-Fr2re.s
exageración, con el%danzante
(1ám. X,%I, B). Y..otra loseta, por último, lleva la peregrina compmición del ciervo que cubre a la hembra mientras
le apalea .un hombre; pieza ésta encontrada a trozos por
Fig. 7
Plaqueta grabada
4).
D. Vicente Pascua1 en la era del «Mas de Is», donde había
sido rota p arrojada.
Abundan menos los objetos ornados, de hueso y d e
asta; sobre todo con letreros, por la mayor dificultad d e
grabarlos con claridad en estas materias. También aqui las
escenas son generalmente cinegéticas y su arte es, como el
de las losetas, flojo e incierto; en cambio las incisiones d e
la ornamentación lheal son fuertes y profundas. Las re-
[page-n-129]
p~esentacionesson más simples 'y generalmente redúcense
a figurás d e reses, como puede verse en las astas de las
figuras B y C d e la lámina XXX. Otras más complejas llevárohse a unos huesos planos, grabados tan ligeramente
q u e apenas si son perceptibles, como puede observarse en
las figuras C y D de la lámina XXIX. E n la primera se ha
querido representar una imagen o persona ante la que,
cogidos de la mano, bailan en fila cinco individuos, trazado todo sumariamente. Y en la otra, y apena8 grabado,
percíbese- un individuo con el arco tendido1 hacia otros
cuatro o cinco. que ocupan algo como btga, todo eUo bajo
un borroso letrero. Estas dos escenas$& extraño lejano
paralelo con las
la: danza bisexual 4ei 'v$p d e Liria, y
la del combate
un
con c u a t d kúfiantes -de üna
barca. Debernos decir que los hues$ d i *q%@nas.*o¿ltpamas, reciente el descubrimiento, ~ a & i a n
af-&dos ",de
un acusado proceso de desintegracien por la ~&!e c-ncava, y que en la convexa se percibía -la huella de'un rayado paralelo hecho al parecer con un instrumento dentado,
manejado como para producir una vetusta aparente.
En casi todos los cuernos-grabados se aprecia, junto al
extremo ancho, como un saliente taladrado.para colgarlos';
igual, aunque en extremidad opuesta, al que lleva el ídolo
oculado, esculpido en candil de ciervo, de la
d e la aCorona~, como en aquél, manifiestas huellas de
bruñido ; y recordemos también que cuernos semejantes
a los que nos ocupan suelen verse colgando de los cuellos
de a s n a d e trajineros, leñadores; etc., en comarcas valencianas, donde se les atribuyen virfudes profitácticas.
Otro lote de huesos y afin alguna asta de las aludidasd
están exornadog con entalladuras anilladas paralelas a los
extremos, así como incisiones en aspa en la sup.ficie;
figurando. entre este material buen número de falanges
largas y cortas, en su mayor parte taladradas y adornada8
[page-n-130]
con cortes tragqyerialas (figc. 8 y 9, parte de un asta
y
de ciervo redwc!da p ru v i s t a central, de 23 cme. de largo,
decondo C ~ P
& entalladuran paralelas circundantee
i cuya- pieza lleva tambi6n taladra
,
uerda lejanamente ciertos bastones(
ar agimierno unas piezas de h u q o , c o m e
s.,.& modo que (recuerden con más o mehumana; uno de los cuales lleva
Pig. 8
Fig. 9
Hvesw deoradw, Eddueidos a 213.
indicación de boca y , cejas inqisas 8 de nariz y ojos punde los hasta ahora con o c i d ~ scomo prehistóricos.
Y vamoa a ocuparnos de parte de otro lote de material
de la «Corona», sobre cuya legitimidad insistimos en q u e
caben menos dudas, porque va bien con el despoblado
de que se dice procede; siendo difícil creer que se! trajera
de lejos a un marco que le parece propio.
Hachas neolíticas : Se dan como de, esta procedencia
seis hachas incompletas ; una d e diorita, secci6n circular,
y ocho centímetros de altura; otra de lo mismo, tambien
de sección circuIar t ~ n d e n t ea eljpsoidal, y altura de diez
centímetros; -nna sección elipsoidal alargada, y una azuela
de sobre sliete ceratimetros.
teados; tipos todos que se Geparan
.
[page-n-131]
Sílex : Unas cualitas sierrecillas o eIernentos d e hoz ;
láminas con escasos retoques, posibles cuchillos cortos, y
una punta d e flecha de piedra clara, foliácea, biconvexa,
Oe labor paco cuidada.
Objetos d e adorno : Pequeña cuenta do piedra, plana,
elipsoidal, con taladro central ; seis columbelas, posibles
restos de collar; un Melanopsis perforado; una Púrpura
henzaitowza; otra concha de Aporrais pespelicani (clasificaciones de M. Vida1 y López), y dos Pect~inculus.Véanse.
en Ja lámina XXX, A.
Cerámica : Entre tiestos prehistóricos lisos, algunos
otros d e cardial ornados con impresiones d e barde y uno
con las d e costillaje de cardium y cordón con gruesas impresiones dactilares al parecer; otro con cinta delimitada
d e borde y relleno d e series de apretadas impresiones oblicuas paralelas ; otros ornados con profundas incisiones en
serie; alguno caliciforme, y un fragmento con cordón
ligeramente resaltado adornado con incisiones (v. lámina
XXIX, A y B). Y aquí cabe mentar el hallazgo especial d e
un pequeño cono d e barro, de los a que se ha dado tan
varia significación. Todo ello fué encontrado superficial
(uno, el cardial con cordón, por nosotros mismos); pero.
ariadarnos que sin tiestos lisos.
Cobre: Punta de flecha foliácea, con pedúnculo alargado, hallada superficialmente sin precisarnos dónde,. y
pufialito de laminilla acorazonada, más que triangular, hallada por Barrachina en la meseta d e la «Corona», pieza
que conocemos por referencias del Sr. Pascual.
Y las abundantes astas de ciervo, no ciertamente modernas, sino en fragmentos y enteras (fig. A. lám. XXXI) ae
bien remoto origen, y cuya procedencia inmediata tendría
bien difícil justificación en el silo,
Con cuanto queda expuesto y las ilustraciones apuntadas, creemos proporcionar eIementos de juicio para que
formen el propio Ios estudiosos que nos lo han solicitadc~
[page-n-132]
[page-n-133]
LAS EXCAVAUONES
EN SAN MIGUEL
DE LIRIA
E n los años que esta Memoria comprende y en la medida que otras excavaciones más perentorias lo han 1-ermitido, se ha ido excavando el cerro de San Miguel, no
sólo en lo que de la ciudad ibérica resta en la vertiente
SE., sino también en otros distintos puntos del cerro en
se
que los restos de ~~cupación manifiestan; claro que los
resultados han sido desigualmente eficaces, pero sienlpre
reveladores d e culturas distintas o en algún caso de momentos diversos d e una misma, a nuestro parecer.
Pasamos a exponer con la posible concisión los r e d tados de los trabajos efectuados en tales años.
RUINAS PREHISTORICAS DE ' L TORRETA"
(A
La angosta cima rocosa de San Miguel, tras una ligera
flexión, a la ,puerta del ermitorio, continúa estrechándose
hasta rematar al NE. en un cerrillo cónico que se asoma
sobre los barrios altos de ,la actual Liria. E n tal punt o se veían hace años los cimientos d e una pequeña
fortificación, avanzada del castillo ; luego,, sobre ello, se
hizo la obra necesaria para el asiento d e una cruz. Con
estas labores so dispersó un pequeño depósito de ruinas
remotas puestas de manifiesto con las últimas obras efectuadas; y en la campaña excavatoria de 1943, José Alcácer, ayudado por el capataz Montañana, en cata abierta junto a
la alineación de piedras que parecían ,cimentación antigua,
[page-n-134]
explor6 un dep6sito de tierra cenicienta que: dió tiestos
a mano de-barro oscuro con puntos claro#, un fragmento
d e borde liso con mamelón cercano a k orilla y otro fraginento de borde dentado p e r t e n e c h t e a un cuello alto con
tendencia a exvasarse; varios @?ex atípicos y un pectúnculo aguiqrqado: Más a d e h t e se vió que el depósito del
.suirida mayor dís~ersión,pues con
viejo $kb%dtihbo "havi
había rodado por los desnilas remociones ~encioáaba.ts
veles aocosoB que rodeaban la pequeña cima, y en 1947,
apfovtxhrrndo otta oportunidad, Énrique Pla y J. Montafiand,:d&diearan algiincs ratos a explorar tales restos, con
m& fortuna que en la primera cata, pues a pesar de la
disemitiaciiín que dividió el yacimiento en pequefias porciones aisladas alrededor d e la cima, una búsqueda detenida piodujo los hallazgos dispersos de 10s siguientes material&& una bella pbnta de flecha de mal sílex negro.
dentade, foliácea y bifaeial; siefrecBtd d6 las supuestas d e
hoz; cuenta. de edllar disccridai, d& Piédra gris, bien labrada; cudhihito de p ~ d e r n a lasiseufo, de buen trabajo,;
dos punzoneg & bu&M bd.'&Qiiirl&&
mas o menóa largas
y trabajo desigual (v. lám. XXXIV) ; buen número de t i a tos que-:bet*itXran r e c h ~ t r e i k , parte* un vaso g h i n a d o
eri
con elementos d e tamaño mediano y tipos de base aproxirnadamelnte globular, con cuellos alargados, como el descubierto por el S. 1. P. en aLa Atalayuela), y otros tiestos
que acusan fondo convexo y cuello reentrante y un cuenco
mamelonado.
Con taii escasos elementos a la vista no cabe llegar a
conclusiones muy precisas ; pudiendo clasificarse el yacimiento de eneolítico avanzado, sin saber si se trata de restos de vivienda o de enterramiento.
Esperamos que una futura e~ploraciónen el Cerro de
la «&va del C ~ b d l » ,
situada al ektremo Sut del de San
Miguel que d l superficiales hallazgos semejantes a los descritos, aclare los de &a T o r r e t a ~ .
-
[page-n-135]
RESTOS DE DOS NECROPOLIS
,
-
-
Desde que excavamos en el cerro de San Miguel, noa
ha preocupado, el descub.rimiento de la a las necrópolis
de la ciudad remota y no han sido pocos los tanteos dectuados inútilmente en sus inmediaciones. Nos atraía, esgecialmente, un eapolón denominado «El Puntalet)), que
surgía del fondo de la vertiente Levante por blajo de 10
que fué puerta del castillo y hoy es entrada. del errnitorio,
quedando aislado de aquélla por un collado que cruzan unas
sendas y por donde debieron pasar siempre.10~
caminos bajos d e la vieja ciudad ; situación que goaía el altozano, inrriek
diato a la ciudad, pero naturdlmente aislado del núcleo de
ella. Tiene el cerrillo pequena cima casi llana, vertientes
raudas menos por el collado y sbelo d e poco fondo, rocoso y desigual, con faldas ocupadas hoy en parte (la E.
casi en su totalidad) por campos d e algarrobas, formados
construyendo primerol las hormas d e piedra en seca y rellenando luego el espacio quedado, con tierra superficial
transportada d e las inmediaciones, con lo que debiá limM
piarse el suelo de la ya escasa que tenía. E n la lámina
X X X V , A, damos una vista del útPuntalet,, tomada desde
Poniente (fondo d e la vertiente de San Miguel).
Finalizada la campaña de-1942 dispusimos que el A g r e
gado Enrique Pla auxillado por Sdvador Espl y José María Montañana, exploraran de nuevo el aFuntalet~>, se
y
hizo mediante zanja eri l o alto, pero con tanta fortuna
que, apenas comenzada la cata en sitio inmediato adonde
oirás veces ya se efectuarcln, @edescubrió la primera urna,
que estaba sentada sobre tierra amarilla, extraña al lugar
y sostenida verticalmente por gruesos terrones de la tierra
p ~
blanca y dura que en el país se llama ~ t a y que era también impropia del lugar. E l vaso, que se halló sin cobertura e incluso habiendo perdido el borde casi en su totalidad a causa de su situación superficial, estaba lleno de
[page-n-136]
tierra arcillosa, rojiza, de arrastre, con algúrí4ragmento d e
aquél, y contenía en el fondo unos pocos restos óseos
calcinados, sin nada de ofrendas al muerto. Esta urna,
reconstruida hasta donde ha sido posible, tiene forma de
tinajilia, de cuello corto y ligeramente exvasado, sobre el
que estriban pequeñas asas de la doble nervatura tan abunl
dantes en E ibérico valenciano. Es d e barro amarillento
a
y algo tosco, sin indicio alguno d e ornamentación, sino
se estima tal un bordón en realce, poco destacado, que
c w r e por encima del arranque de las asas, y tiene la
liase n o plana sino ligeramente cóncava. Mide 34 cms. de
altura, 21 d e diámetro de boca y vientre máximo de 26'7
centímetros. Puede verse en la lámina XXXVI, B. Con tal
descubrimiento sei dió por localizada la necrópolis, dejando
la excavación para la campaña inmediata. Reemprendidos
los trabajos en 1943 por los Agregados Srs. Alcácer y Pla y
los capataces dichos, a 15 m. al SE. del punto que ocupara
la primera urna y casi tambiBn superficial y en terreno
rocoso se descubrió la mayor parte del fondo troncocónico
d e un amplio vaso gris oscuro, htxho a mano al parecer,
de bdse plana, y. ornado 1s. que quedaba por tres espacia*
das tiras hari~oatalesdecoradas con impresiones digitales ;
habiendo desapamcido también la parte superior, que debió quedar a pivel de1 suelo, y muy probablemente. al
abrirse junto a 61. en Bpoca moderna un hoyo como para
fiiar un poste. Se -encaatr;ó lleno de tierra roja procedente
de arrastres de las lluvias, que a s u vez debieron llevarse
por el fondo, incampleto, los restos de cremación que
contuviera, sin que fuera bastante a evitarlo el haberlo
sentado sobre una loseta. En el relleno se encontró una
pequeña piedra que se tuvo por fósil, con dos taladros,
una concha d e ciprés agujereada y un par d e aretes, da
cobre o bronce, de sección cuadrada y sobre tres centímetros de diámetro medio. E n la lámina XXXVI, A, se reproduce esta urna; en la lámina XXXV, B, su descubri'
[page-n-137]
miento, y eti I i lámina &III,
A, e tnatcrial
l
de. iminw:iórfa de~gmi4~~.
pe&eión iwertida tcbqizl
dos sobre una ~ O M y estaba s e e t e ~ k l a aenjunto p w una*
,
el-
lomits taco que l a
E de barro
s
tinajilla antes d e l t a ; mide siete c & t f m ~
ile
22'5. de hjoca. y- 6'5 --'da.
pequenos morteros.
brhniw+o,
arabaron inecp&ndmi&te los de l a neer6ie?
p~lits d d aE)unfal@t~,
qu.e ec-guf*amnke
fue exgmjiobsle-al:
[page-n-138]
-
mide sobre 1-6 10 metros de ejes piayoreg. A la entrada
pp~r
.
.
de ella desde el castillo, descubrió José María Montañana,.
padre, una ia empotrada en el suelo montuogo, .a !a
iw
que, como en lei del ~Puntaleto, la denudación naturalhabía h ~ h perdw la parte superior desde el cuello h a ~ t s
o
ua d a . 1 asas. Es de cuerpo casi piriforme y barro
~
:nmarillento, granuloso y baeto semejante al del plq.
Lb .cPuntdet~,tambiei sin decoración, y lleva en lo
'&$
que qwda bellas del arranque de gn asa doble. Mide lo
que rwta elgo más de 20 cms. da altura y 22 de diámetro
mhimo. Apareció sin tapadera, rellena de tierra del monconteniendo en el fondq pa- de incineración, p enr:*e
do, una sortija de cobre, al parecer, no cerrada en anillg,
sdao con los extremas del aro terminados en bolitas, verdadera reducción de lao pulseras y callaras célticoa de tal
tipo. No pudo encontrarse tiesto q&uw cornplsmentariq
de esta pieza. Véase la urna ,en .la ,, . .
IjKAipa'X=YIf, A.
Cribada la tiwa~z~ygjarl$ck.gJ loa.dge~-de&sse&, end6.
&e
~entrh
otra aniUo
m@, posihIeme.nte, de
e,
h m o a sl ~rorbdode
4, B, 2 3, Tad-iLn
,y aapelrhiat, te halló una maadita de
las del cab1lIitdz: galopando con jinete de clámide flotante
y cabeza femenil de frente, que se clasifica como de ceca
ampuritana y or'igen siracusano, y que S. Amor6s considera
de sobre el 300 a. de J. C.; si bien &a por su perfmcián
pudiera ser ligeramente mAs vieja (v. ampliada, en la Thmlna XXXVIII, C).
La prosecución de: estas excavaci~na,con intervención
dd Agregado Alciieer y de Espf, salo &di otra urna a unos
12 m. al 6. de fa primera. Aunque: no taata c m s E p r e
a
cqdente, se hallaba tambien tan swge~ksial
que &.e ~nicsntrá
sin cobertura, que debió ser de tiesto o q k ~ d r a ,y calzade
alrededor da la .base con medianas piedras. Bajo la tierrct
&
[page-n-139]
por encima
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tre, por encima del arranque d e las asas. Aunque esta
cerámica es calificable de ibérica, lo cierto as que barro y
formas n o pueden tenerse por propias de la cerámica co-.
rriente de-la viejá Liria en excavación.
Ejemplar único en el ~Puntaletb es el plato hallado
invertido, cubríendo unos pocos restos de incineracióa ;
p i a a que es de barro igual al de las urnas, sin pintar y
smiejante al ibérico de la comarca de Calaceite, ya pintado eom oimples rayas rojas. Esta pieza, salvo la forma,
no desdice del conjunto de que nos ocupamos.
Robablemente no uno, sino algunos d e los vasos de
estas series, estuvieron ornados de jpinturas rojas sencillas,
fajas poco anchas cuando menos, a juzgar por la urna
d e ~ C b v adel Cabalb p por lo que ésta permite conjeturar. La observación de que tal urna conserva la pintura precisamente en las partes rnends convexas y por 10
santo máa defendidas de la erosión, como es el interior del
cuello y la parte baja del vientte, y-que aún en ésta e m p o
zaba ya a borrarse claraments per el borde superior, induce a pensar que estuvieran decoradas también alguna de
las otras y tal vebk,&l
gjfato, habieedb' perdido fasi todas
lb decoración por 'lag motivos dichos.
E l vaso acordonado del aPuntalet~se destaca por su
arcaísmo entre los del conjunto expuesto. Los semejante8
d e este vaso, cerca o ya dentro de un medio ibérico, s e
hallan en las aEscodines A l t e s ~de Mazaleón, del Bajo
Aragón, y los aretes d e cobre que contenía, tenidos por
brazaletes de sección cuadrada, visto todo en poblados que
Borsch estimara del primer período de dicha cultura, moento en el que (es d e interés repetirlo aquí) en un amente p o ~ t h a l l ~ t ápenetra la cerámica ibérica sin pintar
ti~~
pintada sencillamente, con alguna d e cuyas piezas hemos
establecido paralelo.
Los restos d e fíbula del collado de la aC6va del Ca-.
hall» de nada pueden servirnos a estos efectos por sii casi
[page-n-141]
total destrucción; y la sortija,. miniatura de torque, de
brazalete o d e pulsera semejantes, tan propios de lo céltico
en la primera Edad d e Hierro francesa, parece una de las
muchas influencias forasteras, en dicho medio. La inexistencia de piezas de hierro en estas necrópolis es explicable por
lo tardía que suele ser su ge~~eralización.
La conclusión a que puede llegarse d e cuanto antecede,
es la d e que tales necrópolis pertenecen a tiempos ibéikos
pero aún distantes de los de la Liria en ruinas; tal vez quepa
decir que a un pr.imer período de dicha cultura. Sin q i e
la falta, en tierras valencianas, de otros conjuntos de material arqueológico. semejante y más numeroso, nos ,permita llegar a cozncIusión menos vaga:
LA CIUDAD EN EXCAVACION
De las excavaciones que viene el S. 1. P practicando
en las ruinas de la vieja ciudad, hemos ido dando cuenta
en Memorias anteriores, comprendiendo la última 10s trabajos realizados desde 1935 a 1939. De los efectuados de 1940
a 1943, también hemos hablado en archivo IL, pero se
ha de insistir en ello, dando las necesarias ilustraciones de
que hubimos de prescindir allí y ampliando la referencia a
las aún más recientes exploraciones en el cerro de San
Miguel. Procuraremos dar a todo ello un carácter preciso
y concreto.
I
AAo 1940.-A partir de los primeros días, de Septiembre d e 1940, con intervenciqn una vez del Sr. Pericot y det
Agregado E. Pla, se emprendieron las excavaciones suspendidas ,en el verano de 1936; quedando degescombrados
en e t a campaña los departamentos 47 a 58.
[page-n-142]
más exacta) en la
existencia de grandes
bronce hallóse algún
tos de útiles en pésim
Descubrimientos v
el centro del departam
saqueadas y destruídas),
tierra gris compuesta en buena i j b r t p i ó i
+e&-. ~lwx: a ~ k~g ~ j ip r ~ c e.af
b
~ t
na y otra caga largos trazos irni&
c a n a i á n . Sobre -un@ y Otro Iado ael borde menoas rata
(siempre colocado hacia ~rr$~a]par+tienda de k ianPs;m.a
cri.fIa y de? igqraierda a d~rwka, akwwaharr Ea@ wigu~ense.
[page-n-143]
iinea norizonta1 de las que suelen servir de pauta en estos
plomos, percibíase, sobre la misma orilla izquierda, un traz o sernicircular parte de un signv gu y - u n poco a la derecha un rr .de tipo circular atravsaado por vástago vertical
prolongado, a1 que seguía tambfhn una Iínea de puntos
y'asirnismo otra serie de veinte rayas verticaIes a continuación de una frase acabad;, que sugieren, como hemos
dicho en otras ocasiones, Ia idea da numerales. También
en e1 borde opuesto sobre algunos trazos incompletos por
rotura, se percibe un a modo de signo e d e tres trazos
transversales. Todo e110 nos hace ver que la Iámina estun o fué sino un trozo rmortaao ue otro grueso pIomo
ewrito, d e cuyo texto quedaron las referidas frases trunsadas. A .esta lámina la cubría tal concreción, que ni san
limpia dea Ia capa terrea percibíanse ios signos; y s6Io
~ u a n d o la Ilbró de buena parte de1 carbonato ae plomo,
se
surgieron 10s mencionados restos de escritura.
Y pasamos a describir la Iámina envuelta. E s ésta,
como la de la ~Bastidade les Alcuses~,rectangular alargada, de 35 mm. de ancho por 104 de largo y lleva un pequefio orificio circular en uno de los ánguIos, prcqazrmente en e1 extremo que quedaba visible en Ia ÚItrma eapira de arrollamiento; los dos lados mayores del rec'tángulo se incurvan Iigera y paraIeIamepte, y es la Jitmrnct
d e tan extremada delgadez, que casi ilega a1 medip milt.
metro, l o que debió ser obstácalo a una escritura enérgica
g clara como la d e la aBastida». Su sutileza, acrecentando
roturas. Los textos contenidos en ambas caras, se haescritos tambi#n en alfabeto monetal, de izquierda a
echa.. se Inidan y se extienden a1 comienzo y a 10 largo
)les convexos bordes sobre una Iínea de puntos mas o
[page-n-144]
F'ig. 1
Enmltmtt. del plomo. Tam. igual.
[page-n-145]
. :: menos clara, paralela a aquéllos, continuando los renglo-'
-3~7: 'les sucesivos en cuanto es nécesario.
:'E n sus dos textos, el que denominamos a) está formado
-. p o r cuatro renglones ae escritura perceptible en casi Ia
totariaad de su extensión, en signos de buen tamaño, pero
d e trazos tan superficiales que sueien ser de difícil lectura
y, en algún caso, totalmente perdidos al parecer. Y el lado
- opuesto o b) es de descripción más compleja. E n el borde,
también convexo d e este lado, paraIe10 $al mismo y sobre
una Iínea de pauta, corre un rengIón d e escritura grabada
en su mayor parte sobre un texto anterior mal borrado,
apareicicndo lsuperpuestos signos y puntuaciones d e tal
modo que unas veces dificultan y otras casi imposibilitan
la ,Iectura; continuando e1 mismo texto en medio renglón
más d e lectura fácil. E n el lado apuesto d e la misma cara,
es decir sobre e1 borde cóncavo,y por lo tanto escrito en
sentido contrario, se inicia otro texto que se pierde poco
a poco. También aIgo por debajo de1 orificio antes indicado, percíbense los signos gu y o, constituyendo, al parecer, palabra o parte d e ella, pero escrita de través, y en
e1 espacio libre quedado entre los textos indicados, vense
aqui y allá algunos otros signos más o menos legib$lesque
parecen restos de escrituras anteriores.
La transcripción de tales textos fué intentada separadamente por el Agregado Sr. Alcácer y por esta Dirección,
ajenos ambos a la especialidad filológico-ibérica; y d e Iá
confrontación de los resultados surgió un traslado hecho
con objetividad tal vez exagerada. Luego, en una visita
para su estudio d e D. Manuel Gómez Moreno, pusimos
a w? disposición todos los antecedentes, los tanteos efectuados y originales los plomos descritos; d e cuyo examen
fué fruto un cuidadoso calco y ~ e r s i ó nde Ios textos, que
hasta ahora no hemos dado a conocer en espera de poder'
ofrecerlo con un trabajo del eminente maestro; pero' no
habi,éndolo conseguido hasta ahora, nos creemos en el caso
.*l
L
.
i
-
- '
[page-n-146]
de hacerlo nosohoi, manteniendo en nuestra descripción
las primeras impresiones ~~btenidas su observación dian
n
recta. E l &&abio.profeaor o quiso dar a su calco un carácter
definitivo,
E n . 1 6 ~figs. I y 2 damos loi calcos del plomo estuche y
.
del que kotitenía ; y en las láms. XXXIX, XL y XLI los expr é os i en Ia-.hcirma que aparecieron, una reproducción de
i n & foY
aabsr: drrai:de td envoltura y otra del plomo propiamente uj;hb.;
: akk%tmiilkPB>i
ifiter&afite e8 el de una pequeiía figue
rllka : ~ ( d h Wgik', bn ceriitnikk. Se descubrió el 5 de
b
b a b m < ~ : > d ~ i 1 f 6 a del departemen to 49 (colindante
do
e & f i ' & ' - @ @ ~ 4 & ~ lo$ p l b m ~ ) , en el estrato rojizo
~ ~ ' c ~ de kenl~Md8p aibbmeb;
ki
bvas.oS. MieR&rmes
eefdmita ricdhente deco4
a-meqtud,a figurilla eti:
aituka; representando
Bidkos b t o s de antiguo a
& k N a caka, ton mede los bedo$ Eadice
!
+
Bheb 'a leid ladi% iddieidoieg de las
no bkrfcs de pequeñds
wzkplia8 cdad. EVO hay ningfin
arls ni apenm Id bota:
ierta Wfi ufi &modtY
ltwa &nd dqxebiafi
koberthgi a~nirezcd
circular, ~ i a
que
lfnea aEganoli da se
delrdo apemil, &trt6h-w*.3r-. giatPda $6 *o&, &Oatwe cabierto de vatidura * ~ i @ f . 'ddtlb d pa~%& d d
;que
i
alta
cuello, en el Que a
'&e@ da S n c ! h @ ~ @U!&;.
qu-é
eollrii o gargantilla, k w
d
[page-n-147]
E""
d
.
[page-n-148]
los pies, que apenas si .asoman por el borde inferior. Del
propio color rojizo se pintró la boca y el fondo del bonetillo. Un taladro vertical que atraviesa la cabeza por la
parte, del bonete, indica que la figura se destinó a estar
colgada. El descascarillado que muestra en ia parte' central del frente, dejando ver una superficie lisa y uniforme,
hace sospechar que la pieza se fabric6 en dos tiempos,
cubriéndola al final con la capa que se desprende ahora.
Como se ve, trátase de un exvoto en gerámica, de &ecución poco cuidada, pero interesante por su originalidad
entre las demás figuras semejantes valenciana&. E1 tocado,
que no time parale10 entre las figurillas de los santuarios
valencianos, nos recuerda algo parecido de &ros lejan&,
pero en figuras con faldas acampanadas cubiertas con gorros cilindricos, así como' otras de Ibiza con ligeras variantes. Reproducimos varios puntos de vista de esta figura en un trabajo publicado en ctArchivo Español- de Arqueología~,y ahora en la lámina XLII, A.
Año 1941.-Se a c a v ó este año el área que restaba entre lo explorado en Ia campaña anterior y lo que fué 05jeto de, las primeras s-xcavaciones; lugar de la ladera muy
pendiente, de escaso fondo al parecer y mucha piedra
rodada, que ofrecía pocas esperanzas de éxito; pero no
podíamos dejar sin explorar aquel enclave en un extremo
del 'terreno, y se procedió a hacerlo.
Nos ayudaron los agregados Sres.
adémás Chaconleli en 106 Gltimos día
y vaciaron los departammtcrs 59 a 69;
se esperaba, pobres en material, ya q
haílazgos corrientes (fusayol
ciformes, oinwhoes, algunos tiestos pint
otros escritos, etc.), que no reseñamos
cesario al ser tan generalmente conocido
pecial mención una pieza ac
tipo excepcional en estas rui
[page-n-149]
a de un departamento excavado, el núm. 59, por ser
o de los pocos que hasta ahora han podido observarse.
e trata de una habitación aproximadamente cuadranguar, algunas d e cuyas paredes eetribaban sobre rocas de la
ronunciada pendiente, en la que, como es frecuente,. esa remetida la pared del fondo. Esta se fortaleció me@te un alto poyo de piedra en seco. Todo el espacio
e 10 que fué habitación se encontró rellenado hasta igw-
tos, con la particularidad de qiie se interponía entre la
masa trasera de la capa anterior y la pared de1 fondo en
casi toda la altura que restaba de ésta, que era de unos
metros y llegaba aproximadamente hasta el borde del poyo
dicho; otra capa h u m ~ s a ,negruzca, ancha de 15 a 20 centirnetros; y debajo de todo ello el estrato relienando
la planta d e tierra roja, uniforme, sin apenas piedras, adea á s d e pequeños tiestos esporádicos, pues no pertenecía11
evidentemente a piezas fragmentadas, cubriéndose coa ello
.& material qwle permanwia en su lugar, que eran linos
VLISOS chafados y otros en pie en el sitio que ocuparon.
Los estratos tenían una marcada inclinación aproximadamente paralela a la superficie de la loma, menos .acusada
en los inferiores. El material encontrado en el fondo fué :.
icuatra vasitos del conocido tipo caliciforme y otro de cuexpo esferbidal; dos oinochoes de cuerpo bitroncocónico y
decoración geométrica; otro vaso de cuerpo parecido y
suelfo alto, ancho, sin boza, ornado con una greca entre
cintas en el cuello, y otra fina de semicírculos, rdlenos de
[page-n-150]
motivos varios, en el vientre; un sostén de los cerárnicoa.
bajos ; mano de rno~tero
,rematada en cabeza zoomorfa
fusayotas, dos. sostenes semilunares de barro; pequeiiá.
pieza eai%aa;
~ii~taeigular
taladrada en el centro ; afiladar.
un. par.:i&?e~acl-iascorrientes m estos poblados y una oxidada eaehiiIa7& hierro hallada sobre el banco del fondo,
airi ?m* &*a -sariEEa, un clavo y dos trozos informes de
láminas d e .-loi-j.mi~8mo.
No hará falta decir que la eatratificación.! ~M~c;.e
a haber quedado intacta la habitación desira& al arrasar la ciudad; y nada nos dice, por
lo tanto, de la estrdtificadón del suelo sobre que se asenti
la ciudad vivien& que.es 10 que nos intermarfa conoces,
E n las excavaciones del año anterioruse emprendió y
no pudo terminarse IP ssrpEcraciÚn de los departamento&
S5 .y 56, de especial h & &te por idparecer dorairpueste
t&
d e dos partes, una P, a!~&v~l y otra b a unos cincuenta
baja
centímetros por enebajdsl aqu& y junto a la pendiente;
haciéndonos penw-lo4: la d a ~ e materiales (casquijo
de
y apenas tiestos rtrw&doki Q U componían el b, La labor
~
terminada +e año nos afirm6:en tal pareoer al descubrirse la pared tranwwsal que servga Qe. sostén a macizada
S
del departamento alto e i n t e e . Una zanja profunda da
la parte a. ac-usó un fonda a x i q d ~ j o - q u e
hizo pensar ea
reconstrucciátr realizada. m el d ~ r t a m e n t o ,cuyoa detaa
lles darían a esta refm8nck una e x t m ~ i ó ninusitada.
fut5
Año 1942.-Si p&a:f~xida la zong excavada en
1941, más desagradable m faiqgw rataba explorar en 1942 :
i
espacio comprendido al ~ & ~ : d w ldepartamentos 48 a 51,
os
ambos inclusive, más abajo de .la sr--tabla de sigarrubas- que
.siiwió.de paao para la saca de G ~ 411 Los años preceden*
B
tes, desde donde la ladera a e x a b a b a sq p~ndientehasta
w
-1- trabbjw, salva
hacer poco menos! q m h ~ w t 4 c a h l m
en el extremo S. d~izde-eadii6?ecc&o- hacia el cementerio
d e ,Liria nacía- y .se ex
la .un pequeño eep01ón, que err*.
sanchaba el terrano liearamente. En a t e pequeño enean*;
[page-n-151]
[page-n-152]
castillo al cdlado ole! apuntaletu y algunos g r u p w de exeavadores se apwcieron por puntw d l ~ e ~ w s
coma vrolmdt3
a ver.
UIIO& &h dirigiihe a explorar la cima de la aTorre*
t a ~ y m& ils&u&ados los hemos tam'E6~
,
espseato ya.
t f e d i m c4etfos lugares de l emai7ado en akor
o
a ~ t M d r a ,e?n ~cla+wi&ida algunos puntos dudosos, se
Ffwua~3+i
áPguiias pequegos trabajos en llo nniirns 70 y 71,
que dieron lugar al descubrimiento del .departamento 93,
de ee há44amn restos cerámicas corrientes (vasitos calidfar*b^, &i%t~s,:e&.), pondeiral de p b n o y una Ihrninli
un
~ W O 'ti'am&
pinar. Igualmente se d w t t a r o n trabajoe
c o ~ p E m e f i ~ ~ h s los departamentos 36 y 37. En la
en
patte de 'la a ~ t i e n t e más cereana al arranquk del
apuntajet~,- exm+dronse 10s ~ S Y ~ B S ~ de k~bitaeiorhtos
nos asituadaa aneima de fa $senda que traÉi~j\r&s&lmente
cruza la parfe mis baja de la 'hdera, - %&a muy roa
cosa, cuyas labora se dueron ekt&dbndo por la pequefia
pendiente- q w daba' al-'div'atr ;de 1 ~ineonitdadel S., des%
cubri6ndose los departnmentm -Que ss enumeraron 86
,- 0 1 ; .
al 10(2. .
d&1tíerkepsd J de su excavación,
.deu8
de! departamento
6n sigaf-entc, aparte de la capa
, ~4 imperceptible : tierra rojka
con piedks,, :~ i a ~ & ~ * ay. d a
demás arrastres ; una
capa que no dc&&'i'db&
lb'arichd de la superficie, que
parece como de argamasa; ;+Iera roja muy ctpelmazada,
junto a la pared:; @&ji.ee-h.baianca e~istentecn el dngulo
de la del fondo y a 81~~tat@
(Ee todo ei suelo, ceniza y algunos.vasos, parte de ellas ain situp.
Es interesante d de~cjlbii&itmtode otro departarxiento
con un molino tambiki %ri %a ltzl&a.r (departamento 100) :
dió primero un arnplb Mr&s relleno con res+os d e atobones, otros que ,pudie?an Ser de Sia techumbre y escasa ce1
.*:-
I
I
[page-n-153]
j, -1 i n w * b
i*iv
wmpu.astzg & w n k s 3
ad de cerámica, que llenaba la parte baja Qoch h E y e
b w r d & albi ; Y e pl W ~ @ del &a.
n
Q
ew*rgiea&b Qs h segunda- asa. wareeb la pkm
wlira4 QW b&a ~ u d i d e
mnt&, eciaaiplats, ea s
a
sitio, y sentado en raa porcióa da we P ma-t
rh
de ph*
t a b ~ m atigeamente elevada $abre el resto da1 dspetm
mnt@.
Di6 &a o~mpirñc,
además del rep&i& p
material : entre h cw4mi~2,
bu
d o eon pan$m de j
i r.pebri c
~
y popciotl.~ ode
d& M r m
resante d e a r aei6n vegetdt d&
de metal, una rota esn-ipmílla ta f&?i@a,dC@asqWe
rica y un gran allilct dt cabeza deeaniba ia &@al por una
lfnea bcisa; da pasta +ftftrea, nim cuertta be las ofnadas a
g a j ~ ~ s ; de barro, el Iry
de una figura, toro o caballa,
de sobre qnos diez censmettos de largo.
&nrs f~eqaeñasmfilomciones dejpuks - de B 9 - Dos4.
pues de la campaña Gltimamente reseiiada, en que ya s e
nos creafari dificuftact& por aPg64 propietafló ~oIirrBlmt6,
la falta
espacio disponible para proség~itfos trabajas
nos forz6 a realizar tanteos en otras zonas en que fuera
posible.
Asf, el capataz Montañana, aprovechando su habitual
residencia en Liria, ha ido realizado algunas catas en unaa
tierras que se supone perteneciente8 al Monansterio de San
Miguel y que están situadas ea un a n t e aludido rellano
existente entre la muralla SE. del casti110 y la cerca de
piedra en seco que limita aquél por la vertiente apuésta;
sitio en que el sudo, sin dejar adivinar su diaposición r e
mota. pe halla hoy desfigurado y dividido principalmente
ee dor fampos escalohados, que en las ba~esde sus miro
m e s de contenciáli de tierras, dejaban v a grequeñae sacio-
[page-n-154]
nes de las paredes que formaron mansiones derruídas
y enterradas.
En uno de estos sitios, inmediato a la cerca dicha, afloraban tiestas que indujeron a Montanana a -explorarlo; y a
partir d e su iniciación, entre frecuente5 protestas, consiguib descubrir' buena parte de la planta de una construcción
& piedra en seco compuesta de dos departamentos (102
y 103) separados por una tapia de piedra y adobes; el
primero muestra, a todo lo largo de las paredes del fondo
y dereha, un poyo c0rrido.de 53 cms. de a ~ h o .
Entre lo descubierto en 102, .aparte del material co.
rriente. deben mencionarse los siguientes objetos : copa
grande imitación de las campanienses de pie bajo, ee cerámica gris rojizq, con impresiones en círculo en el fondo, imitando .el ornato estampado de aquéllas ; yaso campaqj&e a modo de moderna tetera,. .y lwerna de lo
mismo; otro.vaso, de? barro .bapfp, cw tres pies cilíndricos y orificios triangulares en el cuelio, sin más decoración; sombrero de copa con muy correcta decoracióp
geométrica, floral y rizos con remates dragonados, pieza
que describimos más adelante y reproducimos en la lámina
XLIII, A; fragmento cerámico cqn cabeza y cuello de caballo pintado, de buen estilo ; tres botones de.vidrio de-los como menudas casquetes, ~oaocidos aCovalta~ «Bastida»,
en
y
más perfectos los de ahora al parecer; parte de un regatón
de cobre o bronce ; y minúscula tapadera de cerámica con
decoración geométrica pinta da.
m
El departamento 103 diR, i una primera capa supsr- ficial : trozos (parte del cuello y de asa sellado con M. E.,
y porción del vientre al fo~idu)de una tosca ánfora que
parece vinaria, cuya asa semeja bajar recta 'del cuello al.
vientre, pieza de la que no seencontró ningún otro fragmento; otra minúscula tapadera de cerámica pintada, como la
antedicha; fragmhto de cuerpo y bo'rde de vaso de cobre
que debió tener forma miesférica alargada; y dos grandes
'
a
[page-n-155]
trozos, que pgrrniten la r&onstrwción de .un umbo rircular .de hierro, que recuerda el 48 las escudos cetms.
E interrumpiendo la expgwidbn .eronológica de los trabajos de exploración, en gracia a agrupar los efectuados
an terreno que se SUDdel Monasterio, en fuga- de dar
a continuacihn las multadas: de los rrtalizadohs en los d e
partamentos 104 a 410, vamos a oeirparnw de otro, el 1 1
1,
deeeubito m b i é n par Montañana en 1948, entre las
cmsiguient* protestas del Convento.
En un. campo colindante con sl en que se dieron loa
departamentos 102 y 103, en un asoma de ceniza^ explorado por Montañana, se desmbriean los &casos restw
de -otro depaftaemen-tu,reetangulr :del que . ó quedaban
sh
la pared .de1 fonda p .parter die: 'las 'laterales9 p en lábase de
aquélla un poyo de sobre un metro de ancho. El fondo del
departamento apareci6 ocupado por un estrato de cenizas,
y en él se descubrieron : en la primera, capa, un botón de
materia blancuaca indeterminada, discoidal, con taladro
en el centro; cuenta esf6rica de vidrio; mango de útil en
hueso; laminilla de cobre, rectangular, con taladro de uno
d e los lados menores; tiesto pintado con una figura ac&
fala y traje talar que lleva, de los hombros al borde inferior, s~nditslíneas en claro por reserva en el tono de la
eexámica, que oe cruzan en aspa; otros que unidos muestran un guerrero can dos jabalinas que precede a un cablc110 y al que antecede un perrillo aga1gad.o .tramdo con
bastante acierto y q a nivel miis bajo aparece una ave con
las alas un poco alzadas y delantg otro perro, ambos de
labor márs tosca; g otro Siesto con deeorac~Qn
vegetal da0
buen arte. Y m& profundo, en la tierra, cenicienta : insr
tcumento de hierro, a manwa de varilla, de 52 cm&. de
íargo, w n un extremo apuntado y llevands en .el otra d a
pequeños ensanchamientos discoidales entre loo que d e b 3
ir Iw enmangadura, -pieza que en las raturae mue~tra
como
un hilo de cobfe a amanera de ánima de ;lq.&lla; podón
[page-n-156]
de sobre 25 cms. de largo, roto por la punta, tambiOn Be
hierro; wrm cr
;
barra r e &a&@ con restos de bania r ~ i i z o ,aea 'rota gr
p h que aI fin4 se ensancha ~ m k i r c u f a r m e n t e ;una tinajk capi s d a d d a l terminada en tapadera cónica remata&
i
m bothn plana y bordes dentados triangulares, que ee a j m
tan en la. tinaja y tapaderz, todo decorado e m orrilta
vegetal @&$re
cintas, y E t a ~ d e r a
a
con letrero ikierico q u e
le da vuelttr wmpleta (lámina XLIII, B, e inscripeián ú1tinao del &r.pus adjmto).
Eltos .tres departantontoa de los campos del Convento
y lkl), p r haliar- ea sitio más llano que Ioo de
(102,
empotradoe en ella, sino cmsttufdas
la vertiate, no
sobre at & r w COD planta b a t a a t e Dana, y se ma?uefztriaPiiI
d&ajs de g r u w capa de tierra removida paía formar loa
baneales. &rs ideami paraen también mis ricos a t q u ~
lógicamwtie, ~ e b s e d a eul d fonda, que las dem4s conat
cidos en l r a i i e e . Base pasar le vih~tapor la reseña
a
de lo m dlors; IsaBada para conkl'tnceme, sobre todo ei n&cS
$as decora&&^ de la m&
perfecta y cvi.dda de h n Miguel y en la tinaijilta de bardes dentados y tSpdega e&&;
asi a n o , entre ltJs fuagmeato& etx8mic:mts d de l ccsrrecta eabezsr & cabaZi~,
a
y el con decoracibrr BmaI también muy correcta, entte
otros. Y asirniowi br i b m i h c i a de piezas eampanianas
(lucerna y ateterna) y la copa imitándolas. Todo ella haee
pensar m época gmstmicm al material ya cofiacido, de:
la vertiente de San Migkbelraunqae sin llegar a lo f~anc*
mente romano, p u a los tiesta de hfarcr que p a r a e n de
esta época se halaron muy superficiales y dispersos, m
4
como un gIande d e P ~ O ~ Q ,
pisa exxcepcional.
Año 1947.-Agatabai c r Ia vertiente frontera éa e1Pun2
n
il
taleb las lagares exavttblers e incluso corno va d i c b
[page-n-157]
[page-n-158]
mita su clasificación. .En el relleno del fondo del 107, a
2'25 m. de lo que fué superficie d e l campo y a -1'45 de lo
que s .sa~.pm~. del &partamento, se dieron tiestos
e
suelo
de un peque60 vaso de cerámica' basta, al parecer hecha
a. mano,.?guc-acusa cuerpo esferoidal y. ,cuello. reentrante,
así .eomo.garta del fondo plano de otra pieza de aspecto
prehiatóriro, Y dará idea de lo revuelto del suelo el h e
cho-dequea.en h n d o apareciera una imitación en cobre de
d
una rnomda d~ieinao
pesetas de Alfonso XIII niño. En el
109 m h ~ ~ Ó r ~ ~ l B ( - ~ a e l o ~ ~ l lsen o ,dicho, de tiestos cocomo e ha
rrientes *i$
&os y de .facies arcaicar; acusándose en
esta capo! ~ t 4 a m , .ocho a 10 cms. de espesor, ti,pos de
de
plata, a a 4b.Abajo medianas, sombreros de .copa, etc.,
$s
junto -wn~-bBBi
aladidoe fragmentos arcaicos ; capa que se
extiendbsa.&da ~o:mclro 109. El lavado de los tiestos
del
tipos
no acud m á ~ ~ g u e geométricos. El 104, que di6 algún
fragmtmtu de ca%mica,rica veg&tiE; gran parte de una
h,oia.de lanza, w hay que deck quc~caniotodos los h i a
rrtx d e San Miguel extraordinariamjmte -oxidada, y un
raro fragmento d~ oreja y parte de carrillo humano en
cerám3aa engabada de blanca, coa taladro para pendiente
desplaaado .hacia .abaja, $a que por .más cuidado puesto
se eneoatra"i:aningún &@a
iragmento que con éste tuviera
relación, .
. La naturalesk y dispmición del -estrato, tan superficial
en unos puntos gmno irmapesadarnente.profundo en algunos otros, no hwpemitido hacer más precisas observaciones.
TRES INTERESANTES VASOS
E n la reseña de. las diversas campañas de excavaciones
hemos solido publicar algunos de loe vasos principales.
Siguiendo el acostumbrado plan, también aquí vamos a
dar a luz tres de las más interesantes piezas aparecidas
estos años, a las que. hemos hecho ya ligera alusión.
7
[page-n-159]
r
El vasa de los Cabezotas.-Ante
:
.
i
la necesidad de denominar con un nombre vulgar este vaso, le damos el de «los
Cabezotas» con el que se le conoce en el Museo, por las
itksmesuradas cabezas de algunos de 10s personajes de su
decoración. Es el vaso del tipo, bien frecuente en San Miguel, bitroncocónico con el borde del estrecho cuello exvasado horizontalmente (lám. XLII, B). Su ornamentación,
pintada e n el tono i'ojizo corriente, va en toda la anchura
del cuer,po del vaso entre dos filetes con inmediatas series
d e postas simples y peqyenas la inferior, y más grandes,
perfiladas linealmente y rematadas en dobles rizos dispares la sup;erior; cuyo espacib está limitado a los lados por
dos a modo de metopas que debieron tener la finalidad de
ocupar sitio sobrante, terminadas lateralmente por series
d e SS y postas, y ocupando su centro por rectángulos hendidos ,por espacio triangular. E l friso lo ocupan las dos
escenas de combate que pasamos a rese'ñar. Una gran figura de guerrero, d e cerrada barba, armado d e jabalina
y escudo en que se vislumbra el umbo y a1 que atraviesa
una jabalina que le hiere en. la pierna, lucha con un peic
queño jinete armado de igual modo y portador d e falcata,
que se revuelve hacia el primero, a tiempo que es
herido en la nuca. El primero lleva amplia cimera colgante d e la q- pudo formar parte otra porción que se
adelanta sobre la frente, y luce amplio cinturón; y el jinete
se cubre con casco de cuernecillos. La siguiente escena se
inicia con otra gran figura de guerrero, con tirantes y cinturón que hiere por detrás a otro jinete en el hombro
sangrante, y que se defiend.0 con un pequeño .escudo eIipsoidal de otro jinete que parece atacarle por el frente.
E s de apreciar la desusada diferencia de tamaño entre
los peones y los jinetes, así como el que éstos vayan montados a horcajadas sobre mantillas o gualdrapas, cosa excepcional en las decoraciones lirianas y que ,los caballos,
d e cabezas borrosas dos d e ellos, lleven. campanillas y fron:
[page-n-160]
tales, y se adornen sus cuellos y pechos con zonas divermente rayadag.
Los claros se ocupan con las acostumbradas hoias de
yedra y a r o s motivos igualmente vulgares, y aEgunoss de;
interpretación desconocida.
E! oaso dragonad0.-~lamarbmos así, tal vea un poco
igiplophiecate, pero respondiendo a una ya explicad?
necesidad d e determinaei6n individual; a un va40 del tag
abundan& tipo visto en Liria dicho sombrero d e copa,
ejemplar que por su pintada orqamentqcción, tan nutridaL,
riea y correcta, puede tenerse por una de las pimas más
interesantes d.el Muleo. Vamos 'a tratar de demibirla auxk
liados por la reprduoción de la lám. XLIII, A. Como en
la rnay~rid e 10s vaso8 de e ~ t a
d
clase, la ornamentación se
extiende a l o largo (y en- este caso además, a lo ancho)
del cuerpo cilindrico de la pieza, en un espacio delimitado
por uba cinta entre- filetes *mida por un friso de pastas,
da las perfiladas linealmente, de gkan corrección y regularidad,' en la parte alta del friso, y otro grupo de cinta
y filete$ &ZI el extremo i&erEor. La zom así delimitada est6
ocupada por u- serie de cartelas s rec-tángulas; separados
por nneas ve~ticalesde, SS, rombos y otros motivos wcundados; conteniendo t ldartelas alternando en uno y otro.
s
sentido un complejísirno motivo, que intentar-emos describir,
El tema central lo constituye una gran hoja de yedra de pusta atirada y perfilada linealmente, d e cuya base surgen e n
sentidos opuestos como hojas curvada8 rematadas en c u a necilloa unas veces y con motivos acorazonados otras; PQP.
la parte opuesta el perfil se revuelve en sentido eontrz+e
formando voluta8 terminadas en complicados reniates, des.
tacándose singularmente como un serpenteante cuello
de animal fabuloso, con cuernos y trompa historiada, que
se retuerce hacia arriba harta el nivel mismo de la basa
d e la hoja d e y d r a . Todo elia, tratada con un cuidado
excepcional en estas cerámicas. La particularidad de: E
a
[page-n-161]
repetición aiterna y en sentido contrario de la decoración
cis cada artela, da una primera impresión de emplea de
trepa o estarcido an lo fundamental de la copiosa ornamentacirin, aut se comwletara eon labor directa en los
pqueiios detalles; aunque parezca contradecirlo las desigualdades que en los niveles de los motivm compIementarios son do notat en las dos recuadrm que comprende
k reproducción publicada y las diferentes dimensiones de
los motivos.
La timfilla de bordes dentados.-Se descubr3ó este vaso,
framentado, en la capa de cenizas del departamento 111,
íiwando huellas manifiestas de la acción del fuego a que
estuvo sometido y que ha testado en algunos sitios la ornamentación pintada. Time forma de tinsjijilla con asitns
de doble nervatura y bordes dentados que encajan con los .
de la tapadera chica, rematada en bo-tón plana. La ornamentación wupa una amplia faja en la parte superior $el
vientre, limitada por cinta y filetes en la porción dentada
y ,por la misma ornamentación con series de smicírculos
conc6ntricos por bajo de las dos asas; los espacios de friso
comprendido entre btas, los decoran pares de grandes SS
inclinadasts,
agrupadas en zig zag y rematadas por riza, y
en los ángulos que forman, llevan a manera de palmetas
y alguna ~ e z
como pequeñas hojas de yedra perfiladao.
La tapadera mueetra en el borde inferior una amplia inscripsión ib6riii.a sobre la que van en círculo serie de postas
y cinta con filete; y el bot6n aparece decorado en lo alto
can dos rayas en crua y pequeñas hojas de yedra en los
cuatro vertices. VCass el vaso en la lám. XLIII, B y el desarrollo de la tapadera en el núm. 76 del Corpus de iri5
cripciones.
[page-n-162]
[page-n-163]
CORPUS DE INSCRIPCIONES IBERICAS EN
CERAMICAS DE SAN MIGUEL
(Continuación)
,
.-
.&
IncIuida de nuevo en ta antwiar Mmasisr (193&@S),
Ia ya publicada relación de iwrigeioaes en alfabeto iMrico ea eerzirnicas, de San Erflguel de Liria, la compfemos?
ahora aoa Iaa dmcubiatas desde 1940 hasta hoy, englobando ea ellas aun 1ss constituídag por un solo signo no
comprendidas antes no a610 por el inter& que aislar
damente pudieran tener, asino m espera siemprvzc de que,
como alguna vez acontece, se dacubra otro tiesto que
lo (sontinde o complete. La .ineorporae;tjn de b s m2eVO8
letrcares se hace en las rnism.qs candtci0ntoa que los a n t s
cedentes y continuando su"&heraczbn coirrdativsl.
Hallazgo esporádico.
Tamaño igual.
,
[page-n-164]
XLII
Por bajo de i?n borde decorado con postas y separado
d e ellas por un filete, corre este fragmento de letrero que
parece iniciarse con un borroso bo.
Año 1934.-Departamento 15.
Reproducido a 1/2.
XLII1
e! tarda m01 alE n d ebfldrz q~st
Ewm 1 w h
Us&icxr &
ISC~P
de mwatws d&b.
&rama dw&
1hn d d f r w & q
de un
~ m - - a q e m ~ t ~ ::3;.-rtc,,18- .-,
5
R q r d d d a 8 $12.
. . r . ~ . l . , ~ : , ~ ~
[page-n-165]
XLIV
drico de una tinaja de buen tamaño. El signo parece aislado, aunque por estar inmediato a la rotura pudiera ser
la inicial de un texto.
Año 1934.-Departamento 16. , = ::t:.$
Reproducido a 112.
Hallazgo esporádico.
Año 1935.-Departamento
í'.'
27;
[page-n-166]
XLVI
E n el chaflán para formar un cuello de borde cilíndrico
de una tinaja de buen tama6o. Signo aislado.
Año 1935.-Departamannt~, 41.
Reproducido a 112.
XLVEI
6..
t
Letra única sobre un borde plano como de sombrerillo
de copa; pero como por la parte interna del cuello hay
huellas de haber sido obturado por algo como tabiqus,
cabe la duda de si pudo ser tapadera.
Año 1940.-Departamento 52.
Reproducido a 113.
.xLvrII
,
Sobre un fragmento de borde exvasado.
Año 1940.-Departamento 56.
Se reproduce a 113.
[page-n-167]
XLIX
Inmediato, al parecer, a la iniciación de un cuello.
Año 1940.-Departamento 56.
Reproducción a 113.
Parece an fragmento del vam hallado el mismo año
el ddepartamento a;de barro clara y letras grandes.
Año 194.-De;pafiamenta.
primwa capa.
Repieducido a 113.
.....
1
l
.
"
[page-n-168]
LII
Estos dos fragmentos parecen pertenecer a un mismo
vaso. E l a) se halló en 1940 al lavar varios tiestos esporádicos; y el b) en 1941 en el departamento 59. Los dos en
el borde saliente de una especie de tinajilla ventruda, de
las que llevan menudas asas que van del borde del cuello
a lo inmediato del vientre.
Reproducción a 112.
E n el vientre de un vaso grande de barro claro. Letras
bien legibles.
Año 1941.-Departamento 56, en la ÚItima capa de la
zona d e tierra roja con barro amasado, a sobre 90 cms. de
profundidad.
Se reproduce a 113.
[page-n-169]
LIV
!.
I
t
F.
Entre dos filetes, en el vientre de un pequeño vaso que
parece tener forma troncocónica. Difícil es clasificar el
animal reproducido.
Año 1941.-Departamento 56, a, en la última capa de
Ir? zona de tierra roja con barro amasado.
Reproducido a 112.
que& parte.
[page-n-170]
LVI
Escrito, de fuera a dentro, en la parte ligeramente plana de ua 6mde que sale doblándose en ángulo recto.
Año 1941.-Departamento 60.
Reproducido a 113.
LVII
En un bordbJ con derronición en dientes .de lobo, de
un vaso de los panzados con cuello acampanado. Letras
claras y bien cwmervadas.
Año 1941.-Departamento
Reproducido a 113. .
67.
Hallazgo superficial.
Año 1941.-Departamento 67.
Reproducción a 112.
[page-n-171]
LIX
S o b e el borde, casi plano, de un cuello exvasado.
Año 1941.-Departamento 59.
Reproducido a 112.
'
'0
- "
I
Bobrs el bordD oiana *apibk.%n ter& de que su^
dan b ~ d l m JT ea fa p o t ~ i 6 ~
,
hnie&h _irnbrí;oit,eí -f
da
QW ha9 r ~ t w
m& i.eg:%Iq*, llu& -pae;&lemearte
w o
IR lea urmadag
.o*rw~ da -a.
A& Ml.-@Ispa&mmb B.
Rwoca~eidaa í/a,
[page-n-172]
-
Fragmento de grueso vaso, que lleva este signo, aislado, en el chaflán inmediato al borde casi cilíndrico del
cuello.
Año 1942.-Departamento 80.
Reproducido a 113.
LXII
Escrito en el borde recto, saliente, de un sombrero
de copa.
Año 1942.-Departamento 85.
Reproducción a 112.
LXIII
Sobre e1 borde lisa, entrante, de una especie de tinajilla de barro claro. La inscripcióri se apoya en la parte
superior de un fiIete.
Año 1943.-Departamento 86,
Reproducido a 1/2.
[page-n-173]
[page-n-174]
.
Por bajo del borde exvasado de un vaso de tipo cónico,
muy corriente en Liria.
Año 1943.-Departamento 96.
Reproducido a 112.
LXVIII
n
un pequeño borde de tiesto gris; muy
posiblemente, por el fuego.
Año 1943.-Departamento 96.
Reproducido a 112.-
LXIX
" ~ el borde de una pieza de cuello exvasad o .
n
grandes y claros. Es un comienzo de texto.
Año 1943.-Departamento 99.
Reproducción a 1i2.
I
-
[page-n-175]
LXX
Sobre la parte alta del vientre de una tinaja de mediano tamaño, pequeño cuello recto y profusa decoracihn
pintada en espacios separados por cintas. Parece que fu8
escrito el letrero después de pintado el vaso, aprovechan,
d o los claros quedados en la decoración.
Año 1947.-Departamento 104.
Reproducido a 112.
LXXI
[page-n-176]
LXXII
Sobre otro borde plano de sombrero de copa. Merece
observarse alguna semejanza entre su escritura y la de!
número LXXV. Parece la inscripción incompleta en el
final del fragmento.
Año 1947.-Departamento 106.
Reproducido a 1/2.
LXXIII
M,enudo fragmenti, escrito en un tiesto que, por ser
de pequeño tamaño, no da idea de la clase de pieza a que
perteneció.
Año 1947.-Departamento 108.
Reproducido a 1/2.
[page-n-177]
LXXIV
Letrero un poco tosco, escrito en un borde, curvado
hacia afuera, de tinajilla. Incompleto en su final.
Año 1947.-Departamento 110.
Reproducción a 112.
Este letrero iniciú, con d número 1, eI premntei r6orpusa ccun las astro pGm.eros signos del texto B ) y ~aai
e1 Zp);
y, corno queti6 allí refesida, rrpsree!írl ecriitct en a1
[page-n-178]
borde plano del fragmento de sombrero de co,pa en que
a
se veía la figura de T llamada cdama del espejo)), hallado
esporádicamente; y el fragmento a) salió en las excavaciones practicadas después (1933), precisamente en el departamento número 4, lugar donde superficialmente se hallara el primero. No se tenía la seguridad de que ambos
6ragrnentos pertenecieran a la misma pieza, pero el tratarse de tiestos de bordes del mismo tipo de vaso y tamafio,
igualdad da barro y parecido de escritura, aunque con
alguna diferencia, y el haberse descubierto en el mismo
sitio, todo indujo a pensar en la unidad d e procedencia,
aunque con dudas, como quedó allí expuesto. Pasados los
años vino a recaer la excavación de San Miguel en unas
pequeñas tablas situadas a Poniente y en lugar dominante
del sitio donde se realizaron aquellos hallazgos; y allí,
cerca del referido punto, se descubrió otro trozo de borde
de sombrero de copa escrito, que completaba en gran
parte (25 o 26 signos -más) el de los cuatro con que lo iniciara %I texto a); quedanao así excluído como supuesta
continuación el texto b), cuando menos de momento Y
con las propias dudas en cuanto al supuesto resto de la
inscripción, n o ya por los motivos conocidos, sino además porque persiste y se afirman las diferencias en la puntuación separatoria de palabras, que es triple en a) y cuádruple y quíntupIe en b). Obsérvese cómo la agrupación
de signos ban que en la parte nueva de a) aparece dos veces exenta, se repite de igual modo en b).
Años 1933 y 1947.-Departamentos 4 y 110.
Reproducciones a 112.
[page-n-179]
LXXVI
Este bello e importante letrero figura entre un grupo
de cintas y postas que decoran circularmente la parte alta
d e una tapadera cónica de vaso y el borde dentado de la
misma. A partir de un motivo de adorno, o mejor, de una
letra historiada, ya vista en otros casos, y a continuación de
una rotura se inicia el texto, pintado en el, rojo vinoso
habitual de las decoracieones ibéricas. Parece haberse perdido, con la rotura dicha, el primer signo, y el inicial del
texto es dudoso, al que siguen cuatro más y finaliza la
palabra con tres puntos de separación; c o n t i d a el texto
con otros cuatro signos, dos de ellos dudosos, y la correspondiente puntuación separatoria de cuatro elementos,
seguida de diez signos interrumpidos por una rotura en
la que debió ir otro; y luego otros cuatro puntos,
seis signos más y tres puntos; y tras éstos un ban, a continuación del cual hay otra serie igual de aquellos que lo
separan del aludido ornato o letra historiada. El texto,
aparte roturas, es claro y como trazado cuidadosamente.
[page-n-180]
Fué descubierto este vaso en el fondo del departamento 111, excavado dentro de los campos sobre los que las
Hermanas del próximo Monasterio alegan derechos dominicales, en los trabajos que pudo realizar incompletamente el capataz Montañana.
Año 1948.-Departamento 111. '
Reproducción aprox. 113.
[page-n-181]
.m
FINAL DE: LA SERIE
Y eon esta cua~tilla
dnqor término a la Memoria refe-
"
rente al periodo 1940 a 1943, que geguramente será tambikn la final de la serie que iniciáramos con la relativa a
19%; publicaetaneú que, por haber nacjQo en tiempos de
eeeaseces eean6micas, aparwieron priazaero cama tiradas
rpart-e de, 13 Memoria General de4 S.e@ret& de la Diputacibn, Icc que nas forzó a adoptar, y luega a contiauar
poi razones de unifwrnidad, e s e formato tan poco a prop h i t o para dar a conocer trabsjos de investi~eibn
con las
ilustraciones inexc~ables.
Con &+te otras
y
[ Iaosotros sOlo imputabfrr;~),
+
es 1 cierta que en mw.~&Ae&e.gublícacfonw se han ido
o
remgieado las vicisi~&.*&~* p6speras y adaeraas, par
que el Servicio atravPex%ó;.
&de u i comienzos difíciles. j
fatigosa, an que ' h a J f a ~ cordial ayuda. en muchos y,
a~
cua~ido
menos, fj3aldadaq ya. =peradas de las que erran máls
&ligados a lo contraria, basta uaa casi reciente actuaidad, rino prQ@era, sr" lo smficieatmentcr firme para dar riJ
Servicio por a r r a a d o . A &o ha contribuido, de una par.
te, el apoyo prirtcipalmeslte mora1 del Conseja Superlc.r
de Invesbigaciorxm Cientlficas, creando en d E;. 1. P.. a
' wav& del Instituto ~lDiego
VelAsquez~,su Bseicin de Prehistoria vehnciw; y de: otro lado, el decidido apaw
.eicoa&mico de nuestra Diputación provincial, a partir dp
:%
W y hasta 1948. D&i&ndo~e
hacer presente aquj que esta
Bjrección ha encontrado siempre, pero muy en t.eipmlaJ
d perfodo dichos, de Ióa Sra, Presidentes y Digutad~s
la ~o&r$;~i&aaltia persoml de la miama, nrr por. la
y
[page-n-182]
zyuda necesaria, sino la Cariñosa atención y cordial solicitud con que en la Casa es tradicional cuidar de cuanto
creen que prestigia y honra a la Diputación y a Valencia.
Y por si no tenemos ya ocasión de hacerlo constar, vaya
la ratificación de ello como colof6n de este libro.
[page-n-183]
Página
1948
> ;
.......
11.-ACTIVIDADES INTERNAS DEL SKRVICIO .........
. J .." p u s e 0 ..........................................
- '.~kaboratorio .......................................
:e
;U!?{ .Biblioteca .........................................
;
.
Gr3.p' -$ublicaciones
...................................
111.-EXCAVACIONES
P EXPLORAGIONE" E-TUADAS EN DICHO PERIODO .......................
&%va de les Mallaetem
Cueva de la Cocina (Dos Aguas) .....
Cueva de Llatas (Villar del Arzobispo)
Peña de la Duefia (Begís)
Cueva de la Pastora (Alcoy)
Cueva del Palanqués (Navarrés)
Altico de la Hoya (Navarrfts)
. La Atalayuela (Losa del Obispo)
El Bancal de l a Corona (Penág-uila) .‘.......
Ereta de1 Pedregal (Navarrgs) ...............
Construcción Megalftica en Monforte del Cid.
Cepo de San Miguel ILirid ...............
Cueva y Tarre del Mal Pszso (Castellnovo)
..................
...
......
..................
...............
............
...............
............
...
1V.-EXCAVACIONES
(BARIG)
EN «COVA DE LES MALLqETES))
.........................................
"
V.-EXCAVACIONES
EN «COVA DE LA PASTORA»
(ALOOY) .............................................
Las excavaciones ....................................
El material ..........................................
Idolos d a d o s .................................
Idolos planos ....................................
Otro material Óseo ..............................
Puntas de flecha de sílex ........................
Puntas de flecha de bronce .....................
Cuchillos de silex
..............................
[page-n-184]
PWW
...
Las hachas de piedra ... ...
... ... ... ... ... ...
Cuentas de c o h r ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Colgantes ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... .. ...
Metales ..........................................
La cerámica ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Los restos l2umanos ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
53
58
61
62
63
64
APEND1CE.-LOS CRANEOS TREPAMADOS DE «LA
PASTORAn ...... ... ... .................. .........
66
ERETA DEL PEDREGAL (NAVAFLRES) ... ... ...
VI.-LA
La estación ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
La excavación ... ... ... ... ...
... ... ... ... ... ... ...
El matenal ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Cobre o bronce ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Hueso y asta ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Cerámica .......................................
Sílex .............................................
Piedra ... ... ... ... ... ... ...
... ... .,. ... ... .. .
Objetos de adorno ... ... ... ... ... ...
... ... ...
- Los restas humanos ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Conclusiones ... .. ... .. .., ... . . ... ... ... ..... .. ...
77
78
80
84
84
85
85
1.
1
9
94
95
97
97
.
...
...
.
.
.
...
...
...
. .
VI1.-EXQAVAOIQNES E N LA ATALAYUELA (LOSA DEL
OBISPO1 .............................................
VIII,-EL
MATERIAL DEL «BANCAL DE LA CORONA».
(PENAGVILA) .
, .. ... ... . ... . . ... . ... ... ...
.. .. .
1X.-LAS
..
.
..
EXCAVACLOW?S EN &%NMPOUEL DE LIRIA.
Ruinas prehistóricas de ((La Torreta)) ... ... ... ...
... ... ... ...
Restos de dos necrópolis ... ...
La ciudad en excavacidn ... ... ... ... ... ... ... ...
Aho 1940 ... ... ... ... ... ... ...
... l.. ... ...
Año 1941 ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Año 1942
... ... ... ... ... ... ... .-. ...
Año 1943 ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Otras pequeñas explomcíones despub de 1943.
... ... ... ...
Año 1947 ... ... ... ... ...
Tres interesantes vasos de Sa,n Viguel ... ... ... ...
E vaso de los Cabezotas ... ... ... ... ... ... ...
l
... ... ... ... ... ... ... '...
El vaso dragonado
La tinajilla de bordes dentados ... ... ... ... ...
... ...
...
...
.:.
...
... ...
...
...
X.-CORPUS DE INSGRTPCIONES IBERICAS EN CERAMICAS DE SAN MIGUEL ... ... ... ... .:. ... ... ... ...
DE LA SERIE
... ... ... ... ... ... ...
.,+
XI.-FINAL
... ...
101
115
129
129
131
137
137
144
146
147
149
152
154
155
156
157
159
177
[page-n-185]
PUBLICACIONES DEL S. 1. P.
w
.
-J&=, & L. .;,L P *:P , s ~:
->.
,,
i.
.-.,.
,
c:,
m.a
*.
5
;
;
.
7
f.:
[page-n-186]
SERIE DE TRABAJOB VARIOS
l.-"En
Castellet del Porquet", por 1 Ballester Tormo.
.
2.-"Breus notes sobre el poblat iberic de St. Miquel de Lliria",
por D. Fletxer Valls.
3.-"Estudis d'Art Originari".-'cEls insectes en 1'Art quater~nari",
por M. Vida1 y López.
4.-"Un
enterrament prehistoric al Barrani: del Cinc (Alcoi)",
. por C. Visedo Moltó.
5.-"Colleccib de treballs del P. J. Furgús sobre prehistoria valenciana".
6.-Estudios sobre lss cuevas paleoliticas valencianas-"CovaNegra de Bellús", por G. Viñes F. Jordá y J. Royo Gómez; y
"Cova del Parpalló", por L. Pericot, S. Alcobé, V. Sos Bainat
y M. Vidal Wpez. (Dos ediciones).
'#'.-Apuntes
sobre las estaciones prehistóricas de la Sierra de
brihuela, por Bantiago Moreno. Con notas de N. P. Gómez
Serrano.
&-Sobre un interesante vaso escrito de San Miguel de Liria,
por Pío B l t r á n Villagrasa.
9.-E3 e n t e m d e n t ~ir cueva de Rocofort, por 1 Ballester
:
Tormo, con el estudio de un cráneo por el Dr. Santiago
Alcobh.
10.-Comunicaciones del S. 1 P. al primer Congreso Arquedó.
gico del Levante, por F. Jordá, L. Pericot, M. Vidal, E. Pla,
J. Alcácer, 1 Ballester, C. Visedo, V. Pascua1 y D. Fletcher,
.
PUB[LiTX=ADOPOR EL CONBEJO SUPERJOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS "INf3TLTUTO DIEGO VELAZQUEZ"
"La cova del Parpalló" (Gandia).-Excavaciones del S. 1. P. de
la Excma. Diputación Provincial de Valencia.-Por
Luis
Pericot Ctarcía.-Madrid, 1942.-Obra que obtuvo el "Premio
MartoreU". (Con 351 p&ginas, 650 figurad y XXXII laminas).
[page-n-187]
Estando en ~funmxión a Biib1,iot~agenteral de Za Diputación
l
provinicimil y dada ila aeciesidd idie comiipIatatrse :la especializada de
Prdhk'mia, se ,per;mibe &
I P. rcgar a quienes ~eiclban w pu,
s
tllica~ilones,Us consU>&nenJ1 cambio d e (las wyas pnopias, q a e se
a
a
servirán remitir a una B atra idre~~a~pi'hilla~,
seeún
.-iráatar.
[page-n-188]
[page-n-189]
1 BAbbESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
.
SINARCAS
LAM. 1
[page-n-190]
L. BALLESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
I
LAM. 11
COVA D E LA PASTORA (Alcoy)
A.-Vista del cerro de la trC6va de la Pastora)). .
B.-Entrada a la misma.
(Foitoli Q V. PascubL)
[page-n-191]
f.
8.
B núm.
.
x. P, 194M$
.
LAM. 111
9
C , núm. 10
[page-n-192]
-.. ,, < r
,t
8
=/1
"
;:;7
RIA S. 1 P , 1940-48
. .
1
.
COVA DE LA PASTORA (Alcoy)
I
.
LAM IV
A)
[page-n-193]
1 BkUtESTER: lWMORIA 5. 1 P , 1BQO-4s
.
', .
COVA DE? LA PASTORA [ A l a y )
LAM.
V
[page-n-194]
Í BAW,E$TM&:
.
MBMVr6fiLb S, l. P ,1946-48
.
LhM. V I
Tipos de puntas de flecha (2/3)
(Foto de J. Adell)
[page-n-195]
I
LAaa. Vrr
k BAI3,BSTEa: XE1)PORIA 8. I.P, IMO-48
.
COVA M LA P W T m { A h Y )
Máls tipus de puntas de flecha (2/3)
(;Foto de J. Adell)
[page-n-196]
f. BBUi%TEIC: MEMOBIA $. 1 B, 194Q-18
. .
JABA. VZIT
1
mva m LA
PASTQBA IAIW>Y)
Cuohiiios gran~des (2/5).
(Foto de J. Adell)
[page-n-197]
[page-n-198]
[page-n-199]
A.-Vaeo t,rococbnico de b s e plana (215).
B.-Baae &e vaso con impronta de estera (1/5).
C.-Fragmento cerámico ornado (1/2).
(Fotos de J. AdelU y dibao de F. JQ*)
[page-n-200]
[page-n-201]
BALLESTER: MEMORIA S. 1 P ,1940-48
. .
COVA DE LA PASTORA (Alcoy)
IUM. XIIl
[page-n-202]
I
I. BALLESTER: MEMORIA S. 1. P., 19405-48
"OVA 1)IE LA PASTORA (Alcoy)
LAM XIV
[page-n-203]
[
.
BALLESTER: MEMORIA S. 1 P., 1940-48
.
COVA DE LA PASTORA (Alcoy)
LAM. X V
[page-n-204]
1 BALLESTER: MEMORIA S. l. P., 1940-48
.
COVA DE LA PASTORA (Alcoy)
LAM XVI
[page-n-205]
f. BALLESTER: MEMORIA S. f. P.,1940-48
ERETA DEL PEDREGAL
4
LAM. XVlf
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A.-Huesos del fondo de la excavación (2/3). B.-Arpón
de asta (213). C.-Botón de pie& (tam. natural).
(Foto de J. Me11 y dibujos de F.JcmaB)
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f. BALLESTER: MEMORIA S. 1 P., 1940-48
.
ESRETA DEL P
U M . XXI
AL
Idolos 0(lalhdQ13 (T. d )
. .
Crnh de J. Bdell)
[page-n-210]
1. BALLESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
ERXTA DEIi PED&EGAL
LAM. XXII
[page-n-211]
[page-n-212]
LAM. XXIV
ERETA DEL PIXJBEGAL
(Fotos. de J. AckJl)
[page-n-213]
f. BALLE8TER: MEMORIA S.
l[.
P, 1840-48
.
IAM. XXV
EBIETA DEL PEDBEGAL
B)
A.-Corte del terreno. B.-Cr&neo h%U&m
.éL
(Fotos S . 1. P.)
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1 BALLESTER: MEMORIA S. 1. P.-1940-48
.
ATALAYUELA
A)
Alabardas de cobre i
LAM. XXVI
[page-n-215]
1 BAWLESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
.
LAM. XXVIf
ATALAYUELA
A-Hoja
de pu6d de cobre (112). E-Pwueñ'io puaíal y
restos de puntas de flecha de mbre (3/4).
(Fotos de J. Addl)
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1 BAUESTER: IWEMOBI6 S. 1 P , 1940.-48
.
. .
LAM.X X W
BANCAL DE LA "O;RONA
A.-Silo del Bancal de la Corona, B.-Alredsdores de éste,
cmtos de
L. Vimns)
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1. BALLESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
BANCAL DE LA CORONA
LAM. XXIX
[page-n-218]
[page-n-219]
[page-n-220]
f. B U S T E R : MEMQEIB S. E P, 1EldQ-48
, .
I;gaPifGfi DE iIrA m. M
B R
O
[page-n-221]
1 BALLESTER: MEMORIA S. 1 P., 1940-48
.
.
LAM. XXXIII
W C A L DE LA CiORONA
Plomo esorito por los dos lados reproduciendo el texto del
anverso del de la serre reta^^ ( t / 3 ) .
[page-n-222]
f. BAEl[rESTEBt: MEMORJA S. 1 P , 1940-48
. .
LAM. XXXW
CERB.0 DE S&N MIGUEL
A)!
E)
<(La
TWreta)~.-A. Objetos--de silex.-B. Punzones de hueso, cuenta
de Collar de piedra y cristal de rwa. Reducido a 4/5.
(Foto~s. J. Adell)
de
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LAM.XXXV
1 BALLESTER: MEMORIA S. 1 P.-1940-48
.
.
CEILRO DE SAN MIGUEL
A
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1 BALLESTER: MEMORIA S. 1
.
.
P , 1940-48
.
LAM. X X
X m
CERí%ODE SAN MIGUEL
NeorOpolis d.el tbnntalet)):A.-Parte Werlor del vwo del segundo
enterramiento (1/7). B.-Tinajih del primero (1/6) C.-Plato
nrocedente del tercero W61.
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x&mS* I* P, X940-48 m.xxxM
.
BE &%N
MKiUEL
ii
8
C)
Necrópolis del Collado de la ~
~ del6
Caball,,. A.-Urna del primer
d
enterramiento (1/6).B.-TGnajilla procedente del segundo (1/6).
{C.-Descubrimienb de esta última.
(Fotos de J. Adell y J. Alcácer).
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1 BALLESTER: MEMORIA S. 1. P., 1940-48
.
LAM. XXXIX
CEBRO DE SAN MIGUEL
A, l y C.-Diversos aspectos del p I o m escrito como fn6 eneantra3
do. D.-E1 plomo y su envoltara, ésta ya idesdablada.
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&versa y reverso $el pbm ~envol1tum-a (Tam. nat.).
(FDW de J. Aidell)
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f. BATAESTER: MEMORIA
S.
1
.
P , 1940-48
.
LAM. XLII
CERRO DE SAN MIGUEL
A.-Figurita
de dama, en cerámica (2/3).
B.-Vaso
de cilos Cabezuiita,i ( 1 / 5 ) +
(Nota.-Interesa
rectificar el erfor del t e x t o al afirmar q u e un dardo hiere en la cabeza al guerrero visible en el
centro de la decoración del varo. cuando n o es cino posición d r l mismo dardo qiir es""~
e n la m2iio).
(Fotos de J. Adell,
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BAELESTER: m M Q R I A S. f. P., 1940-48
C
m DE SAN MIGUEL
L a . XLIIL
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