La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado 1931
1932
, ISBN 1989-508 , 36 p.
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DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
LA LABOR DEL SERVICIO
DE
INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
Y SU MUSEO EN EL PASADO AÑO
1931
tirada aparte de la Memoria oficial de la Secretaría de la Diputación, correspondiente a dicho año
VALENCIA
IMP. CASA DE BENEFICENCIA
1932
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DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
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PUBLICACIONES DE ESTA SERIE
«El Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo de Prehistoria, en 1928» (1929).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1929» (1930, agotada).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1930» (1931).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1931» (1932).
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DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
LA LABOR DEL SERVICIO
DE
INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
Y SU MUSEO EN EL PASADO AÑO
1931
tirada aparte de la Memoria oficial de la Secretaría de la Diputación, correspondiente a dicho año
VALENCIA
IMP. CASA DE BENEFICENCIA
1932
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SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
DIRECTOR
D. Isidro Ballester Tormo.
SUBDIRECTOR
D. Luis Pericot García.
COLABORADORES
D. Mariano Jornet Perales.
D. Gonzalo J. Viñes Masip.
D. Emilio Gómez Nadal.
D. Fernando Ponsell Cortés.
AGREGADOS
D. Domingo Fletcher Valls.
D. Ernesto Jiménez Navarro.
D. Julián San Valero Aparisi.
D. Manuel Vidal López.
El Museo, la Biblioteca y el Laboratorio del Servicio están instalados en
el Palacio de la Diputación de la Generalidad del Reino de Valencia (Calle
de Caballeros).
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EL SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL Y SU MUSEO EN 1931
En el pasado año de 1931, el Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación provincial, siguiendo las directrices que se fijara al iniciar sus actividades, ha continuado desarrollando su labor científica, seria y silenciosa, tan eficaz para ir ahondando en el conocimiento de nuestro remoto
pasado mediante excavaciones cuidadosas, organización del Museo y de la Biblioteca especializada, formación de Inventarios, clasificación, estudio y reconstrucción del material encontrado y preparación de las nuevas publicaciones. Su actuación toda, más conocida y apreciada en lejanos Centros Científicos que en nuestro ámbito provincial, es motivo de calurosas alabanzas por cuantos prehistoriadores nacionales y extranjeros visitan el Servicio. Si la cui-
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dadosa atención y esplendidez con que la Diputación atendiera sus otros servicios la han hecho siempre merecedora de aplausos, su Servicio de Investigación Prehistórica llevando el nombre de aquélla a los Centros Científico-arqueológicos internacionales, la colocó entre las Entidades y Corporaciones altamente preocupadas por los grandes problemas universales de cultura. La Diputación valenciana ha sobrepasado así los estrechos limites
geográficos de su jurisdicción administrativa, siendo hoy bien conocida gracias a sus empeños científicos en la materia de que nos ocupamos.
La Secretaria de la Exma. Diputación, al recoger aquí las actividades del Servicio de Investigación Prehistórica en el cuarto año de su vida, se complace en subrayar la admirable labor desarrollada, el ferviente amor a Valencia que inspira el personal de aquél y el alto concepto que de la Diputación se tiene por haberle creado y atendido.
Tomamos del Laboratorio del Servicio los datos necesarios para el desarrollo de las notas que sobre las actividades de este Centro se insertan a continuación.
EXCAVACIONES
La labor de campo realizada por el Servicio en 1931, ha sido más intensa que en los precedentes años. Había que terminar las importantes excavaciones de Cova del Parpalló, cuyos descubrimientos,
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tan divulgados ya en los Centros Científicos de dentro o de fuera de España, hacía que se estuviera pendiente de las posibles rectificaciones y sorpresas que la excavación del final del estrato pudiera proporcionar, interesando, además, la comprobación de las conclusiones sacadas del resultado de las precedentes campañas, por lo que aportara la exploración de la porción de estrato dejado como "testigo". Era también necesario dar un nuevo avance a las excavaciones de La Bastida de les Alcuses por la gran extensión de este despoblado, aún excavado en una pequeña parte, no obstante las cuatro campañas que se le dedicaran. Las excavaciones de la Llometa de Cabrera, como la de Cova de la Sarsa, han sido este año impuestas por razones de urgencia, como veremos luégo. La excavación del pequeño yacimiento de la Cova de la Pechina, proyectada desde el año anterior, dió facilidades para que se dedicaran también al inmediato yacimiento de Cova Negra, unos cuantos días. Los trabajos efectuados en las otras estaciones que se mencionarán, no han sido sino catas exploratorias para preparación de futuras campañas.
Cova de la Pechina.
Este abrigo mejor que cueva, a que da nombre su forma de concha, hállase en el extrecho paso denominado Estret de les Aigues, por donde sale del valle de Albaida el río que toma su nombre, y como a un kiló-
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metro aguas arriba de Cova Negra, ya en término de Bellús y sobre unos escarpes inmediatos a la margen izquierda del río.
Descubrió este yacimiento el colaborador D. Gonzalo J. Viñes, en sus rebuscas de estaciones cuaternarias por las inmediaciones de Cova Negra, yacimiento éste que viene excavando por encargo del Servicio.
El pequeño depósito que resta de la Cova de la Pechina, cubre el espacio existente entre el pié de los escarpes y unos campitos de olivo inmediatos que debieron formarse a expensas del yacimiento, del que
luégo se continuaría tomando tierra para abonar las plantas.
La fauna obtenida es poco abundante y menos variada, pareciendo estar reducida a équidos y férvidos.
El material lítico, no del todo estudiado, permite anticipar la aparición de todas las variedades del musteriense.
En otra campaña se terminará de excavar este yacimiento.
Cova Negra.
Interesaba, para esclarecer de momento algunos puntos de estudio del material obtenido en anteriores campañas de excavaciones de esta estación, dedicar este año algunos días a Cova Negra y así se hizo por el Sr. Viñes al terminar los trabajos en el inmediato yacimiento de la Cova de la Pechina.
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La labor de este verano dedicóse especialmente a la galería observada en campañas anteriores, confirmándose las apreciaciones ya hechas, y en parte publicadas en el I tomo de Archivo, en especial observándose últimamente la utilización del hueso desde los más antiguos niveles. Tras el depósito que se lleva explorado parece encontrarse otro bien distinto en cuanto a sus caracteres mineralógicos y a la técnica y tipología del material lítico, observación que, de confirmarse en los futuros trabajos, tal vez dé lugar a descubrimientos de excepcional interés arqueológico, para cuyas labores precisará desmontar las grandes rocas que coronan el estrato actualmente.
Las excavaciones en la Cova del Parpalló.
En las excavaciones realizadas durante los años anteriores en la Cova del Parpalló (Gandía), se había dejado intacta la parte del fondo de la gran cámara donde el yacimiento se encontraba en toda su pureza. Así estaba claramente a la vista el corte del yacimiento y la excavación de este fragmento había de servir para ratificar las conclusiones a que con la excavación general se había llegado. Esta parte fué la excavada este año, lo que se hizo con un cuidado mayor si cabe que para el resto de la cueva a fin de que no se perdiera ninguna observación ni ningún resto por pequeño que fuese.
Si bién en conjunto y en detalle ha sido confirmado el sistema que habíamos establecido ya con ante-
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rioridad y que vamos a exponer después, algunas novedades se han presentado. Entre éstas destaca la aparición de varias grandes placas de piedra con animales pintados en rojo, negro o amarillo; los ejemplares con animales bien caracterizados no pasan de media docena pero el hecho de tener su cronología segura les da un valor extraordinario para el problema de la evolución del arte durante el paleolítico superior. Un detalle que tiene su interés, es el de que varias de las pinturas presentan el contorno grabado
toscamente.
En la cueva queda todavía por explorar de manera completa la parte de debajo una gruesa capa estalagmítica situada en lo inferior de lo excavado y queda también por estudiar la parte de la entrada, de excavación difícil por los grandes bloques caidos, averiguando cuál fuera la verdadera entrada a la
cueva cuando empezó a ser habitada.
Quedando clara en la actualidad la sucesión de estratos y culturas creemos de utilidad dar aquí un resumen de la misma en espera de la detallada publicación definitiva.
Si empezamos por el nivel superior nos encontramos con una gran capa que llega hasta los cuatro metros aproximadamente y que corresponde a la época magdaleniense. Desde los cuatro hasta los siete metros hallamos diversas facies de un solutrense peculiar con una capa superior, premagdaleniense, cuya exacta denominación resulta difícil y que creemos equivalente al ariñaciense superior de algunas estaciones euro-
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peas, como las de Grimaldi. Debajo de los siete metros, alcanzando en algunos lugares hasta más allá de los ocho metros, se hallaron hogares sueltos sin materiales típicos.
Dentro de los cuatro metros de niveles magdalenienses han podido establecerse, concretando la lenta evolución que el estudio detallado hecho permite seguir, cuatro periodos que corresponden con bastante exactitud a los cuatro inferiores de los seis que H. Breuil estableció a base de los hallazgos franceses. Y no deja de resultar curioso el hecho de hallarse, no sólo una cultura magdaleniense tan al Sur, sino que ella coincida tan completamente con la sucesión del rnagdaleniense en comarcas situadas muy hacia el interior de Francia.
Así tenemos en el nivel superior una cultura correspondiente sin ningún género de duda al magdaleniense IV, con algunos arpones rudimentarios,
azagayas terminadas en doble bisel, varitas de sección semicircular, etc. Estos tipos desaparecen a 0'80 metros aproximadamente, empezando entonces el magdaleniense III que llega hasta unos 2'50 metros; en él abundan las azagayas de asta de sección sensiblemente cuadrangular, con fuertes ranuras longitudinales. Desde esta última profundidad hasta 3'50 metros se extiende una pequeña capa en que al lado de una mayor abundancia de pequeñas
azagayas biseladas aparecen las decoraciones geométricas sencillas en las piezas de asta; este sería el magdaleniense II. Por último una capa inferior, que
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llega hasta los 4 metros, aproximadamente, continúa las características de la anterior, sin las piezas decoradas pero en cambio con algunas azagayas de
bisel aplanado y decoración ramiforme de tipo idéntico, aunque el tamaño sea menor, que las características del rnagdaleniense inicial de la estación francesa de Le Placard; no cabe duda de que estamos frente al magdaleniense I, no conocido ni en la zona cantábrica ni en los Pirineos franceses.
A lo largo de todas estas etapas del rnagdaleniense, el arte, en placas de piedra grabadas, es abundantísimo y muestra curiosos dibujos de animales (ciervo, cabra, caballo, toro, jabalí) y geométricos; poco a poco se vé su variación desde los grabados finos y bastantes perfectos de las capas superiores hasta los más toscos y de líneas múltiples de los comienzos del magdaleniense.
En cuanto a las piezas de sílex repiten los tipos conocidos de la época y su trabajo va haciéndedose más rudo conforme retrocedemos en el magdaleniense basta llegar al periodo inicial en que es raro encontrar una pieza hábilmente tallada.
Todo ello cambia con bastante rapidez al entrar en lo premagdaleniense. Desde los 4 a los 4'50 metros se extiende la capa más difícil de calificar. Los sílex son bien tallados, muchos presentan retoques
y algunos de sus tipos son bien clásicos: hojas de dorso rebajado y puntas de La Gravette; de estas deriva un tipo de punta de muesca que pudo servir de diversas maneras, bien corno puntas, bien para
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armar, como garfios, palos de madera, y que,sólo tiene un parecido algo lejano con las puntas de muesca de auriñaciense final europeo o del grimaldiense. Si bien puede considerarse este nivel como equivalente al auriñaciense final, el ser en parte continuación del periodo anterior y la presencia en él de algunas raras puntas de trabajo solutrense pueden autorizar también la denominación que propuso en reciente visita a nuestra colección el sabio francéss H. Breuil, de solutrense levantino final. Digamos que las piezas de asta decaen y las de hueso pierden el tipo de aguja de coser pero conservan el fino de lezna o punzones. En cuanto al arte ofrece algunos bellísimos ejemplares, tanto en el grabado corno en la pintura.
No menos sorprendente es la capa inferior que puede considerarse extendida desde los 4'50 metros hasta los 5'25 metros. Aquí estamos ya plenamente dentro de la técnica solutrense, pero al lado de las puntas de hoja de laurel aparecen las de aletas y pedúnculo con gran variedad de formas, todas ellas maravillosas por su trabajo y por lo que supone la aparición de tipos que hasta ahora se habían creído propios del neolítico, en un nivel solutrense. Con ellas siguen aún las de dorso rebajado y muesca de la capa superior. El arte, pintura y grabado, continúa aún abundante.
A partir de los 5'25 metros hasta llegar a los 6'25 metros han desaparecido las puntas solutrenses de aletas y pedúnculo lo mismo que las puntas
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de dorso rebajado y muesca, continuando en cambio las solutrenses de hoja de laurel; estamos, por tanto en un solutrense normal pleno, con arte todavía. Algunas puntas de retoque parcial nos indican que nos hallamos en el proto-solutrense en el nivel interior a 6,25 metros, sin que desaparezca del todo el grabado y la pintura. Los hallazgos van haciéndose más excasos y es entonces cuando aparece un cráneo humano, al parecer perteneciente a
una mujer jóven. Alguna, rara pieza de sílex con el dorso rebajado, acompañada de punzones en hueso aguzado, pueden indicar un carácter auriñaciense superior o presolutrense a los niveles inferiores a los siete metros.
La idea sumaria que hemos pretendido dar de la importante estratigrafía de la Cueva del Parpalló quedará completa indicando que la fauna es poco variada ya que consiste en grandes masas de restos de conejo y cabra montés, seguidos, en cantidad, por los de caballo y ciervo menos abundante y de todo ya en menor proporción. Raras son ya las otras especies observadas
como el jabalí, gamo, lince, etc.
Si los niveles magdalenienses tienen sin ningún género de duda sus paralelos en las comarcas septentrionales, más discutible es el origen de las formas solutrenses y de las puntas de muesca de tipo auriñaciense. Estas últimas se encuentran en Africa en la cultura sahariense lo mismo que las puntas de pedúnculo y aletas, pero han sido señaladas sólo en épocas más avanzadas; la aparición conjunta de los dos tipos aquí
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y en el Sahara junto con otros detalles sobre los cuales no queremos extendernos aquí (como la abundancia de decoraciones geométricas que encuentran su paralelo en las decoraciones de los huevos de avestruz
capsienses), creemos indican una relación con Africa, cuyos términos exactos no pueden precisarse aún, pero que sin duda nuevos estudios han de ratificar. Todo ello no hace sinó aumentar la importancia de la estación que nos ocupa.
Coveta del Racó Tancat.
La Comisión del Servicio encargada de la determinación de las excavaciones en el Parpalló, llevaba el encargo de explorar e incluso dedicar los trabajos que se estimara convenientes a algunas de las numerosas cuevas que aparecen en las vertientes del Monduber.
Una de las exploradas es la de que nos ocuparnos, formada por una sola cámara de entrada baja casi oculta o cubierta por matorral, midiendo aquélla 8'5 metros de fondo por unos 6 de ancho y sobre 3 metros de altura máxima.
El estrato se compone de pedrizal entre tierra gris, salvo alguna zona en que se da tierra dura blanca.
La exploración, no muy detenida, dió el siguiente material. Sílex: lascas diversas, cuchillos toscos y una pieza que puede clasificarse corno raspador en extremo de hoja. Conchas: varias de pequeños cardiums sin
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taladrar; alguna de pectúnculo y abundantes de caracoles de especies diversas. Cerámica: tiestos de vasos hechos a mano, de color gris; uno de aquéllos es un borde de vaso de perfil reentrante en su parte superior, o sea del tipo conocido al final del eneolítico y principio del Argar. Huesos: diversos restos óseos aun no clasificados; alguno de los cuales pudiera ser humano.
Cova de l'Edra
Otra de las exploradas es la conocida por Cova de l'Edra, casi situada en la cumbre de Monduber, término de Bárig. Poco tiempo se dedicó a esta exploración por el difícil acceso del yacimiento. Lo encontrado es lo siguiente: algunos sílex, entre ellos una pequeña punta de flecha de bordes retocados, con técnica que recuerda la del Paleolítico superior; varios tiestos de cerámica a mano y barro gris o sea del tipo del principio de los metales; huesos diversos de animales (cabra), entre ellos uno agudazo en forma de tosco punzón.
Cova de les Mallaetes
Esta cueva, visitada ya por el Servicio en precedentes campañas, ha sido también objeto de exploración, algo más detenida que las precedentes. Se halla situada en un cerro sobre el pueblo de Bárig, dominándose un amplio paisaje que tiene por fondo el mar. La constituye una ancha cámara con gran vestíbulo exterior.
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Ocúpala un estrato de tierra oscura, al parecer de bastante fondo. Dió su exploración el material siguiente: Piedra: una bella azuela de fibrolita, de perfil semilunar. Abundantes piezas de sílex, generalmente melado, con retoques; algunas láminas de dorso rebajado, raspadores y núcleos; siendo manifiesta la semejanza de este material con otras piezas del vecino Parpalló; ello, no obstante, el restante material encontrado aconseja clasificar el yacimiento sólo como de tradición paleolítica, en espera del resultado de escavaciones futuras. Conchas: restos de pécten y un caracol marino. Dientes: varios al parecer de cáprido y alguno de cánido; uno de aquellos se aprovechó como colgante, pues lleva un taladro junto al extremo de la raíz. Huesos: diversos de cabra, ciervo y conejo; algunas falanges de mediano tamaño y una pequeña que sufrió la acción del fuego. Cerámica: superficial:
un tiesto a torno que parece relativamente moderno; otros ibéricos con decoración de fajas paralelas de color siena, restos del borde de otra pieza semejante de boca acampanada, con restos de pintura de igual clase
en la parte interior; y fragmento de otra boca trilobada de oinochos. Más profundo, tiestos de cerámica a mano, grisácea, de la conocida como del final del eneolítico; apareciendo entre éstos, dos bordes, uno de pieza cuasi cilíndrica y otro del conocido perfil reentrante en su parte superior.
Durante la campaña de 1929 en el Parpalló, dedicó D. Mariano Jornet algunos ratos al alzamiento del plano de esta cueva.
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También la Comisión de excavaciones del Parpalló ha podido explorar esta cueva de que vamos a ocuparnos. Hállase situada en las vertientes de Monduber, término de Gandía. Se compone de una sola cámara de 13 metros de profundidad por sobre 6'50 metros de anchura con una estrecha entrada. Se la dedicó algo más de tiempo que a las anteriores, dando el material que pasamos a reseñar.
Piedra: Algunas astillas de sílex; pequeñas laminillas a modo de minúsculos cuchillitos con retoques en los bordes. Gran número de cuentas de collar de piedra blanquecina generalmente, y algunas grises; afectando en su mayor parte formas cilíndricas, y algunas discoidales. Un botón, también discoidal, de piedra dura amarillenta, liso por un lado y por el otro algo
abombado, con dos toscos cortes en sentido contrario que producen un resalte con talado transversal para prender la pieza. Su tipo excepcional inclina a dudar de su antigüedad remota pero la materia de que se hizo y la tosquedad de fabricación lo hacen bien posible. Conchas: bastantes de pectúnculos de mediano tamaño, agujereados por el ápice. Dientes: algunos de cabra montés y unos pocos incisivos humanos. Huesos: abundantes, aún inclasificados; algunas falanges y restos de anchas costillas. Es de observar que algunos huesos aparecen quemados. Cerámica: diversos tiestos de barro gris hecho a mano. Algunos fragmentos acu-
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san formas ovales y otros el repetido perfil, quebrado. Cobre o Bronce: dos pequeñas cuentas de collar, de sobre medio centímetro de diámetro y sección aproximadamente circular. No podemos precisar si son de cobre o de bronce, a falta de un análisis, que ha de hacer difícil la pequeñez de estos objetos.
Cova del Serruig
También la comisión del Servicio encargada, de las excavaciones en La Bastida, continuando sus exploraciones por las cercanías de tal despoblado, descubrió otros yacimientos de que nos ocuparemos más, adelante, habiendo podido dedicar su atención a la exploración de la cueva mencionada.
Hállase ésta situada en una alta crestería rocosa paralela a la inmediata al pueblo de Mogente, a cuyo término pertenece, y en las inmediaciones de un despoblado, también reconocido, y que parece del eneolítico o principios del bronce.
Se han efectuado unas catas en la cueva, cuyo fondo ocupan grandes masas de piedras y tierra negruzca procedente en parte de una carbonera que no hace mucho se quemó a su misma entrada. El resultado de su exploración fué el siguiente: Sílex: algunas lascas y una de mayor robustez con algunas señales de utilización en uno de sus bordes cortantes. Huesos: abundantes huesos animales, no clasificados. Restos humanos: algunos huesos humanos y entre ellos
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parte de dos cráneos, uno perteneciente a persona de edad avanzada y otros y una mandíbula inferior a individuos jóvenes. Cerámica: tiestos de barro gris hecho a mano.
Cova de la Sarsa.
Este interesante yacimiento, el más importante con cerámica cardial conocido hasta ahora en Levante y acaso en España, comenzado a explorar como es sabido, hace tiempo, por el colaborador del Servicio Sr. Ponsell, debió ser excavado totalmente sino hubieran requerido estos últimos años las actividades del Servicio, con apremio inescusable, estaciones de tanta importancia como la Cova del Parpalló y la Bastida de les Alcuses; pero de contar con medios suficientes aquél, debe ser esta estación una de las primeras cuya excavación total se efectúe.
En el verano último, habiendo llegado al Sr. Ponsell noticias del peligro que corría el yacimiento, dispuso precipitadamente su excavación, que hubo de realizar con tanta premura. que la Dirección del Servicio no tuvo tiempo de visitar los trabajos. Damos a continuación una ligera referencia del material encontrado.
Hueso: Numerosos punzones de los tipos ya conocidos de esta estación, en especial de los que conservan la articulación para mango; y otros muy aguzados y ligeramente aplanados, en cuyo tercio inmediato a la base se ven los bordes ligeramente dentados. Fragmen-
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to de hueso plano con una ranura a lo largo del borde, que parece intencional. Trozos de cucharas como las ya conocidas de la misma procedencia. Bastantes falanjes de cáprido al parecer, y una taba.
Conchas: Collares de columbellas, alguno con una ciprea de mediano tamaño, al parecer colgante central; buena cantidad de conchas de caracol, de variadas especies; y algunas de cardium y de pectúnculus.
Restos de animales: candiles de ciervo y colmillos de jabalí.
Piedra: dos percutores, de basalto al parecer y que semejan hachas retocadas. Pieza de piedra silícea grisácea y forma cilíndrica ligeramente aplanada, aguzada en un extremo y recortada por el otro, que mide sobre quince centímetros de largo sobre 2'5 centímetros de ancho máximo. Otra pieza de piedra grisácea, aunque más oscura que la precedente, a manera de
brazalete de unos diez centímetros de diámetro total y quince milímetros de sección longitudinal. Dos fragmentos de brazalete de pizarra con taladros en uno de sus extremos. Otro fragmento más tosco de materia de escaso peso que semeja barro cocho, y parece pertenecer a otra pieza anular semejante. Laminilla de sílex melado sin retoques.
Cerámica: Abundantes tiestos de las conocidas variedades con rica decoración rectilínea y cardial, que tanto interés dan a este yacimiento. Un vaso casi entero de forma ovóidea y decorado en su tercio superior con impresiones cardiales. Y otro vaso pequeño esferoidal con cuello cilíndrico, con la particularidad
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de llevar una amplia pestaña a uno de los lados con tres taladros perpendiculares equidistantes y con rica decoración en triángulos de líneas de impresiones cardiales que junto al vértice llevan otras impresiones hechas con el nátis de un cardium, y en el fondo fajas en cruz.
Sería lamentable que, cuando queden avanzadas otras excavaciones inaplazables, dejara el Servicio de terminar, por falta de medios, la excavación de esta expectación despierta por pertenecer a una cultura o variedad cultural eneolítica levantina, sobre cuyo extraordinario interés se ha llamado la atención hace ya tiempo.
La Montanyeta de Cabrera.
Se hallaban los restos de este pequeño despoblado en el extremo oeste del Vedat de Torrente, y su perfil, visto desde el norte de la llanada inmediata, era el de una masa tumular, aislada de la loma por un pequeño collado.
En los primeros días de Abril del pasado ario 1931, el Arquitecto de la Corporación D. Vicente Rodríguez trajo al Servicio la noticia de que, en determinado sitio del Vedat, cuya denominación no conocia, habíanse descubierto, al preparar el terreno para levantar un chalet, abundantes restos de cerámica que le parecía prehistórica, y añadiendo que como urgia desmontar el suelo para la construcción dicha, había conseguido del propietario Sr. Soler Burgos aplazase un poco tales trabajos para que el Servicio tuviera
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tiempo de estudiarlo o de excavarlo. Pocos días después, una comisión de aquél hizo el reconocimiento del terreno con asistencia de los Sres. Soler y Rodríguez. El estudio del sitio, casi en su totalidad revuelto por cultivos y desfigurado por márgenes, hizo dudar a la Dirección de la conveniencia de excavarlo dado su criterio de que en esta clase de labores han de buscarse más enseñanzas que objetos y aquéllas suelen ser pocas y no definitivas en yacimientos no intactos; ello aparte de que, despoblados de tal tipo, no revueltos por trabajos de cultivo, hace tiempo que esperan les dedique su atención el Servicio. Apesar de todo ello, ante el temor de que aquél fuese motivo de críticas por dejar perder ocasión de estudiar un yacimiento tan inmediato a la Capital, decidióse la excavación con la premura impuesta por las circunstancias dichas. Tiempo después de empezados los trabajos, se enteró la Dirección de que en poder de don Nicolás Primitivo Gómez obraban unos tiestos pertenecientes a cierto vaso ornado que iba encontrándose
en aquéllos, y así, ignorando detalles del descubrimiento de tal estación, suponiendo que el Sr. Gómez la habría visitado con sus compañeros de excursiones, limitóse a decir en nota dada a la Prensa rindiendo cuenta de las excavaciones, y por no echar en olvido a nadie, que la citada estación era ya conocida por algún investigador levantino. Hoy que nos consta hemos de decir, gustosos, que tal estación fué descubierta por D. Nicolás Primitivo Gómez Serrano, en Marzo de 1925.
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Trátase de un pequeño caserío, más que poblado, implantado en forma semejante a todos los de igual periodo que se encuentran en las sierras levantinas. Un foso con torre o muralla le defendía por el lugar accesible, o sea por el collado inmediato. La muralla era tan fuerte y ancha, en dicho punto, que le permitía contener en su macizo un pequeño departamento,
que tal vez sirviera para alojar guardia o centinela. Como en otros poblados almerienses se notaban en éste algunos hoyos de cenizas, huellas de estacas o de piés de madera quemados, observándose que el despoblado debió ser incendiado y reedificado luego. De las habitaciones y otros detalles del poblado, como sospechábase por lo removido del yacimiento, casi nada pudo
saberse.
Lo más interesante de lo hallado en estas excavaciones ha sido lo siguiente:
Cerámica: Gran cantidad de tiestos de cerámica a mano. sin ornar. Se hallaron algunos vasos reconstruibles de forma ovoideas, con iniciación del cuello, cazuelas, cuencas en forma de casquetes, y vasos de mediano y pequeño tamaño de perfil reentrante en su mitad superior, y buena porción de dos piezas troncocónicas, abiertas por ambos extremos agujereadas en criba, supuestas escurrideras de queso; y otro vaso de barro de color claro y perfil reentrante en su mitad superior, ornamentado en dicha zona con varias franjas de series de líneas de puntos, a las que se unen grupos de semicírculos concéntricos. Algunos tiestos de este vaso, que obraban en poder del Sr. Gómez
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Serrano, han sido regalados por éste al Servicio para completar, en lo posible, la interesante pieza de que nos ocupamos.
Piedra: Una pequeña azuela de fibrolita; sierras de pedernal pequeñas y grandes. Cuchillos sin retoques. Piedras de moler activas y pasivas, éstas generalmente de perfil elipsóidal. Un alisador de piedra. Una pieza de pizarra, rectangular alargada, rota por un extremo y que en el otro lleva un taladro.
Metal: Cuatro puntas de flecha de cobre, al parecer, muy afectadas por el óxido, y una que, por su mayor tamaño, estimamos de jabalina, siendo todas del perfil aproximadamente foliaceo con la espiga muy acusada, salvo una en que se desarrollan, pronunciadamente las aletas. Una laminilla de bordes paralelos, que parece resto de cuchilla. Un punzón y varios fragmentos de otros.
Madera: Restos de uno o varios útiles de dura madera de forma prismática triangular alargada con tendencia a adelgazarse hacia un extremo y las caras perfectamente alisadas. Algunos fragmentos parecen afectados por el fuego y es admirable la dureza y el estado de conservación de la mayor parte de ellos.
Frutos: Un poco de trigo y gran cantidad de bellotas, todo carbonizado.
Fibras trenzadas: en el fondo de un vaso halláronse unos trozos de haces de fibras unidas por otros, todo carbonizado y de naturaleza indeterminable.
Hueso: Un punzón formado por una pequeña caña de hueso aguzada por un extremo, y otro contituído
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por media caña apuntada. Una lámina rectangular muy alargada, con los bordes cortantes, que recuerdan un cuchillo.
Conchas: Abundantes de pectúnculo y alguna ciprea.
Finalizando los trabajos de exploración del poblado, dispuso la Dirección se excavara una cuevecita inmediata, comprobándose que había sido ya removido el yacimiento por los cazadores de conejos, encontrándose fragmento de huesos humanos, un cráneo humano completo y un colgante elipsóidal de concha.
Al frente de las excavaciones estuvo el colaborador del Servicio D. Mariano Jornet, quien levantó el plano de lo excavado.
Algún material procedente de este yacimiento obra en poder del Sr. Gómez Serrano y del Laboratorio de Arqueología de la Universidad de Valencia que visitó también aquél.
La Bastida de les Alcuses.
La extensión considerable de este despoblado, que no obstante las tres intensas campañas que se le dedicaran, resta aún en su mayor parte por excavar, aconsejó a la Dirección ampliar la de 1931 hasta donde los medios económicos le permitieran, dedicándosele algunos días de Junio, y todo el mes de Julio aumentando la brigada de obreros, a la que se incorporaron más
tarde los que excavaron en el Parpalló.
Se ha excavado una amplia faja, a Levante de los descubrimientos realizados el año anterior, zona que
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comprende desde junto a la muralla norte hasta la muralla sur, o sea todo el ancho del poblado, y otra zona que quedó por excavar al sur del área descubierta en los años 1929 y 1930. Al terminar los trabajos quedó por excavar de la parte Levante de poblado, un espacio aproximadamente triangular en cuyo vértice Este se vislumbra una puerta tal vez defendida
por torre. El interés extraordinario de este lado del despoblado, que hubiera permitido comenzar el estudio de su fortificación, hizo que se proyectara dejarlo para una intensa campaña de 1932; pero la importante reducción sufrida por la consignación del Servicio, obligará a que se aplace labor de tan grande importancia arqueológica.
Reseñamos a continuación los más importantes descubrimientos efectuados, prescindiendo de fatigosas repeticiones de objetos encontrados en las campañas precedentes.
Vasos Cerámicos: Continúa la fecundidad de este despoblado en descubrimiento de tal especie. Se han hallado bastantes tiestos de cerámica griega de figuras rojas, algún fragmento de buena época. Lo mismo sucede con los vasos campanianos, aunque sin llegar ni en cantidad ni en calidad a lo de la primera campaña. Se encontró despegada una cabeza de felino, en cerámica de esta clase, pieza de aplicación que debió desempeñar el papel de pitón, a juzgar por el taladro que lo atraviesa. La abundancia de cerámica indígena, más marcada en la fina que en la de aspecto arcáico, sigue siendo extremada, repitiéndose los hallazgos de
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piezas ya conocidas e incluso publicadas de esta estación, alguna vez con ligeras variantes dentro de cada tipo. Merecen especial mención los siguientes vasos de formas nuevas: dos piezas (no creemos que propiamente puedan denominarse vasos) de forma cilíndrica con el fondo ligeramente abombado, agujereado éste y las paredes en forma de criba y con cuello ligeramente tronco-cónico, piezas de destino igual a la de forma acampanada hallada en la precedente campaña. Un pequeño vaso de tipo ovóide, con cuello y asa pequeña, de barro negro pulido, que se encontró lleno de trigo. Un vaso cantimplora de forma discoidal aplanada, con dos pequeñas asas equidistantes del cuello y sobre el borde de la pieza por el que corre una ranura que atraviesa aquélla, y que debió servir para alojar la cuerda de suspensión del vaso. Y un tosco jarrito de cuerpo cilindroide, boca con pico y larga asa que resalta sobre el borde. Ingresaron en el Laboratorio setenta y ocho grandes cajas de madera conteniendo restos de vasos, en buena parte reconstruíbles; lo que hace que la precedente indicación de tipos nuevos
se haga con la consiguiente reserva de lo que el lavado y reconstrucción del material contenido en las cajas pueda dar a su tiempo
Otros objetos cerámicos: Se han repetido los hallazgos de gran cantidad de fusayolas generalmente de tipos ya conocidos; mereciendo especial mención, por ser el primero con decoración pintada, una discoidal
que en su cara superior lleva un rayado de líneas de color siena. Lo mismo sucede con las pesas de telar,
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todas tronco-piramidales; sólo una lleva en la base superior una especie de botón; y es de observar que en una misma habitación salieron dos séries de pesas de distinto tamaño. Hemos de mencionar un nuevo sostén de vaso, de tipo más alto y perfil mas acampanado que los ya conocidos. También es de interés un fragmento cerámico compuesto de dos tubos cónicos coincidentes en ángulo y unidos por una misma placa cerámica. Asímismo hemos de recordar fragmentos de una pieza cerámica recortada en tierno, que semeja
una série de pequeños balaustres rectilíneos rematados por otra pieza en zíg-zag. También se halló la mitad restante del cuello de vasija recortado en almenado, cuya otra mitad encontróse a gran distancia de la de ahora, en las excavaciones de 1928.
Piedra: Alguna en forma de casquete esférico, con agujeros tronco-cónicos alargados. Dos cuentas de la misma materia elipsoidales aplanadas, con taladro a un extremo, que recuerda las de igual forma en eneolíticas fabricadas en concha. Pieza rectangular de pizarra redondeada por un lado en que lleva un agujero y rota por el otro. Abundantísimas piedras de honda y no pocas piezas de molino.
Restos del telar: En la habitación 161 halláronse 23 pesos tronco-piramidales enteros, y restos de un bastidor de igual tipo a los encontrados años antes, consistentes en una larga lámina de hierro doblada en sentido paralelo, con roblones equidistantes a lo largo, pieza que el Servicio viene estimando como bastidor de telar.
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Armas: Han sido abundantes los hallazgos de lanzas y jabalinas; algún fragmento con punta de éstas, parece de soliferrea; pero el más interesante
de los hallazgos de esta clase consistió en una hermosa falcata perfectamente conservada, salvo la empuñadura que tiene en parte doblada.
Hierro: Aparte de gran cantidad de varillas y hierros informes y de algunas piezas de compleja descripción y clasificación difícil, abundan los punzones, los remaches, clavos, anillas, regatones, cuchillos, hoces, arrejadas, hachas, zapapicos, azuelas, agujas, acicates, restos de freno, sierras, cadenas, etcétera.
Ponderales:También han sido hallados en buena cantidad. Los de bronce mantienen el tipo conocido. Los de plomo siguen mostrando variantes extrañas, alguno en forma de esférico pilón de romana, otros cilíndricos, pero predomina la tendencia a imitar los de bronce. Uno de éstos merece mención especial por haberse encontrado enhebrado a una varilla de hierro, lo que confirma la suposición hace tiempo sostenida de ponderarium de esta clase.
Fibulas: También encontradas en gran número, casi todas anulares; una sola, excepcional, consistente en una pieza de fundición de complicado perfil
quebrado, que en su parte superior está decorada con série de circulitos concéntricos.
Diversos objetos de cobre y bronce: Merecen mencionarse, además de los antes expuestos, los siguientes: tres colgantes de forma cuadrada con una figu-
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ra humana estilizada recortada en el centro, con las extremidades apoyadas en los ángulos internos del cuadro. Varios botones de los ya conocidos, uno
con la esvástica y otros con decoración floral recortada. Botones semiesféricos. Platillo de balanza. Agujas. Dos piezas de aplicación consistentes en dos pequeñas manos derechas estilizadas que recuerdan otras púnicas de marfil. Un hallazgo interesante consistió en dos pares de escudos decorativos que debieran estar aplicados y sujetos a piezas de madera, a juzgar por las anillas de hierro que sobresalen de la cara superior y los restos de enganche rotos que se muestran en el lado opuesto, con los que halláronse sendas piezas de lo mismo, de forma semejante, aunque mayores, a las placas pasivas de los broches rectilíneos de cinturones ibéricos.
Pinzas: Se han encontrado algunas de éstas, generalmente lisas, salvo una con decoración de líneas en zig-zag. Otra de buen tamaño, conserva la anilla de que pendía y de ella prendida a la vez una pieza filiforme.
Figuras de bronce: Dentro de habitaciones distintas encontráronse las dos figuritas de bronce que pasamos a describir. Un jinete armado de falcata escudo redondo pequeño (caetra) y cubierta la cabeza de casco ático de gran cimera; tiene el brazo derecho en flexión, recogiendo la rienda y obligando al caballo a volver ligeramente la cabeza. Aunque el conjunto es de gran animación y vida, la ejecución es un tanto tosca e ingénua. Otra figura consiste en un
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toro que debió formar parte de una ynnta, no sabemos si de carro o de arado, pero restando parte del yugo y de la barra de tiro.
Figurita de estilo egipcio: Encontróse un pequeño amuleto de pasta silícea que ha perdido el vidriado, ignorándose si se trata de una representación de Anubis o de Horus, por faltarle la cabeza.
Restos de figurita de barro: Encontróse la pierna de una figurita de cerámica vestida hasta la rodilla con amplio calzón en forma tronco-cónica y desnuda la pantorrilla y pié en el que los dedos se han querido indicar con toscas incisiones.
Joya de oro: El 30 de Junio en el departamento 160, junto a una piedra saliente de la pared que le separa del 161, hallóse una joya de oro consistente
en un cordón de hilos trenzados en mecha, que por un extremo acaba en planchuela de oro doblada en ojal y por el otro en charnela unida a una pieza
tronco-cónica alargada, filiforme, que encaja en el ojal dicho. Parece pieza de importación por su perfección técnica y pudo servir para aprisionar el moño.
Sortija y aretes: Han abundado los hallazgos de esta clase, encontrándose algunas sortijas con chatón, entre ellas una de plata.
Vidrio: Aparte las cuentas de vidrio, en especial las de a gajos y entre éstas una de tamaño poco frecuente, es de mencionar una cabecita bifronte de vidrio azul, con largos bucles que recuerda algunas figuras egipcias.
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Granos: Se han hallado pequeñas cantidades de yeros y de trigo, éste en el vasito de que nos hemos ocupado antes.
Construcciones: La parte del poblado descubierta en esta última campaña apenas difiere de lo hasta ahora excavado en cuanto al tipo y técnica de las construcciones, salvo en una barriada que se extiende a lo largo de la cima, compuesta de habitaciones rectangulares, muy semejante entre sí en cuanto a tamaño y disposición, y de una regularidad no frecuente en las casas que ocupan la vertiente. La aludida barriada parece dividida en manzanas por callejones perpendiculares a la muralla y que dan por el Norte a una calle perfectamente marcada que corre de S. O. a N. E. a la que debieran abrir sus puertas.
Se han observado en las construcciones las siguientes particularidades dignas de nota: en una de la vertiente, y para facilitar el acceso entre dos departamentos situados a altura distinta, se descubrieron unos cuantos peldaños de escalera, toscamente construida con irregulares piedras de mediano tamaño. Han sido reiterados los hallazgos de una especial construcción, que por aparecer borrosa alguna que otra vez, en las campañas anteriores, no pudo describirse exactamente, ni aún asegurar con certeza su existencia. Trátase de una especie de poyos cilíndricos de diámetros diversos, construídos con la misma técnica que las paredes de las habitaciones. Suelen tener menos de un metro de altura y no ocupan un punto fijo en las habitaciones, pues apa-
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recen ya arrimados a las paredes, ya separados de ellas. Difícil es conjeturar el fin a que se las destinaba. Aunque habíanse descubierto ya habitaciones
cuyo enlosado se conservaba en parte, se ha excavado este año una que conserva casi en totalidad su ensolado de grandes losas. Otra, bastante inmediata a la anterior, conservaba en el centro una porción de ensolado de barro cocho sobre el que se marcaba con fuerte raya incisa un cuadrado perfecto.
Una amplia depresión que se notaba a mitad de vertiente y comunicando con la calle dícha, y que hizo pensar en un depósito de aguas pluviales fué
excavado casi totalmente comprobándose la falta en tal espacio de construcción alguna.
El llegar la excavación de la barriada alta a la pequeña vertiente que da a la muralla sur, ha permitido explorar ésta en parte. El terreno de la vertiente dicha es extremadamente escabroso y de nivel superior seguramente al que tuvo la muralla, y en alguna parte parece notarse restos de paredes para formar terrazas que aumentaran el poder defensivo. Excavada la muralla por la parte interior, se comprobó que no sigue una línea recta sino que se va plegando a las ligeras sinuosidades de la loma, reforzándose por dentro con una especie de machones.
La Comisión de excavaciones, con la brigada de trabajadores, ha sido atendida como en años anteriores. Al frente de los trabajados han estado los
colaboradores del servicio D. Mariano Jornet y don
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Emilio Gómez Nadal, y el Agregado D. Domingo Fletcher Valls, alumno de la Facultad de Historia de esta Universidad.
MUSEO
La necesidad de realizar obras de consolidación de los entresuelos que ocupaban algunas salas del Museo, hizo que se tuvieran que trasladar las vitrinas y Biblioteca a los entresuelos fronteros, provisionalmente. Paralizadas las obras y no estando el Museo en las condiciones de presentación que exige el caracter de colección pública frecuentemente visitada por nacionales y extranjeros, acudió la Dirección a la Comisión Gestora de la Diputación
suplicando el pronto término de las obras dichas, acordando ésta hacerlo así, a la mayor brevedad posible, en sesión de 22 de Octubre de 1931. Es de desear que dichas obras estén pronto terminadas para que el Museo pueda quedar debidamente organizado, y en condiciones de decorosa exhibición.
Para completar las nuevas salas del Museo, se han construido algunas vitrinas del tipo corriente horizontal y otras con cajones para la clasificación
del material paleolítico de Cova Negra y Cova del Parpalló.
También para decorar adecuadamente la sala destinada a Paleolítico se encargaron al dibujante de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas
y Prehistóricas, de Madrid, Sr. Benítez, copias exac-
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tas, en tamaño y color, de las pinturas rupestres de la Cueva de la Araña (Bicorp), facilitando así el estudio del arte paleolítico valenciano. La colección
de esta clase de reproduciones prehistóricas levantinas, debiera continuarse con las de las pinturas de Ayora, Alpera, Valltorta, Morella y otras, si se contara con medios para ello.
Labortorio.- Se han continuado en él los trabajos de formación de inventarios gráficos del material por estaciones así como se ha llevado a efecto la clasificación y estudio de piezas procedentes de las campañas últimas. En esta labor han contribuído asíduamente, ayudando a los miembros del Servicio, los alumnos de la Cátedra de Prehistória de la Universidad Sres. Fletcher, Jiménez, San Valero y Vidal López, por lo que fueron incorporados por la Dirección del Servicio en concepto de Agregados del mismo.
Se ha proseguido el trabajo de lavado y clasificación de cerámica procedente de años anteriores y, hasta donde ha sido posible, de la obtenida en las excavaciones últimas, reconstruyéndose cerca de 150 vasos en su mayoría de La Bastida; para dar impulso al lavado de la cerámica se ha dedicado a ello parte del personal especializado en las excavaciones.
Para facilitar dichos trabajos, se ha construído otro mueble clasificador, gemelo del ya existente.
Biblioteca.- Ha seguido acrecentándose el fondo con la adquisición de obras que van comple-
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tando la série de las indispensables para el estudio de esta especialidad. Merece mencionarse que la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, de Madrid, ha regalado al Servicio la série completa de sus publicaciones. Entre las colecciones de revistas adquiridas figuran las Memorias de la Sociedad de Antropología, Etnografía y Prehistoria, de Madrid, el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones y algunos años del Boletín de la Academia de la Historia. Siguen recibiéndose bastantes publicaciones a cambio del Anuario.
El menaje de esta sección ha sido acrecentado con dos librerías más, mesas, sillas y otros muebles que eran de todo punto necesarios.
PUBLICACIONES
La preparación del 2.º volumen de Archivo de Prehistoria Levantina ha seguido su curso. El viaje del Subdirector Sr. Pericot al extranjero para estudiar Paleolítico superior, ha retrasado la redacción del trabajo sobre la Cueva del Parpalló que ha de constituir uno de los principales de dicho volumen.
La tirada aparte de la MEMORIA Secretaría, comprendiendo las actividades del Servicio durante 1930, repartió profusamente por España y el extranjero, habiendo merecido, por los descubrimientos de que da cuenta, no pocos elogios. De ella se han ocupado publicaciones de tanto prestigio como
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L' Anthropologie, el Bulletin de la Societé Prehistorique Française y el Archivo español de Arte y Arqueología, así como algunos diarios de Valencia y Madrid.
OTRAS ACTIVIDADES
En los dos últimos meses del año 1931 ha comenzado el Subdirector del Servicio un viaje de estudio por el extranjero, subvencionado por la Junta
de Ampliación de estudios. El objeto de la pensión es el estudiar los materiales europeos del Paleolítico Superior, especialmente aquéllos que puedan compararse con los procedentes de la Cova del Parpalló; habiendo visitado hasta fin de año los Museos y algunas estaciones paleolíticas del Sur y Centro de Francia y de Inglaterra, dedicando el mayor tiempo a trabajar en el Institut de Paleontologie Humaine de París, bajo la Dirección de los Profesores Breuil y Vaufrey. El viaje sirvió, además, para dar a conocer en los medios científicos extranjeros la labor del Servicio.
Los descubrimientos y catas exploratorias de que se ha dado cuenta, realizadas por las Comisiones de Excavaciones del Servicio en diversos lugares de la provincia, hicieron que la Dirección propusiera a la Comisión Gestora se solicitara de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, la
correspondiente autorización para excavar en las siguientes estaciones: "Cova del Serruig" y "Penya Foradá" (Mogente), "Altet de la Casa del Llop"
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(Fuente la Higuera), "Cova de L' Edra" y "Cova de les Mallaetes" (Bárig), "Cova de l' aigua", "Coveta del Racó Tancat", "Cova Negra" y "Cova de les
Maravelles" (Gandía) y "Altet de la Creu" (Palma de Gandía). Asi se acordó en sesión de 22 de Octubre de 1931.
En los nuevos Presupuestos para 1932 ha quedado reducida la consignación de 30.000 pesetas que venia asignándose al Servicio, a 10.000
pesetas cantidad ésta que quedará reducida a menos de 8.000 por las soldadas al Mozo reconstructor del Museo. Ello ha de ser evidente obstáculo a que el Servicio continúe desarrollando sus actividades en la forma que hasta ahora ha venido haciéndolo.
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ERRATAS ADVERTIDAS
Página 3, linea 2ª Dice dentro o fuera. Debe decir dentro y fuera.
> 4, > 10ª > olivo. > olivos.
> > > 15ª > férvidos. > cérvidos.
> 6, > 30ª > ariñaciense. > auriñaciense.
> 12, > 19ª > agudazo. > aguzado.
> 13, > 23ª > oinochos. > oinochoe.
> 24, > 15ª > aquella. > aquellas.
> 28, > 1ª > ynnta. > yunta.
> 32, > 17ª > del Servicio. > al Servicio.
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LAMINAS
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TRABAJOS DEL S. I. P.-1931
LAM. I
1. Placa de piedra con caballo pintado en rojo. "Cóva del Parpalló".
Nivel solútreo-auriñaciense final. (Red. a 1/5).
2 Placa de piedra con cierva pintada en negro. "Cóva del Parpalló" . Nivel protosolutrense. (Red. a 1/3).
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TRABAJOS DEL S. I. P.- 1931
LAM. II
1. Placa de piedra con figuras grabadas. (Red. a 1/2.) "Cóva del Parpalló". Nivel magdaleniense IV.
2. 3. Placas de piedra con figuras de animales grabadas. "Cóva del Parpalló".
(Red. a 1/2). 4. Placa de piedra con motivos geométricos grabados. "Cóva del
Parpalló". (Red.a 1/2). (n.º 2 nivel magdaleniense IV, n. 3 y 4 magdaleniense III).
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TRABAJOS DEL S. I. P.- 1931
LAM. III
1. Objetos de hueso y asta del magdaleniense de la "Cóva del Parpalló" (Gandía) (Red. a 4/5), (arpón, aguja, punzón y azagaya de doble bisel del Magd. IV; costilla decorada del Magd. II y azagaya de bisel aplanado del Magd. I).
2. Puntas de sílex de la "Cóva del Parpalló" (Gandía). Puntas muesca del solútreo-auriñaciense final, puntas de aletas y pedúnculo y punta de hoja de laurel del solutrense superior. (Red. a 4/5).
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TRABAJOS DEL S. I. P.- 1931
LAM. IV
Pequeña vasija con decoración puntillada y cardial, de la "Cóva de la Sarsa".
(Bocairente) (Rel. a 1/2).
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TRABAJOS DEL S. I. P.- 1931
LAM. V
1. Figurita de guerrero ibérico a caballo en bronce, del poblado de "La Bastida" (Mogente). (Red. a 2/3).
2. Figurita ibérica de un toro de una yunta con restos del yugo y del pértigo, en bronce, del poblado de "La Bastida" (Mogente). (Red. a 2/3).
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TRABAJOS DEL S. I. P.- 1931
LAM. VI
Joya de oro hallada en el poblado ibérico de "La Bastida" (Mogente). Tamaño natural.
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